EL DESPERTAR (COSAS QUE ME DIGO A MI MISMO CUANDO YA NO SOY ‘YO’)

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el despertar

Por Juan Velasco Moreno*

«El que ama ya no posee su corazón»
(San Juan De La Cruz)

1. El despertar a tu verdadera esencia es como la unión con el amado. Tu conciencia se despierta. Respira y deja que tu verdadera esencia se manifieste y sea una contigo. ¿Cómo has de despertar a tu verdadera naturaleza? ¿Cómo descubrirás la infinita libertad que te da tu conciencia? Respira estas preguntas al inhalar y deja que, al exhalar, éstas se disuelvan.

2. Ya no estás atado a las cadenas del tiempo y el espacio. Libre de la forma, libre del vacío, el alma despierta y es una. Como el río fluye libre en el valle abierto, la unidad es un despertar a la infinita libertad.

3. Llénate todo, ábrete a tu conciencia. Pregúntale a tu alma. Ella lo sabe. Como el valle que se abre al caudaloso río, así tu alma se llenará toda. En el despertar, deja que de tu verdadera esencia se llene tu alma.

4. Descubre que ahora ya no tienes límites, que eres uno con todo. Se desvanece la angustia y el miedo cuando, en el amor, el alma se despierta y se hace una con todo lo creado. El falso ego ha sido borrado.

5. Más allá de los límites del tiempo y el espacio, despierta a la conciencia pura del ser. En la unidad inamovible, el alma es todo con todo lo que es.

6. Ya no busques nada. Para siempre vive saciado en la conciencia pura del ser. Ya nada busca el alma. Todo lo previamente conocido es sólo un sueño. Libre para siempre, llena la una del otro, tu alma y su conciencia yacen saciadas, en la unidad del ser.

7. Vive despierto. Vive como el caudaloso rio que fluye libremente hacia el mar. El alma fluye, libre para siempre, llena de la virtud de simplemente ‘ser’. Ya nada busca, vive en el eterno presente, vive en la conciencia de ser y fluye como el caudaloso río.

SIETE POEMAS PARA DESPERTAR

ALIENTO AMADO

QUISIERA RESPIRAR conscientemente, abrazar la oscura sombra, desnudarme, curioso de mí, queriendo reconocerme. Vibra una luz lejana más allá de las ventanas y oigo las pulsaciones de la noche, sostenido por el límpido ritmo de un respirar idéntico. Más allá hay luz, más allá está el murmullo, el dulce olor y el sonido suave de los cuerpos —En el límite mismo del silencio, de esa luz y ese murmullo, advierto la presencia.

PRESENCIA DEL OTOÑO

¿EXISTEN LAS SOSEGADAS PREGUNTAS del viento? ¿Qué substancia tiene esta búsqueda, este momento? Sostenido por la lánguida mudez del otoño, el mundo se queda inmóvil, fuera y dentro de lo que es, sereno en el círculo puro de la translúcida mañana. Nubes blanquecinas y leves, henchidas de sol, cruzan como balsas de aire, se adueñan de la fugaz sacudida del frío. ¿Existe este otoño en mí, en la eternidad simple de la mirada? Las hojas amarillas yacen, lánguidas, a mis pies, se quiebran con el roce ligero de mis pasos, se desintegran en otro ingrávido cuerpo. ¿A dónde voy, a dónde vamos? Los pájaros se agitan, gira el aire, retorna y sacude la copa de un árbol. Cuando alzo la cabeza, las gotas leves, descienden como puntos de luz, cae la lluvia desde una nube grisácea, henchida de agua. ¿Qué hago aquí? ¿Para qué he venido? ¿Eres agua y brisa en mi cara? ¿Es el viento el que pregunta o hablo conmigo mismo? Llueve desenfrenadamente en este instante, cierro los ojos —en el vértice del aire, la piel y el agua, finalmente te encuentro.

ENCUENTRO

TIEMBLAN LAS RAMAS en la explosión blanca del aire y el pico dorado de la luz sacude el fuego de las hojas rojas, y me traspasa. Es una lanza dulce como un beso, el fulgor de este otoño, la leve redondez del aire frío y su abrazo. Para siempre quisiera ser, contigo, y habitar en el secreto vértice, en la unidad de la luz, en el horizonte de tu cuerpo blanco. ¿He de ser, en ti, un renglón del aire? Fundidos en el aliento secreto, en la esfera transparente del ser, me habitas y te habito. Tiemblo de ti, sin cesar de ser, suspendido en la claridad, sin otra esencia que la de volar.

SIN OTRA ESENCIA

RENDIDO a la noche, bajo la oscura bóveda del silencio, respiro y vivo en el infinito asombro del recuerdo. ¿Alguna vez, sin ti, fui alguien? ¿Alguna vez, en otra vida, te tuve entre mis brazos? Mis ojos se cierran y busco más allá del dolor, del caos. Quisiera respirarte en cada momento, que mis labios fueran uno con la sombra de tu aliento. Presiento otro existir, más allá del pensar, más allá de la forma, del sol y del viento, otro espacio en el que todo se detiene y brota, lleno de tu silencio. Mientras otros duermen, yo estoy despierto, contigo, en el transcurrir de esta libertad en la que vivo plenamente. Mis palabras son la risa tuya, son el roce de tus alas, el beso que para siempre me despierta del sueño.

