PÉNDULOS

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pendulo

Por Julio Quintana Olmo*

Mis ojos melancólicos vigilan
los indecisos péndulos que oscilan
entre tu abnegación y mi egoísmo,
entre mi veleidad y tu constancia,
entre la zafiedad y el eufemismo,
entre tu erudición y mi ignorancia,

entre la carcajada y el sollozo,
entre mis sufrimientos y tus gozos,
entre la pulcritud y la inmundicia,
entre mi hostilidad y tus caricias,

entre quien me defiende y quien me ataca,
entre tu sobriedad y mi resaca,
entre mi necedad y tus birretes,
entre tu libertad y mis grilletes.

CANCIÓN DE REDENCIÓN

Un latido enfermo, una ilusión
de garrafón.
Que hoy Dios le acabe dando al diablo la razón.

Reino de los vicios, ataúd
de la virtud.
Dos manos gélidas tañendo mi laúd.

Saboreo mi adicción
a la aflicción;
serena rendición,
dulce resignación.

Bendita maldición
que ya no haya salvación:
alas arrastrándose,
cielos desangrándose,
mares incendiándose;
llegó el armagedón
a mi canción.

Reino de los vicios, ataúd
de la virtud.
Dos manos gélidas tañendo mi laúd.

Un caedizo y aterido sol,
un mar de alcohol,
un alma de metal fundida en un crisol…

Una aurora boreal
providencial
hendió mi oscuridad,
me ató a la libertad.

Oh, prodigiosa luz,
me desclavas de mi cruz:
ya ni alas arrastrándose
ni cielos desangrándose
ni mares incendiándose;
llegó la redención
a mi canción.

___________

*Julio Quintana Olmo nació el 5 de septiembre de 1984 en Sevilla, ciudad en la que vive. Obtuvo el título de Bachillerato en el IES Gustavo Adolfo Bécquer de Sevilla. Se ha dedicado principalmente a la hostelería desde el año 2003, y es a lo que actualmente se dedica. Es padre de una niña de 3 años.

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