CALLEJIAR, LEER Y ESCRIBIR XXII ENCUENTRO DE POETAS COMFENALCO 2024

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ENCUENTRO DE ESCRITURA CREATIVA, BARRIO Y POESÍA (SEGUNDA PARTE)

Por Andrés Delgado*

Andrés Armando Calle Muñoz (curador de esta segunda parte)

Andrés Armando Calle Muñoz. Duende AnArCaMu. Poeta nacido en Santa Rita de Ituango en abril de 1982. Facilitador de animación sociocultural desde la creación literaria, gestor cultural, mediador de sueños, promotor de LEO lectura, escritura y oralidad, tallerista, miembro y cofundador del Colectivo poético Citibundas «palabras que divagan en el barrio». Fundador del Festival de poesía Comuna 6. Sus poemas han sido publicados en memorias y antologías de los festivales donde ha participado.

Cuando me invitaron a realizar un taller de escritura en esta versión del Encuentro de poetas Comfenalco Antioquia, que tiene como tema: «Callejiar, leer y escribir», en lo primero que pensé fue en las dos palabras que nos mueven en el Colectivo de poesía Citibundas: barrio y poesía.

En efecto, en «Citibundas, palabras que divagan en el barrio», colectivo al cual pertenezco y soy cofundador, esas dos palabras nos han movilizado por mucho tiempo, en el que hemos procurado llevar poesía a los lugares más problemáticos del territorio. Ese es el nombre que decidí ponerle al encuentro (taller). Prefiero llamarlo «encuentro», es lo que aprendí a hacer en un bello lugar donde trabajé por más de 10 años. Allí aprendí a hacer «encuentros de escritura creativa» y aunque en las entidades le llamen «taller», yo prefiero llamarlo «encuentro», esta palabra me permite darle otro manejo, abriéndome el abanico de posibilidades.

«Encuentro de escritura creativa, barrio y poesía», allí activamos todos los sentidos. A través del juego, rememorando la infancia, la niñez, no nos podían faltar los escritores referentes del territorio, leímos a Helí Ramírez y a otros dos poetas que han sido publicados en múltiples oportunidades en las memorias del Encuentro de Poetas de Comfenalco: el primero es el profe Hélmer José Cañaveral Úsuga y el segundo el maestro Miguel Ángel Uribe (QEPD). Asimismo, también leí a Sergio Andrés Sánchez, un niño de 11 años que fue publicado en las memorias de nuestro Festival de poesía Comuna seis. Todos ellos con textos exquisitos sobre el barrio. Con solo escucharlos o leerlos viajamos por las calles de toda la zona 2 Noroccidental, desde el Picacho hasta la autopista, desde el río hasta la quebrada La Iguaná, pasando por la quebrada La Madera. Desde la invitación pasamos a plasmar en letras ¿a qué huele el barrio?, ¿a qué sabe?, ¿qué oímos?, ¿cómo y cuándo lo palpamos?, ¿qué logramos contemplar poéticamente con nuestra retina?

Esta es una pequeña muestra de los resultados del encuentro. Disfrutemos del barrio y la poesía, de callejiar, leer y escribir.

* * *

Aura Helena Giraldo Miranda

Nació en Medellín. Aficionada a la poesía y el cuento. Se inició en los talleres de Comfenalco. Aboga por la poesía romántica, pero también por la poesía divertida.

Gloria baja por la calle. Agradece a Dios haberse puesto hoy los tenis. La calle es tan parada que debe doblar sus rodillas a cada paso que da. A su lado va una mujer muy elegante que lleva unas baletas puestas. La mira de arriba abajo, su ropa y sus zapatos no combinan. Ella se percata, se siente escudriñada, analizada, juzgada. Gloria le sonríe queriendo disimular. La mujer lee en sus ojos, tal vez sus verdaderas intenciones; golpea suavemente el bolso con la palma de su mano y le dice: aquí llevo mis tacones.

* * *

Carlos Mario Velásquez González

Carlos Mario Velásquez González, escritor nacido en Amagá, Antioquia, Colombia, en 1966. Estudió bachillerato en el Colegio San Fernando de Borbón. Fundador del Periódico El Reflejo. Asistente del Taller Literario de la Biblioteca Pública Piloto de Medellín. Ganador del concurso de cuento para Trabajadores Ciudad de Medellín del periódico El Colombiano, 2022.

Lo primero que ves en la 39-A, subiendo para Enciso, es la mierda del tal Trosky. Se ve tan fresca que provoca.

