EL DESCIFRADOR DE ACERTIJOS
Por Carmen Elisa Benavides*
«Nadie me ofende si me contradice:
para una criatura como yo, de opiniones
tan poco sólidas, y de sentimientos tan cambiantes,
la discrepancia no tiene aquel sentido de agravio
que asume para los firmes y para los dogmáticos,
porque yo vivo en habitual discordancia
conmigo mismo»
(Fernando Pessoa).
Los escritos de Fernando Antonio Nogueira Pessoa (1888–1935), más conocido como Fernando Pessoa, poeta y escritor portugués, fueron resultado de la reflexión sobre los cambios radicales que se dieron en Portugal, tanto en lo político como en lo económico, convirtiéndose en filósofo e intérprete de los sucesos históricos que tocaron su vida: el establecimiento de la república en el año 1910 después de 771 años de monarquía y la incursión en la primera guerra mundial en el año 1916. Una de las grandes preocupaciones de Pessoa era la educación, de la cual afirmaba: «el resultado psíquico de una falta de educación es la ignorancia, la estupidez, la falta de interés, la carencia de atención y de voluntad; por lo tanto, el remedio a emplear debe alcanzar directamente a las cualidades intelectuales, debe ser del orden que produzca una transformación mental de la mayoría del pueblo, de todo el pueblo incluso…».
Su obra ensayística ha sido recogida en Páginas íntimas de Autointerpretación (1966), «Páginas de Estética y de Teoría y Crítica Literaria» (1967) y «Textos filosóficos» (1968), publicadas por Editorial Ática, Lisboa.
HETERÓNIMOS
Fernando Pessoa sólo se atribuyó un libro de poemas titulado «Mensangem», publicado en 1934, con un estilo diferente a las obras de los tres más grandes poetas del siglo XX creados por él en 1914: Alberto Caeiro, Álvaro de Campos y Ricardo Reis. En cada uno de estos poetas existe una identidad literaria tan definida que si no supiéramos que son creación de Pessoa, daríamos por verdadera su existencia física. Pessoa explica la creación de estos poetas diciendo: «Por algún motivo temperamental que no me propongo analizar, ni importa que analice, construí dentro de mí varios personajes distintos entre sí y de mí, personajes esos a los que atribuí poemas diversos que no son como, en mis sentimientos e ideas, yo los escribiría».
Alberto Caeiro (Lisboa, 1889–1915). Hombre sencillo y de pocos estudios, de mediana estatura, ojos azules, pómulos salientes y cabello rubio, fundador de la «escuela pagana». La filosofía de Caeiro es aprehender la realidad a través de los sentidos, no se pregunta el porqué de las cosas, tampoco busca significados ocultos, se extasía ante los colores y la diversidad de la naturaleza. Así define Pessoa la poesía de Caeiro : «Caeiro ve solamente el objeto, luchando por separarlo tanto cuanto sea posible de todos los otros objetos y de todas las sensaciones o ideas que, por así decir, no hacen parte del propio objeto».
Su obra principal es El Guardador de Rebaños, publicada en 1946, del cual citamos el siguiente fragmento:
¿Metafísica? ¿Qué metafísica tienen esos árboles?
La de ser verdes, la de tener copa y ramas
y la de dar fruto a su tiempo, y eso no nos hace pensar,
a nosotros, que no sabemos darnos cuenta de ellos.
¿Habrá mejor metafísica que la suya,
de no saber para qué viven
ni saber que no lo saben?
Alvaro de Campos (Lisboa, 1888–1935) Vanguardista, ingeniero de un astillero en Glascow, alto, flaco y la voz más íntima y personal de Pessoa. Heredó de su creador una tendencia a crear otras personalidades, lo cual podemos ver en su poema Ode Maritima, publicada en 1915 en la revista Orphew. Es el poeta del sensacionismo, que según Pessoa «es la actitud estética en todo su esplendor pagano. Puede ver la belleza de la moral justamente como puede comprender la belleza de la falta de ella. Para él, ninguna religión es verdadera, ni ninguna religión es falsa».
Sus obras principales son: Lisbom Revisited, Tabacaria, Aplazamiento, Apostilla, Opiario, Oda Triunfal, Ultimatum (manifiesto).
El siguiente es un fragmentos de su poema Lisbom Revisited (1923):
No: no quiero nada
Ya dije que no quiero nada
¡No me vengáis con conclusiones!
La única conclusión es morir.
¡No me vengáis con estéticas!
¡No me habléis de moral!
¡Llevaos de aquí la metafísica!
…………………………………
¡Si tenéis la verdad guardáosla!
…………………………………
Ricardo Reis. Nació en Porto en 1897, no se sabe el año de su muerte. Es el heterónimo que más se aproxima al creador tanto en la parte física como en el pensamiento. Era moreno y delgado, de estatura media, médico de profesión. Las palabras de Pessoa definiendo el pensamiento de Reis son las siguientes: «Ricardo Reis tiene una ética pagana, medio epicureísta y medio estoica, pero una ética bien definida… Vive consigo, con su fe pagana y su triste epicureísmo, pero una de sus actitudes es precisamente no herir a nadie. Nada quiere saber absolutamente de los otros, ni incluso lo bastante para interesarse por sus sufrimientos o por su existencia. Es moral porque se basta a sí mismo».
He aquí algunos fragmentos de sus Odas (1917)
Unos, con los ojos puestos en el pasado,
ven lo que no ven; otros, fijos
los mismos ojos en el futuro, ven
lo que no puede verse.
