Alfil Cronopio

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El mejor

ÁLVARO URIBE, EL MEJOR AMIGO DE JUAN MANUEL SANTOS

Por Marcel Hofstetter Gascón*

Difícil de creer. La disputa más agria protagonizada por los dos principales líderes de la última década, se ha convertido en el principal bastión del Primer Mandatario. Después de una hábil jugada política del Presidente Santos en pro de los diálogos de paz con la insurgencia armada, Álvaro Uribe ha lanzado toda una ofensiva política y mediática atacando los diálogos y afirmando que el enfrentamiento armado es la única vía para lograr la tan anhelada paz.

En caso de un fracaso en los diálogos, Uribe y sus áulicos estarían en posición inmejorable para volver a ejercer la Primera Magistratura, y volcar toda la maquinaria de guerra sobre la guerrilla. Esa amenaza patente planeará de manera inexorable sobre la mesa de diálogo en La Habana, presionando la concreción de resultados palpables en un corto plazo. Gobierno y guerrilla empezarán a sentir la presión del tiempo. El menor fallo en los diálogos, se manifestará en las urnas en la vuelta de la extrema derecha al poder.

Un lujo demasiado caro tanto para el Presidente Juan Manuel Santos como para la guerrilla. El Presidente vería opacado su Gobierno con una derrota en las urnas, y un malestar por parte del elector primario. Lo más grave para un político de la estirpe del Presidente, sería no pasar el primer filtro de la historia, como el gran estadista que siempre quiso ser. Sería recordado como un político gris, con falta de carisma, que a duras penas pudo introducir unas leves reformas de medio tinte que nunca lograron acercarse al cambio estructural que necesita la sociedad colombiana.

Para la guerrilla, el panorama no es más alentador. Después de haber perdido la conexión ideológica con los más marginados, de ser vapuleada por la maquinaria de guerra ejercida en los últimos tres lustros, y de ser condenada por sus excesos por gran parte de la sociedad, una nueva exposición a las armas, resultaría en un evento casi suicida. Seguir en una guerra de cinco décadas, viendo morir a miles conciudadanos, alejándose del pueblo que dicen defender, sería un error aún más craso que el del Caguán.

La única solución gana – gana para los dos bandos, y que condenaría a los ideólogos del Puro Centro Democrático al ejercicio de la oposición política sin argumentos- es el avance en los diálogos de paz hacia una salida pacífica. De darse el evento, el presidente Santos podría aspirar a un segundo mandato, o dejarse tentar como Secretario de la Organización de Naciones Unidas, como el gran artífice en la resolución de conflictos. La guerrilla empezaría su camino democrático promocionando sus ideales con las herramientas de la democracia.

El Presidente Santos nunca agradecerá el gran favor que le está produciendo su principal adversario. Sin lugar a dudas, Juan Manuel Santos fue el mejor amigo de Uribe al materializar la ofensiva militar, y Álvaro Uribe habrá ejercido la principal presión para que los diálogos llegaran a buen puerto. La historia es cíclica, y contundente con sus protagonistas.
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*Marcel Hofstetter Gascón es Director del Programa de Economía y Finanzas Internacionales de la Universidad de La Sabana

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