LA ELECTROPOLUCIÓN Y SUS ENFERMEDADES
Por: Esteban Galeano Gómez
En la actualidad, nos invaden nuevas y muy atractivas tecnologías que actúan en el espectro electromagnético como son los servicios de telefonía alojados, los servicios de call center alojados, los equipos NTSC, los DVB-T, la Proliferación VoIP, el Internet inalámbrico, el Aumento del ancho de todo tipo de bandas, la Portabilidad numérica, la Telefonía 3G, el HDTV y recientemente la Mensajería Unificada (Microsoft e IBM). Pero a la par del avance tecnológico ¿Qué le espera a la salud del ser humano? En esta publicación tendremos la osadía de mostrar exclusivamente la problemática de la electropolución a nivel nacional y mundial.
Para comenzar, es bueno aclarar en qué consiste la contaminación electromagnética, comúnmente llamada electropolución. Es una cuestión que ha estado rondando en las cabezas no solo de los físicos, sino también de las personas que, para su propio beneficio, han hecho de este espectro un uso inescrupuloso e inadecuado.
Este tipo de contaminación es aquella producida por radiaciones frecuentes del espectro electromagnético, con equipos electrónicos, que alteran el funcionamiento de algunos procesos biológicos, y que, en el peor de los casos, aumenta la probabilidad de cáncer en personas que, por ejemplo, moran en zonas cercanas a centrales hidroeléctricas, empresas o torres de alta tensión, así como personas que tienen constante contacto con antenas de celulares o WiMAX.
Curiosamente, en el espectro electromagnético se encuentran todo tipo de radiaciones electromagnéticas relacionadas no solo con altas frecuencias sino también con bajas. En estas últimas se encuentran los rayos x, gamma, los campos eléctricos y magnéticos. Actualmente, científicos expertos en esta temática plantean 3 tipos de electropolución: ionizante, la cual es altamente peligrosa dado que genera cambios en la estructura molecular de los organismos por la gran cantidad de energía almacenada en las ondas de alta frecuencia (rayos ultravioleta, X y gamma), la segunda es la visible, la cual no es perjudicial (colores), y finalmente la radiación no ionizante, la cual es de tipo térmica (rayos infrarrojos, microondas y radiofrecuencias), y es con este tipo de radiación que estamos los seres humanos en constante contacto.
Los efectos nocivos de la radiación no ionizante han sido estudiados muy a fondo en los últimos años por los dos investigadores más expertos en este tema: Horst Eger y Ferdinand Ruzicka. El primer investigador es el más reconocido y confiable a nivel mundial en la temática de la Electropolución, él señala que la probabilidad de cáncer aumenta hasta tres veces en la población que vive dentro de un radio de 400 metros de una antena de telefonía móvil, por ejemplo, en comparación con la población que vive fuera de ese radio. Ferdinand Ruzicka ha encontrado en sus investigaciones que el promedio de vida disminuye 10 años como media en los habitantes que viven cerca a antenas emisoras de contaminación electromagnética, si se comparan con los que viven lejos de una. Otros investigadores, como Johansen, han realizado un estudio sobre los efectos de los teléfonos móviles durante 20 años; un resumen de diferentes estudios a largo plazo, con resultados en general negativos, puede ser encontrado en la revista médica Inglesa “The Lancet”.
¿Pero qué es lo que causa la electropolución y la afectación humana? Los fotones y las frecuencias. La radiación electromagnética está formada exclusivamente por fotones en paquetes discretos y depende exclusivamente de la frecuencia de la energía de la fuente de donde proviene la radiación. Además, existe un punto de frecuencia –ubicado en el ultravioleta medio– en el que se genera de forma indirecta la radiación ionizante, y en ese punto la energía individual de los fotones puede hacer a los electrones romper su barrera de potencial, que los mantiene unidos al átomo, y causar el tipo de efectos nocivos que se están mencionando.
