Acronopismos y otras delicatesen Cronopio

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brujas

DE TRADUCCIONES Y PERVERSIONES: ESCRITURA Y BRUJAS EN ALGUNAS POETAS NORTEAMERICANAS CONTEMPORÁNEAS

Por Manuel Cortés Castañeda*

En los poemas escritos por hombres sobre brujas, por lo general, se repiten ciertos patrones, estereotipos, imágenes y símbolos, que con el pasar del tiempo se han convertido en entidades vacías, sin sentido y que solo actúan como adornos ocasionales y exóticos —y en el trasfondo recursos desgastados—, que no aportan nada, ni a la forma, ni al contenido del texto. Podríamos decir que son meros soportes técnicos y temáticos. Al contrario, los poemas escritos por mujeres sobre brujas y otras entidades del submundo y el transmundo, reflejan un compromiso real y objetivo, una entrega sincera, una simbiosis de las escritoras con estas entidades, o seres extraordinarios, guardianes de la sabiduría y de los secretos de la naturaleza. Las poetas asumen y encarnan en el acto mismo de escribir, y su escritura, a la bruja y todo su entorno, como una parte esencial de su sensibilidad, de su escritura, cada palabra, cada pausa, cada silencio; a tal punto que ese mundo negado y perseguido, reaparece fresco, lleno de vida y de necesidad puntual. Se regenera, se hace presente, vuelve a recuperar los espacios que les fueron clausurados y cercenados. Algunas veces con una dosis de humor cáustico y sutil, otras como si jugaran con fuego y, también, encontrando una simbiosis entre temática, escritora y voz poética, con un conocimiento profundo de la condición humana que se desprende, o se aleja de la tradición occidental. Las poetas traducidas y comentadas en este corto ensayo son: Edna St. Vincent Millay, Kiki Petrosino, Mary Elizabeth Coleridge, Elizabeth Willis, Sylvia Plath, Anne Sexton, Katherine Mansfield y Erica Jon. Al final de los comentarios incluiré la traducción[1] y los textos en inglés, para que el lector tenga la oportunidad de ver igualmente los originales.

En el poema de Edna St. Vincent Millay, La bruja casada, la magia y el misterio que encierra el mundo de la mujer, no está disponible para el hombre. Este, solamente, de tanto en tanto, tiene acceso a ese mundo, pero solo de forma fragmentada, ya que ese universo nunca se revela o se entrega de forma completa; y no importa si el hombre dispone de todas las herramientas, medios y conocimiento indispensables para acercarse y participar de ese mundo; conocimiento y sabiduría no le son suficientes; tampoco el prescindir de un mundo de antemano cifrado y determinado y que ha sido excluyente con la mujer y su forma de entender y asimilar la realidad; y tampoco acceder a otra realidad donde reconocemos nuestro ingrediente femenino, o eso que llaman nuestra otra parte perdida; en palabras de Jung: el anima. La mujer que ha entrado en el mundo de lo prohibido y lo transciende, para Millay, es desconocimiento, distancia, transparencia, que si se muestra no se entrega del todo, al menos tratándose del hombre, ya que esa bruja, aunque casada: «No está hecha para hombre alguno».

Kiki Petrosino en su poema La esposa bruja, nos muestra el lado emocional y sus múltiples matices de la mujer que transciende su cotidianidad y, además, la relación directa y secreta que esta tiene con la naturaleza, valiéndose de dos colores, el verde y el rosado y de una prenda que le permite manipular ciertas sustancias, o transformarlas: los guantes. Igualmente, acentúa la importancia de la comida y los frutos y las plantas y las formas y los olores y especialmente el rechazo a la violencia y a los hombres que la han convertido en su pan de cada día. Ella quiere conjurar, un Eastern Perfecto, elaborar un hechizo perfecto, una pócima ideal, que le permita gozar de todo lo que le falta, todo lo que sueña, todo lo que le han quitado y censurado; pero, especialmente, convocar todos estos elementos y fuerzas y hacer —por medio de este hechizo— que la tierra vuelva a renacer y con ella las flores y todos los cuerpos que ella sueña y desea y que uno a uno desentierra con «sus guantes rosados y verdes».

Mary Elizabeth Coleridge, en su poema La bruja, enfatiza la vulnerabilidad que igualmente es parte vital de la condición humana; vulnerabilidad que no es por ningún motivo sinónimo de debilidad, o falta de voluntad, sino de fuerza para enfrentar el dolor y la tragedia cara a cara y aceptarlo como parte indispensable de la existencia en un acto de valentía, o de reconocimiento de los límites… pero sin dejar de expresar, que esa vulnerabilidad, quizás, también ha sido un constructo masculino que duele y sigue doliendo incluso cuando se ha aprendido a vivir con ello. Así que el ser vulnerable, igualmente la hace sentir fuerte («piedra») joven («virgen»), y aunque el andar le duele, eso no le impide soñar con otra vida, otro universo, otra forma de sentir y de vivir. Insiste querer pasar el «umbral» y quedarse junto a otra entrada, otra «puerta», otro camino. Y en ese deseo que aspira cada vez más y que no ceja por ningún motivo, aparece la consustanciación con la muerte, y la derrota como una forma de iluminación, de encuentro con lo profundo («hundirse»), con lo que la espera al otro lado de la puerta que le señala un nuevo destino.

