EN EL PASEO Y OTROS POEMAS
Por Olga Amigo Horcajo *
Suspendidas en delicados
hilos de araña
como adornos alados
acompañan nuestro paseo,
en la húmeda mañana.
Pero un día llega el momento
y en espiral descienden
lejos de la rama donde ofrecen
ansiada sombra y cobijo fresco.
Y ya en su hora final,
sobre el solitario camino
se convierten en lecho mullido
junto a las otras ya caídas,
secas y descoloridas.
Por fin el árbol desnudo queda,
y el caminante ya no busca
descanso ni de paz remanso,
ni sus pasos se detienen
en la huesuda arboleda.
LA VIEJA CASA
Abrazada por la maleza
asoma apenas un resquicio
de lo que fue en otro tiempo,
hogar de risas y cálida lumbre.
Sigue en pie, aunque derruida,
entre paredes caídas
y hundida techumbre.
Si recordar pudieran
los momentos vividos,
sonreirían con nostalgia
los desdentados postigos.
Y por un efímero segundo
volvería a la vida
ese peluche abandonado,
dejado atrás en el olvido
de los años pasados.
TRAS LA TORMENTA
Nubes tan bajas
de sedas rasgadas
transitan livianas
de madrugada.
Como un limbo de almas
que hablarnos quieren
susurran mensajes
de dónde vienen.
LAS ESTRELLAS BAILAN
Las estrellas bailan felices
alrededor de la luna,
ellas bailan y yo las miro
en su parpadeo infinito.
Brillan y brillan,
estrellas de plata
mientras yo oscurezco
en mi morada.
Luna de nácar
que antaño me iluminara
para eclipsarme y dejarme
sin luz y sin nada.
ASSALAMU ALAIKUM
Entre un océano de trigos e islas de encinas
brotan castillos de piedra gastada.
Otean el horizonte, vigías de la tierra,
en busca de sarracenos ahora ausentes.
Mientras van llegando
hermanos de otra orilla,
buscando rumbos, una nueva vida.
Abramos los brazos, olvidemos las luchas,
que sean todos bienvenidos.
CUANDO ERA NIÑA
Cuando era niña y miraba el cielo
soñaba con las estrellas
y las constelaciones bellas.
Cuando era niña no dudaba
de que una noche estrellada
era sin duda la verdadera.
Ahora cuando miro el cielo
no sé si veo satélite o planeta
las cosas ya no son simples
ni tan siquiera verdaderas.
¿Qué diantre nos ha pasado
que ya nada es como era?
GUANTES DE HIEDRA
Te quedaste en el otoño
seco y agarrotado,
solo un guante de hiedra
embellece tu rostro al viento.
Deberías agradecerle
que de gala te vista
pues ahora te ves alegre
con tu traje de verde lima.
Y volverán los tiernos brotes
a renacer en tu semblante
y a llenarte de vida
en la primavera entrante.
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*Olga Amigo Horcajo es originaria de Barcelona, España, y actualmente reside en Georgia, EEUU, donde enseña español en la Universidad de Georgia. Su trabajo ha sido publicado en The Acentos Review y Revista Almiar. Su poesía es una reflexión sobre temas de identidad, desarraigo, justicia social, maternidad y naturaleza.