Y la problemática en torno a la electropolución aumenta con la necesidad palpitante de una mayor cantidad de antenas transmisoras en todo el mundo, lo que lleva a la preocupación sobre la amplitud de los campos electromagnéticos próximos a los transmisores. Algunos países como Rusia, afortunadamente, comenzaron una carrera por el establecimiento de normas para esta problemática; en el año 1974 (en aquel entonces Unión Soviética), aprobó una ley que establecía que las líneas de tensión que generaran campos superiores a los 25 kV/m debían estar ubicados a no menos de 110 metros de la edificación más cercana.
Más adelante, en el año 1990, la Asociación Internacional para la Protección de Radiación (IRPA) y la Comisión Internacional para la protección de Radiación no Ionizante (INIRC), establecieron que en los campos eléctricos de 10 a 30 kV/m, la intensidad del campo (kV/m) x hora, no debería exceder los 80 por jornada laboral completa. El cuerpo expuesto a campos magnéticos por hasta 2 horas por día no tendría que exceder los 50 Gauss.
Desafortunadamente, aún falta mucho por desarrollar en el campo legislativo para esta problemática. En países como Estados Unidos, donde no existe una legislación federal de salud para el caso de los CEM (campos electromagnéticos) de 60Hz. Sólo dos de ellos, Nueva York y Florida, establecieron niveles máximos permitidos para los campos magnéticos en las líneas, bajo condiciones de carga máxima, lo que les permite que las líneas de energía futuras no superen esos niveles. La eficacia del transporte en alta tensión queda de manifiesto tanto en la ley de Joule como en la ley de Ampère. La primera dice que la pérdida de energía en un conductor depende del cuadrado de la intensidad. La segunda dice que la pérdida de energía por irradiación depende exclusivamente de la intensidad que atraviesa una sección de conductor y no de su voltaje.
Y desafortunadamente, mientras el uso del espectro electromagnético siga siendo del Estado (ya que este lo controla y regula), no habrá garantía plena de las libertades de expresión de los ciudadanos y de asegurar bienestar para ellos. En esta contemporaneidad tan colmada de desarrollo electrónico y tecnologías de punta para transmitir información, los entes burocráticos y las ramas del poder –los políticos– deben aprobar y regular el funcionamiento y el uso de nuevos desarrollos tecnológicos.
La inversión y control estatal está justificado por la idea que el espectro electromagnético es un recurso muy escaso, y precisamente las investigaciones más recientes exhiben que el espectro puede ser ampliado en gran medida –hasta 10,000 veces–, pudiendo darle connotación clara de por quién será regulada y a quién le pertenecerá el espectro.
En este sentido, el artículo 75 de la Constitución Política de Colombia menciona que “El espectro electromagnético es un bien público inenajenable e imprescriptible sujeto a la gestión y control del Estado”. El artículo en si mismo pide la creación de un organismo público que realice la intervención y control, no el Estado. Asimismo, aparece por el año 2005 el Decreto 195, “por el cual se adoptan límites de exposición de las personas a campos electromagnéticos, se adecuan procedimientos para la instalación de estaciones radioeléctricas y se dictan otras disposiciones”. En este último se propone cuidar la salud humana con límites para las emisiones de los aparatos, pero es claro que actualmente la mayoría de las universidades están impedidas para medir la electropolución, dada su complejidad, y por ende mucho menos los ciudadanos.
Para tal propósito se propone a nivel mundial la protección radiológica, si existiesen efectos adversos para la salud humana, por exposiciones a radiación electromagnética, ya que la mayoría de los resultados presentados por muchos grupos de investigación a nivel mundial han cuantificado los efectos por campos de baja frecuencia y a pequeñas dosis como altamente nocivos para el hombre.
Existe en el mundo suficiente acervo de conocimiento que permitiría al país dar el paso adelante en la liberación del espectro, no solo para su adecuada regulación y avance de la tecnología sino también para encaminar más estudios en cuanto a la electropolución y entender, en el caso Colombiano, todos los efectos adversos de este fenómeno.