Elizabeth Willis, en un poema extenso igualmente llamado La bruja, nos hace un inventario completo de todos los atributos que caracterizan a una bruja y todo lo que esta es capaz de hacer o deshacer. Solo que esos atributos y tareas son precisamente lo que la Inquisición, usó como disculpa teológica para condenar a las brujas y especialmente aquellas que tenían un conocimiento amplio de las plantas y sus propiedades curativas y alucinógenas, ya que ese conocimiento —que los señores de la Inquisición ignoraban, o eran incapaces de entender— era producto de un pacto con el demonio. Willis no excluye dichas propiedades, ni las califica como algo negativo, sino que juega con ellas y de una forma irónica y —una pizca de humor negro— va mostrando en su lista, los caprichos de las instituciones, su ignorancia rampante, y lo absurdo y tonto, de sus juicios de valor y razonamientos, especialmente de los señores de los tribunales de la fe. Resumiendo, podríamos decir con Willis, que desde el punto de vista de las instituciones lo que no se entiende y no hace parte de uno mismo, de nuestro propio imaginario, tantas veces corrompido por la ideología y la religión, tiene que estar asociado con la maldad y, por consiguiente, solo se puede explicar como producto de un pacto con lo prohibido. Es decir, lo diabólico, lo perverso, lo inmundo.

Sylvia Plath, en su poema La bruja en la pira, nos muestra de una forma vívida y trascendente el momento en que una bruja es quemada y nos deja ver, además, apoyándose en ese momento la crueldad y la degradación a la que ha llegado la condición humana y sus instituciones. Siempre excluyendo, definiendo, categorizando, juzgando, pero nunca entendiendo otras formas de vivir y de pensar y de sentir. Y todo lo que se excluye y se condena, por lo general, está asociado con lo femenino, o está más cerca de lo femenino, incluyendo la sexualidad, el erotismo, la oscuridad, el silencio, el placer, lo extraño y lo extraordinario. La pira nos muestra la profunda verdad de la mujer que se sale de lo cotidiano —esposa, madre, virgen, amante— pero igualmente su capacidad, su fuerza especial para soportar el dolor y los castigos más crueles y sobreponerse a las pruebas más difíciles. Pero el fuego es, además, el encuentro con su ser original, su fuerza creadora y dadora de vida; fusión dolorosa con lo más íntimo de la naturaleza, las formas, el placer como fuente de vida, como comienzo y finalmente la revelación final, la vuelta a lo más íntimo de su condición, consumida, purificada por el fuego: el vacío, la nada, la ausencia absoluta de necesidad, la pérdida total del objeto del deseo que subyace en el fondo del dolor y de la tragedia. El placer del dolor convertido en liberación, éxtasis, transcendencia, estado de gracia. Plath borra la crueldad, la aparta como materia del poema, como contenido, la relega y convierte a la bruja y el fuego que la consume en un acto de amor y de entrega.

Sylvia Plath

Anne Sexton en su poema Yo soy una de ellas, desciende —sirviéndose de un lenguaje fracturado— al mundo de la brujería, lo prohibido, lo perverso, lo excluido, por su naturaleza extraña y peligrosa, según los tribunales de la fe. Y lo reconoce como suyo de siempre. Quiere participar de cada espacio y cada pedazo de ese mundo enajenado y ninguneado; recuperarlo, incorporárselo, traerlo al presente, hacerlo presente. Quiere sentirlo, disfrutarlo, hacerlo suyo en cada palabra, volver a sentirlo y vivirlo tal como lo sintieron tantas mujeres condenadas por las instituciones, simplemente porque trascendía su mundo limitado y delimitado. Sabiduría que las mujeres habían acumulado y que, para las instituciones, aparte de suscitar la duda, era algo desconocido y, por lo tanto, por desconocido, peligroso, y por peligroso debía ser prohibido, censurado, borrado junto con sus sacerdotisas. Sexton quiere recuperar esa imagen perfecta de la bruja con todos sus atributos que la definen o mal-definen incluyendo sus formas, sus representaciones, lo que la condena, lo que la convierte en enemiga de la sociedad. Y al final del poema, Sexton concluye que ella es una de esas, de esa especie y tipo, y que esa es y ha sido su verdadera vida. Su vida más íntima y secreta.

