Literatura Cronopio

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«EL CANON CADA VEZ ESTÁ MÁS FEMINIZADO»: ROSANA ACQUARONI

Por Laura García*

Laura García, estudiante de comunicación, entrevistó a la escritora y docente Rosana Acquaroni durante la XVII versión del Festival Internacional de Poesía Luna de Locos, realizada entre agosto 27 y septiembre 2 de 2023, en la ciudad de Pereira.

Luna de locos se consolida como uno de los festivales más importantes de Colombia y cuenta con una programación de ocho días seguidos de actividades, donde el público (infantil, juvenil, adultos y más), se reúne por el poder de la palabra.

La autora se declara una poeta lenta, aunque tiene siete poemarios publicados y combina la poesía como método en sus clases. La lentitud es una virtud, lo poético reside en la pausa de los días y permitirse un espacio para rememorar, para las perspectivas, los claroscuros, las reverberaciones; aunque también para lo que se marchita, cae en la congoja o extiende la pesadumbre. En cualquier caso, la poesía invita, convoca y mueve. La poeta Rosana Acquaroni nos confiesa que le gusta que ahora las mujeres escriben, se leen y eso que llaman canon se feminiza.

LAURA GARCÍA: Para empezar, cuéntenos de usted, de su vida.

ROSANA ACQUARONI: A lo que me dedico no tiene que ver directamente con la poesía, aunque soy filóloga, soy doctora en lingüística aplicada, esa es mi especialidad. Doy clase en la Universidad Complutense de Madrid, es una universidad pública. Llevo allí desde el año 92 y mi tema de investigación y de trabajo tiene que ver con la enseñanza del español a estudiantes extranjeros como segunda lengua y cómo incorporar la literatura, y en particular la poesía, como un recurso, como una herramienta didáctica o de aprendizaje de la lengua. Me da mucha libertad a la hora de publicar y de escribir poesía.

LG: ¿Cómo fue su primer encuentro con la poesía?

RA: Tengo un encuentro muy precoz con la poesía, por circunstancias familiares. Mi padre era pintor y estaba muy vinculado con los poetas de la época en España, pues era amigo personal de José Hierro, de Luis Rosales, de poetas de los años 60 y 70. Eso hizo que para mí la poesía tuviera como una cercanía muy natural, porque mi padre era un gran lector de poesía, viví aquello como algo muy familiar. Jugábamos a leer los poemas de distintos autores, adivinar a ver de quién era el poema, como de Machado y Hernández.

Entonces el contacto con la poesía se dio muy natural, muy espontáneo y muy precoz. Mi interés por la literatura, primero como lectora. Después a los 21 años o por ahí ya me decidí a escribir un primer libro que fue Del mar bajo los puentes, es un libro que mandé a un premio, porque realmente la única manera de publicar por lo menos en España era a través de premios literarios. Tuve suerte porque era un premio que tiene mucho prestigio en España, es el premio Adonáis, aunque no es un premio económico. Fue un buen comienzo y tuve la fortuna de ganar un accésit. Entonces se publicó el libro en el 87, y a partir de ahí empieza de alguna forma mi trayectoria poética.

LG: Sus poemas y libros han sido ampliamente reconocidos y premiados. ¿Cómo influye ese reconocimiento en su proceso creativo? ¿Influye de forma positiva o también la ha presionado el hecho de ganar tantos premios?

RA: Soy una poeta muy lenta. Ya tengo unos 50 y muchos, no voy a decir la edad concreta. Empecé a los veintipocos y sin embargo tengo publicado solamente 7 poemarios; el espacio temporal que hay entre uno y otro, es hasta de 8 o 9 años. Por lo tanto, no soy muy consciente tampoco de esa trayectoria. He publicado cuando consideraba que podía hacerlo. Es verdad que siempre tenía que presentarlo a algún premio a pesar de ir acumulando algunos galardones. No era tan fácil realmente tener una editorial y no estar segura de publicar el siguiente libro.

