10 X 10 DEL CINE COLOMBIANO (PARA LAS 100 DE CRONOPIO)
Por Oswaldo Osorio*
Las listas son un divertimento para el cinéfilo y un punto de referencia para quien se quiera acercar sin prejuicios a un ejercicio que cruza el conocimiento especializado con el gusto personal. Son cien entradas sobre el cine colombiano para celebrar los cien números de la revista Cronopio. Hay aquí curiosidades, caprichos, reflexión histórica y crítica, aberraciones e inventarios.
- PELÍCULAS
(En orden de preferencia y sopesando gusto e importancia histórica)
- Rodrigo D (Víctor Gaviria, 1988)
La película que parte en dos la historia del cine colombiano, con un método de investigación–creación inédito, el descubrimiento de una ciudad invisibilizada, el metódico e influyente uso de los actores naturales, el sorprendente uso del punk y el metal en su banda sonora, la mirada sensible y cercana a una marginalidad desconocida y a una generación que le gritaba al nihilismo.
- Canaguaro (Dunav Kuzmanich, 1981)
Como ésta, pocas películas han sabido dar cuenta de la compleja realidad política y violenta del país, además lo logra con gran sentido visual y narrativo. Fue víctima de la censura, naturalmente.
- Raíces de piedra (José María Arzuaga, 1962)
El colombiano real, como debía ser representado, aparece por primera vez en el cine colombiano, además con una fuerte carga de crítica social y un lenguaje que quiere explorar y ser expresivo.
- Chircales (Marta Rodríguez, Jorge Silva, 1970)
El documental fundacional del cine nacional, una lúcida y potente combinación entre cine militante y cuidadas virtudes cinematográficas.
- La gente de La Universal (Felipe Aljure, 1993)
La naturaleza de los colombianos y su contexto urbano están retratados en este filme inteligente, agudo y vivaz en su concepción visual, además con unas interpretaciones memorables.
- El río de las tumbas (Julio Luzardo, 1964)
Un retrato de la Colombia profunda y de la violencia bipartidista, una comparsa entre crítica, sutil y bufonesca. Cine coral que inaugura la pantalla con el primer muerto que baja por los ríos del cine colombiano.
- La primera noche (Luis Alberto Restrepo, 2003)
Una dura y conmovedora historia contada brillantemente, por lo que consigue ser reveladora y contundente en el tratamiento de su tema: la violencia y el desplazamiento en Colombia.
- Todo comenzó por el fin (Luis Ospina, 2016)
El testamento cinematográfico y biográfico de un insigne director y toda una época y movida cinematográfica que protagonizó. Además de un encomiable ejercicio de montaje.
- Tantas almas (Nicolás Rincón, 2019)
Antecedida por un par de documentales, esta ficción de largo aliento y mirada profunda se adentra en la violencia colombiana y las desapariciones forzadas como uno de sus principales males. Una película necesaria y hecha con inteligencia, belleza y dolor.
- El proyecto del diablo (Óscar Campo, 1999)
Tal vez el primer documental moderno del cine nacional, o incluso el primer ejemplo de cine ensayo. Una obra visceral e inédita, reflexiva e irónica, inquieta visualmente.
- DIRECTORES
(En orden alfabético y con el gusto personal por criterio)
- Felipe Aljure: Siempre expresivo e inventivo visualmente, abordando temas de peso con irreverencia y sentido crítico.
- Franco Lolli: Un prometedor autor con un talento especial para conseguir momentos únicos con su puesta en escena.
- Harold Trompetero: El director más prolífico del país (23 películas), con una obra que se tensa entre los extremos de unas búsquedas personales y un cine comercial práctico y eficaz.
- Iván D. Gaona: Elaboró un rico y sensible universo cinematográfico en los límites de Güepsa, su pueblo en Santander.
- José Luis Rugeles: Con tres películas muy distintas, ha demostrado ser un director inteligente y contundente con sus mundos y relatos.
- José María Arzuaga: Español que fue el puente entre el neorrealismo italiano y el realismo social colombiano, un autor que sirvió de referente para los futuros cineastas nacionales.
- Laura Mora: Una promesa consolidada con solo dos películas, directora certera e intuitiva, con un cine de equivalente fuerza en su forma y fondo.