En el poema Fantasmas incorpora igualmente a su lenguaje un mundo complejo y misterioso donde aparece el hombre entre otros muchos seres o manifestaciones, asociado con un mundo de fantasmas de todo tipo. Un mundo masculinizado y que calca o repite ciertas presencias terrenales que incitan a la risa y al sarcasmo: fantasmas gordos y desproporcionados que lindan con lo ridículo y lo cómico, especialmente en lo referente a su anatomía sexual. También hace referencia a criaturas ridículas cuya única función es mostrarle el culo pelado al demonio.

Katherine Mansfield en el poema Té de manzanilla, aparte de enfatizar las propiedades curativas de esta hierva tan conocida por todos y tan común, desde tiempos ancestrales, nos muestra la importancia de beberse un té de esta hierba, todo el ritual mágico y erótico que implica compartir una taza de té de manzanilla, y cómo el tiempo regresa fragmentado en un instante a la vez que todas las cosas vuelven, se convocan, toman forma y vida sin importar que tan oscuras o terribles hayan sido; incluso cosas también incluidas en el breviario de lo prohibido, lo moral religioso, y que han sido íntimamente ligadas con el mundo perverso de lo femenino. Y en el poema Diseño, aparece un insecto, la araña. Animal que ocupa un lugar de privilegio en el mundo de lo extraordinario, ya que ella encarna el prodigio y el misterio que encierra o sugiere la muerte. La araña construye en sus telarañas de ensueños el ritual de la muerte en toda su belleza, en un acto extremo de amor por su presa, su alimento, su comunión. Finalmente:

Erica Jon, en su poema Un filtro de amor para lo que termina, nos muestra el juego maravilloso que es hacer y practicar un embrujo. A partir de un hechizo la poeta busca que el mundo que le fue negado y contaminado por las instituciones se haga realidad, vuelva a ser el centro de su vida diaria. Un mundo que solo aparece como un comienzo y un final, sin mostrar el proceso, lo que queda entre líneas, el desvío, el desvarío, lo perdido, lo escondido, lo ninguneado, lo contaminado; es decir, lo que no aparece durante el desplazamiento, porque lo han cercenado, y que es lo esencial. Quiere borrar, como sea, con un solo soplo, tanto el principio como el final, y recuperar con ese mismo soplo, lo que se perdió, y que regrese intacto, entero, amparado por las fuerzas de la naturaleza, en este caso específico asociado con una lluvia cálida, y que como esta lluvia nunca acabe; se trata entonces de recuperar un espacio donde el placer y el juego de lo erótico sean la panacea de la existencia diaria; donde el tiempo se vacíe de sí mismo y ya no haya lugar para un principio y un fin. Donde ya no sea necesario juzgar, ni valorar, ni hacer un inventario de lo logrado al final de la jornada, y mucho hacer tener que hacer la maleta. El deseo perdería así su objeto deseado y se volvería sobre sí mismo como fuente única de placer, eternizando dicho instante. 

WITCH-WIFE
Edna St. Vincent Millay (1892-1950)

She is neither pink nor pale,
And she never will be all mine.
She learned her hands in a fairy-tale,
And her mouth on valentine.

She has more hair than she needs.
In the sun ‘tis a woe to me!
And her voice is a string of colored beads,
Or steps leading into the sea.

She loves me all that she can,
And her ways to my ways resign;
But she was not made for any man,
And she never will be all mine.

LA ESPOSA-BRUJA
Edna St. Vincent Millay (1892-1950)

Ella no es ni rosada ni pálida
y nunca será del todo mía
conoció sus manos en un cuento de hadas
y su boca es un «valentine»

Tiene más pelo del necesario
bajo el sol ella es mi congoja
su voz es un collar de cuentas de colores
o pasos que llevan al mar

me ama todo cuanto puede
y sus formas a mis formas entrega
pero no fue hecha para hombre alguno
y nunca será del todo mía

WITCH WIFE
Kiki Petrosino

I’ll conjure the perfect Easter
& we’ll plant mini spruces in the yard—
my pink gloves & your green gloves

like parrots from an opera over the earth—
We’ll chatter about our enemies’ spectacular deaths.
I’ll conjure the perfect Easter

dark pesto sauce sealed with lemon
long cords of fusilli to remind you of my hair
& my pink gloves. Your gloves are green

& transparent like the skin of Christ
when He returned, filmed over with moss roses—
I’ll conjure as perfect an Easter:

provolone cut from the whole ball
woody herbs burning our tongues—it’s a holiday
I conjure with my pink-and-green gloves

wrangling life from the dirt. It all turns out
as I’d hoped. The warlocks of winter are dead
& it’s Easter. I dig up body after body after body
with my pink gloves, my green gloves.

