EL LOCO DEL DICCIONARIO
Por Gustavo Arango*
Las letras OED representan algo así como un oráculo para quienes se interesan en esa lengua inglesa que hoy en día las redes, los medios masivos y hasta líderes políticos se empeñan en reducir a balbuceos. Son las iniciales del Oxford English Dictionary, una monumental reserva del idioma que ofrece no sólo los significados de las palabras, sino también sus usos, con ejemplos de pasajes literarios, y –hasta donde ha sido posible establecerlo– la primera aparición de esos vocablos. Su compilación se inició en 1857 y hoy en día sigue siendo una obra en marcha. Si quisiéramos encontrar un equivalente en castellano tendríamos que irnos hacia atrás, hasta la primera mitad del siglo dieciocho, cuando la Real Academia española compiló su célebre Diccionario de Autoridades.
El OED contó con la ayuda de numerosos colaboradores. En la última década del siglo 19, el Profesor James Murray, editor del Diccionario, descubrió que entre esos colaboradores había uno particularmente diligente: un tal W. C. Minor, quien había enviado más de diez mil referencias. Murray propuso que se le hiciera un homenaje y el comité aprobó gustoso la propuesta. Entonces descubrieron que W. C. Minor estaba recluido en un manicomio por haber cometido un asesinato.
William Chester Minor nació en Sri Lanka (entonces llamada Ceilán), el 22 de junio de 1834, y fue uno de los muchos hijos de una pareja de misioneros de la iglesia Congregacionalista de Nueva Inglaterra. Cuando cumplió 14 años fue enviado por sus padres a los Estados Unidos, donde estudió medicina en la Yale Medical School y se especializó en anatomía comparada. En mayo de 1864, Minor era cirujano de los ejércitos de la Unión y presto sus servicios en la sangrienta batalla de la selva (Battle of the Wilderness). Entre sus tareas en el ejército tuvo la de marcar con un cuchillo la letra «D» en el rostro de los desertores.
Después de la guerra, Minor se radicó en Nueva York, donde pasaba la mayor parte de su tiempo libre en el barrio de las prostitutas. Tal era su afición por la zona roja, que su comportamiento llamó la atención del ejército y fue trasladado a la Florida. Pero su comportamiento no mejoró. En 1968 fue internado en un asilo de lunáticos en Washington D.C., donde permaneció dieciocho meses.
En 1871, Minor viajó a Londres y se radicó en los antros de Lambeth, donde retomó su vida disoluta. El 17 de febrero de 1872, dominado por la paranoia, mató de un disparo a un transeúnte, George Merrett, a quien acusó de haber entrado a su cuarto para husmear entre sus posesiones. Minor fue declarado no culpable, a causa de su demencia, y fue recluido en el asilo de Broadmoor, en la villa de Crowthorne, Berkshire. Como recibía pensión del ejército de los Estados Unidos y no se le consideraba peligroso, Minor vivió allí con comodidad y se le permitió conformar una biblioteca admirable.
Se cree que fue a través de su correspondencia con libreros de Londres como Minor se enteró de que los editores del Oxford English Dictionary estaban buscando voluntarios. Así empezó una labor que ocuparía las más de cuatro décadas que le quedaban de vida. Ayudado por las listas que publicaban los editores del diccionario, Minor se dedicó a buscar entre sus libros ejemplos que ilustraran los usos de las palabras. Así llegaría a ser uno de los mayores colaboradores del Proyecto.
Salvo las esporádicas visitas de su familia, la única persona que lo visitaba era la viuda del hombre a quien Minor asesinó. Minor le ayudaba económicamente para la crianza de sus seis hijos y la mujer le ayudaba a conseguir algunos de los libros que necesitaba. En 1891, cuando supo la historia y las condiciones en que vivía uno de sus mejores colaboradores, el Profesor James Murray visitó a Minor en el manicomio. Años después declararía que la contribución de Minor era tan grande que sólo con las citas que había suministrado se podía escribir la historia de la lengua inglesa en los últimos cuatro siglos.
Minor nunca se recuperó del todo. En 1902, se cortó el pene con un cuchillo, después de varias noches de delirio en que creyó que era raptado por poderes malignos y llevado a lugares como Estambul, donde lo obligaban a violar niños. Como su salud empeoraba, el profesor Murray inició una campaña para pedir la liberación de Minor, la cual obtuvo en 1910, gracias a una orden de Winston Churchill. Minor fue deportado a los Estados Unidos, donde se le internó en el hospital de St. Elizabeth, en Washington D. C. Murió en Hartford, Connecticut, el 26 de marzo de 1920, en un hogar de ancianos al que había sido trasladado un año antes.
La historia de W. C. Minor llegó a ser conocida a través del libro «El cirujano de Crowthorne» (publicado en Estados Unidos como «El profesor y el loco»), de Simon Winchester, publicado en 1998. El libro es una crónica de la vida de Minor desde que empezó su contribución para el diccionario. Ese mismo año, Mel Gibson adquirió los derechos para hacer una película, pero el proyecto cayó en el olvido hasta 1916, cuando se anunció que el director Farhad Safinia dirigiría una adaptación del libro de Winchester, con Mel Gibson en el papel del profesor Murray y Sean Penn, en el papel de W. C. Minor. Çasi dos años después del anuncio, aún no hay noticias de la película.
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* Gustavo Arango es profesor de español y literatura latinoamericana de la Universidad del Estado de Nueva York (SUNY), en Oneonta y fue editor del suplemento literario del diario El Universal de Cartagena. Ganó el Premio B Bicentenario de Novela 2010, en México, con El origen del mundo (México 2010, Colombia, 2011) y el Premio Internacional Marcio Veloz Maggiolo (Nueva York, 2002), por La risa del muerto, a la mejor novela en español escrita en los Estados Unidos. Recibió en Colombia el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar, en 1982, y fue el autor homenajeado por la New York Hispanic/Latino Book Fair, en el marco del Mes de la Herencia Hispana, en octubre de 2013. Ha sido finalista del Premio Herralde de Novela 2007 (por El origen del mundo) y 2014 (por Morir en Sri Lanka).