- Óscar Campo: El más receloso y delirante director del país, con una obra intensa y rabiosa, que se adentra en oscuros temas con lúcida audacia formal.
- Dunav Kuzmanich: Chileno comprometido social e ideológicamente con los problemas colombianos, que habló de unos temas de forma clara y frontal cuando los cineastas locales aún no se atrevían.
- Víctor Gaviria: El autor más sólido e internacional del cine colombiano, el más estudiado por la crítica y la academia, dueño de un método que hizo escuela en el país.
- PERSONAJES
(En orden cronológico)
- Leovigildo Galarza / Jesús Carvajal (El Drama del 15 de octubre, Vicente y Francisco Di Doménico, 1915): Los primeros magnicidas del siglo XX y los primeros actores naturales del cine nacional protagonizan la primera gran polémica de nuestra cinematografía.
- Augusto, el ascensorista (Pasado el meridiano, José María Arzuaga, 1967): El enorme dolor por la muerte de su madre, solo se compara con la brecha social que lo separa de los empleados de la agencia de publicidad donde trabaja.
- Juan Sáyago (Tiempo de morir, Jorge Alí Triana, 1985): Protagonista del que sea tal vez el único western colombiano, con duelo al final incluido (y sabe hacer croché).
- La Machiche (Mansión de Araucaima, Carlos Mayolo, 1986): Esta mujer llena de carga sexual, perversión y malicia es la dueña de aquella mansión, aunque sea don Graci quien figure en las escrituras.
- Santiago (Confesión a Laura, Jaime Osorio, 1990): Quería ser el hombre que fuma. Esa simple acción representaba para él la libertad y sofisticación que habían sido suprimidas por su dominante esposa.
- Rodrigo (Rodrigo D, No futuro, Víctor Gaviria, 1988): Joven de pocas palabras y rabioso cantar, arrastra por el mundo una honda melancolía y un desdén por todo lo que le ofrece y le ha negado la vida.
- Sargento Diógenes Hernández (La Gente de La Universal, Felipe Aljure, 1993): El ladino sargento está en medio de dos triángulos amorosos, el problema es que en uno es el cornudo y en otro es el que pone los cuernos.
- Violeta (Violeta de mil colores, Harold Trompetero, 2005): Esta mujer se nos presenta desesperada y desconsolada, pero también con una trágica y poética belleza que conmueve.
- Porfirio (Porfirio, Alejandro Landes, 2012): Personaje y actor al mismo tiempo, un hombre condenado a la cárcel de una limitación física, la cual es consecuencia del conflicto colombiano.
- Alis (Alis, de Nicolás Van Hemelryck, Clare Weiskopf): Tan ficticio como casi todos los personajes anteriores y tan real como las duras vivencias de esas jóvenes que la imaginan.
- TAQUILLERAS
- El paseo 4 (Juan Camilo Pinzón, 2016) 1.693.873 espectadores (Dago García Producciones)
- Uno al año no hace daño (Juan Camilo Pinzón, 2014) 1.634.763 (Dago García Producciones)
- El paseo (Harold Trompetero, 2010) 1.501.806 (Dago García Producciones)
- El paseo 2 (2012) 1.431.818 (Dago García Producciones)
- Uno al año no hace daño 2 (2015) 1.274.314 (Dago García Producciones)
- Soñar no cuesta nada (Rodrigo Triana, 2006) 1.198.172
- El Coco (Juan Camilo Pinzón, 2016) 1.154.386 (Dago García Producciones)
- Rosario Tijeras (Emilio Maillè, 2005) 1.053.030
- Paraíso Travel (Simón Brand, 2008) 931.245
- El paseo 3 (Juan Camilo Pinzón, 2013) 825.353 (Dago García Producciones)
- MOMENTOS – ACONTECIMIENTOS
(En orden cronológico)
- El cine llega a Colombia en abril de 1897, es decir, a menos de año y medio de su invención, pero llegó el Vitascopio de Edición y a la ciudad de Colón, que ahora es Panamá.
- Los hermanos Di Doménico realizan el primer largometraje de nuestra cinematografía en 1915: El drama del 15 de octubre, película que no sobrevivió el tiempo, seguramente por la polémica antes citada.
- Con pompa y orgullo los Acevedo inician el cine parlante en Colombia, pero más de una década tarde, luego de su invención en 1927.