LA ESPOSA BRUJA
Kiki Petrosino

Voy a conjurar una pascua perfecta
Y a plantar pequeños abetos en el patio
—Mis guantes rosados y tus guantes verdes—

Como loros de una ópera sobre la tierra
Hablaremos de las muertes espectaculares de nuestros enemigos
Voy a conjurar una pascua perfecta

Salsa de pesto oscura, sellada con jugo de limón
Largos cordones de rotinni para que recuerdes mi pelo
Y mis guantes rosados. Tus guantes son verdes

Y trasparentes como la piel de Cristo
Cuando regrese cubierto de rosas
Voy a conjurar una Pascua perfecta

Queso provolone cortado del bloque entero
Hiervas del bosque quemándonos la lengua
—es día de fiesta—
Mi conjuro es con mis guantes rosados y verdes

insisto en recuperar la vida de la tierra
todo brota
Como lo esperaba
las azaleas de invierno están muertas
y es pascua
yo desentierro cuerpos, tras cuerpos, tras cuerpos,
con mis guantes rosados, mis guantes verdes.

brujas hechizos

THE WITCH
Mary Elizabeth Coleridge

I have walked a great while over the snow,
And I am not tall nor strong.
My clothes are wet, and my teeth are set,
And the way was hard and long.
I have wandered over the fruitful earth,
But I never came here before.
Oh, lift me over the threshold,
and let me in at the door!
The cutting wind is a cruel foe.
I dare not stand in the blast.
My hands are stone, and my voice a groan,
And the worst of death is past.
I am but a little maiden still,
My little white feet are sore.
Oh, lift me over the threshold, and let me in at the door! 

Her voice was the voice that women have,
Who plead for their heart’s desire.
She came —she came— and the quivering flame
Sunk and died in the fire.
It never was lit again on my heart
Since I hurried across the floor,
To lift her over the threshold and let her in at the door. 

LA BRUJA
Mary Elizabeth Coleridge

He caminado mucho tiempo sobre la nieve
No soy ni alta, ni fuerte
Mi ropa está empapada
Mis dientes rechinan
Y el camino fue duro y largo.
He vagado sobre la tierra jugosa
Pero nunca antes estuve por aquí
Oh, levantadme sobre el umbral,
y dejadme junto a la puerta.
El viento afilado es un enemigo cruel,
No me atrevo a enfrentar sus ráfagas
Mis manos son piedras y mi voz un rugido
y ya es pasado lo peor de la muerte
todavía soy una virgen joven
mis pequeños pies blancos duelen.
¡Oh, levántame sobre el umbral y déjame en la Puerta! 

su voz fue la voz de una mujer
que apostó por el deseo de su corazón
ella llegó —ella llegó— y la llama titilante
se hundió y murió en el fuego.
Nunca mas se encendió en mi corazón 

aunque corrí por el piso
para levantarla sobre el umbral
y dejarla junto a la puerta.

THE WITCH
Elizabeth Willis

A witch can charm milk from an ax handle.
A witch bewitches a man’s shoe.
A witch sleeps naked.
«Witch ointment» on the back will allow you to fly through the air.
A witch carries the four of clubs in her sleeve.
A witch may be sickened at the scent of roasting meat.
A witch will neither sink nor swim.
When crushed, a witch’s bones will make a fine glue.
A witch will pretend not to be looking at her own image in a window.
A witch will gaze wistfully at the glitter of a clear night.
A witch may take the form of a cat in order to sneak into a good man’s chamber.
A witch’s breasts will be pointed rather than round, as discovered in the trials of the 1950s.
A powerful witch may cause a storm at sea.
With a glance, she will make rancid the fresh butter of her righteous
Neighbor.
Even our fastest dogs cannot catch a witch-hare
A witch has been known to cry out while her husband places inside her the image of a child.
A witch may be burned for tying knots in a marriage bed.
A witch may produce no child for years at a time.
A witch may speak a foreign language to no one in particular.
She may appear to frown when she believes she is smiling.
If her husband dies unexpectedly, she may refuse to marry his brother.
A witch has been known to weep at the sight of her own child.
She may appear to be acting in a silent film whose placards are
missing.
In Hollywood the sky is made of tin.
A witch makes her world of air, then fire, then the planets. Of
cardboard, then ink, then a compass.
A witch desires to walk rather than be carried or pushed in a cart.
When walking a witch will turn suddenly and pretend to look at
something very small.
The happiness of an entire house maybe ruined by which hair
touching a metal cross.
The devil does not speak to a witch. He only moves his tongue.
An executioner may find the body of a witch insensitive to an iron spike.
An unrepentant witch may be converted with a firttle lead in the eye.
Enchanting witch powder may be hidden in a girl’s hair.
When a witch is hungry, she can make a soup by stirring water with her hand.
I have heard of a poor woman changing herself into a pigeon.
At times a witch will seem to struggle against an unknown force
stronger than herself.
She will know things she has not seen with her eyes. She will have
opinions about distant cities.
A witch may cry out sharply at the sight of a known criminal dying of thirst.
She finds it difficult to overcome the sadness of the last war.
A nightmare is witchwork.
The witch elm is sometimes referred to as «all heart.» As in, «she was thrown into a common
chest of witchcraft
When a witch desires something that is not hers, she will slip it into her glove.
An overwhelming power compels her to take something from a rich man’s shelf.
I have personally known a nervous young woman who often walked in her sleep.
Isn’t there something witchlike about a sleepwalker who wanders
through the house with matches?
The skin of a real witch makes a delicate binding for a book of common prayer.
When all the witches in your town have been set on fire, their smoke will fill your mouth. It will teach you new words. It will tell you what you’ve done.

