Por Dinorah Cortés-Vélez*
En el contexto de la empresa náutica colombina, de camino al Nuevo Mundo, el archipiélago canario destaca como parada obligatoria y punto de reabastecimiento para idas y venidas, a la par de los vientos alisios y de la corriente atlántica, es decir, como tornaviaje. Las III Jornadas Internacionales del Virreinato. ‘Por mi raza hablará el espíritu’: palabra y territorio en los textos virreinales (V Centenario de la fundación de México y Guatemala), celebradas en San Cristóbal de la Laguna, Tenerife, 9 a 11 de octubre de 2024, pueden verse en sí mismas como tornaviaje. La declaración de objetivos del evento destaca el propósito de las Jornadas de «mostrar desde un amplio marco intelectual los tornaviajes de la cultura» en el periodo virreinal, a la par que el de analizar «las sinergias entre Europa, Canarias y América en el período de conformación de la identidad insular y americana», metas que se cumplieron cabalmente.
Las Jornadas reunieron, en la Universidad de San Cristóbal de la Laguna (ULL), la más antigua de las Islas Canarias, a estudiosos de la época virreinal provenientes de la Universidad de la Laguna, de la Universidad de las Palmas de Gran Canaria, de la Universidad Complutense de Madrid, a más, del Centro de Documentación de Canarias y América (CEDOCAM), en Tenerife. Tuve el inmenso placer y honor de haber sido invitada como ponente inaugural procedente desde el otro lado de la franja atlántica, más específicamente, desde Marquette University, en Milwaukee, Wisconsin, USA. El enfoque interdisciplinar de las Jornadas abarcó diversidad de campos, tales como la literatura, la lingüística, la historia, el arte y las leyes, entre otros. El evento fue cuidadosamente orquestado en todos sus detalles por el equipo organizador, compuesto por tres profesores de la ULL, Antonio Cano Ginés, director del Departamento de Filología, Carlos Brito Díaz y María del Cristo Rodríguez Gómez.
Las ponencias destacaron por su rigor investigativo y por miradas ricas en matices ante las complejidades envueltas en el choque cultural producido a raíz de la conquista y colonización de las Américas. Esbozo a grandes trazos y siguiendo un orden cronológico algunos de los aspectos más sobresalientes de las ponencias. Mi ponencia inaugural, «Mujer de mucha enagua»: Recepción y vigencia de Sor Juana Inés de la Cruz en la actualidad», versó sobre el proceso de mitificación de la fama de Sor Juana, a partir de su prodigiosa habilidad literaria y de su celebridad como «Fénix de Nepantla», lo cual incide en la recepción crítica de sus escritos como obsesión por crear una Sor Juana a la medida de sus lectores.
El primer panel del miércoles constó de tres ponencias. Antonio Cano Ginés presentó «Universidad y difusión de la lengua española en la América virreinal», en donde destacó el papel de la imprenta, de las gramáticas de la lengua española y de las universidades como centros de control ideológico como parte del proceso de difusión del «español atlántico». En su ponencia, «Borrón y cuenta vieja: la memoria heredada del exterminio indígena del Virreinato del Río de la Plata en la narrativa contemporánea», Katya Vázquez Schröder reflexionó sobre la borradura de la figura de la mujer indígena, en el contexto del virreinato del Río de la Plata, como parte de una historia literaria de la estirpe fundadora de Argentina que presenta marcas de desmemoria. Isabel Castells Molina exploró, en «El ‘mundo mágico’ del México prehispánico: la mirada surrealista de Leonora Carrington», la representación de un México «intrínsecamente surrealista» en el arte pictórico de Carrington como parte de una búsqueda de un mito colectivo con posibles matices anticoloniales.
Hubo tres presentaciones durante la tarde del miércoles. En «Iconografía y sincretismo: imágenes y emblemas para la Monarquía en el virreinato», Carlos Brito Díaz analizó la manera en que Guamán Poma de Ayala, en Nueva crónica y buen gobierno, realiza un proceso de catequización inversa que muestra la virtud indígena como modelo digno de ser emulado por gobernantes españoles, mientras que Sor Juana se insinúa con el arco triunfal del Neptuno alegórico como «la voz del reino», a la vez que procura proveer ingeniería para el problema de las inundaciones en la Nueva España. La ponencia de José Antonio Ramos Arteaga, «El pecado que osó decir su nombre: sodomía y racialización en el contexto virreinal», versó sobre el mulato Cotita de la Encarnación, primera persona de conciencia trans en la América española, contra el telón de fondo de la sodomía como constructo que se usa como mecanismo de vergüenza social. La última presentación del miércoles, «De música y catedrales en la América hispana: un breve acercamiento al siglo XVIII», fue la de Margarita Pearce, quien ofreció un análisis del desarrollo de la música criolla (villancicos y música barroca) en la colonia como signo de una voluntad de diferenciación musical.
