In memoriam de mi entrañable amigo Carlos Alberto Sánchez Quintero, enorme artista de la escena y las letras, quien se ocultó de una manera definitiva, pero su legado y poesía vivirán por siempre. Doy gracias por toda la vida que me ha regalado en estos más de 35 años de encuentros, desencuentros y reencuentros definitivos. Nací para el teatro a su lado y aprendí a crecer pensando en él como mi espectador ideal. En el fondo de cada sala donde me he presentado su presencia ha estado acompañándome y susurrándome al oído. Él ha sido mi gran maestro, mi referente y un guía único. Es el regalo que el cielo me dio y es ese lazo invisible que supera toda hermandad genética. Aquí estoy y él habitará por siempre en mí. Liliana Hurtado
Por Carlos Alberto Sánchez Quintero*
«La tragedia es en esencia una imitación no de las personas,
sino de la acción y la vida, de la felicidad y la desdicha».
(Aristóteles)
ALGO DE HISTORIA
Es casi una obviedad plantear que las relaciones entre el hecho literario y el hecho teatral, son las mismas que las relaciones de causalidad entre el huevo y la gallina o viceversa; pues en ambos casos su génesis se encuentra en los grandes mitos fundacionales que asoman en las diversas civilizaciones con sus relevantes manifestaciones culturales que alumbrarán el sentido de identidad de los pueblos desde sus más ancestrales configuraciones. Mitos y leyendas como los de Gilgamesh, Osiris, Amaterasu, Deméter, Perséfone, Dioniso, Jehová, Alá, Cristo, Mahoma, etc., por sólo nombrar a los que devinieron en las civilizaciones grecorromanas, judeocristianas y musulmanas; culturas en las que ya se da el hecho literario y teatral, arropadas en grandes misterios, para nuestro caso, los Misterios Eleusinos, y los Misterios cristianos, que van a determinar en gran medida toda la producción teatral que conocemos hasta nuestros días.
La gran matriz de los fenómenos literarios y teatrales en Occidente es sin duda El Ditirambo, pues este magnífico himno en honor a Dioniso es el advenimiento del coro, cuya composición lírica griega originariamente formaba parte de sus rituales (Poética de Aristóteles).
Se desconoce el origen de la palabra, y probablemente la raíz sea griega, y el dios Dioniso era llamado también «el hijo de la puerta doble» o «el dos veces nacido». Según Aristóteles, la tragedia nace del ditirambo, que lo constituía un coro formado por unos cincuenta hombres o niños, con un contenido más lírico que dramático; es decir, no tenía forma teatral, sino que consistía en una serie de invocaciones acompañadas de la lira —de ahí su nombre— que eran cantadas, y cuyo fin era llamar al dios para presenciar el canto del Coro, en el que se va a festejar a Dionisos, que, identificado con diversas divinidades masculinas, representaba la fertilidad de la Naturaleza, y asimismo, sus fuerzas misteriosas, tanto benéficas como peligrosas (Nietzsche. El origen de la tragedia).
El aspecto peculiar del ditirambo era un ritornello emitido en una suerte de grito por el coro. Con estas exhortaciones alternaban el canto del guía del coro llamado también exarconte o corifeo. En ellos se rogaba ansiosamente la llegada de Dioniso, deidad de la fecundidad animal y agraria. Así, el oscuro origen de la tragedia se debe buscar en la mezcla de diversos elementos. Desde lo más arcaico, pues en todas las culturas ha existido la poesía lírica, con el objeto de celebrar algunos ritos, sobre todo los que tienen que ver con lo divino. Este himno, como se ha reiterado, era coral, y se acompañaba frecuentemente con movimientos típicos de la danza mimética, en la que las máscaras, por supuesto, tenían un papel fundamental para representar a los sátiros y demás integrantes del cortejo que acompañan a Dionisio. «La combinación de la poesía lírica y los rituales dionisíacos constituyó la prehistoria de la tragedia griega» (M. I. Finley. Los griegos de la Antigüedad).
La tragedia en estricto sentido del término, no era pues un drama ritual, pero conllevaba una relación muy cercana con el hecho religioso. Una innovación fundamental fue la separación de coro y corifeo para dar lugar al primer actor. Este invento se le atribuye principalmente a Tespis, oriundo de Icaria, un actor mítico, y seguramente, autor trágico. Con el advenimiento del primer actor asistimos con seguridad al nacimiento del teatro occidental.
PERVIVENCIA DEL YAMBO
Antiguamente la lírica parecía ser muy distinta del yambo y de la elegía, pero después del Renacimiento fue ampliando su radio de acción. Ya Goethe distinguía tres formas naturales de poesía: la épica, el Drama, y la lírica. Hoy diríamos que la lírica incluye, además cantos corales, el peán, el ditirambo, el elogio, el epinicio, el canto fúnebre, la elegía, y por supuesto, la poesía yámbica.
