Escritor del mes Cronopio

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EXTERNAL

Por José Homero*

RIDER ON THE STORM
(una canción marinera)

Tiritan las formas acuciadas por
las finas
guedejas
hendijas
aguijones
de la lluvia
y los objetos toda luz
engulle
la lengua aftosa de la niebla
¿Dónde se han ido los niños
conversando ebrios de columpios
y de la fragua ardiente de la luz
bajo el polisón de los altos arces?
¿los amantes que encendían cigarros
comprados a peso en las últimas garitas
que aceptan peaje por andar de noche?
¿recuerdas
aquella venida
en frente de Los Berros
otra noche de lluvia
cuando aliento sudor lágrimas
constreñían nuestros huesos
tras los cristales
de un automóvil que hoy tampoco es tuyo?
Las noches en una habitación que ya no es tuya
en una casa ya perdida con una mujer que no es la misma
O las noches agotadas en anémicas cantinas
o en reclamos a la fronda del naranjo y los últimos árboles
guardianes del secreto del jardín
de ese césped fertilizado con nuestros fluidos?
—¿no oyes que nos llaman cuando el viento enjaeza
con pétalos la calle y los prepucios que el jacarandá siega
para impedir que los sueños grifen su horrura estirpe?
¿Por qué nadie nos avisó
que aquello que recordaremos como la vida
estaba aquí
mientras corría tras de ti
y al suelo caía ese volumen de Hardy
emblemático?

Porque sólo tenemos una vida en cada rostro continúo buscándote

Me planto y recorro este departamento solitario
en la desolada estepa
de la madrugada
Aguzo el oído en espera de un sonido
una señal
el crepitar de alas de las palomillas
cortejando las corolas de los charcos
pero nadie chapotea en los escalones
no apagan la luz
no arrojan el pequeño florero de calabacita
No body
No bodies
Felt like you
Elegí esta senda
y no eché migajas
pensando que me encaminaba
al hogar donde vivía
mi niña de oro la mujer de luna
Sin saber que estaba yendo
al país de las cenizas
el yermo suelo en que ahora busco al alma
Pienso entonces en la muerte
en el fin de todos nuestros actos
el término del sueño
la evitada desaparición de esta
tierra

Escribo

¿comprendes de dónde vienen las palabras?
el milagro del poema
que aparece tan sólo con un ritmo
que sólo avanza si el acento lo permite
que cuanto dice sólo lo dice por la música
que no hay imágenes sin canto
ni intención sin figuras
que sólo danzan aquellos que están solos y no encuentran
respuesta en las constelaciones y sus pensamientos vuelven
pues recuerdan y
a quién interrogar a qué demiurgo
con qué fuerza o potencia conspirar
bajo qué luz consumirse a dónde ir
no hay principio tan sólo impulso
y no hay término apenas la fatiga
desmayo cese de energía
ley del deseo que es eterno efímero y nos
ciega
El poema que no dictan los demonios
y no procede de región alguna del espacio
que se forma con tu sufrimiento
con la mínima tragedia de la vida
asumiendo posturas
distribuciones
para llenar el vacío
para ir más allá de esta vista fatigada temblorosa
por la refracción que ácida irradia desiertos insondables
¿Cómo dejo que transcurran los días
tímido temeroso que cuelgues el teléfono
que huyas ante mi encuentro,
que grites que no dejes de gritar: «ya dije que no»
como no dejas en mis sueños de repetir que te has ido?

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¿Cómo permito que mi cuerpo flote irremisible hacia el océano
sin hacer nada
sin atreverme
remontar el destino
la única hazaña que un hombre debiera acometer
dejar mi vida
por la tuya
por merecerte
otra?
Escribo en mitad de la noche
cuando el cansancio no basta para dormir
y pienso en el orgullo
que asfixia tu nombre
pienso también en el merecimiento
de una pasión que no se nombra
una pasión que no concede
que sabe que existe y dura más allá de nuestra historia
de la corporeidad que difumina la distancia
y sí también la lejanía provoca irrealidad
y la persona desaparece tras la sombra
de la imagen
Pienso en cómo llamarte
Ahora que te has ido y no conozco
a esa mujer con gorra dona pants azules
que marcha por las calles
Pienso también en mí
en quién me está buscando
dónde hablo
con quién hablo
cuando escribo
citándote
en el lechoso oceáno
de la página
tan sólo
porque leí una necrológica
sobre Cornelius Castoriadis
y recordé
que la muerte amenaza en cada esquina
que podríamos caernos en la noche
y que acaso
nunca sepas
que aun no hablándote
no hubo día
que no cesara de buscarte
en mí en la memoria
que hay un vínculo
que algo queda
como esos cuanta
que distantes
se influyen
en los polos distantes del vacío

