LA TEORÍA DEL TODO
Por John Harold Giraldo Herrera*
Quien pretenda explicar el universo no tiene otra salida que acudir a metáforas, a las imprescindibles figuras permitidas por la plasticidad del lenguaje. Aquello denso, eso que no comprendemos, encuentra un eco, y una serie de salidas, cuando se postulan imágenes, analogías, una que otra sinécdoque y los recursos infinitos con las palabras. Y entonces, cuando podemos asomarnos a la inquietante vida de uno de los físicos más notables con los que cuenta la humanidad, lo que nos queda son estelas, muchos destellos, alucinaciones, más la simpleza de un ser que batalla día a día en contravía con la vida.
Ese físico y cosmológico nos ha cambiado el modo de ver la cotidianidad de los sucesos: el tiempo, los agujeros negros, el universo entero, han sido sus preocupaciones. Hace medio siglo, contaba con la predicción de vivir dos años, y superó ese diagnóstico de un médico y volvió su desvarío una oportunidad para alejar la muerte, ese reino del silencio. Stephen Hawking, nos muestra que la vida no vale la pena usarla para quejas y aplazamientos de lo que debemos y estamos llamados a hacer: disfrutar del viaje de la existencia.
La película ahonda en eso que no aparece en los libros académicos, ni en las entelequias que el propio Hawking se ha involucrado: su intimidad, la misma que construyó con su primera esposa Jane. Escena tras escena recorremos un doloroso debilitamiento, el de un ser, que se ha encorvado, que perdió el habla, que ha visto reducido sus capacidades motrices, pero jamás sus poderíos mentales. Acudimos al entorno de su carrera cuando dio con el clavo para terminar su tesis doctoral; lo vemos en su compartir familiar, en esa paulatina forma cómo conquistó a su primera esposa, y ella, siendo una mujer estudiosa de la literatura, le brinda su afecto, con conclusiones presurosas: la de amarlo. La espontaneidad más el rigor de la ciencia van de la mano, metáfora y razón son inseparables. Extremos angustiosos: brillantez de la mente en una orilla, y un desequilibrio corporal por el otro, la falta de armonía no son excusa para que la mente siga habitando mundos inexplorados.
Por fortuna la película cuenta con su ritmo, una velocidad que nos permite conectarnos de principio a fin con el relato. Y estamos en cada situación dispuestos para participar de las maneras como llega a sus ideas, y al tiempo, y esto es lo más formidable, los modos de enfrentar las vicisitudes de su enfermedad degenerativa: la fortaleza de su mente, y el carácter, de ser un hombre carismático, libre pensador, rebelde, que asume con ironías y humor los días.
Hawking, como en su momento fue Kepler, Copérnico (que nos lanzó a las periferias del universo), Galileo, Newton, entre otros, es uno de los bastiones vivos de la humanidad. Y no es para menos, ser de ciencia, no es usar o estar prestos a un método, sino permitirse osadías. Y la suya, es la de vivir con plenitud.
No podría comprender eso de la brillantez en un individuo, es decir, deducir cómo se da. Lo claro, es que las condiciones propias lo llenaron de una voluntad inquebrantable. Y la película, ahonda en lo subjetivo, no precisa las ecuaciones ni se entromete con las discusiones académicas, nada más las deja ver. Al ser nombrada con el título La teoría del todo, se instala en que se puede aplicar en la cotidianidad. En ese batallar donde el tiempo nos cobra con justicia y nos permite viajar a través de asaltos: por agujeros negros, que en modo de espiral, nos recuerdan lo cósmicos que podemos ser. Ya ese pensamiento, tan vital, el del universo como espiral, lo habían ejercido milenios atrás las comunidades originarias.
Los adalides de la llamada ciencia moderna olvidan, muchas veces, que todo ya se había pensado, y desvaloran las ideas de las comunidades originarias. Esa querella tendremos que considerarla, porque como dice uno de los artistas –Gaudí-, ser originales, es regresar al origen, y eso es lo que hace Hawking, al apostar unas ideas sobretodo muy desafiantes y por las cuales nuestra genética cultural conservadora ha combatido: la explicación del cosmos. Stephen nos recuerda con su ejemplo de vida que ese cosmos se resume en nosotros. Y del propio desafío encontraremos las coordenadas. La película está nominada a los premios Oscar de la academia. Seguro, sorpresas nos dará y de ella habrá mucho por hablar e inquietarnos.
Ficha técnica
País, duración, año: Reino Unido, 123 minutos, 2014.
Director: James Marsh
Guion: Anthony McCarten (Libro: Jane Hawking)
Música: Johann Johansson
Fotografía: Benoît Delhomme
Actores: Eddie Redmayne, Felicity Jones, Charlie Cox, David Thewlis, Emily Watson, Simon McBurney, Charlotte Hope, Adam Godley, Harry Lloyd, Maxine Peake, Joelle Koissi, Zac Rashid, Hugh O’Brien, George Hewer, Georg Nikoloff, John W.G. Harley.
Productora: Working Title Films
Género: Drama Biográfico. Años 60. Enfermedad. Discapacidad. Basado en hechos reales
Página web: https://www.focusfeatures.com/the_theory_of_everything
The Theory of Everything. Cortesía de Working Title Films. Pulse para ver el video
[youtube]https://www.youtube.com/watch?v=YrCAwQfA9do[/youtube]
+El Gran Ojo Cronopio es la nueva columna de cine y literatura de Revista Cronopio.
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* John Harold Giraldo Herrera es docente Universitario y Periodista. Estudiante del Doctorado Rud de Colombia en Educación, Universidad Tecnológica de Pereira. Uno de sus temas de interés es el estudio de Los pueblos originarios. Magíster en Literatura de la Universidad Tecnológica de Pereira, 2011. Licenciado en Español y comunicación Audiovisual de la UTP, 2004. Con estudios de diplomado en Narrativas audiovisuales, Fundación Universitaria Área Andina, 2003. Democracia y formación ciudadana con énfasis en Derechos Humanos, paz y cultura de resolución pacífica de conflictos para el sector educativo. Universidad Católica Popular del Risaralda, 2004. Periodismo público, Escuela Superior de Administración Pública, 2008.
Correo-e: john.giraldo.herrera@gmail.com