Aristóteles apenas habla de la lírica en su poética y no podemos usar sus conceptos de argumento o de personaje para examinar los poemas líricos que tenemos, ya que no siempre cuentan historias exactamente. Genéricamente, podemos hablar de un género, o mejor, de un estilo de poesía. Los temas de los poemas líricos son muchos y diversos, van desde el amor hasta la celebración de la victoria en la batalla; varían en longitud, métrica, dialecto, persona gramatical, destinatario, acompañamiento musical y propósito.
La naturaleza fragmentaria de los textos que tenemos tampoco ayuda a establecer un parámetro; para sumar a la complicación, está la filosofía. Algunos presocráticos, como Jenófanes, Parménides o Empédocles escribieron en verso, pero no suelen ser estudiados como poetas. Su puesto, como los primeros filósofos, fue empezar a pensar en el lugar que ocupan los hombres en el universo.
Arquíloco pasó a ser el poeta lírico más destacado de la antigua Grecia, junto con los presocráticos, los sofistas y los dramaturgos. El último gran lírico fue Píndaro, con una poesía monódica que es cantada por un solo individuo. Aquí ya está el yambo y la elegía. Por otro lado está la lírica coral, nosotros en la era moderna pensamos que la lírica es una poesía sentimental y confesional que expone las emociones del poeta con respecto a temas como el amor, la muerte, el destino de los hombres o la esperanza. También pensamos que la poesía es una experiencia de lectura privada y personal; en cambio para los griegos la poesía estaba ligada al espectáculo público.
Ahora, la idea es hablar de una de las formas más emblemáticas de la lírica griega: el Yambo.
Primero, veamos los posibles orígenes de este tipo de lírica. El Yambo acaso está relacionado con la extraña figura mítica de Yambe, hija de la ninfa Eco y del dios Pan y sirvienta de Metanira que era la reina de Eleusis y esposa de Céleo. Según cuenta el himno homérico, Deméter, la diosa, ingresó al palacio de Céleo rechazando todas las muestras de hospitalidad. Ni siquiera se sentó en una silla y no aceptó comida ni bebida. Estaba triste por la ausencia de su hija Perséfone, quien había sido secuestrada por Hades y llevada al inframundo, pero de pronto Yambe bromeó con Deméter, y burlándose de ella con muchas chanzas, hizo que la sagrada diosa sonriera, y mantuviera un corazón lleno de gracia. Es posible que Yambe haya insultado personalmente a Deméter, y ella, no sólo no se ofendió, sino que parece que lo disfrutó. Esto es verdaderamente muy extraño, pues se piensa que una divinidad debería ser tratada con el máximo respeto; de hecho, existen varios mitos en los que la falta de respeto hacia los dioses era castigada severamente.
El episodio de Yambe está conectado con las Tesmoforias, un famoso festival en honor a Deméter. En ese evento era costumbre decir cosas vergonzosas, porque una vez hicieron reír a la diosa con algo bochornoso; entonces dentro del culto de Deméter ya aparece ser Yambe la que proporciona la licencia para usar un lenguaje que en otro contexto resultaría obsceno. El yambo del tipo practicado por Arquíloco y los otros yambistas jónicos, es claramente una cristalización literaria de la canción de culto o, en otras palabras, un género poético que se ha desarrollado a partir de dicho tipo de canción.
No es raro que ocurran este tipo de evoluciones en una sociedad que le daba importancia a las canciones en festivales religiosos. La comedia ateniense, por su parte, surgió de las antiguas canciones paralíricas. Entonces tanto el yambo como la comedia, surgieron de los cultos y rituales tradicionales. Lamentablemente no sabemos qué insultos o palabras ofensivas cumplían un rol en los ritos sagrados. Ahora bien, con base en estos antecedentes religiosos del yambo podemos tener una explicación: las cosas bochornosas o vergonzosas son posibles dentro de cierto contexto del ritual religioso, pero la idea no sólo era relajar las normas, costumbres y convenciones sociales, sino simbolizar la ruptura de toda la sociedad tal y como la conocemos. Algo muy próximo a la idea de carnavalidad. (Indro Montanelli. Los Griegos).
Recordemos que la religión en la antigüedad cumplía el propósito de orientar y justificar la vida humana. La pregunta es qué hacemos hoy en día cuando el mundo entra en crisis igualmente y no tenemos mitos para garantizar nuestra salvación, qué hacemos hoy cuando Perséfone permanece en el infierno sin escapatoria.
Volviendo a nuestro tema, el yambo no está desligado de este contexto religioso puesto que su función era defender los valores tradicionales de una sociedad. Los poetas de este estilo, como Arquíloco, eran guardianes de la estabilidad del mundo, el Yang y el Yin, ya no es un mero entretenimiento; aunque como toda la literatura, puede ser entretenido, es poesía, pero con un propósito serio e importante.