En el año 2002, el periodista Pedro Erquicia de Documentos TV, de TVE (España), realizó un minucioso documental de un poco menos de una hora llamado “Contracorriente”, donde se compromete a demostrar con datos científicos, entrevistas a investigadores, y casos reales de enfermedades graves causadas por la electropolución en España, que estos se originan en líneas de alta tensión, subestaciones eléctricas y antenas de telefonía móvil. Fue por completo censurado, y aunque está disponible en la web, hoy día sigue sin emitirse en la televisión española o internacional.
En este documental, Pedro Erquicia expone los múltiples casos de Cáncer en niños en el Colegio García Quintana de Valladolid, España, especialmente leucemia, causados por subestaciones eléctricas, ya algo comprobado. Afortunadamente un juez ordena cerrar la central. Recientemente dos niños han muerto. Asimismo, menciona el problema de cables de alta tensión y transformadores eléctricos debajo de un edificio de ocho familias en el pueblo Quart de Poblet, cerca de Valencia, España, donde siete vecinos de las ocho familias padecen fuertes dolores de cabeza, tumores cerebrales e incluso algunas mujeres han abortado varias veces. En otros lugares de España, numerosas personas que viven cerca de columnas de distribución eléctrica han padecido problemas graves como, por ejemplo, linfoma de Hopkins, cáncer de mama, hígado y estómago, los cuales parecen estar relacionados con el campo electromagnético.
El Señor Erquicia entrevista a José Luis Bardasano, Director del Departamento de Especialidades Médicas de la Universidad de Alcalá, el cual ha estudiado por más de diez años el efecto del electromagnetismo en ratas y ha encontrando el evidente daño celular y en el metabolismo, y a Ceferino Maeztu, Director de la Fundación Europea de Bioelectromagnetismo, el cual asegura que ya se comprobó que todos los campos electromagnéticos causan enfermedades, incluso las radiaciones no ionizantes tanto como las ionizantes.
En el mismo sentido, Angel Gonzáles Gulla, Director del Centro de Psiquiatría de la Universidad del país Vasco, y Claudio Gómez Perreta, Jefe unidad de Investigación del Hospital La Fe de valencia, fundamentan en el documental la afectación de la electropolución dado que las ondas cerebrales, en muchos de los casos, son compatibles con los campos electromagnéticos, algo en proceso de estudio con la ayuda de aparatos de Biofeedback. Cada onda corresponde a una frecuencia, y cuanto más baja la frecuencia de la radiación, más estados de insomnio y alteración del sueño causa, y así más estrés conllevarán y disminución de Melatonina.
Raúl de la Rosa, Presidente de la Asociación de estudios Geobiológicos, y considerado el mayor experto en electromagnetismo en España, asegura en el mismo documental haber relación, ya comprobada, de la irritabilidad, estrés, depresión, y en mayor medida el cáncer, problemas cerebrales y algunas enfermedades degenerativas con la electropolución, dado que esta última disminuye casi por completo la secreción de Melatonina cerebral; la melatonina es un antioxidante, antirradicales libres y principalmente ésta sustancia actúan en el cuerpo como anticancerígena.
Finalmente, en cámaras Aneicoicas, recintos altamente tecnológicos ubicados en la Universidad de Valencia, el PhD. Enrique Navarro, Director Investigación de la Facultad de Física de la misma universidad, lleva muchos años midiendo las radiaciones de los repetidores de telefonía móvil, y expresa en la entrevista de qué forma la radiación electromagnética de ese tipo de equipos causa fatiga crónica, afectaciones cardiovasculares, nerviosismo, ansiedad –llamado comúnmente Síndrome de las Microondas–. Desafortunadamente las radiaciones por telefonía atraviesan muros, paredes muy gruesas e incluso hasta los huesos.
