CRISIS DE VALORES: RECONSTRUCCIÓN DE LA SOCIEDAD.
Por María del Rocío Vallejo Alegre
Familia y amor, es el título con el que se tradujo al castellano la obra del Filósofo francés Luc Ferry. Su libro llegó a mis manos de casualidad. A mi padre le llegó como un obsequio de la suscripción del periódico español El País y me lo dio a mí. El título nunca cautivó mi atención, el libro pasaría de un librero a otro hasta que un día, por azares del destino empezaría a leerlo encontrando una respuesta a una pregunta que siempre me había planteado: ¿Cómo sociedad a dónde vamos?, ¿Qué valores estamos transmitiendo a nuestros hijos?, ¿Qué podemos esperar de seguir en este camino?
Todos sabemos que los cambios son la única constante en nuestra vida. El Siglo XX, se caracterizó no solamente por grandes transformaciones en nuestras vidas, sino por aquellas que serían incorporadas a una velocidad exponencial. El reto no era solamente aceptarlos, si no mantenerlos y asimilarlos continuamente para asegurar nuestra supervivencia.
El destino me llevaría a desempeñarme profesionalmente en una de las áreas más impactadas: «Las ciencias de la computación». La generación anterior a la mía (81–86) programaría en tarjetas perforadas. Mi generación pasaría de los teletipos a las pantallas de los grandes equipos IBM y HP. La siguiente generación usaría microcomputadoras y redes. El cambio era constante y a una velocidad vertiginosa. Mi generación fue testigo de cómo el uso de las computadoras pasaría de manos de los especialistas, a ser un elemento de supervivencia. Recuerdo el sentirme como un tren a gran velocidad, sin poder parar, sin poder cambiar la dirección, sin más opción que seguir adelante.
La evolución tecnológica exigía que los negocios planearan su incorporación, que fueran capaces de integrar rápidamente estos cambios para no quedar obsoletos. A finales de los 80 la planeación estratégica de tecnología estaba en auge. Ya no era solamente conocer la tecnología. Era conocerla y comprender su evolución, conocer el negocio y cómo desarrollarlo tecnológicamente. Fue entonces cuando la Globalización empezó a tomar fuerza, a cambiar las reglas del juego, a presentarnos un panorama muy atractivo y de grandes retos. Para algunos era algo imposible, para otros era un sueño hecho realidad y para otros, fue la oportunidad de enriquecerse sin límite.
Personalmente el objetivo de la globalización, por definición, me ha apasionado: «integración mundial en el ámbito socio–político y económico, teniendo como factor crítico de éxito el desarrollo tecnológico acelerado». Económicamente se busca la creación de un mercado mundial donde capitales y productos puedan transmitirse libremente dentro de los diferentes territorios. Socialmente el objetivo es la justicia y la igualdad para todos los seres humanos, sin importar diferencias sociales, étnicas, culturales, religiosas, sexuales, lingüísticas, etc… Políticamente la meta es desarrollar instituciones y mecanismos que funcionen a escala mundial, buscando que todos los países actúen conjuntamente.
Desafortunadamente, el énfasis ha sido en la Globalización económica. El valor económico ha tomado el papel preponderante, se venera, se idolatra…
Una muy buena amiga, Jean S., maestra de profesión, me dijo: «el día que el dinero es tu valor, ese día perdiste la moral». Qué magistral forma de plantear lo que estamos enfrentando hoy en día. El principio del Siglo XXI se caracteriza por la pérdida de la moral. La adoración descaradamente y sin tapujos «al dinero».
Cuando estaba embarazada de mi primera hija (1992), solía pensar: Ojalá, como sociedad, toquemos fondo. Perdamos todos los valores y que cuando mi hija sea una adolecente, estemos recuperándolos. Mi hija tiene 25 años, y yo no veo que toquemos fondo aún. ¿Cuál es el objetivo de esta carrera sin final?, ¿cuándo terminará este deterioro?, ¿a dónde vamos como civilización?, ¿qué podemos esperar?