Gritan urgentes las doñas desde el porche: ¡cuidao con esa plasta! Yo voy tan entusiasmado que, al verla, me digo: ¡Diablos! No tener pinceles y lienzo pa pintar ese bello, hiperrealista, brillante, macizo, lumen del bollo universal, perseguido por un moscardón verde esmeralda. Me duele que tanta belleza se seque bajo la inclemencia del sol, se arquee bajo la lluvia de la tarde, se dore y se ponga negra, es de un ocre tan precioso, brillante, sublime. El ano del Trosky definitivamente es creador.

Las doñas se extrañan de que me quede mirándolo, contemplando sus colores. Pensarán que voy por la bolsita para recogerla; se equivocan, se equivocan, voy por lápiz y papel para dibujarlo.

* * *

Marcela Atehortúa Flórez

Nacida en Medellín. Socióloga de Unaula con maestría en Educación y derechos humanos. Por 10 años fue docente en colegios públicos. Escribe poesía y cuento.

Los lunes y jueves pasa el carro de la basura. Esos días coinciden con aquellos que venden bolsas para la basura, ambientadores y demás elementos de limpieza. En esos días hay mucha agitación, las señoras barren los frentes de las casas y como estamos en racionamiento, solo le tiran agua al frente y no lo lavan.

Por mi casa pasan muchos vendedores de frutas como la piña, es muy popular, pasan los testigos de Jehová pidiendo les excusen, pasan los de Tigo invitando a afiliarse, la vecina que llama a su hijo a todo grito, los escolares que pasan conversando, los que van a la tienda de doña Amparo, los perros ladrando por cualquier maricada y yo desvaneciéndome del calor.

* * *

Jem Marulanda

Nacida en Medellín. Ha publicado en antologías de revistas literarias como Ouroboros, Citibundas, Círculo literario de mujeres (Mex), Letras al ruedo, Del barrio a la ciudad de Comfenalco Antioquia, entre otros.

La sinfonía del billar
no cabe en mis oídos.

Cuatro esquinas y dos mesas
soportando la carga amarga
de un aguardientico
ardiendo por dos,
dislocando sus sentidos.

«La mamada» grita absorto
cuando le ganan sus monedas
en las cartas,
cartas vacías de casa,
casa vacía de hogar,
hogar vacío de lugar.

La sinfonía del billar
se arrebata con el vómito
de palabras necias,
«el pata e’ palo» le da su putazo
y su puntazo con el pico botella
que va arrastra’o con la sucia
y quieta colilla que ya no humea
ni sentidos, ni cenizas que duermen
en los sucios pisos y por la prisa
de tantas sinfonías sin sentido.

* * *

María Eugenia Muñoz Jaramillo

Nació en San Roque, Antioquia, el 16 de agosto de 1964. Es docente de básica primaria. Actualmente labora en la Institución Educativa Villanueva del municipio de Copacabana. Escribe poesía desde el año 1998.

CALLEJEANDO POR MI BARRIO

Frondosos árboles adornan las avenidas, parques amplios en donde las ardillas saltan entre el jardín, deleitándose con ricas semillas. Al llegar la noche se siente el olor a marihuana que aspiran algunos chicos sentados tranquilamente en los bancos de madera. Las mascotas que se llevan al parque para que hagan «popó» y orinen; algunas corren presurosas para alcanzar la rata que se escabulle por una alcantarilla.

En las mañanas las guacamayas nos alegran con su guacharaca. El barrio es un ajetreo, todos salen a trabajar, las aves y animales se esconden. También me sumerjo en los gritos y algarabías de los niños y niñas que llegan al colegio.

CALLEJIANDO

Puede ser la escuela de la vida
que te lleva por senderos de fe y esperanza,
o quizás puede ser el túnel que te conduzca
a la oscuridad de la ignorancia.
Amada por aquellos que de allí no desean salir,
¿realmente desean habitarte?
Calle, calle, calle… hay que saberte recorrer
porque si tropiezas y no te levantas
entonces… puedes desfallecer.

* * *

Guillermo Antonio González Ríos

Nacido el 25 de abril de 1956 en Santa Bárbara, Antioquia, y criado en el barrio Castilla de Medellín. Amante de la poesía de Machado, Bécquer y García Lorca.

