ANTONIO DORADO: “EL FUTURO DEL CINE COLOMBIANO DEPENDE DE PENSAR LA DISTRIBUCIÓN”:
Por John Harold Giraldo Herrera*
El cine colombiano ha venido creciendo. Las películas se hacen, se estimulan en la producción, incluso en la idea. Tenemos leyes para garantizar que exista una industria y se respalde. No obstante, un hecho visible es la falta de taquilla, es decir, de asistencia a las salas cuando se estrena. Lo otro es un equilibrio entre mantener la película en cartelera así como su promoción. Estamos llenos de Hollywood y películas como estas duran meses (hasta 3 seguidos) y en cambio una película nuestra dura una semana cuando mucho seis en un cinema.
El debate se encuentra en circulación ¿Qué hacer? Más respaldos del Estado, sugieren, contar con unas salas alternas, impulsar estrategias de atracción hacia el cine colombiano. Otro más dicen: contar historias sólidas que el público las defienda. En fin, Antonio Dorado acaba de vivir un hecho calamitoso, su película “Amores peligrosos” salió con más de 40 copias y al cabo de una semana apenas estaban 10 en cartelera. Hasta que fueron sacándole las pocas que quedaron. En esta entrevista nos cuenta su visión de ese eslabón de la cadena: la exhibición, más lo que significa hacer cine en Colombia.
John Harold Giraldo Herrera: Quiero empezar preguntándole por su trilogía que ya la mayor parte de la gente comenta. Además hace usted parte del llamado “Caliwood”. Al estrenar “Amores Peligrosos” (la segunda versión de la trilogía después de El rey), en particular ¿pretende hacer una visión sobre el narcotráfico, sobre las mafias en Colombia?
Antonio Dorado: Lo primero es que el tercer proyecto está amarrado con el escenario tan difícil que la película en este momento, pues vamos a ver, por lo menos me va a llevar un poco más a inspeccionar y poder garantizar sus condiciones. Lamentablemente, las condiciones en que está el cine, pues la realidad es compleja, entonces si se puede el proyecto pretende hacer 3 miradas sobre la sociedad. El primer proyecto era más focalizado en torno a mitos (El Rey), la segunda historia que es Amores Peligrosos, recrea el mito, una mujer que es víctima en el concepto de sociedad del año 89, que es la metáfora en torno a una ciudad y un país, de una mujer que es bonita, que es bella, como la sociedad y que resulta siendo manoseada, usada, engañada por el narcotráfico. La tercera propuesta está planteada por una instancia mayor del narcotráfico, ya es el narcotráfico como una opción, digamos, que se desprecia en la lucha por la vida a través de la pasión por la música y el baile. Una historia de una lucha popular, una lucha por la vida a través de los puntos más culturales del concepto de sociedad.
J.H.G.H.: Antonio, alertaba usted de lo difícil que es hacer cine en Colombia, porque salió usted con un buen número de copias para ser exhibida la película, pero a la semana siguiente quitaron muchas de esas copias y pues lo que quizás usted invirtió ahora no lo pueda recuperar por esa circunstancia tan difícil de la exhibición en Colombia.
A.D.: El escenario de la realización, la producción y de la industria cultural cinematográfica está me parece a mí que en los últimos tiempos genera una dinámica mucho más compleja en torno a la demanda, en la medida que hace parte de una visión global del mercado. Entonces es difícil tener un escenario de competitividad con los grandes nombres de la cinematografía, además que son proyectos de las extrasnacionales. Hay mucha inversión, no solo de recursos para la realización, sino también para la misma promoción de las películas; es una competencia compleja y que lamentablemente yo veo que ponen cosas, y es importante reflexionar en torno a este asunto porque la idea es que un ambiente que hay para la producción cinematográfica permita fortalecer una industria que no solo esté dependiendo de los recursos del FDC sino que pueda fortalecer una economía alterna para que se sigan haciendo películas y para que prosperen muchas empresas pequeñas que han surgido al margen del buen momento que hay en Colombia para hacer cine.
Si ese final de la cadena no se revisa, no se replantea desde una voluntad política donde exista una protección en torno a una producción audiovisual colombiana, creo pues que el cine no va a desaparecer, seguiremos luchando porque exista. Uno lo hace por pasión, pero es un escenario complejo porque alrededor de una película se mueve mucha gente y todo el mundo tiene la ilusión de que las películas lleguen a su público, que circulen, que tengan un diálogo con el país, con las otras miradas que existen. Entonces es difícil y bueno, yo creo que es parte como ese proceso que estamos viviendo, requiere una reflexión, ojalá que esta situación que le ha ocurrido a la película, permita, digamos, hacer una catarsis, que esta experiencia sirva como un catalizador para despertar esa necesidad que hay de mirar no solo el contexto de la producción desde el guión sino del proceso final: la distribución que es un proceso muy importante, que determina la continuidad de la ilusión de construir una industria audiovisual en Colombia.
J.H.G.H: Maestro, permítame preguntarle además de la reflexión y seguramente los elementos que salgan a flote, haber sacado las otras copias, en específico usted qué cree que se debe hacer para garantizar que las películas colombianas duren más en la cartelera y la gente las pueda ver.
