LUIS MIGUEL DE ZULATEGUI, EL MEJOR CRÍTICO MUSICAL DE IBEROAMÉRICA
Por Luis Carlos Rodríguez Álvarez*
A pesar de no haber nacido en nuestro país, el maestro Luis Miguel de Zulategi es, sin lugar a dudas, una de las más importantes figuras del ambiente y de la música de nuestra ciudad y de Colombia en el siglo XX. Radicado en nuestro país desde mediados de los años veinte, su larga y fructífera carrera artística, en los terrenos de la composición, la crítica, la musicología, la pedagogía, y la interpretación organística y pianística, dejó imborrable huella en la historia musical de nuestro país.
Luis Miguel de Zulategi y Huarte nació el 5 de julio de 1898, en la ciudad de Iruña, hoy Pamplona (capital de la Provincia Foral de Navarra, al norte de la Península Ibérica). A temprana edad inició sus estudios de música con el organista Pedro de Goldaratz, y en la Academia Musical de Pamplona, hizo estudios de solfeo, flauta, violín y piano. Perteneció en su niñez y pubertad al Orfeón Pamplonés, agrupación que bajo la batuta de don Remigio Múgica llevó a tener gran renombre internacional.
En 1911, el muy joven Zulategi fue internado por su tía materna, en la Comunidad de los Padres Carmelitas Descalzos. Allí realizó estudios de teología, filosofía, derecho canónico, humanidades y lenguas como griego, latín y arameo, y clandestinamente perfeccionó el euzkera, el idioma vasco. A la par, estudió composición con el maestro Francisco Mari Ugartechea Urquieta (Padre José Domingo de Santa Teresa) y órgano con el maestro Eduardo Gorosarri Maiztegi.
En 1919 fue ordenado sacerdote contra su voluntad. Ofició algunos años como organista en varias iglesias carmelitas del norte de España y en Nantes (Francia), alcanzando gran fama por su personal forma de abordar el repertorio y sus indiscutibles dotes interpretativas en el difícil instrumento.
Por sus posiciones políticas y religiosas, Zulategi fue enviado por la Orden de los Carmelitas en 1924, para unirse a la evangelización de los indígenas en el Darién Colombiano.
Dos años después renunció al sacerdocio y trabajó en el banco Agrícola Hipotecario de Medellín. En 1928 trabajó como comentarista musical del diario «El Colombiano» de Medellín. Liberado de sus compromisos sacerdotales, Luis Miguel de Zulategi contrajo matrimonio civil en Panamá con la dama antioqueña Blanca Mejía Montoya, en 1932, poco antes de radicarse por cinco años en la ciudad de Bilbao, en el País Vasco Español. Allí trabajó con la importadora «Euzkerin» y se consagró como crítico, en el riquísimo ambiente musical que se daba en aquella ciudad por esa época.
A su regreso a Colombia, huyendo con su familia de la Guerra Civil Española, y mientras vivía de otras actividades no artísticas, continuó sus tareas en la crítica y en la creación musicales, siempre como acciones no profesionales, en sus ratos de ocio.
La obra musical completa del maestro Luis Miguel de Zulategi comprende aproximadamente 100 composiciones originales y 40 arreglos de obras tradicionales colombianas, así como de Isaac Albéniz, Enrique Granados y muchos otros compositores (Ver Catálogo al final).
Su estilo, de maciza construcción armónica, acusa fuentes de inspiración en César Franck y en Maurice Ravel. Así, por ejemplo, en la Misa de Réquiem (escrita en 1956 y publicada poco después en Barcelona, por la Casa Editorial Boileau y Bernasconi), que le mereció elogiosos comentarios del maestro Pau Casals -quien quiso interpretarla en San Juan de Puerto Rico- y que acaba de ser estrenada en abril de 2011 en la misma Catedral de Pamplona, su ciudad natal, por el Orfeón Pamplonés, el magnífico grupo coral en el que se inició como músico en su niñez.
