Arte Cronopio

SER PUNK O NO SER

Por: Andrés Felipe Correa

La línea de tiempo es lo único en este mundo que no tiene marcha en reversa. Esta se encuentra abrumada por una densa capa de neblina, es por eso que cuando se mira hacia adelante no es posible ver las cosas con mucha claridad a menos que se trate de un visionario. Este tipo de personas tienen una visión especial la cual supera esta densa capa de neblina.

Si se intentase realizar una mirada hacia el pasado, se puede notar que aquellas personas tan obstinadas en el presente, en las modas y esnobismos viciosos, cuando miran hacia atrás en esa línea del tiempo de manera muy ligera y facilista, tienden a llamar “obsoleto” a lo que en medio de su ignorancia no pueden comprender.

Se comienza a emprender entonces una retrospectiva, la cual parte desde 30 años atrás, ya que es en este punto en donde se encuentra la partida cronológica de todo el fenómeno social, político y musical que abarca la palabra “punk”.

El discutido origen del Punk

Es pertinente remontarse entonces al Reino Unido en la década de los años 70, en donde el paso del rock n’ roll y sus derivados se fueron orientando a través del sentido de la vista. El ámbito visual es uno de los aspectos mayormente fomentados por los británicos, es por ello, que la escena del punk inglés se ha basado mucho en la apariencia piloto que más los ha definido (botas largas, camisas con mensajes que expresan su ideología, cadenas, y el clásico corte de cabello punk en forma de cresta). Estos punks comienzan con la ideología de defensa al proletariado.

En Inglaterra este movimiento se orienta más a lo social que a lo político.
Su principal campo de desarrollo se da en las tabernas en donde comienzan a forjarse el estereotipo de agresividad ya que en estos lugares, los punks acostumbraban los enfrentamientos violentos. Cabe citar para lo anterior el contenido lírico de la canción “Who split my beer?” (¿Quién deramó mi cerveza?) interpretada por la banda The Adicts.

Lo anterior hace un tanto comprensible el estigma del cual han sido victimas los adeptos a este movimiento, no obstante, el punk no debe verse como una subcultura que abandera la agresividad, ya que su principal ideología y razón de ser es la búsqueda del individuo en la cual la violencia no tiene participación alguna.

El origen británico del punk tiene un paralelo de manera cronológica. Este se ubica en los Estados Unidos de América. La escena del rock n, roll norteamericana a diferencia de la británica, se enfocó más en lo político que en lo social, y la escena del punk siguió utilizando esta directriz; sin embargo la imagen de los punks norteamericanos de la época era bastante similar a la de sus homólogos británicos.

En donde radica la autenticidad del punk.

A principios de la década de los 80 aparecen 2 grandes activistas en el género punk. Se trata de Eric Reed Bouncher conocido como “Jello Biafra” y Gregory Graffin (ambos de nacionalidad norteamericana). Estos personajes son los vocalistas de las bandas Dead Kennedys y Bad Religión respectivamente. La primera, manejaba un gran contenido político en sus líricas. En ese sentido, la originalidad de Jello Biafra radica que su voz temblante, junto con su forma de comportarse en escena, lo hace parecer un predicador, con una imagen un poco bufonesca y jocosa.

Por otra parte los integrantes de Bad Religión manejan una apariencia extremadamente seria.
Junto con sus lyricas evolucionistas y humanistas proyectan total intelectualidad. Estas dos bandas pueden ser consideradas más bandas punk que cualquier otra banda que siga los patrones de vestimenta uniformes que erróneamente en ocasiones el público les exige a los integrantes del género como medio para conquistar su aceptación. Aparte de estos precursores, se puede citar como ejemplo de individualismo y originalidad, el exponente punk, Misfits. Dicha banda en el género si que es singular, puesto que su imagen y contenido lírico se basa en una monstruosidad y maquillaje dignos de Halloween.

Por otro lado, según el manifiesto punk escrito por Greg Graffin, es una idea bastante equivocada pensar que para ser punk se requiere del uniforme compuesto por cadenas y peinados tipo cresta. Ser punk -según el vocalista de Bad Religion -es ser individuo, es por eso que sí existe una persona adepta a un género tal como el Vallenato o el Reggaeton, la cual tiene su manera singular de pensar y ha renunciado a una gran variedad de paradigmas, este puede ser considerado una persona con actitud “punk”.

Estigmatización del punk.

Todo factor social que se salga de los parámetros establecidos por una sociedad, a veces conservadora, tiende a ser estigmatizado. Si ya se hablaba de que el punkero en su presentación personal no puede verse como un ente uniformado, mucho menos puede ser uniformada su ideología, actitud y/o comportamiento.

