Entrevista Cronopio

FERNANDO DENIS, EL ALQUIMISTA DE LAS PALABRAS

Por Carolina Triana*

«¿Quién pudiera  trenzar con delicada madeja la noche que arde
sobre esta página blanca,
sobre su nieve pura ardiendo en las orillas?
Vas y vienes como el mar, con la mente de las aguas,
dejando en mi recuerdo tus ojos  como una daga,
dejando tus diamantes en los bosques encantados,
dejando tu sed y la cadencia de tus labios en mis labios
y en mis palabras».

(Fernando Denis en la Geometría de tu sueño en llamas).
Así es Fernando Denis, poeta cienaguero, de sangre caribeña, ardiente y fervorosa. Dueño de un interés único por auscultar los elementos de la vida; un niño explorando, leyendo y redescubriendo el mundo para transgredirlo y acariciarlo con sus palabras. Romántico empedernido, apostando en cada segundo a hacer vida con el lenguaje. Un hombre salvaje y brillante con el verso.

Es hoy considerado por la crítica literaria colombiana uno de los mejores representantes del género mayor, la poesía, título que se ha merecido desde que publicara en 1997 La Criatura Invisible en los Crepúsculos de William Turner, considerado uno de los libros más importantes que se han publicado en Colombia durante el S. XX,  luego nos sorprendió en 2004 con Ven a Estas Orillas Amarillas y en 2007 con El Vino Rojo de las Sílabas; todos sus libros, como sus nombres lo indican están contagiados de la magia de los colores, de las sombras, de los fantasmas y de los elementos que componen nuestro universo.

Ahora con su última publicación es un «autor agotado», pues Geometría del Agua es significada en palabras por Enrique Santos Molano como «un libro extraño, pero  mucho más que extraño, un libro ultraterrenal por la explosión de belleza desconocida con que eleva al lector a un mundo de metáforas que no necesitan ser descifradas». Editado por editorial Norma, se ha vendido con la  imponente fuerza de una cascada de picos que alcanzarían la inmensidad del cielo, además fue denominado por la revista Arcadia de Semana, como el mejor libro de poemas del año y con esto, Denis ha logrado una utopía en los tiempos de hoy, dignificar la poesía y renacerla en la piel de los lectores.

Encontrarse con Fernando Denis es encontrarse con un amigo que nos eleva una sonrisa, nos suelta versos afortunados y nos hace sonrojar por la calle con su espontánea voz y un tono costeño alborotado. Aquí va una breve entrevista, producto de uno de esos afortunados encuentros con este gran poeta colombiano.

Carolina Triana. ¿Poeta, de dónde nace esa necesidad de retratar el mundo a través de los versos, por qué la poesía?

Fernando Denis: Son inquietudes desde la infancia, elaborando un universo a través de la historia del arte, me parece que la poesía es el género más complicado, es un reto plasmar las imágenes y las ideas a través de la poesía. Es un juego maravilloso, la poesía es sagrada y es magia pura, es una comunicación con lo trascendente con la luz, ha sido bálsamo para mí. Lo que más he disfrutado en la vida, el amor, el paisaje, la geografía, la arqueología, la literatura y todos los elementos que me rodean ha sido a través de la poesía.

C.T: ¿Cuál es la naturaleza de la Geometría del agua?

F.D: A partir de una búsqueda a través de los elementos y de la historia del arte, quise concebir el universo a través de los colores, la pintura, los grabados y  de los misterios del lenguaje. Para mí lo fundamental es la palabra, detrás de la palabra (un poco evocando a Borges), está Dios, «tal vez detrás de la moneda está Dios». Esto es el resultado de una búsqueda permanente de la esencia a través del leguaje, ¡un viaje alucinante!

C.T: ¿Cuáles son esos misterios del lenguaje?

F.D: Es un poco parodiando a Borges en el cuento del Zahir. Los misterios del Lenguaje es simplemente la búsqueda interior de un ser humano que ha arraigado su vida en la poesía y que quiere descubrirse a sí mismo a través del lenguaje y va escarbándose entre las sombras para encontrar la luz que finalmente le puede dar su verdadero paisaje donde realmente él quiere habitar.

