El Gran Ojo Cronopio

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Sergio Cabrera la casa de la estrategia del caracol ya quedo desarmada

SERGIO CABRERA: «LA CASA DE LA ESTRATEGIA DEL CARACOL YA QUEDÓ DESARMADA»

Por John Harold Giraldo Herrera*

El crítico de cine John Harold Giraldo tuvo el privilegio de conversar con Sergio Cabrera, el reputado director colombiano, de filmes como La estrategia del caracol, Ilona llega con la lluvia, Perder es cuestión de métodos, entre otras. El realizador habló de su niñez, su formación, y de su nueva película Todos se van, que estrenará pronto en las salas de cine. Compartimos en este espacio esta amena conversación.

John Harold Giraldo Herrera: Quisiera que me contaras en primer lugar ¿Qué has aprendido de la vida?

Sergio Cabrera: Complicado, en general, se podría decir que aunque parezca utópico, he aprendido a vivir porque cuando uno es joven, vive muy deprisa y disfruta poco y reflexiona poco sobre las cosas. Es mucho más lanzado, más atrevido y con los años empieza uno a comprender muchas cosas que no comprende cuando está joven. Por eso la importancia de ser autocrítico, la importancia de mantener viva la creatividad, es especialmente eso: mantenerte vivo y no dejar que la acumulación de experiencia bloquee tu espíritu curioso. Pienso que probablemente es eso.

J.H.G.H: Parte de lo que sabe uno sobre Sergio Cabrera, es tu entorno familiar, cuando vivías con tu papá y tu mamá. Ahora me gustaría que nos contaras de ese entorno familiar, ¿qué te queda de estos años de vida? ¿qué fue lo más sustancial de esa formación? ¿cómo te formaron, cuáles fueron esos principios con los que Sergio aprendió a vivir?

S.C: Yo tuve mucha suerte porque nací en una familia muy intelectual, mi padre ha sido director, actor, y escritor. Mi madre actriz y también escribía. Era una casa, digamos, muy culta, pendiente de la literatura y el arte. Yo creo que eso me marcó definitivamente desde mi infancia. Tuve el privilegio de viajar desde los 11 años y vivir en China, en Pekín, donde la familia de alguna forma se vuelve más importante que en un país donde haya mucha gente parecida a uno. Y bueno, en mi formación profesional ha influido mucho la profesión de mi padre, desde muy niño lo acompañé en sus proyectos teatrales, primero como actor y después como asistente de dirección, de forma tal que cuando yo entré a estudiar cine, ya había visto casi todo y pude aprovechar el tiempo de la universidad para despegar mi curiosidad hacia otros temas. También por el lado de mi hermana he tenido mucha colaboración porque ha sido mi cómplice en proyectos como productora de mis películas; la familia siempre es muy importante y en mi caso aparte de ser importante a nivel familiar, ha sido muy importante a nivel profesional.

J.H.G.H: Y en el caso tuyo, uno podría decir que “hijo de tigre sale con rayas y pintado” ¿cuáles rayas si, y cuáles rayas no? ¿Qué tienes de tu padre Fausto Cabrera y que no tienes de él?

S.C: Pues, digamos hay algunas diferencias que probablemente se han marcado más por el hecho de yo tener el privilegio de vivir en un país oriental como China, que tiene mucho que ver con la paciencia, con la planificación y eso me ha permitido hacer cine. La mayor diferencia es que a mi padre siempre le interesó fue el teatro, y yo pues, desde muy joven me encaminé hacia el cine, porque me pareció más interesante, y aunque es una diferencia pequeña, finalmente es como tocar piano y violín, los dos son instrumentos musicales, pero se tocan muy diferente. Y probablemente esa es la diferencia más grande que hay en los dos, de resto siempre ha habido muchas cosas en común.
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J.H.G.H: Y en cuanto al carácter, Sergio.

S.C: En cuanto al carácter, pues otra vez, no sé si la influencia oriental, o si heredé más el carácter de mi madre, porque yo soy mucho más calmado, más paciente, mi padre es mucho más enérgico, más dinámico.