- Esta fue mi vereda (Gonzalo Canal Ramírez, 1959) es la primera película colombiana en hablar de la violencia del país, aunque es un cortometraje con una narración muy precaria.
- Las películas de José María Arzuaga, Carlos Álvarez, Gabriela Samper, Marta Rodríguez, Jorge Silva y otros pocos más, que representaron la escasa participación del cine nacional en el Nuevo Cine Latinoamericano.
- Los cortos del sobreprecio y su intento por fomentar la industria durante de la década del setenta.
- La fundación de Focine y su intento por fomentar la industria durante de la década del ochenta.
- El fenómeno popular y de taquilla de una película de humor fácil, llena de estereotipos y con una demagógica premisa: La estrategia del caracol (Sergio Cabrera, 1993).
- La creación de la Dirección de cinematografía y Proimágenes en Movimiento.
- Las dos leyes de cine (2003, 2012) que, junto con las entidades del punto anterior, fundamentaron el significativo crecimiento y cualificación del cine colombiano durante el siglo XXI.
- PREMIOS
(En orden cronológico)
- Paloma de Oro Festival Internacional de Cine de Leipzig: Chircales (Marta Rodríguez, Jorge Silva, 1971)
- Selección oficial Festival de Cine de Cannes: Rodrigo D (Víctor Gaviria, 1990)
- Oscar a mejor corto universitario: El reino de los cielos (Patricia Cardoso, 1995)
- Selección oficial Festival de Cine de Cannes: La vendedora de rosas (Víctor Gaviria, 1998)
- Grand Prix Festival de Cortometraje Clermont-Ferrand: Como todo el mundo (Franco Lolli, 2007)
- Palma de oro Festival de Cine de Cannes a cortometraje: Leidi (Simón Mesa, 2014)
- Cámara de oro Festival de Cine de Cannes: La tierra y la sombra (César Acevedo, 2015)
- Nominación al Oscar a Mejor película extranjera: El abrazo de la serpiente (Ciro Guerra, 2016)
- Concha de oro Festival de Cine de San Sebastián: Los reyes del mundo (Laura Mora, 2022)
- Mejor película de animación Festival de Cine de Sitges: La otra forma (Diego Felipe Guzmán, 2022)
- MEDIOMETRAJES DE FOCINE
–que en realidad son cortos que duran menos de 30 minutos– (En orden de preferencia)
Aquel 19 (Carlos Mayolo, 1985): La nostalgia del bolero, los amigos de barrio y el primer amor en una bella y trágica historia.
Los músicos (Víctor Gaviria, 1985): Una road movie en el idioma del realismo que habla de la idiosincrasia y la «viveza» del paisa con un país en conflicto de fondo.
La mejor de mis navajas (Carl West, 1986): La violencia bipartidista inteligentemente retratada en la silla de un barbero… Espuma y nada más.
Atrapados (Juan José Vejarano, 1985): La primera relación tóxica del cine colombiano, deprimente, onerosa y triste.
Valeria (Óscar Campo, 1987): Una niña busca a su padre muerto en medio de un viaje melancólico, delirante y cargado de rock.
Semana de pasión (Julio Luzardo, 1985): Una pintoresca y divertida combinación entre el oficio más antiguo del mundo y la Semana Santa… en fin, la doble moral.
El pasajero de la noche (Carlos Santa, 1988): La animación colombiana en pañales y ya tenía su primera película experimental: oscura, expresiva y estimulante.
Momentos de un domingo (Patricia Restrepo, 1985): La mirada femenina a las hegemonías de género en un relato inteligente y contundente con su reclamo.
Con amigos así (Luis Alberto Restrepo, 1986): El mundo de una burguesa ama de casa colisiona con el de un grupo de bohemios, el resultado es liberador y crítico con las convenciones sociales.
El potro Chusmero (Luis Alfredo Sánchez, 1985): El espíritu de la revolución en su estado más puro y honesto encarnado en corcel de los Llanos.
- CORTOMETRAJES DE FICCIÓN
(En orden de preferencia)
Los retratos (Iván D. Gaona, 2012): Tierna y divertida fábula donde la inocencia de la vejez ante la tecnología revela la poesía de la imagen y su poder de seducción.
Como todo el mundo (Franco Lolli, 2007): Conflicto filial y retrato generacional expresados con la fuerza de una puesta en escena espontánea y elocuente.