A.D: A partir de esta experiencia incomoda que hemos tenido es como generar interés para que la gente pueda entrar en esa cadena final del proceso. Yo creo que hay que pensar en alternativas, es importante que el desarrollo cinematográfico alimente opciones, tipo de salas alternas que puedan ayudar a activar unos espacios independientes donde haya exista actividad y circulación del cine colombiano. Creo también que se debe generar cuotas de permanencia en pantalla como un tratamiento especial a la producción nacional, algo equivalente a lo que existe con otros productos en el mercado, que hayan unos incentivos para que la producción cinematográfica nacional tenga un lugar en la pantalla; es importante también acompañar los procesos de mercadeo de las películas, porque estamos construyendo una industria o se están colocando las bases de una industria, pero cuando uno enfrenta el lanzamiento de una película, hay mucha soledad, entonces yo creo que hay que trabajar en varios frentes. Además hay varios tipos de cine que buscan distintos públicos. Entonces es un asunto complejo que durante mucho tiempo afecta la cinematografía colombiana en el periodo en que se encuentra, sino que han sido objetos de análisis que han ocurrido también en otras cinematografías como la europea. Hay mecanismos en los cuales el Estado puede ayudar a la presencia de las películas nacionales en pantalla, que esto tampoco caiga en un paternalismo extremo, pero es importante que existan condiciones dignas para que las películas estén frente a su público. El Estado debe generar acciones concretas, hace falta digamos voluntad política para entender que si bien es cierto que ha habido una serie de esfuerzos importantes para alimentar el proceso de escritura de guiones, de desarrollo de proyectos, de producción de proyectos, de postproducción, creo que en la parte de la distribución está relativamente abandonada y es justo la parte más importante de la cadena porque es el momento en que es posible generar multiplicadores o réplicas para que la gente no siga dependiendo de las ayudas del Estado para un próximo proyecto, sino que un proyecto genere semillas multiplicadores de experiencias que puedan consolidar una naciente industria donde existan espacios de trabajo, que se multipliquen los espacios y las opciones de trabajo para técnicos, actores, guionistas, entre otros.
J.H.G.H.: El cine colombiano, si bien por las leyes, los estímulos, el FDC, los diversos apoyos, tiene un momento importante por la producción de películas, también es importante mencionar que muchas películas están destinadas al olvido por la falta -como usted lo menciona- de algunos impulsos o de cerrar bien los ciclos. Con ello, para preguntarle a Antonio Dorado qué lo mueve y qué significa hacer cine en Colombia y haber hecho tres largometrajes, dos que están pensados en una trilogía y un documental como lo es Apaporis. Entonces ¿para usted qué significa hacer cine en Colombia y qué lo mueve a participar de este fenómeno cultural?
A.D.: Yo creo que uno hace cine porque quiere contar algo, porque quiere transmitir algo, porque es un pulso generado por la pasión en el contexto de un ámbito estético expresivo, y solo un pulso tan intenso como ese es el que permite que uno luche tanto tiempo por un proyecto. En mi caso he tenido una formación más de documental, y mi universo siempre está en relación como en el documental y la ficción. El Rey era un documental que no pude hacer y que resultó ficcional, Apaporis era una ficción que quería hacer y que para conocer el entorno de investigación, hice primero el documental, Amores peligrosos surge como la consecuencia de unos documentales que realicé en los años 90, incluso de un documental cercano que realicé hace unos tres años sobre la salsa. En mi caso siempre están relacionados el documental y la ficción y hace parte de hacer memoria sobre lo que nos ha ocurrido, sobre lo que somos, de apostarle a un laboratorio de expresión y de creación audiovisual, buscando alternativas y eso independientemente de que uno pueda sacar las películas a través de una sala de cine. Eso no puede morir jamás, porque si uno tiene algo que contar, sencillamente lo cuenta contra viento y marea. Vamos a ver qué pasa, pero yo lo que veo es que si no hacemos una reflexión en el contexto en que se mueve la distribución, el futuro del cine es incierto como propuesta de industria cultural activa.
“Amores peligrosos” de Antonio Dorado/ Cortesía de Fundación Imagen Latina / Futuro Films / Hangar Films. Pulse para ver el video:
[youtube]https://www.youtube.com/watch?v=v9dd19ztTxs[/youtube]
*El Gran Ojo Cronopio, es la nueva columna dedicada al séptimo arte de Revista Cronopio, escrita por John Harold Giraldo Herrera.
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* John Harold Giraldo Herrera es docente Universitario y Periodista. Estudiante del Doctorado Rud de Colombia en Educación, Universidad Tecnológica de Pereira. Uno de sus temas de interés es el estudio de Los pueblos originarios. Magíster en Literatura de la Universidad Tecnológica de Pereira, 2011. Licenciado en Español y comunicación Audiovisual de la UTP, 2004. Con estudios de diplomado en Narrativas audiovisuales, Fundación Universitaria Área Andina, 2003. Democracia y formación ciudadana con énfasis en Derechos Humanos, paz y cultura de resolución pacífica de conflictos para el sector educativo. Universidad Católica Popular del Risaralda, 2004. Periodismo público, Escuela Superior de Administración Pública, 2008.
Correo-e: john.giraldo.herrera@gmail.com