Sin irnos muy lejos, en Bucaramanga, en la Universidad Cooperativa de Colombia, en el año 2005 se realizó una minuciosa investigación –aparece como la primera en Colombia en este campo investigativo– sobre las microondas digitales de alta frecuencia, las cuales liberan energía electromagnética que tiene alta repetitividad y permanencia en el medio ambiente, las cuales generan contaminación. Observaron en Bucaramanga que la exposición urbana de las personas a la electropolución desestabiliza el ritmo de onda cerebral por más de 24 horas (este es el tiempo de anormalidad que sufre una persona si respondiera sólo una llamada de un teléfono celular).
Los investigadores de dicha universidad ha visto que la alta frecuencia de las radiaciones de microondas de telefonía móvil (ondas no ionizantes), les conferiría ciertas propiedades cercanas a las de ondas ionizantes, pudiendo entonces producir, en los casos más graves, efectos cancerígenos. Menores frecuencias tienen efectos a largo plazo, todos relacionados con el estado neuronal e inmunológico de la persona: estrés, insomnio, dolor de cabeza y depresiones; al intensificarse el problema pueden llegar a ocasionar pérdida de la memoria, tumores cerebrales, cáncer y leucemia. Lo anterior muestra la similitud de estos resultados con los descritos previamente en toda España, y en muchas otras partes del mundo.
Infelizmente, la tecnología moderna expone a casi todos los seres humanos a los campos electromagnéticos en mayor o menor medida, lo cual complica aún más la realización de estadísticas comparativas. La mayor parte de la investigación científica sobre radiaciones no ionizantes se ha realizado sobre plantas en crecimiento y animales. A nivel vegetal se avanza en el desarrollo de una metodología para encontrar perturbaciones por el campo eléctrico a nivel de núcleos celulares de meristemos donde se encuentra el material cromosómico, que es el que transmite los caracteres hereditarios.
La mayoría de los experimentos sobre la influencia de radicaciones no ionizantes en animales ha permitido determinar cambios en el funcionamiento del sistema nervioso, trastornos neurofisiológicos en el comportamiento, efectos oculares en el cristalino, alteración del ritmo cardiaco, de la presión sanguínea, trastornos hormonales, variación en el sistema reproductor, transformaciones entre los cromosomas, modificación en el sistema inmunológico y en las estructuras y funciones de las células. Todo ello gravísimo.
Con todos los investigadores en España concluyendo lo mismo, muchos otros en diversos centros de investigación del mundo, incluso en Colombia, todos los estudios apuntan a una relación de causa-efecto entre la exposición a los campos electromagnéticos que se producen y la aparición de enfermedades como la leucemia y el cáncer.
Esto conlleva a pensar en la importancia de políticas de localización, implantación y desarrollo de estructuras de soporte para que las telecomunicaciones establezcan un diálogo franco, directo y constante con las políticas y estrategias de desarrollo urbano, tanto en Colombia como a nivel mundial. Los Planes de Ordenamiento Territorial deben establecer las políticas, planes y proyectos que el sistema de Telecomunicaciones debe cumplir y que es indispensable en el proceso de construcción de ciudad.
En Colombia, la proliferación de antenas ha sido un hecho evidente en los últimos años. Estas se han localizado en la estructura urbana y en la estructura ecológica de una manera rápida, sin una política clara de implantación urbana y sin garantizar su integración al medio sin generar afectaciones en el entorno urbano y ecológico sobre el que se implantan.
Como recomendaciones se propone blindar las estructuras de soporte, para que el impacto visual que generan sea disminuido, como esconder la estructura tras imitaciones de palmeras y elementos vegetales, también los dispositivos eléctricos deberían ser examinados con un medidor antes de ser comprados en la tienda y se debería determinar cuáles son los de menor emisión electromagnética. Asimismo, reconocer la pérdida de radiaciones en el hogar. En caso de sospechar de la existencia de elevada radiación proveniente de líneas de energía cercanas al lugar de residencia, se puede informar a las autoridades correspondientes para que tomen medidas. Como granito de arena para nuestra salud, la recomendación más práctica a cada ciudadano podría ser la de reducir la pérdida de radiación del monitor de su computadora, ubicando en la función “Protector de Pantalla”, la casilla de “Espera de Baja Energía”. Les queda, pues, la invitación.