MÉTRICA YÁMBICA
El yambo orientó la poesía, tanto en la lírica como en el drama, en las técnicas sujetas a la métrica. En las lenguas griega y latina es importante lo cuantitativo, esto es, la poesía se funda en la repetición de un determinado patrón de sílabas de duración larga, o bien breve, denominado pie métrico. Cada sílaba larga equivalía en duración a dos breves.
Los griegos y latinos declamaban los versos indicando la medida con el pie. De allí el nombre de pies con que se designan las divisiones del verso. El pie comprende dos partes: una correspondiente al tiempo marcado (o fuerte) señalado con el acento de intensidad o ictus, y la otra que coincidía con el tiempo débil de la medida.
EL VERSO BLANCO
El verso blanco, o verso suelto, es un tipo de composición poética que se caracteriza por tener una métrica regular y carecer de rima. En inglés, el verso blanco normalmente ha empleado el pentámetro yámbico.
En 1561 Thomas Norton y Thomas Sackville lo introducen en la escena. Fue Christopher Marlowe quien lo popularizó, además de establecerlo como el verso preponderante en el drama inglés en la época isabelina. Fue William Shakespeare quien lo elevaría a sus más altas cotas.
En la literatura en español, El arte nuevo de hacer comedias en este tiempo (1609), de Lope de Vega, es un ejemplo de composición en verso blanco, en este caso, en endecasílabos sin rima.
LOS HEXÁMETROS DE SHAKESPEARE
Aunque siempre ha sido más conocido como dramaturgo, Shakespeare fue también un extraordinario poeta; incluso parece ser que él mismo se valoraba más como poeta lírico que como autor dramático. Aunque escribió poemas extensos como Venus y Adonis o La violación de Lucrecia, se le recuerda como un magnífico compositor de sonetos líricos.
Los poetas ingleses se instalaron en una nueva modalidad de soneto renovada y original y el propio Shakespeare era irónicamente consciente de ello:
¿Por qué mis versos se hallan tan desprovistos de formas nuevas, tan rebeldes a toda variación o vivo cambio? ¿Por qué con la época no me siento inclinado a métodos recientemente descubiertos y a extraños atavíos? ¿Por qué escribo siempre de una sola cosa, en todo instante igual, y envuelvo mis invenciones en una vestidura conocida, bien que cada palabra casi pregona mi nombre, revela su nacimiento e indica su procedencia? ¡Oh, sabedlo, dulce amor, es que escribo siempre de vuestra persona y que vos y el amor sois mi eterno tema; así, ¡todo mi talento consiste en revestir lo nuevo con palabras viejas y volver a emplear lo que ya he empleado! Pues lo mismo que el sol es todos los días nuevo y viejo, así mi amor repite siempre lo que ya estaba dicho. (Shakespeare. Sonetos).
Los sonetos, a juicio de los entendidos, casi pueden dividirse en dos series: una dirigida a un misterioso joven y los restantes a una enigmática mujer morena, casada al parecer, instruida y de alta alcurnia, que sabía tocar la espineta o clavecín. También aparece ocasionalmente en el trío formado por Shakespeare, el misterioso joven y la dama morena, otro personaje, al parecer un poeta rival, que complica, si cabe aún más la extraña relación. El tema es fundamentalmente el Amor y también el Tiempo en su fugacidad.
LOS PRETEXTOS LITERARIOS EN LA DRAMATURGIA GRIEGA
Desde Homero, con su Ilíada y su Odisea, la literatura ha aportado los principales temas, tramas, argumentos y fábulas para el quehacer teatral. Toda la dramaturgia clásica griega está permeada por los versos del rapsoda, y gran parte de la tragedia se nutre del llamado «Ciclo Homérico», complementado después con el «Ciclo Tebano».
Ciclo Homérico
De Esquilo
La trilogía: La Orestíada
Agamenón
Las coéforas
Las euménides
De Sófocles
Áyax
Electra
Filoctetes
De Eurípides
Electra
Filoctetes
Orestes
Ifigenia en Áulide
Las Bacantes
El Cíclope (drama satírico)
Las Troyanas
Andrómaca
Hécuba
Las Suplicantes
Ion
Ifigenia entre los Tauros
Electra
Helena
Heracles
Orestes
Ifigenia en Áulide
Las Bacantes
El Cíclope
DE LAS CRÓNICAS DE RAPHAEL HOLINSHED A SHAKESPEARE
Es un trabajo colaborativo publicado en varios volúmenes y en dos ediciones, la primera en 1577 y la segunda en 1587. Se trata de una descripción larga y exhaustiva de la historia de las islas británicas. Las crónicas son una fuente de interés por su relación con las obras teatrales de Shakespeare.
