MARZOS VARGALLOSIANOS
Por Cristhian Ticona Coaguila*
Segunda Parte
MARZO 28 DE 1936.
Era domingo de madrugada y la cigüeña se dispuso a cumplir con el encargo de dos honorables familias arequipeñas. Adolorida por las contracciones, la joven Dora Llosa Ureta empezó el trabajo de parto con los malestares propios de las parturientas. Tenía 22 años y su matrimonio con Ernesto Vargas Maldonado se había consumado apenas un año atrás. Luego de la boda, la pareja se fue a radicar a Lima, donde el esposo era radio operador de la Panagra. Al cabo de cinco meses de difícil convivencia, Ernesto le comunicó a su joven consorte que se marchaba para La Paz, Bolivia. «Anda tú a tener al bebe en Arequipa, más bien» le dijo.
No hacía mucho que la ciudad había traspasado el umbral de la media noche, y a las 00:40 horas, Dorita alumbró a un robusto niño, al que con la abundancia de la onomástica llamó Jorge Mario Pedro. Una investigación del periodista Luis Eduardo Podestá asegura que el párvulo llegó al mundo de la mano de la comadrona más cotizada de Arequipa. De su nombre nadie se acuerda, pero todos la conocían como Miss Phryser, como efectivamente me lo confirmó uno de los mistianos más longevos, Don Javier Pardo Belaúnde.
«En el segundo piso de la casa del bulevar Parra, donde vivían los abuelos, nací en la madrugada del 28 de marzo de 1936, después de largo y doloroso alumbramiento. El abuelo envió un telegrama a mi padre, a través de la Panagra, anunciándole mi venida al mundo. No respondió, ni tampoco una carta que mi madre le escribió contándole que me habían bautizado con el nombre de Mario» escribió Vargas Llosa, cincuentaisiete años después, en sus memorias de «El pez en el agua». Esa vivienda era la 201, de propiedad de la familia Vinelli, que habitaba el primer nivel. Está situada a cinco cuadras de la plaza principal de Arequipa.
—La casa le pertenecía a Manuel Aurelio Vinelli, un químico farmacéutico que fundó la reconocidísima botica Cosmos, con sede en la primera cuadra de la calle Puente Bolognesi —recuerda Podestá.
Manuel Vinelli, hijo de un inmigrante italiano, fue fundador de varias empresas, siendo la más importante Socosani, una planta embotelladora de agua mineral convertida ahora en emblema regional. Fue alcalde de Yura y diputado de Arequipa por el Partido Liberal. Al fallecer en 1941, de la entristecida casona del bulevar Parra, partió el cortejo fúnebre al Cementerio General. Allí vivió Mario Vargas Llosa hasta que al año de nacido, la familia se mudó a Cochabamba. En ese segundo piso también se casó Dorita con Ernesto Vargas, el 4 de junio de 1935. Allí gateó y dio sus primeros pasos.
Horas más tarde, luego del complicado parto de Mario, los servicios de Miss Phryser fueron requeridos nuevamente, esta vez en el solar 213 de la calle Melgar. Fue ella quien recibió en sus manos, a las ocho de la mañana, al segundo hijo de Adela Meneses Delgado, quien de la misma forma, fue signado con tres nombres: José Carlos Andrés. Ambos niños, a la postre, terminaron dedicándose desde temprana edad al periodismo, aunque el primero se inclinó por la narrativa y en el 2010, después de conseguir todos los reconocimientos posibles, obtuvo el más esquivo y largamente esperado Premio Nobel de Literatura.
Una semana después de aquella fecha, Luis Llosa Ureta, hermano mayor de Dorita, se presentó en el Registro de Estado Civil de la Municipalidad de Arequipa, para dar parte del nacimiento de su sobrino Mario, sin la más remota sospecha de que esa inocente criatura, tiempo después, desposaría a su hija Patricia. En la Partida de Nacimiento 468, firmaron como testigos Luis Llosa García, primo del abuelo Pedro Llosa, y Juan Eguren, quien entonces era novio de Laura Llosa, hermana de Dorita.