Escribo en medio de la noche
mientras tú duermes
y yo
poco a poco
voy muriendo
y no quisiera irme
sin hablar contigo
afirmar

te amo

erguir la voz
contra la niebla
que engulle

todo

—y sin embargo:

ESCUELA DE AVIACIÓN

No ha empezado aún septiembre
y ya el viento regresa de sus vacaciones
Llama
gira
caracolea
la carne tumefacta del postigo.
Se pregunta: ¿Qué harán tras las puertas
esas muchachas que apenas ayer paseaban
despechugadas, minifalderas, en las esquinas?
¿Rezarán un padrenuestro
arrepentidas
de haber causado tan gran lascivia
que las calles
y las tazas diminutas de las piedras
quedaban
con un poso champurrado
a cuyos signos los hombres se asomaban
ansiosos por saber si habría frotagge?
¿O continuarán emigrando
más al sur
más
hasta que el frío las convierta en carne congelada
tan sólo vivas a la hora del deshielo
como ese ario milenario de los Alpes
de nuevo mías cuando yo regrese?
Par Dieu! Mejor me callo

Al fin consigue, tras mucho escándalo,
violar su mansión abandonada
exhausto
se desloma contra un butacón apolillado
y nubes de polvo lo saludan

¡Atchis, atchis!
estornuda
pero su expiración tan sólo causa
más borlas más polvos más saludos

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Colérico
abre todas las ventanas
trepa al alféizar y lascivo otea
las siluetas druidas de los árboles
Viejo ladino
con el pretexto de
enseñar a volar a los pajaritos
recién nacidos
sube a la azotea
Tralalí tralalá la sonrisa de Joker
la calva polvorienta
el rouge del tinto en los dientes
el temblor de los pinos con la lluvia
entre los dedos
Tralalí tralalá un paso otro
el viejo viento qué bien está
el viejo viento qué bien
se ve
¡Baila baila baila
Baila baila baila
al ritmo de su vejez!
Atisba
los verdes cuerpos recortados
contra el sol de otoño
—un sol con moño y corbata de hojalata—
algo andrajosos ya.
Los imagina
amarrados a columnas fridakahlo
resistiendo embates
curvando las caderas con sus
manos, dejando ver sus nudos,
sus pulpas, sus frutos, sus collares,
sus racimos de pájaros ocultos
por el corset de hojas
y el cinturón de castidad de aquestas ramas.
Temblando, en goce anticipado,
el viento reúne a su servicio
y les informa
la inminente apertura de
la Escuela de Vuelo
para
Pajaritos
Recién
Nacidos

No vaya a ser que otro se adelante

AMO A TÓ

Una creatura del devenir
Eso quería, dijo

Las relaciones inconclusas
El onomástico cada cuatro años
Así tiene cinco

A mí me gustan
No sus senos
Sus pezones
No
Sus pezones no me gustan
Tampoco sus muslos
La cicatriz que no he visto e imagino
un huevo que se ha frito demasiado
No
Me gusta su sonrisa
o el gesto que acompaña su sonrisa
También su ceño
o sus párpados cuando los pliega recostada
me gusta no poseerla
acostarme poseído
Sentir que esa mirada escrutante me contempla y me imagina
como ya no es posible verme o siquiera imaginarme
No me gustan sus abrazos sino sentir lo que rodean
el aire o la fragancia de la crema humectante en su piel
Entre seguir aquí y salir a ella
Allá
Por Dios (Alá): Salgo bella
Pero mira…¡cómo se parecen!
Otra favorita: ¿y estos… de dónde salieron?
No corro a su encuentro sino a desarticularla
Debo recomponerla y armarme
Pedir la espada, ofrendar la espalda

Amo a tó: Le pondremos amarilis
mirabilis adminínculo

Le pondré un rostro, No, un nombre
No
Le pondré

mi otra mejilla

Se llama como quieras
Se quiere como llama

La amo como al aura

(Como aura llamo:

matarili liri lon

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LA NOCHE EXTRAE

La noche extrae el calor de los cuerpos
Los pájaros se guardan en el regazo de los mangos
Las persianas descienden
tajando ávidas el día
y en los bares
los solitarios se distribuyen en parejas
se encuentran en las sombras con su sombra.
Hay vampiros en la ciudad, hay muertos que andan
desolados, aquejados por la angustia
de no hallar su doble, de convertir el amor
en cónyuge del hambre, de no tener
sangre y estar fríos, alimentándose del deseo
y el rencor de las creaturas.
Es el tiempo la comunión de estos vigías
Su caminar es elíptico, su espacio la abertura
la encrucijada entre mañana y el pasado
la zona bosque que delinea
el aroma de la hembra
cuando
siguiendo su frondura
se internan por territorios marcados con saliva
en busca de esa savia
que une cuerpo árbol y tierra

Su ansiedad corroe los espejos
En sueños y recuerdos descubren pasadizos
y pendiendo bocabajo
sazonan la razón de las doncellas
o con pálidos efluvios mercuriales
cuerpos de infantes
amortajan.

