AMO
Amo tus grandes ojos
como las noches de luna llena,
que riza nuestros besos.
Amo tus palabras…
que tímidamente callaste
cuando empezabas a amarme,
y amo esos suspiros
que lánguidamente derramas
sobre el alma de mi cuerpo
todas las mañanas
cuando tremendamente me amas
más allá de todo silencio
y toda consonancia.
I LOVE
I love your big eyes
like full moon nights
that curl our kisses,
I love your words…
that timidly you silenced
when you began to love me,
and I love those sighs
that languidly you spill
over the soul of my body
every morning,
when you love me terribly
beyond all silence
and all consonance.
SEMENTERA
Me gusta cuando siembras
mi cuerpo de esperanzas
y me gusta cuando callas
tus dulces palabras,
cuando huelo tus fl ores
que en mi estudio tiemblan
al viento de mis suspiros
que buscan tus labios.
Todos los papeles, todos, esperan tu mirada,
de cuando lees mis versos,
con ansia callada.
Tus fl ores me hablan de ti
y alegran mi estancia,
porque ellas conservan tus besos
y nuestras palabras.
SEED PLANTER
I like you when you plant
hope on my body,
and I like you when you silence
your sweets words,
when I smell your fl owers
that tremble in my study
to the breeze of my sighs
that search for your lips.
All the papers, all of them
await the look that you have
when you read my poems
with silent expectation.
Your fl owers speak to me of you
and they make my room happy,
for they hold your kisses
and our words.
* * *
Otros autores acerca de la obra de Francisco Álvarez Koki:
La poesía de Francisco Álvarez está atiborrada de imágenes insólitas: «y lo negro fue cobre / y el grito fue bamba» y de oxímorones: «tartamudeo el silencio». Continúa, asimismo, una larga tradición (Shakespeare, Calderón) al observar al mundo como un gran escenario donde «una sombra de ombligo… se cierne sobre la sinalefa de mi tiempo». A ratos también juega con las herencias de la sabiduría popular en sus refranes trastocados «ya muerto el poeta / murió la rabia», o traiciona las expectativas como cuando escribe: «me siento como un niño pequeño / agarrado a la falda de mi dolor».
(Miguel Falquez Certain).
Quien vive y escribe en un país con una lengua distinta de la suya lleva esta como un Tesoro privado, un alimento secreto del que solo él es consciente, que lo mantiene muchas veces apartado de los otros pero que a la vez le sirve de código intimo con algunos de sus semejantes, convertidos en cómplices.
También ese idioma es un vínculo con uno mismo, con el pasado, que es tan distinto del presente; el idioma se convierte en memoria, porque las cosas que nombra son las que están más alla del presente en el que uno es extranjero. De este modo, la lengua literaria alcanza una extraña pureza al no estar contaminada, o no del todo, por los usos de la vida cotidiana. El idioma en si mismo ya es literatura. Escribir es dar forma a mensajes cifrados.
Pienso estas cosas leyendo los poemas de Francisco Álvarez, imaginando su vida de escritor en español y gallego en la ciudad de Nueva York, preguntándome como se mantiene la inspiración literaria viviendo durante muchos años sumergido en otro idioma, en otros idiomas, porque si en Nueva York el ingles ya no es la lengua dominante, también es cierto que el español que se habla en la ciudad está lleno de resonancias, giros, contaminaciones que lo hacen muy distinto del idioma que Álvarez aprendió en su infancia y en su juventud.
(Antonio Muñoz Molina).
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* Francisco Álvarez Álvarez, conocido en el ámbito literario como Francisco Álvarez Koki. Nació en 1957, en el barrio de A Estivada, en la villa marinera de A Guarda, Galicia, a la sombra del famoso Monte de Santa Trega, donde muere el río Miño en su entrega al mar. El Atlántico entre España y Portugal. Es autor de una amplia obra poética, narrativa y periodística tanto en lengua gallega como castellana. Casi sin saber cuándo fue el inicio de ese periplo poético, recuerda haber escrito poemas tal vez con 12 o 13 años. Koki siempre se ha definido como un obrero que escribe poesía. No escribe para matar su vanidad, ni para regocijo de los que mandan. Su poesía es directa si es social, e intimista hasta la piel del alma, si es amorosa. En el año 1977, Koki emigra a Francia, para trabajar en las fábricas Bonduelle, donde compite una temporada. Se casa en el año 1980 y publica su primer libro «Lexanías», en gallego. Francisco Álvarez Koki es miembro de la Asociación de escritores en lengua gallega, lengua de sus ancestros y lengua vehicular con sus amigos familia e hijo. En 1984, emigra a Estados Unidos, donde permanece ilegal e indocumentado cinco años, sin regresar a Galicia. Durante ese tiempo, consigue legalizar su posición en el país. El embate de su experiencia neoyorquina da su primer resultado literario con el libro «Mais alo de Finisterre». Edición de la Diputación Provincial de Pontevedra. Mais alo de Fisterre, es un libro duro. Que define el choque del poeta con la urbe capitalista y la función de un país que definido como los romanos del siglo XXI. Al mismo tiempo y en la lengua de Cervantes comienza a escribir «Sombra de Luna», libro que terminaría en el año 2015 en la Huerta de San Vicente en Granada, residencia de Federico García Lorca. Sombra de Luna es un libro de treinta años. Un libro extenso, humilde y profundo, donde el poeta, palpa el desorden, el caos de un mundo, que necesita ser inventado.
Los maestros de Koki han sido los poetas, por eso en su obra, encontramos ecos de, Lorca, de Miguel Hernández, Neruda, Cesar Vallejo, Rosalía de Castro, etc.
Durante estos treinta años el poeta publica otros muchos títulos, tanto en gallego como en castellano. El poeta había sido activista cultural en Galicia, y de manera independiente desde el Colectivo Celso Emilio Ferreiro, lo es en Nueva York, donde anima tertulias u organiza ediciones de libros y lecturas. El poeta salta a la narrativa con Ratas en Manhattan. Libro de cuentos que relata las experiencias de emigrantes en la búsqueda del sueño americano. Editado en Gallego por la editorial gallega Sotelo Blanco, Santiago de Compostela, 2007, y traducido al castellano por la editorial Chiado Madrid 2013. También para niños, escribe un cuento en defensa del gallego, motivado por la emigración en que los padres se olvidan de transmitir la lengua y la cultura a sus hijos: «Un neno na emigración», en Gallego español e inglés. Edición do Cumio Pontevedra 2011. En estos días presentará en Nueva York, la antología de toda su poesía amorosa desde 1980 hasta el 2017. Antología de la cual ya se han publicado cuatro ediciones aunque es la primera en esta editorial Sial Pigmalión Madrid.
Francisco Álvarez ha cosechado algunos premios. Como el Hernán Esquío 2014, en el Ferrol España, menciones honoríficas del círculo de escritores y poetas iberoamericanos de Nueva York. El libro Sombra de Luna, obtuvo el premio Escriduende al mejor libro de poesía social de la feria del libro de Madrid 2016. Francisco Álvarez Koki fue representante de la Unesco de Galicia en la Naciones Unidas durante algunos años. También fue corresponsal del diario A Peneira en gallego.