LA BRUJA
Elizabeth Willis

una bruja puede extraer leche del mango de un hacha
una bruja puede embrujar los zapatos de un hombre
una bruja duerme desnuda
aceite embrujado en la espalda te permite volar
una bruja se saca el 4 de bastos de la manga
una bruja se puede enfermar con el olor a carne asada
una bruja ni se hunde, ni nada
cuando se machacan, los huesos de una bruja son un pegamento ideal
una bruja debe simular no ver su propia imagen en una ventana
una bruja mira sabiamente el resplandor de una noche clara
Una bruja puede convertirse en gato con el propósito de meterse en la alcoba de un hombre
los pechos de una bruja deben ser más puntiagudos que redondos, como se descubrió en los
juicios de 1950
una bruja poderosa puede causar una tormenta en el mar
con una simple mirada, ella malogra la mantequilla fresca de su honorable vecina
incluso los perros más rápidos no pueden alcanzar a una bruja-liebre
se conoce una bruja por gritar mientras su hombre deposita en su interior la imagen de una
criatura
se puede quemar una bruja por atar nudos en la cama de recién casados
una bruja no puede tener hijos por muchos años
una bruja puede hablar una lengua extranjera con quien sea
puede aparecer con la frente fruncida cuando ella está segura de que sonríe
si su marido muere de repente puede negarse a casarse con su hermano
a una bruja se le conoce por llorar al mirar a su propio hijo
puede aparecer actuando en una película muda de un rollo perdido
en Hollywood el cielo está hecho de lata
el mundo de una bruja está hecho de aire, y después de fuego, y después los planetas.
De cartulina, después tinta y después un compás.

Anne Sexton

Una bruja quiere volar en vez de caminar, o que se la empuje en un carrito de la compra
cuando camina la bruja se vuelve de repente y finge que mira algo diminuto
la felicidad de una casa se puede acabar si una bruja toca una cruz de metal con su pelo
el diablo no le habla a una bruja. Solamente le mueve la lengua
Un verdugo puede sentir que el cuerpo de una bruja es insensible a un chuzo de hierro
A una bruja rebelde se le puede convertir con un revestimiento de plomo en el ojo
Polvo encantado se puede esconder en el pelo de una niña
Cuando una bruja tiene hambre puede hacer sopa removiendo el agua con sus manos
He oído de mujeres pobres que se trasforman en una torcaza
Hay momentos en que una bruja parece forcejear con una fuerza superior a ella
Ella conoce cosas que no ha visto. Ella puede saber de ciudades desconocidas
Una bruja puede gritar con voz muy aguda cuando ve a un criminal conocido muriendo de sed
Ella encuentra difícil superar la tristeza de la última guerra
Una pesadilla es cosa de brujas
Se dice que el olmo de una bruja es «todo el corazón». Como en la frase: la tiraron en un baúl
embrujado.
Cuando una bruja quiere algo que no es suyo se lo camufla debajo de la manga
Un poder sobrecogedor la obliga a llevarse algo del baúl de un hombre rico
Personalmente he conocido a una mujer nerviosa y joven que camina sonámbula
¿Hay algo de bruja en un sonámbulo que deambula por la casa con fósforos?
Con la piel de una bruja verdadera, se puede hacer una cubierta para un libro de una rezandera
común y corriente.
Cuando todas las brujas de tu ciudad hayan sido quemadas el humo te llenará la boca. Te
enseñara nuevas palabras. Te enseñara todo lo que has hecho.

WITCH BURNING
Sylvia Plath

In the marketplace they are piling the dry sticks.
A thicket of shadows is a poor coat. I inhabit
The wax image of myself, a doll’s body.
Sickness begins here: I am the dartboard for witches.
Only the devil can eat the devil out.
In the month of red leaves I climb to a bed of fire.
It is easy to blame the dark: the mouth of a door,
The cellar’s belly. They’ve blown my sparkler out.
A black-sharded lady keeps me in parrot cage.
What large eyes the dead have!
I am intimate with a hairy spirit.
Smoke wheels from the beak of this empty jar.
If I am a little one, I can do no harm.
If I don’t move about, I’ll knock nothing over. So I said,
Sitting under a potlid, tiny and inert as a rice grain.
They are turning the burners up, ring after ring.
We are full of starch, my small white fellows. We grow.
It hurts at first. The red tongues will teach the truth.
Mother of beetles, only unclench your hand:
I’ll fly through the candle’s mouth like a singeless moth.
Give me back my shape. I am ready to construe the days
I coupled with dust in the shadow of a stone.
My ankles brighten. Brightness ascends my thighs.
I am lost, I am lost, in the robes of all this light.