Es necesario destacar, en su Catálogo, las siguientes obras: piezas para piano integran un valioso apartado que incluye el vals Blanca, un Impromptu, la colección Pequeñeces —13 piezas infantiles—, el zortzico Desde los Andes, la breve partitura titulada I like Schumann, el Nocturno, el pasillo Armisticio, y una Nana, original para clavecín, una colección de Canciones vascas, la Sonata para violín y piano, los Gozos a San Francisco Javier, un Grupo de canciones sobre poemas de Carlos Castro Saavedra, y varias canciones, obras todas en los géneros vocal, coral, camerístico y sinfónico, originales y en arreglos.
Interesado por las características del folklore colombiano, el maestro Zulategi realizó estudios e investigaciones que le llevaron a componer sobre estos temas y a participar en concursos de música nacional, obteniendo varios premios. Entre los más destacados figuran el otorgado en el Concurso Rosellón e Indulana, en 1941, por su Fantasía Colombiana, el de la Radio Nacional de Colombia, en 1947, por la canción Hay un instante en el crepúsculo sobre un texto de Guillermo Valencia; los obtenidos sucesivamente en el Concurso de Música de Colombia patrocinado por la empresa Fabricato, en todas sus ediciones (por la danza guajira Ay, mi neguita d’Uribia!, en 1948; la fantasía sinfónica Los de Cachipay en 1949; el bambuco–canción El trotamundos, en 1950, y la cumbia orquestal Caribianas, en 1951). Y el del Concurso de Composición Musical abierto por el Cuarto Festival Nacional de Arte de Cali, en 1964, por su scherzo sinfónico Invitación al bambuco.
La labor crítica, musicológica y de investigación del maestro Luis Miguel de Zulategi, la cual desarrolló por 42 años en Bilbao, Bogotá, Cartagena y sobre todo en Medellín, hablan de su intenso compromiso artístico, social e histórico, y puede ser vista hoy como una verdadera y perdurable cátedra de ciencia musical, buen gusto, y noble cometido. Fue en Colombia divulgada a través de diversas publicaciones capitalinas y de los diarios El Colombiano, El Heraldo de Antioquia, El Correo y las revistas Micro y Gloria de Medellín. Caracterizada por su juicio certero y constructivo, y basada en sus profundos conocimientos técnicos musicales, esta actividad dio lugar a que el maestro Zulategi fuera catalogado por un diario español como el Mejor Crítico Musical de Iberoamérica, poco antes de morir. Cada texto suyo no es la narración desprevenida de un hecho ocasional, por un cronista inexperto, sino la descripción detallada y rigurosa, sentida y disfrutada, de un evento trascendental en la vida cultural de un pueblo, por un verdadero musicólogo como no ha tenido el país.
Además, gracias a su tarea de copista de bellísima caligrafía —que puede apreciarse en las obras que alcanzó a publicar—, transcriptor y arreglista, se rescataron para la posteridad muy preciosas obras de compositores nuestros, como Gonzalo Vidal, Daniel Zamudio, Guillermo Quevedo Zornoza, Pedro Morales Pino, Ismael Posada Franco, Honorio Alarcón y muchos otros.
Zulategi sólo ofreció profesionalmente algunas esporádicas lecciones de solfeo en el Instituto de Bellas Artes de Medellín, que dejaron gratos recuerdos en sus innumerables alumnos. Las de la pluma crítica desde los periódicos y revistas, y las de la sabia y elocuente guía de su verbo, fueron sus verdaderas tareas docentes. Poco antes de morir, fue nombrado rector del Instituto de Bellas Artes de Medellín, pero no pudo aceptar debido a su quebrantada salud.
El maestro Luis Miguel de Zulategi y Huarte falleció en Medellín, el 1 de septiembre de 1970. Como homenaje póstumo, la Asociación Pro Música de Medellín le concedió la Medalla al Mérito, en reconocimiento por su labor periodística y docente en beneficio de la música en Colombia.
CATÁLOGO LUIS MIGUEL DE ZULATEGI
El siguiente catálogo del músico vasco–antioqueño Luis Miguel de Zulategi fue comparado con otros catálogos existentes del compositor y ampliado por la investigación a partir de la información existente en la Sala de Patrimonio Documental de la Biblioteca Luis Echavarría Villegas de la Universidad EAFIT (donde se encuentra su legado musical, por voluntad de su familia) y algunos archivos personales.