Yo deseo escribir sin más líneas, sin tiempo, recordar las calles destapadas, el ruido de los buses de Transportes Yepes Ltda., llenando de humo apestoso todo el entorno. Recuerdo también los mandados que yo hacía a los vecinos con el fin específico de comprarme un tarrito de Lecherita Nestlé, que me fascinaba con pan Rey. Creo escuchar el señor que pregonaba «pesca’o fresco, pesca’o».

Las salidas de vacaciones de la escuela, y las ansias con las que esperábamos que viniera diciembre rápido, con sus olores a natilla, buñuelos, chicharrones, tamales, como también ese deseo impostergable de estrenar ropa nueva, de echar globos, cantar villancicos, rezar las novenas. Se tenía un puente de unión en todas las personas de las cuadras.

Qué buenas épocas.

* * *

Manuela Largo

Estudiante de Licenciatura en Humanidades, Lengua Castellana. Amante permanente de la poesía, la trova, la cuentería y todo aquello que enmaraña letras.

Primerísimo primer plano. Un montón de gotitas se deslizan por la ventana y multiplican las aceras, las casas, las calles, el barrio. Desenfoco la mirada y a través de la ventana veo cómo caminan historias por todos lados.

Algunas historias pasean en soledad, hay otras que van de la mano, otras se besan, a una se le cayó la bola de helado, otra se raspó su rodilla al caer de su bicicleta. Otras patean, gritan gol mientras el balón que patea pasa por el arco, que es un montoncito de piedras. Otras venden buñuelos, empanadas.

Hay historias que disparan, que gritan, que matan. Hay historias tristes, silenciosas, muertas mientras van siendo contadas.

Hay historias que andan en bus mientras van leyendo otras historias por sus ventanas.

* * *

María Fernanda Cerón Idrobo

Poeta, nacida en el Valle del Cauca. Fundadora del colectivo de Mujeres Nukua, escribir para sanar – el amor escrito en la piel.

BARRIO

7 p. m. Golpes en la puerta.
Gritos que anunciaban la hora de salida.
Aún recuerdo las risas, los saltos, la algarabía,
los oscuros rincones donde nos escondíamos.

Adentro las mamás mirando sus novelas,
los papás jugando ajedrez, parqués,
esquinas concurridas,
el tránsito de los carros era escaso,
aún podíamos jugar fútbol y recoger el balón.

Fines de semana, almuerzos comunitarios,
el olor a tamal, sancocho, hojaldras, café,
las casas con una entrada, el patio se
conectaba con la vecina, chismes diarios…
Los mandados eran cercanos,
en las tiendas no faltaba el dulce
correr, disfrutar, chupar helado,
la maleta en la puerta, un adiós,
una despedida.

* * *

Edison Ortiz Toro

Poeta.

LA BATEA

1.
Las puertas de las casas están abiertas,
todos ven cómo rueda el balón.
Los niños construyeron dos arcos con guadua
y acondicionaron un potrero.
Poco importa que la cancha no sea reglamentaria,
ellos juegan sobre un terreno desnivelado,
a veces hacia arriba,
casi siempre hacia abajo.
Un poco de desventaja nunca cae mal.
Todos están embelesados con la pelota,
poco importa la hierba que pica.
Hay una ilusión,
anotar el gol de la victoria antes que oscurezca
y salga el Sombrerón.

2.
La luna se despereza,
algo suena entre el rastrojo,
los niños corren sobre un tierrero
para refugiarse en sus casas.
Un respiro de pocos minutos
da paso a la calma,
la pelota envenenada los convoca
y salen de nuevo a la calle
bajo la tenue luz de dos lámparas.

Poco importa si eres niño o niña,
la idea es jugar todos juntos antes
que empiece el toque de queda.

* * *

Yeison Medina Medina

San Gabriel, Itagüí, Colombia. Docente. Fue recolector y tostador artesanal de café en Bolivia. Obra: Jallalla (2018), en coautoría con la fotógrafa Sandra Ramírez Giraldo, Cantos y Amargos (2018) y Jaime Espinel. La tinta cortante que canta desde el hampa (2019).

