Alfil Cronopio

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Difusa

“LA POLITICA DIFUSA”

Por Marcel Hofstetter Gascón*

El escenario político  colombiano ha entrado de lleno en el año electoral con miras a las próximas elecciones de Congreso y Presidencia del año 2014. El debate político se encuentra polarizado alrededor de la paz, entre la reelección de las políticas del actual mandatario basados en el diálogo con las FARC en Cuba, y los opositores “furibistas” que contemplan el uso de la fuerza como único mecanismo para la resolución del conflicto.

A primera vista, se presentan como dos bandos irreconciliables, dos formas de ver y de interpretar la sociedad. Pero un análisis más minucioso, indica que la polarización no es más que una estrategia política para alcanzar el poder. El Ministro de Defensa más exitoso de la historia del país, es el actual Presidente de la República. Bajo su liderazgo se le propinó a la guerrilla los golpes más audaces, llegando a minar a varios miembros del Secretariado.

Fruto de la enorme presión militar iniciada con la ruptura de los diálogos en el Caguán, las FARC se redujeron a una tercera parte. Hoy en día, el ejército irregular cuenta con ocho mil hombres, y una capacidad importante para realizar actos terroristas. Esto indica, que la fuerza no ha sido suficiente para eliminar a la guerrilla, como fueron extinguidos otros grupos guerrilleros como Túpac Amaru y Sendero Luminoso en el Perú. Con lo cual, y con el objeto de poner fin a más de medio siglo de guerra, la estrategia de guerra debe ser complementada con espacios de diálogo.

Todos los gobiernos recientes, han buscado algún tipo de acercamiento que condujera a la firma de la paz. Este logro catapultaría al privilegiado mandatario en el olimpo de la historia.

Cuesta creer que Álvaro Uribe critique a Santos, cuando era evidente que en algún momento el espacio de diálogo tenía que gestarse, y más cuando se habían logrado avances significativos en la correlación de fuerzas. Es más, en el hipotético caso de que alguno de los pobres alfiles del Puro Centro Democrático lograra la Presidencia, es poco creíble que su única estrategia para avanzar en la pacificación del país sean las armas. Adicionalmente, el nuevo Presidente se encontraría unos acuerdos primarios que no se habían podido dar anteriormente ¿Uribe y sus secuaces, cerrarían de un carpetazo la posibilidad de ver la paz? ¿De pasar a la historia como sus finales realizadores?

La posición de Juan Manuel Santos no es muy diferente. Es claro que se la ha jugado por los diálogos de la paz, pero ha mantenido la ofensiva militar, sin despejar territorio. La correlación de fuerzas no se ha invertido, y es poco probable que la guerrilla vuelva a tener una posición ofensiva que le permita llegar al poder.

Por lo tanto, se está utilizando con fines políticos, procesos naturales en el desarrollo del conflicto. Cómo hace falta un debate a fondo sobre los problemas del país, una estructuración de partidos políticos con ideales y vocación de poder de largo plazo, y no los mezquinos debates de corto plazo y de irrelevancia práctica.

Una reflexión para el país político, y para el país nacional.
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* Marcel Hofstetter Gascón es Docente del Programa de Economía y Finanzas Internacionales de la Universidad de La Sabana (Cundimarca).

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