MÚSICA VOCAL
CORAL RELIGIOSA
Himno a Santa Teresa
1921
Coro masculino y piano
Quem Vidistis Pastores
1921
Dos tenores, bajo y órgano, Pamplona, texto en latín
Magne Pater Agnus Tine
1929
Dos voces y piano, 21 de agosto de 1929, texto en latín
Oñaz – Loyolatar Iñaki Deuna Esreser – Kija (Himno a San Ignacio de Loyola)
1935
Himno a San Ignacio de Loyola, Bilbao, texto en vasco
Misa de Réquiem
1956
Coro masculino y órgano, Pamplona, dedicado a la memoria de Tomás de Zulategi
Gozos a San Francisco Javier
1959
Coro mixto, oboe, tiple y órgano, 3 de mayo de 1959, Cartagena
Himno de la Primera Asamblea Mariana de Oñate
s.f.
Coro mixto y órgano
CORAL PROFANA
Trikiliak
1929
Diez canciones cortas a modo de juego con el lenguaje vasco
Cuatro canciones vascas
1935
Coro mixto, canciones: I. Etxe-saria (La alhaja de la casa); II. Seaska- Uruma (Arrullo); III. Bentan gogoa (En la venta del pensamiento); IV. Euzko dantzara (A la danza vasca), existe versión coral con acompañamiento de piano
Pasillo coral
1967
Coro masculino, Medellín, texto de Luis Miguel de Zulategi, existe versión para coro mixto
Veinticinco canciones infantiles
1969
Voces al unísono, 26 de enero de 1969, textos de Carlos Castro Saavedra, presentadas al Concurso de Canciones Infantiles en 1975 organizado por Extensión Cultural Municipal y patrocinado por Suramericana de Seguros y Nacional de Chocolates, canciones: I. Canción de cuna; II. Canción dulce; III. Canción de las esmeraldas; IV. Canción del Pescadito; V. La canción de Alejandra; VI. Canción del maíz; VII. Canción por la paz; VIII. Canción de los trenes; IX. Canción de Santiaguito; X. Canción del Viento; XI. Canción del Sol; XII. Canción del Río; XIII. Canción del arroz; XIV. Canción feliz; XV. Canción del Bobito; XVI. Villancico; XVII. Canción tonta; XVIII. Canción de las montañas; XIX. Canción con alas; XX. Canción de los hermanitos; XXI. Canción de la madre; XXII. Canción del niño que voló; XXIII. Canción de las letras; XIV. Canción del caballito; XV. Canción de la hormiguita.
Música Vocal – Instrumental
Euzo Langileo Alkartasunaren Ereserka
1921
Pamplona, texto en vasco
Jauna Jayo Zanean
1921
Pamplona, texto en vasco
Navidad
1921
Ave maría gregoriano con acompañamiento de piano, diciembre de 1921, Cataluña
Himno a la madre
1930
Voz y piano, 4 de mayo de 1930, Medellín, participó en el Concurso del Cuadro de Honor de la Sociedad de Mejoras Públicas bajo el seudónimo de «Binario»
La Farerita
1939 s.f.
Voz y piano, Berceuse, texto de Manuel Oqueiros Voz solista y orquesta sinfónica, berceuse, existe versión para voz y piano, texto de Manuel Oqueiros
En un álbum
1940 s.f.
Tenor y piano, Romanza, texto de Carlos Mazo A., dedicada a Margarita. Orquesta sinfónica, romanza, existe versión para tenor y piano, texto de Carlos Mazo A.
Hay un instante en el crepúsculo
1947
Soprano ó tenor y piano, texto de Guillermo Valencia, obra ganadora de Mención de Honor en el Concurso del Cuarto Centenario del Nacimiento de Cervantes organizado por la Radiodifusora Nacional, compuesto bajo el seudónimo «U. Caldero», existe arreglo para pequeña orquesta
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