EL CORAZÓN DE LA VEGA… ¡ES HAITIANO!
Por Diógenes Abreu*
En la ciudad dominicana de La Vega Real se reivindica uno de los personajes emblemáticos de su carnaval, el Robalagallina, como una celebración carnavalesca surgida a raíz de un castigo ejemplarizador del general Plácide Le Brun (Mr. Placy) contra un soldado haitiano. Le Brun era gobernador de La Vega durante la ocupación haitiana y el castigo lo propinó contra un soldado que robó unas gallinas, propiedad de una dominicana vegana.
Esa tradición oral, según la recoge Jovino A. Espínola Reyes en su libro La Vega Histórica (2009), volumen 2, establece que el mencionado general haitiano «ordenó que a dicho ladrón lo embadurnaran con miel de abeja, le pegaran las plumas y para escarnio fuera paseado por la ciudad al son de tambores destemplados, y que al llegar a cada esquina los soldados le dieran tres palos y que tanto los soldados como los muchachos le gritaran por robarse las gallinas…» (p. 323-324).
El personaje del Robalagallina, según los estudiosos, es un sujeto de importancia en el carnaval dominicano de casi todos los pueblos. Pero el de La Vega es el único cuyo disfraz incluye plumas de gallina y eso le da veracidad a la versión de su surgimiento en el pueblo vegano. Resulta interesante que, en el mismo centro del Cibao dominicano, se le adjudique una relación haitiana a semejante personaje carnavalesco.
Dagoberto Tejeda Ortiz, profundo conocedor de nuestros carnavales, al valorar dicho personaje confiesa: «No tengo ninguna duda de que el Robalagallina del carnaval vegano es propio de La Vega, con sus particularidades…»
Ese mismo investigador dominicano, ampliando más su discusión sobre el personaje del Robalagallina, dice que «algunos investigadores montecristeños plantean […] que, durante la ocupación haitiana se dio un fuerte intercambio cultural, que nunca ha desaparecido, con Haití, sobretodo con Jacmel, donde hay uno de los carnavales tradicionales con mayor identidad, en el que aparece un Robalagallina cuya presencia certifica José G. Guerrero […] Cuando este personaje llegó a Montecristi, causó un agradable impacto y al poco tiempo fue recreado por un montecristeño del original haitiano, quedándose en esta ciudad como un personaje del carnaval local» (ídem: 333-334; cursivas mías).
Como vemos, las transferencias culturales entre dominicanos y haitianos parecen esquivar y sobrevivirles a los prejuicios que pretende zanjar nuestra humanidad con el separatismo, en vez de valorar la dicha de poder enriquecer nuestras culturas con influencias mutuas.
Espínola Reyes narra la importancia y aprecio que el pueblo de La Vega sintió por aquel gobernador haitiano, apodado Mr. Placy, y nos permite conocer una parte de nuestra historia patria que no se enseña en el sistema educativo dominicano. Por medio de este historiador vegano nos enteramos de la existencia de un gobernador haitiano que no encaja en la figura desalmada y degolladora que el discurso del anti-haitianismo nos ha construido sobre los generales haitianos de aquellos tiempos.
Espínola Reyes asegura que el general Le Brun fue «un abnegado gobernador para los veganos, a quienes tanto quiso, hasta el extremo que estando en Santiago, en donde le sorprendió la muerte, antes de expirar dijo: ‘Quiero que mi corazón sea enterrado en La Vega que tanto amo’. Y así se cumplió su deseo, enterrándose su corazón en el Altar de la Patria, dentro de una cajita de plomo. Más tarde […], en ese mismo lugar en donde estaba el Altar de la Patria, al prepararse la base para el levantamiento de la glorieta del Parque Duarte en 1898, los albañiles desenterraron la cajita de plomo, pero ésta fue nuevamente puesta en su lugar por orden del Padre Nouel, según me contaron» (ídem: 323).
Así que ese corazón de La Vega, en su cajita de plomo, es haitiano.
¿Cuántos otros corazones haitianos no habrá por ahí en territorio dominicano, esperando ser reivindicados como el corazón de Mr. Placy?
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* Diógenes Abréu Nació en Miches, República Dominicana, en 1959. Cursó sus estudios primarios y secundarios en la ciudad de Santo Domingo. Reside en los Estados Unidos en Washington Heights, Manhattan, desde 1983. Estudió artes plásticas en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de Santo Domingo y en el Empire State College de Nueva York (SUNY), e hizo una maestría en artes plásticas en City College (CUNY), New York. Tiene publicados dos libros de poesía: Poemas para los vivos, 1983, y Para mujeres sin maquillaje, 1985. Algunos de sus cuentos y poesías han sido publicados en inglés, japonés y en español en varias recopilaciones.
Su trabajo artístico ha sido exhibido en galerías y museos nacionales e internaciones, incluyendo el Museo de Arte Moderno en República Dominicana, The New Museum for Contemporary Art en Soho, New York, el Queens Museum of Art, New York, y el Metropolitan Museum de Tokio, Japón. Abréu además hizo teatro por más de ocho años, tanto en su país de origen como en la ciudad de New York. En 1998 ganó el primer premio del V concurso de cuentos, organizado por Radio Santa María en República Dominicana. Enseñó pintura y dibujo artístico básicos en City College, New York y fotografía en el Family Life Center de John Jay College, New York.
Fue miembro fundador del grupo Palabra: Expresión Cultural (PEC), el cual se dedicaba a la difusión y desarrollo de la cultura dominicana en EUA. La Biblioteca Nacional de República Dominicana publicó la antología poética de PEC, La palabra como cuerpo del delito (2001), la cual contiene una selección de poemas de Abréu en español e inglés. En 2004, publicó su libro PEREJIL, el ocaso de la «hispanidad» dominicana. En 2005, publicó A PESAR DEL NAUFRAGIO, violencia doméstica y el ejercicio del poder, una colección de testimonios y ensayos críticos sobre violencia doméstica y teorías del poder. En 2007 publicó el libro Engañifas, discurso y práctica social. En el 2011, con su obra La Jom Atenda, ganó el premio de teatro Letras de Ultramar, organizado por el Comisionado Dominicano de Cultura en Estados Unidos. En 2013, con su libro Sin haitianidad no hay dominicanidad, ganó el premio de ensayos Letras de Ultramar, organizado por el Comisionado Dominicano de Cultural en Estados Unidos. En la actualidad es miembro del Colectivo de Artistas Domínico-Americanos fundado en New York.
BRILLANTE DIO.
CON ESTA INVESTIGACIÓN SE APORTA MUCHO EN ESTOS MOMENTOS.
LA CULTURA SIGUE SIENDO LA MEJOR ALTERNATIVA DE CRECIMIENTO HUMANO.
FELICIDADES.