A la mañana siguiente de la inscripción en el padrón de nacidos, el 4 de abril de 1936, los periódicos Noticias y El Deber daban cuenta del registro de siete nacimientos, entre ellos, el de Mario Vargas Llosa. En la sección «Demografía» de ambos matutinos consta que el alumbramiento fue asistido por la obstetriz Felicidad del Castillo. En ninguna parte se menciona a Phryser pero las complicaciones del parto habrían obligado a la familia Llosa a recurrir a esta reputada partera. El nombre de la matrona casi se ha diluido en el tiempo e incluso Podestá la cita como Miss Pitcher. No hay referencias bibliográficas sobre ella, excepto por una mención que le hace José García Calderón en su libro «Trajinando recuerdos».
«Nueve años más tarde, mi hermano Luis tuvo más suerte que nosotros el día de su nacimiento…la atención del parto estuvo a cargo de un personaje que es parte de la historia de Arequipa en un cuarto de siglo: la famosa partera británica Miss Phryser, una señorita evangelista que llegó al Perú en los años 20» sostiene García Calderón. Trabajaba para la Escuela Evangélica que había en la calle La Merced y colaboraba con el médico Julio Ernesto Portugal que por esos años instaló un policlínico.
—Miss Phryser atendió a mi madre en esta cama y esta es la tina de mi primer baño —dice Carlos Meneses, mientras me enseña la fina porcelana que atesora en la desolada habitación que ocuparon sus padres, a mano izquierda del primer patio, donde una solitaria palmera resiste estoicamente el paso del tiempo. A sus 75 años, Meneses dirige el diario El Pueblo con la vehemencia del más joven de sus periodistas.
Quienes creen que Mario Vargas Llosa es el único de la familia con gustos endogámicos, se equivocan. Carlos García Fernández confesó que durante un buen tiempo estuvo enamorado de su prima Dora. Le prodigó un amor silencioso y furtivo. Acoquinado. Es evidente que Carlos no tuvo el arrojo que a Mario lo llevó a contraer nupcias con su tía Julia Urquidi y posteriormente con su prima Patricia Llosa, luego de divorciarse de la primera. Esa es historia harto conocida.
De los tres nombres con que el escritor fue bautizado, terminó usando el de Mario. Pedro le vino de su abuelo, y Jorge, de otro pariente cercano. En cambio Mario, no tuvo nada que ver con esa usanza infecunda de repetir los nombres de los antepasados en los hijos. Carlos García, el enamoradizo primo de Dorita, asegura que la madre de Varguitas quiso hacerle honor a una de sus más inflamadas aficiones: la ópera. Tosca, de Giacomo Puccini, era su favorita y fue representada en 1935 en el Teatro Arequipa por una compañía de ópera extranjera.
—No es coincidencia que el personaje principal de la obra sea el pintor «Mario» Caravadossi —recita Carlos García. —Desde pequeño Dorita llamó a su único hijo por su segundo nombre. Mario o Marito, como a veces le decía.
Mario Vargas Llosa de visita en Japón. Cortesía de Impacto Semanal. Pulse para ver el vídeo:
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* Cristhian Ticona Coaguila es periodista y bloger peruano. Es jefe de informaciones del diario La República (Perú). Fue corresponsal y coordinador periodístico del mismo matutino en las ciudades de Puno y Piura. Fue reportero del diario El Pueblo y ha publicado crónicas en el semanario Vista Previa. Obtuvo premios de periodismo en tres oportunidades y fue becado por la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), que dirige Gabriel García Márquez, para asistir al taller de crónicas con el periodista y escritor Alberto Salcedo Ramos. Ha cubierto distintos conflictos sociales en el país y fue director fundador de la desaparecida revista Extremo Norte, una publicación de reportajes sobre turismo y deportes de aventura, en el norte peruano. Nacido en Omate (1982), departamento de Moquegua, es bachiller en Ciencias de la Comunicación, egresado de la Universidad Nacional de San Agustín. Estuvo a punto de ser sometido a linchamiento público cuando cubría información en Ilave, un pueblo del altiplano peruano. Su blog es https://lacomunidad.elpais.com/cortinadehumo