SAN GABO

I
San Gabo no es santo
ni tampoco Macondo
pero es el barrio
y a falta de mariposas amarillas
una treintena de gallinazos
se asolea sobre techos y terrazas
va desde la virgen de los choferes
hasta la quebrada La Limona
se trepa por la Setenta
hasta las mangas ahora invasión
por una banda celoplast
por la otra El Hueco
mesa de billar
por la que carambolean
tintos, panaderías y goles

II
barrio
materia prima
de todas las fábricas del sur
puerto sin mar
por el que serpentean
los buses de Heliconia y San Antonio de Prado
Sevilla y Armenia Mantequilla
a 45 minutos
porrito y medio caminando
de Itagüí, Sabaneta y La Estrella
huele mal
dicen
adonde vaya

se extraña su olor
a cebada fermentada cuido mano obrera

III
por más católicos y cristianos
que sean
cuando dios pensó en un barrio
no pensó en San Gabriel
así y todo
se quiere esa lejanía
que humea con la morcilla de Gloria
con las arepas de chócolo de doña Martha
se despierta con el trino
de la mazamorra
y las guacharacas del Pico Manzanillo

IV
de a poco el barrio
que es memoria
se oculta a la par
de la llegada de edificios
y partidas de los dones y doñas
resistiendo al tiempo
al cemento
el roble de don Jorge en su huerta maizal
las bendiciones de doña Esther
doña Blanca y su nacimiento de agua
doña Otilia, doña Rosa,
los mitos del Alacrán
y Coltejer
que, aunque pregunte ya
¿quién es usted?
nadie olvida la pólvora
que vendía él
para estallar diciembre
o celebrar las estrellas de Nacional

San Gabo no es santo
ni tampoco Macondo
pero es mi Barrio

* * *

PRIMERA PARTE

callejiar

Por Andrés Delgado*

Natalia Jaramillo (curadora de la primera parte)

Nació en Envigado, Antioquia, en 1977. Amante de la cocina, el jardín y los viajes largos en moto. Escritora, editora, redactora y tallerista. Licenciada en Español y Literatura de la Universidad de Antioquia y Magíster en Escrituras Creativas de la Universidad EAFIT de Medellín. Ha publicado los libros: Poemas para matar a un hombre, ganador primer puesto, Premios de Arte Joven, Antioquia, 1999. Poecitas, J Ediciones, 2013. Golosinas para comer con las manos sucias. Editorial Pla-ké, México, 2015. Toda la sangre que nos queda, Fallidos Editores, Medellín, 2019. Colección de piedras robadas, Angosta Editores, 2022. Ha representado a Colombia en distintos certámenes literarios de México, España y Portugal. Tiene relatos, crónicas y poemas publicados en revistas y antologías nacionales e internacionales.

Para los poetas la vida real no es suficiente y por eso se inventan otra, mejor, peor, más intensa, otra vida con la que se sienten más identificados. Los poetas, agotados de su alrededor, escriben para recrear una vida a su manera, una experiencia con sus tallas, sus miradas, sus olores, sus temperaturas, sus amores y desamores. Escriben su experiencia estética. Y tal vez para eso se viene a un Encuentro de poetas, para alimentar esa mirada personal, ese olor y sabor de la palabra.

En esta versión la Escuela de Formación tiene como tema: «Callejiar, leer y escribir». Por eso la invitación se hace extensible no solo a las personas sensibles a la estética de la palabra, sino también a las que les gusta la calle, leer y mirar las cuadras, la tienda, la peluquería y el billar. En las propuestas poéticas escribiremos sobre las empanadas, los tintos callejeros, la cerveza de esquina, los chismes, la música del vecino tronando desde las nueve de la mañana, el perro del balcón, el gato que saluda, el viejito sentado en la acera, en fin, el barrio, lo que somos y lo que respiramos.

Además, deseamos hacer hincapié en la palabra Encuentro, porque además de venir a solucionar retos de escritura poética, a las sesiones se vendrá, en efecto, a una reunión de amigos, a la convergencia, a la magia del saludo, el abrazo, el tinto, a la tertulia. Queremos invitarlos al Encuentro con amigos, con la familia que se elige a voluntad, con aquellos que comparten obsesiones y miedos, historias y sensaciones, con quien se comparte la inconformidad o la felicidad.

Mayores Informes:
Biblioteca Pública Comfenalco Castilla
Carrera 65 No. 98-50
Tel: 51131 33 Ext. 1841 – 1837
bcastilla@comfenalcoantioquia.com

* * *

Marcela Atehortúa Flórez

Nacida en Medellín. Socióloga de Unaula con maestría en Educación y derechos humanos. Por 10 años fue docente en colegios públicos. Escribe poesía y cuento.

