LOS FANTASMAS DE LA CRISIS MINISTERIAL
Por Marcel Hofstetter Gascón*
Después de dos años de gobierno, el Presidente Juan Manuel Santos ha decidido revivir la figura de la de la renuncia masiva de los Ministros del Despacho, acto inexistente durante el largo período de Gobierno de su antecesor, Álvaro Uribe Vélez.
Varias reflexiones se desprenden del reajuste en varias carteras. En el ámbito político, el reajuste ha provocado un balón de oxígeno para el Presidente, justo cuando estaba enfrentando el peor momento de su mandato, fruto de la fétida reforma a la justicia. Las movidas políticas han permitido un acercamiento a los partidos políticos que conforman la llamada Unidad Nacional, limando algunas de las asperezas de la última legislatura.
Los reajustes muestran un cambio en la agenda inicial de gobierno, caracterizada por las llamadas cinco locomotoras, la cual ha sido desplazada por el objetivo concreto e incierto de la búsqueda de la paz. La noble estrategia conlleva un alto riesgo, y confirma una vez más la gran capacidad del Presidente para plantearse jugadas audaces con dos resultados posibles: todo o nada.
De llegar a fructificar un proceso de paz con la insurgencia, el Presidente no sólo tendría asegurada su reelección, sino que pasaría a la historia como el hombre que fue capaz de resolver un problema endémico de la sociedad colombiana. Ahora bien, de fracasar en su intento, se convertiría al mejor estilo de George Samsa, en un horrible insecto, poblando como uno más, el árido desierto de cadáveres políticos.
Sorprende que hombres que han ejercido y han buscado la primera magistratura con tanto ahínco, se vean rodeados de personas incapaces de desarrollar los mínimos expuestos en el Plan de Desarrollo, y terminen quemados en los primeros compases.
Lo anterior demuestra que la preparación para llegar a la Presidencia no fue acertada, o que a la hora de conformar la primera línea de colaboradores, priman los acuerdos políticos en los nombramientos. Los hechos conducen a fallos en la acción de gobierno, que sin duda alguna debilitan el correcto funcionamiento de las instituciones. Sin embargo, se le debe reconocer al Presidente, la capacidad para irse desprendiendo de Ministros inocuos, y no conservarlos durante largos períodos al estilo de su ex aliado.
¿Será suficiente?
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*Marcel Hofstetter Gascón es Director del Programa de Economía y Finanzas Internacionales de la Universidad de La Sabana