………………………
Perenne fluye la inacabable hora
que nos proclama nulos. En el mismo trago
en que vivimos moriremos. Coge
el día, otra cosa no eres.
La relación entre Pessoa y sus heterónimos dio origen a una serie de notas, apuntes y obras que motivó en Pessoa la creación de un heterónimo prosista que bautizó con el nombre de Antonio Mora y quien con el mismo Pessoa y Ricardo Reis fue un gran teórico del paganismo.
Antonio Mora. Era alto e imponente y de mirada arrogante. Su filosofía parte de la comparación entre el cristianismo y el paganismo, las relaciones que hay entre ellos, y los caminos posibles de retorno al pensamiento pagano a los que puede aspirar el hombre moderno. Para Mora, el presente es el resultado de una historia decadente que tiene su origen en el surgimiento del cristianismo.
Sus obras principales son Prolegómenos a una reforma del paganismo, El regreso de los dioses, Los fundamentos del paganismo, Crítica de la razón pura, Introducción al estudio de la metafísica.
El siguiente es un fragmento de El regreso de los dioses (1916):
Bello es el combate y la esperanza es grande. Estas palabras de Platón deben ser el lema que nos guíe.
Somos pocos, los suficientes para no ser ningunos, pero puede ser que mañana vengan a nuestro encuentro aquellos a quienes hablamos la lengua olvidada de la civilización.
La senda que proponemos es todavía más estrecha que la que el Cristo proponía a los que deseaban seguirle. Por una ironía natural de las cosas, nosotros, aunque en otro sentido, podemos decir a los hombres que aquellos que quieran seguirnos deben dejar el mundo. Pero es el mundo moderno, equivocado como está, el que deben abandonar…
En los últimos años de vida, Pessoa merma la manifestación de sus heterónimos, tal vez porque siente que ha fracasado en su intento de aprehender la realidad y cambia a la homonimia con Bernardo Soares (sin referencia de fecha de su nacimiento ni de su muerte), auxiliar contable y a quien Pessoa describe como un hombre de unos treinta años, magro, más alto que bajo y encorvado, creador de la prosa de El libro del desasosiego, compendio de aforismos, apuntes y divagaciones del diario que Pessoa dejó al morir.
A continuación fragmentos de El libro del desasosiego:
(1)
Así las cosas, no sabiendo creer en Dios y no pudiendo creer en una suma de animales, me encontré, como otros hombres, en esa distancia de todo lo que solemos llamar Decadencia. La Decadencia es la pérdida total de la inconsciencia, pues la inconsciencia es el fundamento de la vida. Si el corazón pudiera pensar, se detendría.
A quien, como yo, que vive sin saber tener vida, ¿qué le resta más que la renuncia como forma y la contemplación por destino, como ocurre con mis pocos semejantes? No sabiendo qué es la vida religiosa, ni pudiendo saberlo ya, pues no se puede tener fe con la razón, no pudiendo tener fe en la abstracción del hombre, ni sabiendo qué hacer con ella frente a nosotros, nos resta como consecuencia del alma, la contemplación estética de la vida. Y así, ajenos a la solemnidad de los mundos, indiferentes a lo divino y despreciadores de lo humano, nos entregamos con futilidad a las sensaciones sin propósito, cultivadas en un epicureísmo sutil, como conviene a nuestros nervios.
(14)
No sufro. Mi desdén por todo es tan grande, que me desdeño a mí mismo; y así como desprecio los sufrimientos ajenos, desprecio también los míos, descargando bajo mi desdén mi propio sufrimiento.
A Fernando Antonio Nogueira Pessoa, el hombre que nos permitió conocer su vida a través de su obra, lo sorprendió la muerte en la misma soledad en la que había vivido, el 30 de noviembre de 1935 a los cuarenta y siete años, dejando en su diario íntimo algunas claves para descifrar la vida y también grandes enigmas que hasta la fecha no han podido ser resueltos.
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* Carmen Elisa Benavides Morales nació en Cali. Estudió Contaduría en la Universidad Santiago de Cali. Participó en dos talleres de Escritura Creativa en el Metropolitan Community College de la ciudad de Omaha (NE) (uno de ensayo y otro de cuento y crónica). Algunos de sus escritos han sido publicados en: “Historias sin límites” de Editorial Mini Libros de Sonora (2023), Revista Cronopio (2023), Antología de Ediciones El Silencio “El Valle Relata, 34 mujeres” (2023), Antología “Soles y Lunas” (2020, 2019), “Micro fantasías III” (2018), “Pluma, tinta y papel VII” (2018), “V Antología de relatos eróticos” (2017), “Sensaciones y Sentidos IV” (2017), “Que todo el mundo te cante” (2016), “Para antes del olvido” (2015). Ganó una mención de honor en el concurso Historias en Yo Mayor con el cuento “Dos Amigos” (2015). Publicó un libro titulado “A dream made of words” (2007).
Hola Carmen Elisa desconocía a este escritor, y tampoco sabía de tus cualidades como escritora. Gracias por permitirme conocer ambas cosas. Bastante interesantes tus opiniones.
Muy interesantes….no sabia del escritor portugues, hay mucha profundidad en sus escritos. Gracias por compartirlos enriquecen y te dejan pensando. Igualmente de los minis de sabado en la tarde. El tuyo es alucinante
Gracias Carmen por tu estudio sobre Pessoa muy interesante su obra literaria, no sabía de sus heterónimos, será un gusto leerlo.