A LA CIUDAD EMPINADA

La ciudad que camina en puntitas hacia la cima de la montaña.
La ciudad que tiene alas y vuela cada mañana para el Centro de la ciudad
y que al atardecer busca el regreso de su nido de ausencias,
de amores, de hambres y de cosas nuevas.
La ciudad de pasadizos, de laberintos, de grutas,
de escapismos donde se encuentran para jugar los niños al balón
y a las cartas.
La ciudad de balcones, de columpios,
de abismos que miran más allá de las montañas y buscan el horizonte.
La ciudad empinada
La ciudad pájaro
La ciudad que serpentea
La ciudad que repta
La ciudad de múltiples rostros
Y a la vez, la ciudad anónima
La ciudad que invisibiliza.
La ciudad nombrada
La ciudad de voces
La ciudad de gritos
Y a la vez, la ciudad que enmudece.
La ciudad que se desgarra
La ciudad que se desangra
La ciudad que descuartiza
La ciudad que expone sus vísceras
Y a la vez, la ciudad que gesta.
La ciudad que da vida
La ciudad que inventa
La ciudad que crea
Y a la vez, la ciudad que destruye.
La ciudad que es como el primer día de la creación.

* * *

Jem Marulanda

Nacida en Medellín. Ha sido publicada en antologías de revistas literarias como Ouroboros, Citibundas, Círculo literario de mujeres (Mex), Letras al ruedo, Del barrio a la ciudad de Comfenalco Antioquia, entre oros.

ASFALTO

Todos los sentimientos caben en el peso que cargo a mis espaldas,
se enreda el desamor y el hambre entre poemas que forjan camino
dejando huellas en mi cuerpo ajado, alrededor de mis días salados,
disimulando desprevenidos olores y sus desencantos.
Soy de asfalto
y el arcoíris no tiene color más bello
que el sepia de los recuerdos, amenizados con una bolsa de Sacol
y una colilla mal fumada que olvidó algunos besos.
Soy de asfalto
y cargo a patadas el desaliento de las paredes vacías,
de la miseria y las sombras perdidas,
cargo pies descalzos, pechos desolados,
indiferencia y miedo a que mañana mis grietas olviden que son camino
y sean ahora el aposento donde yace sin aliento
una de las heridas que dejó sin ningún lamento la sociedad.
Soy de asfalto
y arde en mis manos un «Dios le pague»
que hemos olvidado perdonar.

* * *

Yeison Medina Medina

Itagüí, Colombia. Obra: Jallalla (2018), en coautoría con la fotógrafa Sandra Ramírez Giraldo,

Cantos y Amargos (2018) y Jaime Espinel. La tinta cortante que canta desde el hampa (2019).

ESQUINAS Y TERRAZAS

Nunca he ido a Barcelona
pero me dice un amigo
Migrante Sudaca
Nación Clandestina
que está llena de parques
en mi barrio no hay uno
eso sí
está lleno de esquinas y terrazas
cuya funcionalidad
o supongo
es la misma de un parque
tomamos tinto
¡no vinotinto!
cada que nos entra en gana
que es siempre
un porrito
un periquito
tampoco hacen falta por aquí
estaciones no tenemos
a sobra de bendiciones
así llueva, granice o haga sol
entremos o salgamos
seamos primavera u otoño
mi amigo
ya volvió
no pude llevarlo a ningún parque
pero en la terraza
sí que ha sonado
Lavoe y la Narváez
Masacre y Fértil Miseria
Metrallo, Parabellum y Reencarnación.

* * *

Camila Salazar

Diana Camila Salazar Cortés nació en Medellín en el año 1997, vivió los primeros años de su vida en Fredonia. Estudió Licenciatura en Lengua Castellana en la Universidad de Antioquia y se especializó en Literatura Comparada. Tiene un gran gusto por la poesía en sus diversas formas, y por el tango, que considera un universo de poemas.

ADIÓS, MUCHACHOS

Buscando en las esquinas
de un amor desbordado,
me pierdo en abismos
innombrables.
Triste ausencia
trae consigo la lluvia
en una ciudad despojada.
Coincide el lugar de la espera:
la soledad cortada por un tango,
la bebida burbujeante
subiendo en una suerte de danza
para no desaparecer.
Con los codos apoyados
donde otros, como yo,
han expuesto sus nostalgias,
me pregunto, igual que el tango,
«¿dónde estará mi arrabal?
¿Quién se robó mi niñez?»

* * *

Camilo Carvalho

Nace en Medellín. Su actividad creativa abarca la música y la fotografía. Su gusto por la escritura se gesta con letras de canciones de rock y los poetas malditos. En especial con «Los cantos de Maldoror», en las formas de la poesía surrealista y Dadá. Cultivar la soledad, el ocio y el silencio son sus pasatiempos preferidos.