J.H.G.H: Qué recuerdos latentes tienes de la niñez

S.C: De mi niñez, lo que más recuerdo y más aprecio es mi interés por la lectura, era un niño lector impresionante, no paraba de leer, y pues conservo muchísimos recuerdos, los libros que más recuerdo, y los que más me han influenciado son los que leí entre los 10 y 18 años. Leía mucho teatro, por ser mi padre director de teatro, en la casa había una gran biblioteca de teatro y desde muy joven leía teatro como quien lee novelas. Eso es lo que más recuerdo de mi infancia, pues también recuerdo, como es normal de vivir en China, los amigos, he sido siempre muy deportista, pero lo que más recuerdo de mi infancia era el placer que me producía la lectura y ver cine.

J.H.G.H: Y ninguna anécdota, alguna aventura que lo haya marcado de niño, alguna situación como salida de ese marco de haber sido un niño lector.

S.C: Pues es que, desde muy niño, 12 años, viviendo en un país comunista, y como mi padre era o es comunista, tengo muchos recuerdos que tienen que ver con eso, pero no exactamente con la lectura. Ahora que pienso, creo que era un niño muy bueno, no de muchas travesuras. No tengo así recuerdos de travesuras, sería más bien preguntarles a mis padres. Es que como yo era, fui un niño revolucionario, un niño muy convencido de todo el movimiento comunista, desde muy joven me entrené militarmente, con decirte que yo vine a probar el alcohol el día que me casé, que tenía 29 años, hasta ese entonces no había probado el alcohol, ni siquiera la cerveza.

J.H.G.H: Y entonces, ahora de grande ¿qué picardías, qué aventuras has hecho?

S.C: Pues de grande, no, no sabría decirte, hago locuras como meterme hacer películas sin estar seguro de si voy a poder terminarlas. Casi todo tiene que ver con lo profesional.

J.H.G.H: Sergio ¿ser de izquierda no es muy loco?

S.C: Yo si fui muy loco, mis convicciones en la izquierda me llevaron a cumplir 19 años siendo guerrillero, y escribí mucho en eso. Pero no he sido ese tipo de persona loca. He sido una persona reposada, en general.

J.H.G.H: ¿Las locuras se ven reflejadas en el cine?

S.C: Si, meterse hacer cine en un país como Colombia, implica cierto grado de riesgo que raya con la locura, pero no he sido ese tipo de artista loco, nunca he consumido droga, he sido más bien una persona centrada. De pronto no muy interesante para un artículo.

J.H.G.H: ¿Qué aprendió haciendo “La estrategia del caracol”?

S.C: Pues, en general, cuando uno vive, uno va aprendiendo muchas cosas, igual con el cine. La estrategia del caracol era una película que muchísimos asesores me dijeron que no la hiciera. Cuando empecé a pensar en hacer la película, ya con el guión escrito, la gente me decía: es un guión muy bonito, pero es una película que no va a funcionar, no es creíble. Nadie va a creer esa historia, porque no es posible que un grupo de personas llegue a una casa y sin que nadie se dé cuenta, con una grúa de madera, fabricada por ellos mismos, traslade todo a otra parte. Eso no es creíble. Yo creí en la historia, insistí y finalmente la película fue creíble no solo en Colombia, sino en muchos países del mundo. Finalmente la enseñanza que me dejó es que uno debe creer en sus sueños y tiene que persistir en las ideas propias aunque haya gente que no crea en ellas. El que tiene que creer es uno. Esa es como la principal enseñanza, porque a nivel cinematográfico me enseñó muchas cosas; una película con muchos actores y uno va aprendiendo. Esa fue la principal enseñanza, que los proyectos aunque no parezcan exitosos, si uno cree en ellos hay que sacarlos adelante.
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J.H.G.H: Sergio, “La estrategia del caracol” cumple 22 años. Tal vez más tiempo desde que la pensaste, pero son 22 años en los que se ha estudiado mucho el filme. Desde ese entonces, cuando empezó esa idea hasta hoy ¿qué no se ha dicho de esa película, y cómo mira usted esa película con los ojos de hoy?

S.C: Me sorprende, y me honra mucho, que una película con 22 años, todavía siga dando guerra. Ahora salió una edición para DVD, se sigue hablando de ella, y eso pues es muy satisfactorio y muy bonito. Pensar que un proyecto que estuvo a punto de morir, tenga tanta vida. Porque La estrategia tuvo muchos problemas durante el rodaje y pos producción, porque fue una película que se hizo con muy poco dinero. Hoy yo la veo, y hoy en día hacer esa película, costaría muchísimo de lo que nos costó a nosotros. Como se ha industrializado, el cine ya se hace de una forma más constante, es más complicado sacar adelante proyectos al día a día. Y cosas que no se sepan, no sé, han escarbado tanta en la historia de La estrategia, que son pocas las cosas que no se saben de la película. A mí me han hecho muchas entrevistas sobre ella, y yo he contado, esa película de alguna forma tiene origen chino, está inspirada en una antigua fábula china que se llama “El viejo tonto que removió las montañas” y pues la mezcla de esa fábula, de una noticia de periódico, de extractos de mi vida, y de las vidas de Humberto Dorado y Ramón Jimeno que fueron los dos colaboradores que tuve para escribir el guión, dieron como resultado esa película que es tan entrañable y permanece tanto tiempo en el corazón de la gente.

