Literatura Cronopio

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Ese cálculo que mira solamente a los resultados es aquel que hace por ejemplo una gran compañía cuando crea una fundación benéfica sólo porque esto le genera una reducción en sus impuestos, no importa si sus intenciones no eran las de ayudar, su acción se juzgaría según esta ética como buena ya que reporta felicidad a un gran número de integrantes de una comunidad. Pero este cálculo frio también puede llevar a juicios claramente inmorales en personas como Scrooge quien, cuando se le señala que si no se ayuda a los pobres estos podrían morir de hambre o frio, asevera: «Pues que se mueran… y así disminuirá el exceso de población» (Canción de navidad 19). El cálculo racional utilitarista, entonces, serviría como una excusa para que algunas personas no se preocupen por comprender la situación de los más necesitados, ya que despoja a los individuos de un rostro y los determina simplemente como cifras.

La crítica de Dickens apunta entonces a dos direcciones, en primer lugar condena al Utilitarismo por fijarse solamente en los fines y en los hechos racionales y no en los caracteres de las personas que intervienen en ellos: «todo espíritu cristiano que obre con bondad en su pequeña esfera, sea cual fuere, habrá de parecerle excesivamente corta su vida mortal para las inmensas posibilidades de ser útil [usefulness]» (Canción de navidad 34). La utilidad de una acción para Dickens no se puede determinar simplemente por un cálculo en el que se muestra que se le ha producido felicidad a un gran número de la población, debe tenerse en cuenta ante todo el deseo y la voluntad de realizar acciones bondadosas, aun cuando estas no logren afectar a un gran número de gente.

Como lo señala Martha Nussbaum, en la tradición filosófica occidental se la ha dado un papel preponderante a la razón como fundamento no sólo de la ciencia sino también de la ética; el Utilitarismo, entonces, se enmarcaría en esta tradición, mientras que Dickens se enfocaría en darle un papel más preponderante a las emociones. Las objeciones que por lo general se tienen contra una acción moral basada en las emociones es que estas son irracionales. Una persona que actúa llevado por sus pasiones es una persona que actúa de manera ciega, no analiza la situación y eso lo lleva a cometer constantes errores en su proceder. A esto se le podría contraponer que es necesario que haya siempre una emoción o una intención para que se ejecute una acción, de igual manera no toda emoción va en contra de la razón:

Para ser una buena guía la emoción debe ante todo estar informada por una visión verdadera de lo que sucede: los datos del caso, su significación para los actores y todas las dimensiones de su sentido o importancia que puedan resultar elusivas o distorsionadas en la conciencia de los actos. Segundo, la emoción debe ser la emoción de un espectador, no la de un participante. (109).

En estas consideraciones, Nussbaum sigue a Aristóteles quien, a diferencia de Platón, pensaba que la tragedia podía tener un verdadero papel educativo. Las acciones que esta representa generan sentimientos —como el temor, por aquello que podría sucedernos, y compasión, por aquel suceso trágico que otra persona no merece padecer—, que podrían modelar el actuar de los espectadores. En el viaje que Scrooge realiza con cada uno de los espíritus, él presencia una serie de hechos que le generan ciertas emociones y le hacen transformar su manera de actuar. Por una parte está la imagen que le muestra el fantasma de la navidad presente: Timoteíto, el hijo pequeño de su empleado está gravemente enfermo y su vida corre peligro ya que el sueldo de su padre no alcanza para costear los cuidados que requiere, esta imagen genera en Scrooge un sentimiento de compasión. De igual manera, cuando el fantasma de las navidades futuras le muestra a Scrooge su propia tumba y la manera como gran parte de las personas que lo rodeaban en vida expresan su desprecio y celebran su muerte, él se reconoce como un ser vulnerable y comienza a sentir temor de que esto en realidad le vaya a suceder. Es así como Scrooge, ese viejo frívolo y amargado, reconoce que no quiere una muerte solitaria y miserable, ni una vida indiferente al dolor ajeno y comienza a cambiar su manera de actuar.