FRAGMENTOS

No lo controla ningún hemisferio
Nada nos conecta
Aún se sienten las punzadas
No hace parte de mí
Aún recibo sus señales

Patología sensorial
Todo es prestado
Solo por un momento
El alma es la cárcel
El cuerpo se adapta

Un desgarramiento
Luego la resignación
Amputación del duelo
El alma no me pertenece
Aún debo mi cuerpo

A la ausencia
La mente se acopla
Ahora la pupila es un cristal
¿Somos modulares?
¿Somos meccano?

Alma de mercurio
Cuerpo de titanio
Dientes en bruxismo
Que nunca sonríen

Son mis pesadillas
Las piernas errantes
Son mis pesadillas
Los brazos alados
Alma sin dueño
Cuerpo asimétrico

Son mis fragmentos
Los que me despiertan
Son los fragmentos
Mis propios fantasmas
Un purgatorio
Sala de urgencias

¿Somos modulares?
¿Somos meccano?
El alma mercurio
Todo se reemplaza
Ahora la pupila es un cristal

* * *

Guillermo González

Nacido el 25 de abril de 1956 en Santa Bárbara, Antioquia y criado en el barrio Castilla de Medellín. Amante de la poesía de Machado, Bécquer y García Lorca.

PIEDRAS

El murmullo de las piedras
me narra sus inquietudes
en susurros dicientes,
como oleajes ensordecedores
en océanos interminables
del interior de las rocas,
emanan protestas, oraciones,
injurias, odas, plegarias y canciones.
Guijarros y mar, mar y guijarros
en eternos parlantes comunicativos.

* * *

Gustavo Adolfo Estrada Villa (VEGA)

Es artista plástico y poeta aficionado. Vive en el sur de la ciudad y actualmente le gusta combinar su profesión con su afición a la hora de trabajar.

LAS CEREZAS

El reloj de arena midiendo el tiempo
es solo una parte de la vida e historia,
el obelisco tótem de rutas de tiempos…
Sherezade en la mil y otros sueños por vivir
extasiado laberinto de un largo recorrido
en el viaducto del metro
ascenso de escaleras eléctricas de la comuna
que conserva un Kabalístico número.

Polifonía en voces de multitudes
entre variedades de acentos
transeúntes seres nativos de este país
y turistas latinos y de otros continentes.
Sumersión de un eco interno
como en concha de caracol
y el sentir de un flotante de corcho de fina botella de licor.
Embriaguez en absoluta soledad
en un mar de multitudes en un aniversario de vida
como un pimentero vacío.
El ring ring de un distante saludo
desde cimarronas en el oriente
la Dulcinea Sherezade
es la cereza que da el toque final
de un solitario cumpleaños 2023.

__________

* Andrés Delgado nació en Medellín en 1978. Estudió Ingeniería de Producción en la Universidad EAFIT y es Magíster en Escrituras Creativas de la misma universidad. Publicó las novelas Sabotaje y El vértigo del viaje. Además, es autor de las colecciones de crónicas Noches de estriptís y El pecado de la carne. Actualmente es el coordinador de la biblioteca Comfenalco de Castilla.

2 COMENTARIOS

  1. María Eugenia Muñoz Jaramillo, nací en el municipio de San Roque (Ant), el 16 de agosto de 1964. Docente activa de básica primaria en la Institución Educativa Villanueva de Copacabana. Escribo poemas y poesías desde hace 25 años.

    Deslumbrante.
    Miedo, incertidumbre, misterio, terror, contaminación.
    Caminar apresurado entre el caos.
    En algunos, decoro, lujos y esplendor,
    en otros stress, fracaso y desolación.
    Encierras los secretos del triunfo,
    pero también del fracaso y la destrucción.
    Envuelta en luces con destellos de mil colores,
    atraes como el fuego a la ingenua mariposa que busca su calor,
    pero la muerte encuentra, a falta de precaución.

    Escuela de la vida.
    Puede ser la escuela de la vida que te lleve por senderos de fe y esperanza
    O quizás pueda ser el túnel…
    que te conduzca a la oscuridad de la ignorancia.
    Es amada por aquellos que de allí no desean salir,
    ¿En verdad la desean habitar?
    o es el destino cruel que allí los quiere encerrar.
    Calle, calle, calle… hay que saberte recorrer
    porque si tropiezas y no te levantas;
    entonces… puedes desfallecer.

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