J.H.G.H: Y de toda Latinoamérica porque a donde uno va, esta película, aunque esto es muy cuestionable, es un símbolo de la “colombianidad”

S.C: Si, realmente, cada rato me llegan informes y cosas, y una joven que está escribiendo una tesis de grado en España sobre La estrategia del caracol, me mandó un resumen de las proyecciones que se han hecho en el último año y la han proyectado como en 20 sitios. Se ha puesto muy de moda.

J.H.G.H: ¿Cuál es la estrategia del caracol en su vida, Sergio?

S.C: Pues, yo en mi vida, he tratado de ser políticamente creativo, a pesar de que empecé muy convencido y muy estricto conmigo mismo, con el tiempo he aprendido que hay que ser flexible y que hay que buscar soluciones propias a los problemas propios, y evitar la tendencia a buscar la solución que alguien buscó para su problema, hay que buscar soluciones personales.

J.H.G.H: Sergio, de ser padre cuál ha sido su manera de afrontar esa situación

S.C: Yo soy muy feliz con mis hijos, tengo 4 hijos que son el motor de mi vida. Son personas que desde muy pequeñitas me enseñan muchas cosas sobre la vida, sobre mí mismo y el amor que uno siente por los hijos lo hace llevar al límite de las fuerzas. Yo por ejemplo, soy muy feliz cuando termino una película y salgo a mostrársela a mis hijos. Mi principal público son ellos: mis hijos, mi esposa, mis amigos, mis seres queridos. Ese es el público en el que yo pienso cuando empiezo a imaginar una película. Para mí el público no son las miles de personas que pagan la boleta, sino mis seres queridos. Porque siempre busco que los estimule, los enriquezca.
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J.H.G.H: Usted es un referente en Colombia. Lo fue, cuando vivimos la época de la Asamblea Nacional Constituyente. Además de ser una persona anclada al mundo cultural, también fue un líder político ¿Por qué usted no avanzó más en esa carrera política? ¿por qué no siguió subiendo escaños en el poder, o por qué no le interesó el poder?

S.C: Yo entré a la política, y me presenté como candidato a la Cámara de Representantes. Amigos míos, me insistieron y me convencieron de que yo podía hacer cosas por el país, y que podía ayudar a cambiar el país. Pero cuando llegué al Congreso me di cuenta que ni yo ni nadie puede cambiar ese espacio, porque la política de este país está mal. No sé a qué hora se transformó la política: en un deseo insaciable de producir noticias periodísticas, de salir 20 segundos en un noticiero y lo peor de todo en un mecanismo de enriquecerse. Me di cuenta que eso no era lo que yo hubiera querido hacer en la política y que no iba a poder modificarlo, y habían muchos bloqueos que impedían que el trabajo de la política se hiciera interesante. Entonces decidí regresar a un lugar donde me siento cómodo y donde puedo expresarme, porque posiblemente yo uso el cine y la televisión para opinar, para hablarle al oído a la gente, para que sean mejores personas, más tolerantes, aumentar su autoestima, de generar espíritu patriótico. Y muchas cosas que uno hace a través de esos trabajos y me parece que es más interesante y lo hago mejor.

J.H.G.H: Sergio, me gustaría saber por qué le dijo no al poder

S.C: No, si fuera posible realmente tener poder, a mí me parecería muy interesante tenerlo y modificar el país y hacer un país más justo, y tener una distribución de la riqueza más equilibrada. Pero soy consciente de que no tengo la habilidad para estar en un recinto como el Congreso, utilizando esas migajas de poder que da este país. Porque la verdad es que es la forma en que funciona la política en este país, pues los congresistas son como los cortesanos del rey, que están ahí mendigando puestos y favores a cambio de aprobar leyes, y en este país, la mayor parte de las leyes que se aprueban las genera el legislativo. Es un país muy presidencial, donde los políticos tienen muy poco poder y si mucha necesidad de congraciarse con el poder a cambio de beneficios con sus partidos y sus partidarios. Y no me parece interesante ese camino, creo que hago mucho más lo que me interesa trabajando en el área cultural.