C.T: ¿Qué trajo a un costeño a una ciudad fría como Bogotá?

F.D: La vida me trajo a Bogotá buscando un lugar dónde poder sentarme a leer plácidamente porque en el pueblo donde vivía no había bibliotecas, sólo podía leer algunos libros en casas de ciertos amigos o de profesoras, entonces me vine a instalar en las bibliotecas de Bogotá, ¡imagínate las bibliotecas de Bogotá tan grandes! Quise descubrir a los poetas ingleses, viajé por William Shakespeare, hasta llegar a Chesterton en el S. XIX, pasando por Marlowe y John Keats (haciendo un buen chiste expresa que el último inglés que leyó no fue Chesterton sino Borges).

C.T. ¿Qué recuerdos lo marcaron de su patria chica?

F.D: Estar rodeado de tantas aguas. Nací entre el mar Caribe, el río Magdalena y la Ciénaga Grande, a mi espaldas está la Sierra Nevada con sus dos picos majestuosos y más abajo está la zona bananera,  (¡Ja Ja Ja Ja!)… Es todo un museo ecológico de colores muy impresionante en la infancia, para lo que sería más tarde mi educación sentimental como poeta. Pues he descubierto que los verdaderos cimientos que tiene uno como ser humano y en su intelecto están muy arraigados en la infancia, el primer paisaje que uno encuentra es el país donde uno va a habitar siempre así uno se vaya a vivir a Londres. Entonces la idea es visitar ese paisaje con frecuencia y descubrir las alegrías y los columpios que hay en ese paisaje para seguir retozando y a través de ese paisaje convertir la literatura en un hecho universal.

C.T: ¿Qué hacemos en un país donde la gente no lee?

F.D: Lo que uno es en la vida es lo que sabe, y la mayor parte de lo que sabes, es aprendido a través de los libros. Yo siempre digo que la lectura debe ser la madre de todos los vicios, realmente. Sí, la lectura es inclusive más importante que la escritura, el descubrimiento más asombroso de todos es la palabra, después de la palabra está la lectura, la lectura de los libros, del amor, de la vida, de ti mismo, de los pormenores, de un grado de consciencia de lo que es para ti el lenguaje, para encontrarte contigo mismo y estar a gusto.

Los libros son mágicos cuando los abres sientes que estás abriendo un mundo, no puedes comparar eso con el Internet [sic] porque es muy frívolo y quita mucho tiempo,  no tiene una educación muy aplicada como la tiene el libro. El libro nunca te va a traicionar, siempre es buena compañía.

C.T: ¿Cómo es el proceso creativo de Fernando Denis?

F.D: Yo escribo de memoria. Cuando voy al computador o al papel a escribir ya tengo las ideas del poema para plasmarlo, yo me exijo mucho, soy muy inquieto, debo tener los adjetivos adecuados, siempre necesito la sonoridad perfecta para cada verso.  Las ideas van floreciendo a medida que voy a avanzando en el trabajo. A veces la divinidad se acerca a mi oído y me dice cosas, es una dictadura, aunque en otros momentos son ideas propias que tengo en la cabeza y busco la manera más asombrosa de plasmarlas para impresionarme a mí mismo. Porque yo no escribo para las otras personas, escribo para mí, para mi dicha y asombro, para crear felicidad para mí, y si los demás pueden compartir esa felicidad conmigo, pues bienvenidos. Esto es un viaje interior que comparto con la gente cuando hago pública mi obra.

Termina la entrevista con una carcajada como si viviera sonriendo…

Fernando es alguien dedicado a la literatura y además un protegido y bendecido por ella, seguramente la poesía es su mujer predilecta, su salvadora, la que lo libra de las calles envenenadas, lo protege de todo mal y le da vida y candor caribeño para seguir cantándole a la belleza que abruma su ser y se le sale por los poros en cada verso.

Denis es ante todo un ser sensible, un alma bella,  un amigo de mirada diáfana y nostálgica y una voz que siempre nos eleva palabras elocuentes y una sonrisa vigorosa. Denis, un poeta que renace que se reinventa con cada libro y cada verso. Un alquimista de los elementos de la vida desde la palabra.
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* Carolina Triana es periodista y comunicadora social tolimense.