Son ellos nuestros padres
Bajo la piel incuban moyocuiles
Su descendencia
atroz
multánime
el mundo muda
en yerta tierra
que cine televisión video fotografía
simulan encantada
Sonámbulos
atravesamos esas sombras que simulan estar vivas
sin poder huir o entrar en su círculo de ajo
y en el sitio donde sueño y vida se diluyen
lenguas de fuego en nuestra piel provectan
la argentina cinta de la vida
buscando orificios
encontrando las tetillas
dejándonos ansiosos

inermes
a las bocas del ardor y la impotencia

Cuando dormimos
nos visitan sombras
ofreciéndonos la vida
a cambio del diferimiento de su muerte.
Nadie los descubre cuando entran
cuando luyen texturas que son fuente
de doblaje y donde no se encuentra un rostro
hasta que el corazón supura un líquido podrido
y la ciudad entera resplandece
embetunada por el Negro Sol de la Melancolía
y todos sus habitantes saben
que ya es verano, que un congreso de vampiros se celebra,
que en bares, discos y avenidas
deambulan
y sólo encuentran

voraces labios de inventados ojos

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¿PARA QUÉ FECHAR LOS POEMAS?

¿Para qué fechar los poemas?
No digas
Niega los apodícticos
Hurta no las referencias sino las coordenadas
Dónde cuándo qué
para quién
Los vocablos son piedras
tan sólo
sol y piedras
cuyo canto se adensa en el silencio.
Duermen, se arrullan con la hebra
melódica del río que en oro
un arpa teje: luz y aire.
Duermen los guijarros en su lecho
vegetal, cubiertos en sábanas
de limo, en légamo se olvidan,
meditan en la esencia de las chispas
que relámpagos persiguen los pichos
en las crestas de los tabachines.
Se hunden

acompasados
sonoros

en su cantar de ciegos, en su algarabía,
bullangue de la tarde entrópica,
cuando encienden las estrellas sus fogatas
y los ojos se adunan en la orilla.
Lleva el río vocablos, ajeno
a su corriente, a la luz etérea o al ámbito
y el gambito de la reina, en su
camino
de olvido nada se aduerme, tan sólo
espera el momento/el fragor/instante
en que la tormenta, el lecho,
las arenas cambia y suena,
emergen de su sueño:
las palabras, las guijas, las hendijas
por donde el tiempo cuela
gambusino
y escoge las pepitas.

 

TODA LA NOCHE

Toda la noche ha caído la lluvia
la noche entera ha sido la lluvia
la noche afuera se pierde en la lluvia

la lluvia toca con sus dedos tus labios
la lluvia con su terintín de niña
en el piano verde de la noche urbana
la lluvia caracola que ha perdido el oído

la lluvia la lluvia su
lavar de sílabas
abismal monólogo de niño perdido
extravío de luces amnesia de horas
lluvia en las láminas y entre los terrados
lluvia chaquiste compota libélula
lluvia con olor a espliego a sapo a piedra
lluvia de los pies alados mensajera ebria
cantilena siena solterona sepia
que vuela que gira que enreda
su cordel de mimbre en cabellos de ámbar
lluvia de la cintura quebrada cadera de espuma
ola que baila al pespuntear del peine
que trenza se piensa se tensa
se va de puntitas
se desploma exangüe

lluvia miríada mirada mirada reflejo del mundo
origen del día por el día sus venas
por la sangre el fuego por su tez la lava
se lavan las costras las costas
las cuestas laderas las eras del año
se cosechan brezos se levantan besos
que llevan a cuestas las horas del baile

e hilan sus cuentas en hebras de aire

__________

*José Homero. Además de poeta, es ensayista, crítico literario, narrador, editor y periodista cultural.

Es autor de los libros de poesía: Sitio del verano (Universidad Autónoma Metropolitana, 1998; segunda edición: Instituto Literario de Veracruz, 2013); Vista envés de un cuerpo (Universidad Veracruzana, 2000), Luz de viento (Fondo de Cultura Económica, 2006), La ciudad de los muertos (FCE, 2012) y Función de Mandelbrot (Fondo Editorial Universidad Autónoma de Querétaro, 2021). Ha publicado también ensayo: La construcción del amor (Tierra Adentro, Fonca, 1992; segunda edición, 2005); narrativa: Verano en la ciudad (Aldus/CNCA, 2006). Y las compilaciones La x en la frente, nueva narrativa mexicana (Graffiti, 1995), Antología pánica de Arthur Machen –de la que es traductor– (UV, 2018) y Tren musical de palabras. Viaje de poesía infantil (Ediciones Municipales, Xalapa, 2019). Poemas suyos se incluyen en varias antologías dedicadas a la poesía reciente de México. Ha sido miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte en varios periodos.

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