J.H.G.H: Entonces en qué cree Sergio Cabrera hoy en día

S.C: Pues, creo en tener paciencia, en el largo plazo, creo que el país se irá modificando en gran parte gracias al trabajo que se haga en la educación, la cultura y el arte. Creo que esas son las cosas que van a modificar no solo la actitud de la gente, que se volverá más tolerante y generosa, sino también en la forma de gobernar, los países a medida en que avanzan van modificando sus vicios, sus defectos, pero yo no creo que en los cambios bruscos, ni creo que de un día para otro vaya haber en este país la paz. Hasta creo que se va a firmar la paz y que vamos a entrar a un largo proceso de aprender a usar la paz que se consiga. Este país ha estado desde la época de la colonia mal educado, en el rencor, la intolerancia y será difícil modificar esos comportamientos y ahí es muy importante el papel que juega la cultura.

J.H.G.H: Le parece muy curioso que uno de los filmes más emblemáticos colombianos que se haya grabado en toda la historia sea “Confesión a Laura, y que esa película se haya realizado con muchos recursos, casi que con todos los recursos del Instituto Cinematográfico Cubano, y que incluso se haya grabado en Cuba, y ahora tu nueva película Todos se van, sea al revés: es una película con un contexto cubano, pero la plata y la producción es toda colombiana y que de algún modo se hayan invertido los papeles.
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S.C: Si, es curioso, pero en el cine suceden esas cosas todo el tiempo; uno rueda donde haya dinero y locaciones, y por ejemplo yo rodé en la Habana “Llona llega con la lluvia” que es una película que sucede en Panamá, y pues ahora ruedo en Colombia una película que debería haber rodado en la Habana. Esas cosas se hacen porque hay que ser prácticos y hay que adaptarse a las condiciones que permitan el rodaje; yo hubiera preferido grabar en Cuba, pero los productores de la película necesitaban autorización para grabar allá, y se empezaban a demorar, y me da la impresión que no había mucho interés en que se grabara, porque es una novela que no ha sido publicada en Cuba, entonces tiene todos esos conflictos de que cuando vas a rodar en un país extranjero es complicado y finalmente decidimos rodar acá. En el cine hay que ser muy prácticos para poder hacer las películas, si se pone uno de exigente se queda con el guión guardado. Yo por eso digo que el cine, las películas se dividen en dos: las que se hacen y las que no se hacen. Si uno no es hábil para manejar las dificultades que se presentan, termina con el guión en un cajón. Y ese fue el trato, además cuando veo la película terminada, me gusta mucho haberla podido hacer aquí, lejos de la influencia, porque tiene un tono muy interesante, muy personal, y los cubanos que la han visto les gusta mucho, y sienten que es Cuba.

J.H.G.H: ¿Cual es la película de su vida?

S.C: Ciudadano Kane, de Orson Welles, porque es una película que a mi modo de ver, responde a lo que a mí me gusta del cine. Muestra todo a través de ese personaje, muestra un país, una sociedad, una época, una forma de ver el mundo, es una película muy rica, aparte que cinematográficamente está muy bien construida.

J.H.G.H: Y el gran hombre de la historia, la política, la economía, lo social, en el mundo. ¿Cuál es ese héroe para usted?

S.C: Hay muchos personajes que me atraen, no tengo uno preferido, te diría que Shakespeare.

J.H.G.H: Sergio quisiera preguntarte si no es una ironía que una de las películas más emblemáticas que hizo el mono Osorio, que se rodó en Cuba, con plata cubana, pero que es colombiana, ahora estemos frente a una película colombiana que se rodó en Colombia, pero con muchos efectos cubanos.