La ponencia inaugural del jueves, «Una particular derivación de las crónicas: Cautiverio feliz», de Juan Manuel García Ramos, examinó la óptica humanista en la representación de los mapuches, que hace Francisco Núñez de Pineda y Bascuñán en Cautiverio feliz, como resultado de un proceso de inmersión cultural por su parte. El siguiente panel constó de dos presentaciones. La primera, «De Nebrija a Anchieta: la importancia del método», de María del Cristo Rodríguez Gómez. A fin de resaltar diferencias metodológicas en cuanto a cómo se establece el estándar de una lengua, contrastó el método estructurado en la gramática de Antonio de Nebrija con el método comunicativo y adaptativo de la primera gramática en lengua tupí-guaraní, usada como instrumento de evangelización, de José de Anchieta. En «Nuevas palabras jurídicas para nuevos territorios. Desde las primeras ordenaciones castellanas en el Atlántico hasta la construcción del Derecho indiano», Aurelio Santana expuso sobre el derecho colonial indiano como primera instancia de un pueblo europeo que construye un sistema jurídico fuera de Europa, el cual surge aun antes de que Colón fuera a las Américas, como puede verse con un documento legal como las Capitulaciones de Santa Fe.
El último panel del día constó de dos ponencias. En «Textos virreinales para la adquisición de la lengua española», Fermín Domínguez Santana, examinó las políticas lingüísticas del virreinato y el propósito imperial de difundir el español hacia las posesiones coloniales, a través de materiales religiosos, gramáticas, diccionarios y centros de instrucción superior. María José Vera, subdirectora del CEDOCAM, concluyó la jornada del jueves con una exposición sobre «Los fondos bibliográficos y documentales del Centro de Documentación de Canarias y América», valiosísimo acervo contenido en fondos bibliográficos, hemerográficos, audiovisuales y digitales. Coronó la noche del jueves un concierto de música virreinal en el antiguo convento de Santo Domingo de Guzmán con la magistral Camerata Lacunensis, bajo la dirección de Francisco José Herrero. El exquisito repertorio de música coral fue curado especialmente para las III Jornadas Internacionales del Virreinato. La fina acústica del salón y el concierto de voces prístinas, en perfecta armonía, sobrecogió a la audiencia en una bellísima experiencia de gran resonancia sensorial y espiritual.
La jornada del viernes dio inicio con una ponencia de Nieves María Concepción Lorenzo, «Escribanas de la colonia: de la utopía a la novela histórica (Teresa de la Parra y Ana Teresa Torres)», a la que no pude asistir por circunstancias ajenas a mi voluntad. En el primer panel del día, Esperanza López Parada se enfocó, en «De cómo se perdió un imperio: princesas resurrectas y emperadores dormidos», en los pronósticos del fin del reinado de Moctezuma, a partir del análisis de textos como el Códice Durán, de Diego Durán, y los memoriales de Bernardino de Sahagún, así como en las mutaciones de una leyenda, hoy por hoy poco conocida, la de la princesa resurrecta, que conocemos sobre todo gracias al trabajo del jesuita Francisco Xavier Clavijero. En «El indio, el negro y el criollo en la Guatemala de Rafael Landívar y su Rusticatio mexicana», Evangelina Soltero Sánchez explicitó cómo el americanismo nostálgico de este texto, en el que se omite la figura del negro, contribuye a gestar un sentimiento de independencia americana, especialmente tras la expulsión de los jesuitas de la América española en 1767.
El último panel de las jornadas comenzó con la ponencia de Paloma Jiménez del Campo, «México en los Coloquios espirituales y sacramentales de Fernán González de Eslava», en la cual analizó este texto panegírico de encargo no sólo como teatro catequético sino como episodios nacionales del siglo XVI y como escrito de función utilitaria que le agenció a su autor apoyo financiero del virrey para la universidad en la que laboraba. La presentación final de María Teresa Cáceres Lorenzo, «Voces indígenas y criollas en Historia de Guatemala o recordación florida (1690)», se enfocó en esta crónica de Francisco Antonio de Fuentes y Guzmán, como ejemplo de alarde vacuo de erudición y de una cultura criolla de probanza que omite la figura del negro, a la vez que privilegia un uso de lenguaje que incluye americanismos y, en especial antillanismos, como parte de un esfuerzo por reclamar un lugar dentro del gremio de los cronistas que habían estado en la empresa colonizadora desde el principio.