La imagen clásica que es invocada en la mayoría de las mentes, cuando se piensa en la palabra punk, es un ser inadaptado socialmente, gran consumidor de licor y drogas y ante todo una persona extremadamente agresiva.
Los tres anteriores componentes del estigma pueden ser desmentidos uno a uno, ya que por lo antes mencionado una persona con actitud punk y adepta al género musical esta en las perfectas capacidades de llevar una vida perfectamente “normal” y laborar en cargos ejecutivos en los cuales se requiera de una apariencia cuya estética no puede ser muy sobresaliente.

Incluso la verdadera actitud punk puede resultar muy útil para desempeñar este tipo de liderazgos, ya que una persona salida de los paradigmas convencionales puede tener ideas muy frescas que pueden aportar mucho a una empresa.
Siguiendo con los focos de estigma, el abuso excesivo del licor y las drogas en la juventud no son sólo una cuestión punk o típica del rock n roll. Lo anterior abarca todos los tipos de ambiente. Como el orbe del punk y del rock en general tiene a ser un poco fiestero y alegre, se ha podido prestar para este tipo de apreciaciones; sin embargo a manera de antitésis de dichas tesis, se puede traer a colación el movimiento straight edge. Este grupo social no es propio del punk en su totalidad pero sus raíces y orígenes se deben al punk, caracterizado por abolir en la totalidad todo tipo de drogas, licor y promiscuidad sexual. Incluso muchos llegan a adoptar formas de alimentación vegetarianas. En otra instancia, el género musical más asociado a esta corriente es el hard core; no obstante tanto éste, como el movimiento straight edge, se originan del punk.

Todo comienza cuando los conciertos de punk eran solo orientados a público mayor de edad, ya que en todos ellos vendían licor. Gran parte de los adeptos eran menores de edad y reclamaban su derecho a acceder a este tipo de funciones. La idea de ese entonces implementada, fue permitir el ingreso a menores que se les marcaba con una X en la mano derecha. Todo el que tuviese marcada esa X no se le expedía licor, muchos mayores de edad comenzaron a marcarse esta X como símbolo de mente sana. Desde este entonces surge este movimiento.

La última característica de estigmatización del punk a desmentir, es generalizar sobre su agresividad. Dicho comportamiento es una reacción natural del hemisferio cerebral reptílico del ser humano, el cual almacena las funciones más primarias y primitivas del mismo. Si un punk tiene rasgos agresivos esto proviene de su humanidad o su composición psicología personal, no de su subcultura.
En el “Manifiesto Punk”, Greg Graffin, expone un ejemplo de lo citado en el anterior párrafo. Es la historia de un evento ocurrido en una escuela secundaria en los Estados Unidos. En muchos planteles educativos de ese país, no es muy aceptada la diversidad de estéticas e ideas de los estudiantes, el principal rechazo es propinado por los docentes y éste se ve reflejado en los alumnos.

En el relato ideado por Graffin, uno de los protagonistas es el mejor jugador de football de la escuela. Personaje que posee la imagen que todo padre convencional desearía para su hijo: físicamente atractivo, buen estudiante, disciplinado, deportista, entre otras cualidades. El otro personaje, en resumidas cuentas, es un punk, muy salido de lo que puede proyectar el primero.

En esta historia el capitán del equipo de football goza de popularidad entre maestros y compañeros. Por tanto, se vale de sus facultades y potestades para atormentar el punk a diario, con insultos y otro tipo de agresiones. El joven punk no es un joven violento y tolera hasta donde su nivel de paciencia se lo permite. Como es de esperarse, llega el día en que la paciencia del punk llega a su fin y arremete violentamente contra el jugador de football americano. De inmediato, el joven es expulsado de la escuela ya que este tipo de personas que pertenecen a una subcultura marginada y agresiva -tal como piensa la mayoría- no pueden estar en un mismo establecimiento educativo, en donde pueden violentar seres tan “íntegros” como es el caso el capitán del equipo de football.

El punk asume una reacción violenta debido a su característica humana de defenderse ante los estímulos fuertes, por lo tanto esta reacción violenta debe ser vista como una reacción humana, pero nunca como una reacción exclusiva de los punks.

Por todo lo expuesto, se puede llegar a señalar a la sociedad como la principal culpable de todo este proceso de estigmatización. Sin embargo no se puede pasar por alto el hecho de que existen muchos individuos pertenecientes a esta subcultura, que con su comportamiento preestablecido e indumentaria uniforme, no sólo se encargan de fortalecer estos estigmas, sino que también atentan contra el principio fundamental del movimiento punk, el cual se basa en el desarrollo propio del individuo y su propia originalidad.