La cerca (Rubén Mendoza, 2005): La violencia del país canalizada con destreza dramatúrgica en un diálogo y un lindero.
Leidi (Simón Mesa, 2014): La sencillez y desdramatización hablando con elocuencia de un drama social de las jóvenes de los barrios marginales de Medellín.
Solecito (Óscar Ruiz Navia, 2013): Brillante hibridación entre documental y ficción para acercarse con sensibilidad al amor y desamor juvenil.
Asunción (Carlos Mayolo, 1975): Resistencia al sistema y ácida crítica social en clave de irreverencia y desparpajo.
Masmelos (Duván Duque, 2019): Una potente idea comunicada con inteligencia y sutileza que contrasta con lo grotesco y ostentoso que muestra la imagen y demuestran sus personajes.
Las fauces (Mauricio Maldonado, 2021): Misteriosa y críptica fábula de violencias, marginales y tribus urbanas, llevada de la mano de una hipnótica concepción visual.
Eskwe quiere decir colibrí (Mónica María Mondragón, 2010): Un burdel como protagonista que, a través de los ojos de una niña indígena, se nos va revelando en sus rincones más oscuros, sus prácticas, cotidianidad y el contexto social que lo sustenta.
El Edén (Andrés Ramírez Pulido, 2019): La violencia latente en dos jóvenes solo puede conllevar a más violencia y a una desoladora actitud amoral frente a ella.
- FESTIVALES
- FICCI – Festival Internacional de Cine de Cartagena (62 versiones)
- MIDBO – Muestra Internacional Documental (25 versiones)
- BOGOSHORTS Festival (21 versiones)
- Festival Internacional Ojo al Sancocho (16 versiones)
- FICCALI – Festival Internacional de Cine de Cali (15 versiones)
- Festival de Cine Corto de Popayán (15 versiones)
- Festival de Cine Verde de Barichara (13 versiones)
- Cineautopsia Bogotá Experimental Film Festival (9 versiones)
- Bogotá International Film Festival (9 versiones)
- Festival de Cine de Jardín (8 versiones)
- AFICHES
(En orden cronológico)
*Oswaldo Osorio es comunicador social-periodista, historiador, magíster en historia del arte y doctor en artes. Investigador y profesor de la Universidad de Antioquia. Durante quince años fue coordinador de programación del Festival de Cine de Santa Fe de Antioquia y del Festival de Cine Colombiano de Medellín. Es director de Vartex: Muestra de video y experimental, programador del Festival de Cine de Jardín, curador del Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias -FICCI-, director de la Escuela de Crítica de Cine de Medellín y editor de la revista de cine colombiano Canaguaro. Es crítico de cine del periódico El Colombiano, de la Revista Kinetoscopio y fundador del portal www.cinefagos.net. Autor de los libros Comunicación, cine colombiano y ciudad (2005), Cine en viñetas (2010), Realidad y cine colombiano 1990 – 2009 (2010), Por el lente de un cinéfago: Antología de cine colombiano (2016), Las muertes del cine colombiano (2018), Salas de cine y cineclubes de Medellín 1956 – 2020 (2020). (Fuente: proimagenescolombia.com).
Muy detallado y agrupado en temas específicos todo este resumen de cine hecho en Colombia,me falta por ver muchoas de las sugerencias aquí expuestas, no obstante para mí hasta ahora la mejor película colombiana es LA MANSIÓN DE ARAUCAIMA, porque tiene todos los aspectos que pueda tener una película, y se correlaciona perfectamente con el acontecer y la historia de Colombia, además es muy auténtica, que a mi modo de ver es lo que debe buscar el cine Colombiano, identidad, pero no con Novelas que no obstante son muy bien hechas, ni con tanto Pablo Escobar o sus equivalentes, o es posible que no se pueda integrar el cine Colombiano en una sola manera, solo resta decir que Osvaldo Osorio nos facilita la clasificación y el acercamiento al cine …. creo que se le escapó La Potra Zaina, importantísima porque reseña como surgió la guerrilla en Colombia, y faltaron algunos festivales de cine como El de Santa fé de Antioquia, el de Jericó muy reciente, y seguro hay otros aún muy incipientes, pero pueden tener cabida., de todas maneras sinceras Felicitaciones al autor Osvaldo Osorio