Las Jornadas cerraron en el vestíbulo del Aulario César Manrique del campus de Guajara con el espectáculo Escenificar a contrapelo: performance sobre Rabinal Achi, danza del tambor maya del siglo XV, el cual fue representado por los miembros de la Agrupación de Teatro de Filología (ULL), bajo la dirección del profesor José Antonio Ramos Arteaga. La puesta minimalista en escena de un fragmento de esta obra teatral, con el varón de Rabinal, su prisionero, el varón de los Queché, y apenas algunos testigos, alcanza un tono de exaltada tragedia con el sacrificio del guerrero enemigo, en este balé sangriento, en el que resalta el código de honor entre guerreros indígenas del mundo maya.
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No quiero cerrar sin comentar que caminar por la bellísima ciudad colonial de San Cristóbal de La Laguna, la cual ostenta con toda justicia la designación de «Patrimonio de la Humanidad», constituyó para mí como puertorriqueña un tornaviaje al Puerto Rico de mi añoranza. El plano de la ciudad colonial —posteriormente trasplantado por la corona española a sus posesiones de ultramar— fue estrenado en el archipiélago canario, tal y como supe en conversación con el Dr. Antonio Cano Ginés. Por eso, el paisaje isleño de la ciudad lagunense ¡se me asemejaba tanto al de mi isla borincana! Desde mi experiencia como estudiosa puertorriqueña de la literatura colonial, con ancestros canarios del lado de mi abuela materna, como ella solía contarme, estar en San Cristóbal de la Laguna fue un viaje de regreso a una familiaridad primigenia, inscrita no sólo en el paisaje de la ciudad colonial sino en los sonidos del español canario, en el de su gente y en la ubicación del archipiélago volcánico a muy corta distancia de la costa noroeste de África. Participar de las jornadas en la histórica Universidad de la Laguna y acompañada por el clima suave y agradable, gracias a los vientos alisios, fue, asimismo, un recordatorio de la importancia histórica de las Canarias como tornaviaje que marca el mutuo descubrimiento entre dos mundos, el nuevo y el viejo. Crucé el Atlántico, en mi viaje de regreso, con nostalgia de viejos y nuevos amigos y prendada de la hermosa Santa Cruz de Tenerife, a la que tendré que regresar muchas veces.
La ponencia presentada por Dinorah Cortés Vélez se puede apreciar en el siguiente enlace:
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El presente texto es una reseña de las III Jornadas Internacionales del Virreinato. ‘Por mi raza hablará el espíritu’: palabra y territorio en los textos virreinales (V Centenario de la fundación de México y Guatemala)
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*Dinorah Cortés-Vélez (1971) obtuvo su Ph.D. en literatura colonial latinoamericana en la Universidad de Wisconsin-Madison. Es Catedrática en Marquette University, Milwaukee, WI, U.S.A. Su poemario Suma de los adioses: cementerio poético (San Sebastián, Puerto Rico, Espejitos de Papel Editores, 2021) recibió el Premio Nacional de Poesía del PEN Club Internacional de Puerto Rico. Su libro de cuentos Fugas de duermevela: Prosas heridas (Isla Negra Editores, San Juan, Puerto Rico, 2018) recibió mención honorífica del PEN Club Internacional de Puerto Rico. Tiene publicados otros dos libros con Isla Negra Editores, El arca de la memoria: una biomitografía (2011, 2012) y Cuarentena y otras pejigueras menstruales (2013). En 2015, publicó un cuadernillo de poesía titulado Poemas de la soledad en Wisconsin (Indómita Editores, San Sebastián, Puerto Rico). Su libro de ensayos, Más allá el mar, acaba de ser publicado por Editorial EDP University (San Juan, Puerto Rico, 2023). Es la creadora y organizadora de la conferencia bienal de estudios caribeños, Calibanías y Caribeñidades, que se celebra en Marquette desde el 2018. Tiene terminado el manuscrito de un libro sobre Sor Juana Inés de la Cruz. Actualmente trabaja en un poemario y un libro de microcuentos.