UNA BRUJA EN LA PIRA
Sylvia Plath

En el mercado están pelando palos secos
Una sombra espesa es un abrigo pobre
Habito mi propia imagen de cera, un cuerpo de muñeca
Aquí empieza la enfermedad: soy la diana de los dardos para brujas
Solo el demonio puede tragarse el demonio
En el mes de las hojas rojas me trepo a una cama ardiente.

Es fácil culpar la oscuridad: la boca de una puerta
El estómago de una bodega. Ellos me han quemado mis fuegos de bengala
Una mujer rota me guarda en la jaula del loro
Que grande son los ojos de la muerte
Soy íntima de un espíritu peludo
anillos de fuego brotan de mi caldero vacío

Si soy pequeña, no puedo hacer daño
Si no me muevo, no tumbo nada
Así que digo, sentada bajo la tapa de un caldero
Pequeñita e inerte como un grano de arroz
Ellos encienden los quemadores, anillo tras anillo
Estamos llenas de harina, mis pequeños amigos blancos.
Nosotras crecemos.
Al comienzo duele.
Las lenguas de fuego nos enseñaran la verdad.

Madre de los escarabajos, solamente abre tu mano
Voy a volar por la boca de las velas sin quemarme como una polilla
Devuélvanme mi forma. Estoy lista para construir los días
Junto con el polvo a la sombra de una piedra
Mis tobillos se iluminan. Las llamaradas suben por mis muslos
Estoy perdida, estoy perdida en las túnicas de toda esta luz.

HER KIND
Anne Sexton (1928-1974)

I have gone out, a possessed witch,
haunting the black air, braver at night;
dreaming evil, I have done my hitch
over the plain houses, light by light:
lonely thing, twelve-fingered, out of mind.
A woman like that is not a woman, quite.
I have been her kind.
I have found the warm caves in the woods,
filled them with skillets, carvings, shelves,
closets, silks, innumerable goods;
fixed the suppers for the worms and the elves:
whining, rearranging the disaligned.
A woman like that is misunderstood.
I have been her kind.
I have ridden in your cart, driver,
waved my nude arms at villages going by,
learning the last bright routes, survivor
where your flames still bite my thigh
and my ribs crack where your wheels wind.
A woman like that is not ashamed to die.
I have been her kind.

YO HE SIDO UNA DE ESE TIPO
Anne Sexton (1928-1974)

Salgo, soy una bruja poseída
Cazando el aire negro, más atrevida en la noche
Soñando lo malo, he dado mi voltereta
Sobre las casas sencillas, luz tras luz
Una cosa solitaria,
12 dedos, loca,
Una mujer tal como esa no es una mujer,
Yo he sido una de ese tipo.

He encontrado cuevas tibias en el bosque
Llenas de cacerolas, figuras talladas, estantes
Armarios, sedas, montones de alimentos
He cocinado para los gusanos y los duendes
Gimiendo, alineando lo desalineado
Una mujer como esa no se la entiende.
Yo he sido una de ese tipo.

He montado tu carroza, conductor,
Ondulando mis brazos desnudos por ahí por los pueblos
Aprendiendo los últimos caminos iluminados,
sobreviviente
Donde tus llamas aún me muerden los muslos
Y mis costillas se rompen donde tus ruedas soplan como el viento
Una mujer como esa no tiene vergüenza de morir.
Yo he sido una de ese tipo.

La danza de las brujas

GHOSTS
Anne Sexton

Some ghosts are women, neither abstract nor pale, their breasts as limp as killed fish. 

Not witches, but ghosts who come, moving their useless arms like forsaken servants.

Not all ghosts are women, I have seen others; fat, white-bellied men, wearing their genitals like old rags.
Not devils, but ghosts.
This one thumps barefoot, lurching above my bed. 

But that isn’t all.

Some ghosts are children.
 
Not angels, but ghosts; curling like pink teacup son any pillow, or kicking, showing their innocent bottoms, wailing for Lucifer.