S.C: Si, es irónico pero son las leyes del mercado. El mono tuvo que rodar en Cuba porque tenía la co-producción y le resultaba mucho más cómodo y la película se prestaba mucho para eso, solo uno o dos decorados. En el caso de “Todos se van” es lo que decía, siempre he hecho películas porque me nacen del corazón, yo hubiera querido rodar en Cuba, pero nunca recibí la autorización que solicité, y yo soy testarudo, cuando me meto en un proyecto lo saco adelante, y decidí rodar en Colombia. Y es como una paradoja, pero más bien de la política y de la economía, que del mundo. Yo pienso que uno no puede dividir los temas por país, y menos en América Latina que es un país grande, nosotros nos negamos aceptar que América Latina es un país grande, o sea que los que hablamos español, somos como Brasil, el hecho de que haya unas pequeñas fronteras no debería ser motivo para no interesarse en los temas de los países cercanos que tienen nuestros mismos problemas. Si fuera así Shakespeare nunca hubiera hecho “Hamlet” o “Romeo y Julieta”.

J.H.G.H: Supongo que es otra ironía que nosotros tenemos a Cuba como símbolo del cine latinoamericano por toda la camada de directores que se formaron allí, que hoy una película cubana, sea grabada en Colombia. Pregunto esto, porque en nuestro país hay una industria del cine que se está consolidando y en Cuba una industria que se está desmoronando.

S.C: Se han invertido los papeles. Durante muchos años, Cuba fue aparte de ser una isla geográfica, fue la isla donde el cine latinoamericano se fue a vivir y a no dejarse morir, gracias al ICAE. Mientras que en el resto de América Latina, esa oleada de neoliberalismo mató el cine, inclusive en Argentina, Brasil, México. Y sobrevivimos todos gracias a la ayuda del ICAE. “Técnicas de duelo”, “Llona llega con la lluvia”, son películas que hice con la ayuda del ICAE. Pero ahora se han invertido los papeles. Cuba no tiene dinero, está produciendo muy poco cine, porque el Estado no tiene dinero para apoyar la industria cinematográfica. Y en cambio en nuestro país han repensado todo, han corregido el error, aunque no son los estímulos que los cineastas quisiéramos, pero hay unos estímulos. En este momento en Colombia se están haciendo entre 15 y 20 películas por año. A comparación de cuando hicimos “La estrategia del caracol” que se hacían 4 en 4 años.
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J.H.G.H: A propósito de “La estrategia del caracol”, en 2013 cumplió 20 años ¿hay mucha nostalgia en Sergio Cabrera, al ver esa película hoy en día.

S.C: No, sigue siendo una película que a mí me encanta, siento que logré lo que buscaba; tuve el apoyo maravilloso del público en Colombia y en muchos otros países. Pero he tratado de cerrar ese capítulo, no quiero que suceda lo que sucede a veces con cineastas o con escritores que su obra se vuelve como una barrera para evolucionar. Siempre he querido hacer películas diferentes. La estrategia ya pasó y la quiero mucho, pero siempre pienso en proyectos diferentes. Por ejemplo “Todos se van” es muy diferente a todas las que he hecho, siento que yo no hago cine porque me interese un género, sino porque me interesa la vida, me interesan las emociones, me interesa hablarle al oído a la gente, sembrar semillitas.

J.H.G.H: ¿ Cuál es hoy en día su estrategia del caracol? ¿dónde quedó esa casa que trasladaron los personajes?

S.C: No, esa casa ya se quedó desarmada. Yo por ejemplo para el próximo proyecto estoy pensando en otra historia épica, compleja, conmovedora, que a mi modo de ver, retrata lo que vivimos en este momento en el país. Llevo 10 años rumiando ese proyecto, no es como La estrategia del caracol, pero tiene un poco ese espíritu.

Todos se van, dirigida por Sergio Cabrera. Cortesía de Miami Film Festival. Pulse aquí para ver el trailer
[youtube]https://www.youtube.com/watch?v=otbLUomUQZ8[/youtube]

+El Gran Ojo Cronopio es la nueva columna de cine y literatura de Revista Cronopio.
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* John Harold Giraldo Herrera es docente Universitario y Periodista. Estudiante del Doctorado Rud de Colombia en Educación, Universidad Tecnológica de Pereira. Uno de sus temas de interés es el estudio de Los pueblos originarios. Magíster en Literatura de la Universidad Tecnológica de Pereira, 2011. Licenciado en Español y comunicación Audiovisual de la UTP, 2004. Con estudios de diplomado en Narrativas audiovisuales, Fundación Universitaria Área Andina, 2003. Democracia y formación ciudadana con énfasis en Derechos Humanos, paz y cultura de resolución pacífica de conflictos para el sector educativo. Universidad Católica Popular del Risaralda, 2004. Periodismo público, Escuela Superior de Administración Pública, 2008.
Correo-e: john.giraldo.herrera@gmail.com

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