En segundo lugar, la crítica de Dickens al Utilitarismo apunta a poner de presente la hipocresía de la clase burguesa de su época. Si bien esta clase social se rige por una moral que busca la felicidad de una gran parte de la población, la realidad es que desconocen el sufrimiento de los demás. Ese sufrimiento de Timoteíto que a Scrooge sólo se le hace evidente gracias al fantasma de la navidad presente, era lo que precisamente la mayoría de propietarios de fábricas desconocían. Los obreros, los cuales componían la mayoría de la población, se encontraban desprotegidos en gran parte ya que no eran pocos los industriales, provenientes de una sociedad comerciante, que atendían sus asuntos en un despacho y rara vez visitaban sus fábricas para cerciorarse en persona de las condiciones de trabajo imperantes en ellas (Ashton 136). Ante este panorama lo único que les puede dar cobijo son una serie de organismos estatales que, sin embargo, no resultan suficientes para atender todas las necesidades de los sectores pobres de la sociedad.

En 1842, un año antes de comenzar a escribir Canción de navidad, Dickens realizó un viaje a Estados Unidos del cual dejó testimonio en sus Notas Americanas. Si bien insistentemente Dickens resalta el hecho de que en esos escritos se va a limitar a una descripción de sus impresiones, en varios momentos realiza comentarios a lo que ve en este país, en especial al final del texto cuando realiza sus «observaciones finales». Una de las cosas que más llama la atención del escritor inglés es encontrar también en Estados Unidos una sociedad comerciante, la cual limita sus relaciones a transacciones económicas y basa sus interacciones sociales en la «desconfianza universal»: «Una gran mancha en el imaginario popular de América, y progenitora de una innumerable cantidad de males, es la Desconfianza Universal [Universal Distrust]» (American Notes 278). Scrooge precisamente encarna esta desconfianza cuando al principio de la obra cree que el sufrimiento de los pobres no es real sino una excusa de holgazanes o cuando desconfía de sus propios empleados y se niega a proveerles mejores condiciones laborales, como una mejor lumbre para escribir en la oscuridad, porque recela el simple hecho que ellos reciban remuneraciones por su trabajo.

Como ya se ha visto antes, las emociones son una guía importante para las acciones y una fuente invaluable de conocimiento moral. Más allá de la compasión que siente por la enfermedad de Timoteíto o del temor que siente por su propia muerte, lo que une a Scrooge con los demás y lo convierte en alguien más generoso es su conciencia en que el dolor y la humillación es algo que se puede compartir con los demás. Rorty señala que la solidaridad es precisamente la capacidad de ver las diferencias de raza, clase social o género como poco importantes si se comparan con el dolor que todos los seres humanos podemos sentir (192). Con ello concuerda el fantasma de las navidades presentes, quien al final de su recorrido le muestra a Scrooge dos hermanos: la Ignorancia y a la Indigencia (entendida también como necesidad o deseo), hijos ambos del hombre y compartiendo el mismo destino miserable:

—Son del hombre —dijo el espíritu, contemplándolos—. Y se aferran a mí, suplicantes, huyendo de sus padres. Este niño es la Ignorancia [Ignorance]. Esta niña es la Indigencia [Want]. Guárdate de los dos y de todos los de su especie; pero más que de nadie, guárdate de este niño, porque en su frente lleva escrita su sentencia, a menos que alguien borre sus palabras. (Canción de navidad 18).

Son hijos del hombre, y quizás también de la Desconfianza Universal, tanto la Ignorancia como la Indigencia, ellos hacen que el hombre se vuelva avaro y se olvide de los otros seres humanos, incluso aquellos que están más próximos. Sin embargo, para Dickens aquello que une a los hombres no es solamente el sufrimiento sino también la dicha de dar y recibir y la capacidad de compartir. Esto se hace evidente en la cantidad de palabras e imágenes que emplea para expresar generosidad: kindness, generous, liberality, sympathy, open hands, etc. Como se puede ver a lo largo de su obra, hay una constante crítica a la figura del self–made man, ese hombre que a fuerza de trabajo ha logrado escalar por su propia cuenta en la sociedad, como Mr. Bounderby en Tiempos difíciles o Scrooge en Canción de Navidad. Sin embargo ¿por qué Dickens critica a este tipo de hombres?, ¿no es él mismo un self–made man, alguien que empezó trabajando en una fábrica de betún y terminó siendo uno de los escritores más importantes de su época? Como lo demuestran estos casos tomados de sus novelas, Dickens critica a esta figura porque la considera una mentira. Por una parte Mr. Bounderby, aquel que siempre está hablando de lo dura que fue su infancia y de lo mucho que tuvo que trabajar cuando pequeño, al final de la novela es descubierto como un farsante cuando su madre revela que le dio todo cuanto le pudo dar y que de pequeño nunca le faltó nada.
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