FANTASMAS
Anne Sexton

Algunos fantasmas son mujeres, ni abstractos ni pálidos sus pechos flotan como pescados muertos.
No brujas, sino fantasmas que llegan moviendo sus brazos inservibles como sirvientes abandonados.
No todos los fantasmas son mujeres, he visto otros muchos: gordos hombres blancos panzudos luciendo sus genitales como alfombras, como alfombras raídas.
No demonios, sino fantasmas.
El dedo gordo del pie desnudo.
Sacudiéndose sobre mi cama.
Pero eso no es todo.
Algunos fantasmas son criaturas.
Ni ángeles, ni fantasmas.
Enroscados como tazas rosadas de té sobre alguna almohada, o pateando,
Mostrando sus culos inocentes,
Gimiéndole a Lucifer

CAMOMILE TEA
Katherine Mansfield

Outside the sky is light with stars;
There’s a hollow roaring from the sea.
And, alas! for the little almond flowers,
The wind is shaking the almond tree.
How little I thought, a year ago,
In the horrible cottage upon the Lee
That he and I should be sitting so
And sipping a cup of camomile tea.
Light as feathers the witches fly,
The horn of the moon is plain to see;
By a firefly under a jonquil flower
A goblin toasts a bumble-bee.
We might be fifty, we might be five,
So snug, so compact, so wise are we!
Under the kitchen-table leg
My knee is pressing against his knee.
Our shutters are shut, the fire is low,
The tap is dripping peacefully;
The saucepan shadows on the wall
Are black and round and plain to see.

TÉ DE MANZANILLA
Katherine Mansfield

Mas allá del cielo hay luces con estrellas.
Un hueco que gruñe en el mar
¡Y que cosa!, por las pequeñas flores
El viento sacude los almendros
Qué poco pensé hace un año
en el horrible cortijo, montada sobre Lee
Que los dos deberíamos estar sentados
Y sorbiendo una taza de té de manzanilla.
Como plumas vuelan las brujas,
el cuerno de la luna es fácil de ver
junto a una luciérnaga,
bajo las flores de los junquillos
un duende quemado y un abejorro.
Tendríamos 50 años, quizás cinco,
tan apretados, tan compactos, somos tan sabios.
Bajo la pata de la mesa de la cocina,
mi rodilla toca su rodilla.
Las persianas están cerradas,
apenas hay fuego,
los golpes se escurren en silencio.
La cacerola dibuja sombras en la pared,
Son negras y redondas y fáciles de ver.

DESIGN
Katherine Mansfield

I found a dimpled spider, fat and white, On a white heal-all, holding up a mothlike a white piece of rigid satin cloth —Assorted characters of death and blight Mixed ready to begin the morning right, Like the ingredients of a witches’ broth —A snow-drop spider, a flower like a froth, And dead wings carried like a paper kite.
 
What had that flower to do with being white, The wayside blue and innocent heal-all? What brought the kindred spider to that height, Then steered the white moth thither in the night? What but design of darkness to appall? —If design govern in a thing so small. 

DISEÑO
Katherine Mansfield

Encontré una araña con hoyuelos, gorda y blanca sobre una herida, sosteniendo una polilla en lo alto como un pedazo tieso de satín, personajes de la muerte, una plaga mixta, lista para empezar bien la mañana, igual que los ingredientes del caldo de una bruja, una araña como una gota de nieve, una flor igual que espuma, unas alas muertas cargadas como una cometa de papel.

¿Qué tiene esa flor que ver con ser blanca?, ¿la senda azul e inocente todo lo cura? ¿Qué empujó a esa clase de araña a esas alturas, y luego subió la polilla blanca, allá, en la noche? Pero qué forma de la oscuridad nos horroriza, si el diseño manda en cosas tan pequeñas. 

LOVE SPELL: AGAINST ENDINGS
Erica Jong

All the endings in my life rise up against me like that sea of troubles Shakespeare mixed with metaphors; like Vikings in their boats singing Wagner, like witches burning at the stake —I submit to my fate.

I know beginnings, their sweetnesses, and endings, their bitternesses —but I do not know continuance— I do not know the sweet demi-boredom of life as it lingers, of man and wife regarding each other across a table of shared witnesses, of the hand-in-hand dreams of those who have slept half-century together in a bed so used and familiar it is rutted with love.

I would know that before this life closes, a soulmate to share my roses —I would make a spell with long grey beard hairs and powdered rosemary and rue, with the jacket of a tux for a tall man with broad shoulders, who loves to dance; with one blue contact lens for his bluest eyes; with honey in a jar for his love of me; with salt in a dish for his love of sex and skin; with crushed rose petals for our bed; with tubes of cerulean blue and vermilion and rose madder for his artist’s eye; with a dented Land-Rover fender for his love of travel; with a poem by Blake for his love of innocence revealed by experience; with soft rain and a bare head; with hand-in-hand dreams on Mondays and the land of fuck on Sundays; with mangoes, papayas and limes, and a house towering above the sea.

Muse, I surrender to thee.
Thy will be done, not mine. 
If this love spell pleases you, send me this lover, this husband, this dancing partner for my empty bed and let him fill me from now until I die. 
I offer my bones, my poems, my luck with roses, and the secret garden have found walled in my center, and the sunflower who raises her head despite her heavy seeds.

