«NO HAY CON QUIÉN»
Por Marcel Hofstetter Gascón*
El primer gobierno del Presidente Juan Manuel Santos está llegando a su fin, y el país inicia su trasegar hacia el período electoral del primer semestre de 2014. Mas el Presidente está guardando sus cartas en pro de la reelección, hasta agotar el último aliento en la construcción de un acuerdo de paz con el grupo guerrillero de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. A pesar de esta incertidumbre, no aparece en el escenario político un rival que pueda poner en riesgo la continuidad del actual mandatario.
En la extrema derecha, surgen los llamados herederos del Presidente Uribe con cuatro nombres: Carlos Holmes, Oscar Iván Zuluaga, Luis Carlos Vélez y Francisco Santos. Este débil cuarteto luce desvalido para crear una candidatura con el suficiente poder de convocatoria, para llegar con solvencia a la segunda vuelta. Las razones de esta realidad se basan en la poca tracción electoral de cada uno de los candidatos y en la ideas equívocas sobre los cuales han construido el Puro Centro Democrático. Por más uribista que sea el electorado, el mantra de la seguridad democrática, la cohesión social y la confianza inversionista se ha desgastado con el paso del tiempo. Adicionalmente, la apuesta por la guerra como único mecanismo para resolver el conflicto luce desfasada frente a la nueva realidad de Colombia. Ningún otro Presidente había avanzado tanto en el tema de la paz. Si bien queda la duda de lograr un acuerdo en lo que resta del año, suena bastante insensato apostarle de nuevo a la guerra fratricida. La Colombia del 2014 es diferente a la del Caguán, por lo que difícilmente el electorado se inclinaría por esa opción.
En cuanto a las fuerzas de la izquierda, han sido víctimas de sus propias divisiones, egos y corrupciones. El voto de la izquierda se divide entre el Polo Democrático Alternativo, los Progresistas, la Unión Patriótica y la Marcha Patriótica. Cada uno de estos movimientos luce debilitado per se, sin que se vislumbre la posibilidad de construir un partido sólido con un candidato único. La ineficacia de los burgomaestres Moreno y Petro, han debilitado aún más la posibilidad de introducir a la izquierda como una fuerza política capaz de llegar a la primera magistratura.
En cuanto al Partido Conservador, al igual que el Puro Centro Democrático, no poseen a ningún líder con el suficiente caudal electoral, y su estrategia política carece de eficacia al inclinarse a la mermelada del gobierno de turno. En esas condiciones no existen las circunstancias para crear candidatos que sean identificados con un ideario determinado.
Finalmente, el Partido Verde demostró la dificultad de construir partidos políticos con vocación de permanencia en el tiempo. Después de la ola verde, cayeron víctimas de las mezquindades de sus líderes y de la falta de características políticas para construir una identidad que lo diferencie de los demás.
En este orden de ideas, la reelección será un tema único del actual mandatario, seguramente permeado por los avances en la mesa de negociación en la Habana. Un escenario pobre en la construcción de democracia y de control político.
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* Marcel Hofstetter Gascón es un reconocido catedrático bogotano.