La contaminacion electromagnetica debe abordarse desde 3 puntos diferentes:
Campo electrico de 50Hz: Se recomienda no pasar de los 5V/m.
Campo magnetico de 50Hz:Se recomienda no superar los 100 nT.
Emision radiada de alta frecuencia ( radiacion antenas ): es recomendable no pasar de los 100microW/m2 (en función de la frecuencia).
Haciendo referencia al asunto del apantallamiento , para aislar campos electricos de baja se usan pinturas de grafito con cinta de descarga (derivan a tierra)y los campos de alta frecuencia ( radiacion de las antenas ) se usa lo mismo, pese a que con esta radiacion no se absorbe sino que rebota casi toda.
El campo magnetico se desvia con una material que se llama mu-metal. Puede hacerse también con chapa de hierro-silicio de grano oriantado, pero su rendimiento es mucho mas bajo (aunque también su coste).
Parese ser exagerado
Pero de sierta manera los efectos de la radiacion electromagnetica se notan despues de mucho tiempo, un tiempo promedio es 30 años en una persona.
Los estudios que se tienen que hacer son y deberian ser proyectos grandes
los estudios que se tienen que hacer son y deberian ser proyectos grandes
[N. del Editor: Hemos dejado la ortografía y puntuación original intacta.]
no se quien ha puesto el comentario anterior, un importador de celulares o microondas; de hecho esta comprovado que esta contaminacion es dañina, por ejemplo los hornos de microondas contaminan la comida y destruyen nutrientes, por eso en 2976 rusia prohibio su uso, tambien en alemania se castiga el usar un celular cerca a un bebe falto complementar con la contaminacion quimica que causan televisores y celulares a causa del plomo o mercurio tambien el material de los cables de los electrodomesticos es toxico….
https://www.holistika.net/nutricion/articulos/plastico_aluminio_y_teflon_en_la_cocina.asp
Aunque es cierto que algunos estudio han sugerido una relación entre las ondas electromagnéticas y ciertos tipos de cancer; la mayoría de la evidencia científica en este campo es debil e inconcluyente. Este artículo no solo exagera la correlación entre enfermedades y campos de frecuencia a escala industrial; sino que olvida mencionar que ha habido muchisimos estudios que no han encontrado relación alguna:
Una revisión llevada a cabo en 1996 por un grupo de importantes científicos de la Academia Nacional de las Ciencias de Estados Unidos concluyó que:
«Ninguna evidencia concluyente y consistente muestra que la exposición residencial a campos eléctricos y magnéticos produzca cáncer, efectos neurocomportamentales adversos o efectos sobre la reproducción y el desarrollo.»
Una revisión de 1999 por parte del Instituto Nacional de la Salud (National Institute of Health) de Estados Unidos concluyó que:
«La evidencia científica que sugiere que la exposición [a campos electromagnéticos de frecuencia industrial] supone algún riesgo para la salud es débil.»
Una revisión de 2001 elaborada por el Consejo Nacional de Protección Radiológica (National Radiation Protection Board, NRPB) del Reino Unido concluyó que:
«Los estudios experimentales de laboratorio no han proporcionado una buena evidencia de que los campos electromagnéticos de frecuencia industrial sean capaces de producir cáncer, y los estudios epidemiológicos tampoco sugieren que causen cáncer en general.»
Y asi con muchos otros estudios. A los interesados les recomiendo el artículo, mucho más riguroso, del profesor John E Moulder https://www.arp-sapc.org/articulos/antenas4b.html