LA CRISIS DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS EN COLOMBIA
Por Marcel Hofstetter Gascón*
Maurice Duverger, reconocido politólogo francés del siglo XX y autor de “Los Partidos Políticos” (Fondo de Cultura Económica, reimpresión, México 1988), clasificaba a los partidos políticos en dos grupos: los de cuadro y los de masas.
Los primeros, se caracterizan por ser organizaciones políticas con estructuras precarias, poco disciplinadas, carentes de contenidos programáticos, que logran permanecer en el escenario político al consolidar el liderazgo de una persona con gran influencia en la circunscripción electoral. Los partidos de masas por su parte, poseen una estructura organizacional fuerte y estable, en la cual la ideología prima sobre los liderazgos individuales. Duverger afirmaba que el desarrollo y la consolidación de los regímenes democráticos deben conducir de manera irreductible hacia organizaciones con características similares a las planteadas por los partidos de masas.
Este planteamiento teórico, obliga a realizar un breve análisis sobre la salud de los principales cinco partidos con representación política en Colombia, y el camino que se debe recorrer para lograr la consolidación plena de los partidos en el marco de un sistema democrático.
El Partido de la U, creado bajo la efigie del ex Presidente Uribe y que le sirvió de plataforma a Juan Manuel Santos para llegar a la primera magistratura, languidece sin ideología política, en un debate estéril entre santistas y uribistas, sus dos principales ideólogos. Adicionalmente, ha debido enfrentar las consecuencias de los malfuncionamientos de la parapolítica, los falsos positivos y los múltiples desfalcos acaecidos durante la anterior administración. Esta realidad lo ubica como un partido de cuadro, que ha logrado sobrevivir gracias a los mencionados liderazgos. La falta de una identidad propia alrededor de unas ideas comunes, ponen en riesgo la continuidad del proyecto político y lo alejan del ideal esgrimido por Duverger.
El Conservatismo por su parte, huérfano de un líder que aglutine el ideario, se ha aferrado al Gobierno de turno sin importar los orígenes políticos del inquilino del Palacio de Nariño. Esta estrategia, ha desfigurado los postulados originarios del partido, planteando un claro interés por el poder que supera al de las ideas. Esta realidad irrefutable lo ubica como un partido de cuadro en proceso de perder sus principales postulados.
La situación del Partido Liberal parece tener una dinámica diferente. Después de un largo período en la oposición, y sin haberse recuperado totalmente de la crisis desatada por el proceso 8.000, ha logrado ser parte esencial de Gobierno de Unidad Nacional, influyendo positivamente en varias de las principales leyes promulgadas recientemente. Haber liderado la Ley del Primer Empleo lo acerca a los postulados sociales de la agrupación política. Sin embargo, su estructura es aún débil, el ideario y la correspondiente acción política se encuentran en proceso de construcción por lo que el Partido se encuentra en una órbita alrededor del partido de cuadro.
Cambio Radical, que se había posicionado como una alternativa de poder se vio envuelto en escándalos de parapolítica y de transfuguismo durante el segundo gobierno de Álvaro Uribe. Adicionalmente, el éxito del Partido está directamente relacionado con el liderazgo de Germán Vargas Lleras. La agrupación pierde la identidad con la ausencia de su principal exponente, situación reflejada en las pasadas elecciones. Las características clasifican a Cambio Radical como una organización política de cuadro.
El Polo Democrático Alternativo, con los múltiples escándalos de corrupción, ha perdido todo el capital político que había logrado conseguir y ha abierto una brecha gigante frente a los postulados de un partido de izquierda. La presencia de sobornos en los procesos de licitación, junto a la pésima gestión de los recursos públicos, demuestra que para el Polo prima el interés particular sobre el general. Una pésima imagen que ubica al partido en cuadro.
Finalmente, el Partido Verde que nació con la esperanza de transformar las costumbres políticas, se encuentra a la deriva sin un ideario político que aglutine a sus miembros. El éxito se construyó alrededor de la imagen de Antanas Mockus. Una vez pasadas las elecciones, la agrupación se halla inmersa en sus propias contradicciones sin su principal gestor. Otro partido de cuadro.
El diagnóstico concluye que las principales fuerzas políticas de Colombia, se hallan atrapadas en las fauces típicas de los partidos de cuadro. La crisis de las distintas fuerzas políticas es más que evidente, generando tropiezos en la profundización de la democracia como sistema político. Los efectos de esta circunstancia, tienen consecuencias directas en la eficacia de la labor pública y sobre el impacto que tiene el institucionalismo sobre el nivel de la actividad económica.
En la medida en que las organizaciones políticas con vocación de poder construyan proyectos alrededor de ideologías con estructuras fuertes, se habrá dado el primer paso hacia la conformación de Partidos Modernos. Un gran reto para el país y sus organizaciones políticas y sociales.
* Marcel Hofstetter Gascón es Director del Programa de Economía y Finanzas Internacionales de la Universidad de La Sabana.