I am ready now, Muse, to serve you faithfully even with graceful dancing partner —for I have learned to stand alone. 
Give me your blessing.

Let the next epithalamion I write be my own.

And let it last more than the years of my life —and without the least strain— two lovers bareheaded in a summer rain.

brujas

HECHIZO DE AMOR: CONTRA LO QUE ACABA
Erica Jong

Todos los finales de mi vida terminan en mi contra, como ese mar embravecido que Shakespeare inundó de metáforas. Igual que los vikingos en sus barcazas cantando a Wagner, igual que brujas que se queman en la pira, yo entrego mi destino.

Conozco los comienzos, su dulzura, y los finales, su amargura, pero no conozco lo que sigue, no conozco el dulce aburrimiento a medias, de la vida como se muestra, de un hombre y su mujer tan respetuosos en una mesa con testigos compartidos, tantos sueños cogidos de la mano, aquellos que han dormido la mitad de un siglo juntos en una cama tan usada, tan familiar, podrida de amor.

Me gustaría conocer, antes que esta vida acabe, mi alma gemela para compartir mis rosas, haré un hechizo, con pelos de una barba cana y larga y polvo de romero y ruda, con la chaqueta de un hombre alto y de anchos hombros, que le guste bailar, con un lente de contacto para sus ojos azules, en un frasco de miel todo su amor por mí, y sal en un plato para su amor al sexo y la piel, y pétalos de rosa despedazados para nuestra cama, y tubos de un color azul claro y bermellón, rosa escarlata para su ojo de artista; y un Land Rover con una defensa dentada para que su amor viaje, y un poema de Blake para la inocencia de su amor que la experiencia le revela, y una llovizna y la cabeza pelada. Y agarrados de la mano soñar los lunes, y un pedazo de tierra para culiar los domingos. Y mangos y papayas y limas, y una casa con una torre sobre el mar.

A ti me entrego, musa mía.
Será tu obra, no la mía,

Si este filtro de amor te complace, mándame este amante, ese esposo, ese compañero de baile, para mi cama vacía y déjalo que me llene hasta que me muera…

Te ofrezco mis huesos, mis poemas, mi suerte entre rosas y el jardín secreto que me encontré cercado entre mis muslos y los girasoles, que a pesar del peso de sus semillas, levantan la cabeza.

Estoy lista, ahora, para servirte fielmente, incluso con un compañero de baile gracioso, porque he aprendido a estar sola.

Bendíceme, deja que sea mío el último epitalamio que escribí y deja que dure más que todos los años de mi vida y sin el mínimo dolor, dos amantes con la cabeza pelada en un verano lluvioso.

BIBLIOGRAFÍA

[1] Es importante aclarar aquí que más que traducciones se trata de versiones. En literatura, y más aun tratándose de poesía, por lo general, es imposible traducir ciertos rasgos o matices estilísticos. Muchas veces el poema gana en el proceso, pero igualmente pierde. Que es lo que más ocurre cuando el traductor no logra activar los secretos y el misterio que cada poema encierra.
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*Manuel Cortés Castañeda, nacido en Colombia, es licenciado en Español y Literatura de la Universidad Nacional Pedagógica (Bogotá), director y actor de teatro. Cursó estudios de doctorado en la universidad Complutense (Madrid). Enseña español y literatura del siglo XX en Eastern Kentucky University. Ha publicado seis libros de poesía: Trazos al margen. Madrid, España: Ediciones Clown, 1990; Prohibido fijar avisos. Madrid, España: Editorial Betania, 1991; Caja de iniquidades. Valparaíso, Chile: Editorial Vertiente, 1995; El espejo del otro. París, Francia: Editions Ellgé, 1998. Aperitivos, Xalapa, México: Editorial Graffiti, 2004; Clic. Puebla, México: Editorial Lunareada, 2005. Dos antologías de su trabajo literario han aparecido recientemente: Delitos menores, Cali, Colombia: Programa editorial Universidad del Valle. Colección Escala de Jacob, 2006; y Oglinda Celuilalt, Cluj–Napoca, Rumania: Casa Cărţii de Ştiinţă, 2006. Ha sido incluido en antologías tales como Trayecto contiguo. Madrid, España: Editorial Betania, 1993; Los pasajeros del arca. La Plata, Buenos Aires, Argentina: El Editor Interamericano, 1994. Libro de bitácora. La Plata, Buenos Aires, Argentina: El Editor Interamericano, 1996. Donde mora el amor. La Plata, Buenos Aires, Argentina: El Editor Interamericano, 1997. Raíces latinas, narradores y poetas inmigrantes, Perú, 2012. Además, escribe sobre poesía, cuento y cine. Actualmente está traduciendo al español textos de poetas norteamericanos de las últimas décadas: Charles Bernstein, Leslie Scalapino, Andrei Codrescu, Susan Howe y Janine Canan, entre otros.

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