COSMOPOLIS O LAS AVENTURAS DE CRONENBERG EN EL POSTCAPITALISMO
Por Alejandro Martínez Salinas*
David Cronenberg es un cineasta que ha hecho su carrera en torno a lo exterior / interior. Ya sea como un horror físico que viene de lo interior (Shivers, 1975) o un horror que viene de los recovecos más olvidados de la mente humana (Un método peligroso, 2011). Cosmopolis es todo lo contrario: ahora el horror viene de lo exterior.
Si bien no es el mejor trabajo de Cronenberg e incluso podemos afirmar que Cosmopolis está lejos de ser un buen filme, lo interesante es la propuesta ideología que presenta este largometraje, que desde una perspectiva salvaje, nos presenta de una manera cruda y radical, una radiografía del postcapitalismo.
Las aventuras del postcapitalismo no dicen que ya no hay ideologías, que todo es exclusivamente un conjunto de mercados y que el reino del capitalismo vino para quedarse entre nosotros. Incluso ante la crisis actual, que bien podría ser el fin de los mercados; y es aquí donde entra el filme. La película es descaradamente ideológica (he ahí su virtud y su mayor falla) y se presenta como un panfleto contra el capitalismo más salvaje.
Y ahí es donde se aleja de los temas clásicos de Cronenberg, pues salvo en algunos momentos el tono cronenbergniano se hace presente (la limosina recuerda la estética de Crash), pero el tono del filme la hace cansada y poco afortunada en lograr un ritmo adecuado en la presentación del tema.
Los puntos de inflexión ideológicos del filme, se presentan de forma aislada y poco es lo que uno puede conectar con respecto a la propuesta ideológica.
Sin embargo, hacer un filme ideológico tipo Cronenberg es su mayor falla y también es su acierto. Pues si tomamos en cuenta que cada uno de sus filmes en cierta forma son definitoriamente políticos (la política de la nueva carne), esta nueva entrega en su filmografía no podía dejar de serlo, pues si leemos a Cronenberg desde un punto de vista ideológico, su política de la nueva carne es una política de la ruptura con las estructuras viejas que conforman la corporeidad. Cosmopolis sería un filme de una política postcapitalista donde Cronenberg nos parece proponer el fin, como todos lo conocemos, como una crisis donde Erick Packer parece vivir obsesionado con cortarse el pelo y su cuerpo (de las pocas referencias al Croneberg clásico).
La crisis que se presenta en el filme, en ciertos momentos se presenta de manera tangencial, elemento del cual se podría haber sacado más provecho.
Cronenberg con Cosmopolis ha resultado un tanto alejado de su propia política de la nueva carne para rendirse ante la fuerza aplastante del cine político a secas, del panfleto como cine. Como dije anteriormente, esto es su fuerza y su debilidad, si bien es el tiempo del cine político, por otro lado, Cronenberg no es un hombre de panfletos.
COSMOPOLIS de David Cronenberg. Cortesía de Prospero Pictures / Alfama Films. Pulse para ver video:
[youtube]https://www.youtube.com/watch?v=QzBEy7Ok0Bo[/youtube]
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* Alejandro Martínez Salinas es crítico de cine y curador cinematográfico. Sus áreas de interés son las expresiones propias del cine contemporáneo, especialmente el posmoderno y las cinematográficas periféricas. Es colaborador de Revista Pantagruélica y de Armas y Letras, revista de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Es coordinador del Cineclub Gargantúa en la ciudad de Monterrey, México, donde reside.