Así fue hasta hasta que llegó La Casa grande (2018) y que me cambia la vida. Consigue el premio al mejor libro del año, otorgado por el gremio de libreros de Madrid. Tiene tres ediciones, con una repercusión tanto mediática como de lectores, extraña para un libro de poesía. Además, es un libro que no es casual, que cambia mucho con respecto a otros poemarios anteriores, porque hay una carga autobiográfica, de blanquear un secreto familiar: la historia de mi madre. Siento más esa calidez y ese encuentro con los lectores porque se está dando de manera mucho más clara.

LG: ¿Nos puedes hablar de su más reciente libro?

RA: Acabo de publicar para la Feria del Libro de Madrid 18 ciervas, con Barley editores, la que ya es mi editorial. Ha sido sorprendente la recepción mediática y además de lectores, estamos en la segunda edición y no había pasado ni un mes.

Han salido muchísimas críticas en distintos medios. Es verdad, me han hecho entrevistas, algunas muy hermosas, la de Culturas dos es preciosa, estamos muy contentos con lo que está ocurriendo con este libro. Y ahora la invitación a Colombia, que para mí tiene gracia porque ya había participado en otro festival. Coincidir también con Ada Salas, poeta que es además amiga y con la que voy a Pereira. Ella va a hacer una lectura vía online. Entonces para mí tener la oportunidad de volver a Colombia y de conocer otra zona de vuestro país y poder intercambiar experiencias y momentos poéticos con poetas tan importantes y de tantos países, me parece un regalo inmenso.

Rosana Acquaroni/Fotografía de Pepo Paz-Zenda Libros

LG: ¿Cuál es su sentir al visitar la ciudad de Pereira?

RA: Me parece un privilegio, un regalo. Estoy con muchísimas ganas de vivir la experiencia. Sé que han estado antes poetas españoles a los que admiro muchísimo. Juan Carlos Mestre hasta Juan Carlos Abril o María Ángeles Pérez López. Es un espaldarazo internacional enorme y, además, bueno, un lujazo.

Sabemos que poco a poco la influencia femenina ha ido abriéndose camino en la poesía y en general en temas del mundo actual y tener la oportunidad en el festival de ver rostros femeninos que encabezan diferentes países es realmente un privilegio.

LG: ¿Qué piensas de la influencia de las mujeres en la poesía?

RA: Es algo absolutamente necesario, es un desarrollo que ha sido paulatino. Hemos ido ganando terreno y hemos ido empoderándonos cada vez más, pero nos ha costado muchísimo. Empecé a publicar en los años 80, cuando en España todavía éramos casi una excepción, algo folclórico.

De manera muy tímida al principio empezamos a tener cierta visibilidad, pero es verdad que también recuerdo aquellos primeros momentos, donde había una cierta utilización política y editorial no era como que de pronto empezamos a publicar las mujeres y todos los medios hacían eco, pero todavía no había llegado el momento de sentirnos al mismo nivel. Estábamos publicando en antologías solo para mujeres, eso también era muy sintomático, era como que seguían metiéndonos en un compartimento estanco.

No estábamos de alguna forma compitiendo y ocupando los mismos lugares de lo que era el canon, el canon era masculino y ahora por primera vez creo que sentimos que el canon cada vez está más feminizado.

Cuando estudiaba Filología en la facultad, con 19 o 20 años, en las antologías de poesía, veíamos esas listas de García Lorca, en fin, Alberti, Gerardo Diego y no había ni una sola mujer y lo peor era que no nos dábamos cuenta. Es decir, yo no me preguntaba a mí misma en aquel momento, siendo muy joven en esos años, dónde estaban las poetas o dónde estaban las mujeres, no teníamos esa sensibilidad todavía.

* Laura García es estudiante de Comunicación de la Universidad tecnológica de Pereira (UTP), Colombia.

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