Es una creencia generalizada que dicho autor utilizó la 2ª edición revisada de las Crónicas (publicada en 1587) como fuente de algunos de sus dramas históricos, de la trama de Macbeth y de partes de El rey Lear y Cimbelino. Otros dramaturgos, como Christopher Marlowe, también utilizaron las Crónicas como fuente.
LAS REVISITACIONES
De la Narraturgia a las adaptaciones y las reescrituras
Séneca: Edipo, Medea.
Terencio: El Misántropo de Menandro.
Plauto: El Soldado fanfarrón de Los Caballeros de Aristófanes.
Moliere: El Avaro, de Plauto.
Goethe: El Fausto de Marlowe.
De Sartre: Las Moscas a Electra y Las Troyanas de Eurípides.
De Anouil: Medea de Eurípides.
DE LAS REVISITACIONES EN COLOMBIA
Enrique Buenaventura: De Tomás Carrasquilla A la diestra de Dios padre
Jaime Barbini, Carlos José Reyes y Enrique Buenaventura: Soldados y La Huelga, basados en La Casa Grande de Álvaro Cepeda Samudio.
De las crónicas de la violencia de Arturo Alape a El Abejón mono de La Mama.
De la historia de Panamá de Eduardo Lemetre a I Took Panamá del TPB.
De La Vorágine de José E Rivera a la versión de Juan Carlos Moyano
De La historia del Buscón de Quevedo al dialogo del rebusque de Santiago García
De El Ingenioso Hidalgo de Cervantes a El Quijote de Santiago García
De Invitación a una decapitación de Vladimir Novokov a Manda Patabularia de Santiago García.
De Alicia en el país de las maravillas de Lewis Carroll a Maravilla star de Santiago García.
LAS ADAPTACIONES Y RECREACIONES DE LA ESFINGE TEATRO DE ILUSIONES
De Erase una vez un rey del Aleph de Chile a El Poder del Juego del TEAL
Del Misterio Bufo de Fo a Juglarada y Llegaron Los Juglares De La Esfinge
De Cien años de Soledad de GG Márquez a Macondo Galería de Personajes de La Esfinge
De Amaranta Buendía de GG Márquez a Amaranta, Nuestro amor perverso de La Esfinge.
De Casa de Muñecas de Ibsen a Nora, otro amor perverso de La Esfinge
De Medea de Eurípides y de Séneca a Medea un amor perverso de La Esfinge.
Y todas las recreaciones sobre la dramaturgia de William Shakespeare
Shakespeare a todo color,
Shakespeare in tinieblis,
Shakespeare Allegro,
El Lanza lanzas,
El Revendedor shakesperiano,
Judith, la última Shakespeare.
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In memoriam
El presente texto fue el último artículo que escribió el maestro Carlos Alberto Sánchez Quintero, quien gentilmente nos lo envió pero que lamentablemente no alcanzó a verlo publicado. S. T. T. L.
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* Carlos Alberto Sánchez Quintero. Armero (Tolima), 1958–2024. Fue Actor, director, dramaturgo, investigador, y docente de teatro. Director Artístico de La Esfinge, Teatro de Ilusiones. Director de la Revista Cultural Creadores. Director de la Casa de la Cultura de Usaquén. Director de la Clínica de Investigación teatral de La Esfinge (Internados creativos). Maestro en Arte Dramático de la ENAD. Profesor de Artes Escénicas del Proyecto Curricular LEA. Facultad de Ciencias y Educación. Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Investigador del Grupo de Investigación INTERTEXTO. Coordinador Del Semillero de Investigación La Imagen Escénica. Investigador principal del proyecto de dramaturgia y montaje de Yo, Roa Sierra, CIDC. U. Distrital. Investigador del proyecto El paradigma de Shakespeare en el teatro colombiano, UD. Facultad de Ciencias y educación.
Publicaciones: Palabras, diálogos y sueños de La Esfinge. Teatro de los 70s.Teatro, Teatro de los 80s, Teatro de los 90s, Teatro Para Niños. Teatro, comparsa y carnavalidad en Usaquén. Yo, Roa Sierra. La Esfinge, Teatro de ilusiones, de juglares y de farsantes. Las hadas madrinas no van a las escuelas del sur. Teatro Griego del Siglo V a.C. para el teatro colombiano del siglo XXI d.C. Teatro con valor de uso. Teatro de Encuentros con la historia. Shakespeare Tríptico Nuestro. Brevísimas historias que pudieron ocurrir mientras nos tomábamos un tinto, Teatro de Blasfemias y de amores perversos, Desde Babilonia, Teatro de bufonadas y de historias de locos, Dos fabulillas teatrales para niños y jóvenes, Palabras de mujer, Doce relatos para alucinar en el puesto de la llanta del bus. Inconclusos: El paradigma de Shakespeare en el teatro colombiano. Con Trotsky también y otros relatos extracurriculares.