DESPIERTO

ME DESPEREZO, libre, tumbado a lo largo en la hierba, cerca del arroyo, al calor de una gran piedra blanca. Sintiéndome vívido, duermo y reposo, me dejo caer en el mullido cristal del abrazo. ¿Este espacio blanco que todo lo llena, eres tú? ¿Está lleno de ti? Dejo que la mañana clara acaricie mi rostro mientras mis dedos suavemente acarician las briznas frescas de la hierba.

CAEN los vestigios de la muerte, desaparecen las heridas que me atan al sueño. Así conozco tu nombre, que en mi boca, se llena de tu esencia, que es un beso del aire, que es un salto más allá de las tinieblas. La flor se abre y los insectos le alimentan. El pico dorado del colibrí guarda su néctar y le traspasa. Mi alma, todo mi ser, vive saciada. En el alto vuelo del cuerpo, voluptuoso y redondo, me conoces plenamente. Desciendo lentamente al regazo dulce del amado. Soy la flor que guarda la ternura, la dolorosa caricia del cuerpo de plumas, el polen, la esencia de mi boca y su semilla. Fruto y esencia soy de ti, y lleno de ti vuelvo a ella.

RETORNO

EL SOL DESCIENDE entre luminosos reflejos de color, en el aire de un verano plomizo. La luz arde en el horizonte, se disuelve al amarillo, vuelve al lánguido naranja, se detiene en el rosa opaco. Ahora el tenue crepúsculo me recuerda a ti, apenas me sostiene. ¿Qué encuentro de tenue luz es este? Borracho de soledad, como un loco o un mendigo, te espero y te busco, quiero darte un nombre.

¿ES POSIBLE SOLO SER? ¿O ser contigo, dentro de ti, ser uno en ti? Quisiera ser una criatura de luz, ser un deseo innombrable, página en blanco, círculo de indefinida transparencia. Quisiera, en ti, verme desnudo, verme como un ser abierto y nocturno, radiante de estrellas en el infinito girar de la forma, verme entre jeroglíficos y signos que se escriben e inmediatamente se borran. El sol se oculta, arden las sombras entre las cigarras que estridentes, despiertan. A punto de desaparecer, la luz radiante se detiene. Vivir sin vivir en el sueño, habito en lo que me habita, te amo en lo que toma y lo da todo. Eres sin ser, eres mi descanso.

MUERE LA LUZ como una espada que se quiebra. En el vértice de la cesación a ti me uno —eres aire, color, ala, una ráfaga del gemido.

UNIDAD

NAZCO A ESTE MUNDO. Soy esposa de luz en esta comunión que me ilumina. Me intoxico de ti, de este soplo que soy, de ese ojo tierno que me observa. Me interno, entre sequoias, en un bosque. Ahora te busco entre las ramas de luz, en el fugaz vibrar de los insectos, en el amago de la sombra, en el parpadeo del sol, en el suave cielo, leve como el soplo que respiro.

TE BUSCO EN EL ALIENTO que me da la vida y la quita. Se hace todo en mí, de todo estoy hecho yo. Quisiera ser contigo en toda la muerte que nos da vida y en todo lo que se consume mientras nos habita. Por las veredas de la noche te encuentro, luminoso y solo, pero también ahí, en este infinito fulgor, de ti me enamoro.

* * *

Sobre la presente columna: La poesía me ha enseñado a morir mejor. Y aprender a morir, es aprender a vivir. En Cronoctámbulo buscaremos la palabra auténtica, la que vive dentro de nosotros y, en nuestras muertes, trasciende y se convierte en oportunidad. Cronoctámbulo se propone indagar en los rincones más oscuros de la conciencia: en la violencia y la muerte, en el caos y el vacío, en el éxtasis y la plenitud. Nos acercamos al misterio con cautela pero tras los feroces guerreros del miedo se esconde nuestra liberación.

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*Juan Velasco Moreno es Doctor en Filología Hispánica, por la Universidad Complutense de Madrid, y Doctor en Filología Inglesa, por la University of California, Los Ángeles (UCLA). Profesor, desde hace más de veinte años, en Santa Clara University, la institución universitaria más antigua de California, es docente en el programa de Filología Inglesa y en los campos de literatura latinoamericana y chicana. Producto de su labor como investigador y conferenciante es responsable de la edición de Cartones de Madrid, de Alfonso Reyes (Madrid, Hiperión, 1988) y de la obra poética de José Juan Tablada, Tres libros: Un día (Poemas Sintéticos), Lí-Pó y otros poemas, y El jarro de flores (Madrid, Hiperión, 2000). En 2002 preparó la antología Under the Fifth Sun: Latino Literature from California (Berkeley, Heyday Books), y Las fronteras móviles: tradición, modernidad y la búsqueda de «lo mexicano» en la literatura chicana contemporánea (Universidad Autónoma de Nuevo León, 2003). Es también el autor de la novela Enamorado, (Madrid, Ediciones Miraguano, 2000), y de Call Me When I Am Gone, un DVD con su poesía y fotografías del artista David Pace. De 2011 es La masacre de los soñadores (Madrid, Editorial Polibea), una colección de poemas sobre California y el Oeste americano. Su últimas obras hasta la fecha, son Collective Identity and Cultural Resistance in Contemporary Chicana/o Autobiography (Palgrave Mcmillan, 2016) y 1988:NY-LA (Polibea, 2021), una colección de ensayos autobiográficos cortos que son una meditación sobre el concepto de América.

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