A finales del año 2017, el libro de Luc Ferry cayó en mis manos nuevamente. Esta vez lo abrí y lo empecé a leer. Cuál sería mi sorpresa al ver que era un análisis de la crisis que estamos enfrentando. Su obra me permitió ver en blanco y negro mis temores y angustias. Sentimientos juzgados en múltiples ocasiones por otros como: paranoia, negatividad o rechazo al cambio. Familia y amor, no solamente expresa esos temores, los racionaliza, los ordena, nos explica su origen y más importante aún, nos brinda una solución.
El ser humano siempre ha puesto su fe en alguien más. La religión, la ciencia, la democracia. Hoy, el ser humano ha perdido todo. El Siglo XX ha destruido todos los valores que teníamos.
La fe en el más allá, fue sustituida por la fe en la razón. La ciencia ofrecía al ser humano la oportunidad de lograr un bien común. Sin embargo, la globalización nos ha mostrado una cara tenebrosa de la ciencia. La ciencia dejó de ser una solución para convertirse en la responsable de las grandes catástrofes naturales.
La democracia, la forma de gobierno por excelencia, se ve traicionada. Luc Ferry nos lo expresa en su obra:
«Proteger el planeta, conseguir que la igualdad de oportunidades sea real, acabar con el paro, reducir la deuda pública, relanzar el crecimiento económico, etc. […] son promesas que la globalización liberal ha hecho añicos. El hombre se ha visto despojado de toda influencia real sobre el curso del mundo, por lo mismo, privado de responsabilidad como nunca antes lo había estado. Evidentemente estamos viviendo una auténtica convulsión histórica. La ciencia, las empresas sucumben al poder de la globalización».
La población de los países más desarrollados empieza a tomar conciencia de la «parálisis del poder político». Fórmulas populistas entran en juego para conquistar el poder, reproduciéndose como un virus.
Es justamente aquí, en el derrumbamiento de todos nuestros valores que el siglo XX consolida su éxito. Cuando la agonía de un pasado que termina nos cierra la garganta y el presente, vacío de ilusiones, no nos brinda futuro alguno. Luc Ferry nos abre una puerta de esperanza. Nos permite renunciar al pasado y creer en un futuro en el que el poder se centra en el ser humano per se. Familia y amor, un alegato a favor de la vida privada, nos brinda la oportunidad de recobrar la fe en el futuro, de encontrarnos a nosotros mismos, desmantelar al dios monetario de una vez por todas y hace un llamado para que podamos heredar a nuestros hijos lo más preciado de este mundo: El amor y la fe en nosotros, los seres humanos.
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REFERENCIA:
Familia y amor
Por Luc Ferry, Santillana Ediciones Generales, S.A. de CV, D.F., México, 2008
Título de la edición original: Familles je vous aime; politique et vie privée à l’âge de la mondialisation. XO Édition, Parías, 2007.
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* María del Rocío Vallejo Alegre es Ingeniera en Ciencias de la Computación y Cibernética y Magister en Administración de Negocios por el Instituto Autónomo Tecnológico de México. Es docente en la State university of New York at Geneseo desde 2008. Fue voluntaria en la Geneseo Central Schools, NY. A lo largo de su carrera ha recibido varios reconocimientos, entre ellos el «Joseph M. O’Brien Award for Excellence in Part-Time Teaching», en 2011. El «Honored on Faculty Recognition Day by Class of 2013-2014», Fall 2013. Es autora de los libros «Basic for Kids» (Basic para niños), 1985 y «I CAN» una serie de tres libros de Basic en Español. https://www.geneseo.edu/languages_literatures/vallejo
Ha recibido los siguientes reconocimientos:
· Joseph M. O’Brien Award for Excellence in Part-Time Teaching 2011
· Service-Learning Course Development Award for «Medical Spanish courses» 2013
· Honored on Faculty Recognition Day by Classes of 2013-2014-2015 2013-2015
· Patricia and Gerry Award Endowed Faculty 2015
· Appreciation award by Academic Affairs Committee and Learning Center 2015
· Positively Geneseo Highlight Book 2016
· Chancellor’s Award for Excellence in Adjunct Teaching 2017