GEORGE WALLACE
Por María Del Castillo Sucerquia*
Dependiendo de su contexto y tiempo, leer a poetas extranjeros nos acerca a su manera de sentir, ver y ser en el orbe, para y/o desde su terruño. Hoy en Cronopio Errante, columna de traducción, les presento un paladeo del trabajo poético del autor beat americano George Wallace. Sin duda, una lectura esencial cuando de poesía contemporánea se trata.
George Wallace, nacido en Nueva York, es un poeta y difusor de poesía. Obtuvo residencia en Walt Whitman Birthplace y fue el primer poeta laureado del condado de Suffolk. Es autor de 36 libros de narrativa y poesía, publicados en Estados Unidos, Reino Unido, Italia, Macedonia e India. Es una figura prominente en la escena de la actuación de poesía de Nueva York. Durante mucho tiempo viajó internacionalmente para actuar, dirigir talleres de escritura y dar conferencias sobre temas literarios. Enseña escritura en Pace University (NYC) y en Westchester Community College. Ha realizado residencias de investigación en el Centro de Estudios Helénicos de Harvard en Washington D.C. Ha trabajado como voluntario del Cuerpo de Paz, administrador de atención médica, organizador comunitario, periodista comunitario, oficial médico militar en servicio activo e historiador local. Su trabajo se recopila en la Colección de Secciones Especiales, Instituto de Estudios LI de la Universidad de Hofstra. George es editor de Poetrybay.com, coeditor de Great Weather for Media y editor de Long Island Quarterly y Walt’s Corner, una columna de poesía semanal en The Long Islander, un periódico comunitario fundado por Walt Whitman en 1838.
EL JINETE CABALGA EN EL RODEO DEL CIELO
el jinete cabalga en el rodeo del cielo
levanta el polvo, las nubes
de pan sudan en la rampa
(¿es el sol o es la hilera de saliva
más mezquina que jamás haya caído
de la perturbada boca de un toro?
eres un niño, pero dispuesto a enfrentar
cualquier problema que exista
y está bien, tuvimos esa pelea
te largaste disparado por la puerta
—tu madre me culpó—
aun así, nunca me rendí contigo
en efecto, un día lo vimos
tu nombre en el cartel del rodeo
venimos a mirarlo en el tobogán
y lo tomamos con calma y un trago de whisky
te ganarías la vida ocho segundos a la vez, de acuerdo
lo debo admitir, te queda bien
majestuoso en tus modales occidentales
en el pedernal de tus ojos
parece que brotarán rosas
(luces afortunado como tu padre
que sacará claveles de tu trasero)
bueno, hijo, si te conviene, me conviene, por Dios, te amamos pase lo que pase, ruega por tu vida, me pondré al día contigo luego de que todo acabe en el infierno de la correría de una milla de altura…
iremos a la siguiente ronda (en este lado de Abilene)
como los más dulces vaqueros
que nadie haya visto
EL PÁLIDO JINETE
sin aliento, como un vaporizador
se despierta al amanecer
como un reacio empresario de pompas fúnebres
tenso como el clave
contempla su futuro y su pasado
(en una vida pasada fue compañero de un capitán
en otra, fue hijo de un barbero)
¡oh!, estas riveras desoladas
luego de una larga noche merodeando
por las calles de Sao Paulo
adolorido hasta los huesos
en una vida pasada, fue estudiante
llevaba una camisa nueva de algodón
en una vida pasada fue un planeta
fundido, arrojado como fuego
desde el vientre de una estrella
(me haces reír
confiesa
no suelo confiar
en nadie)
en una vida pasada fue un jaguar con ojos que danzaban entre las pampas
en otra, un tembloroso perro echado en la arcilla fría
meneando triste la colita, observaba cómo la abuela
preparaba chimichurri para la folclórica juerga entretenida
en una vida futura arderá rápido, como los cigarrillos franceses
libre de la peluca y el rímel, libre del pavoneo y los frío cálculos
en realidad, es un niño, un joven con un futuro más amplio
que toda la llanura suramericana
OJALÁ PUDIERAS SOSTENER LA MIRADA DE TUS HIJOS
ojalá pudieras sostener
la mirada de tus hijos por siempre
viajero de la tierra, mientras
caminas hacia la muerte
tú, en la bata de cenizas
tú, como los aburridos ministros del próximo mundo
ya te empujan a través de su puerta
más fuerte de lo que nunca fuiste
más fuerte incluso que tus hijos
quienes te han enriquecido
quienes, ahora, son los adultos
en la habitación, y tú el pequeño
—la vida es un hilo débil atravesando una bobina—
con la piel del color del suelo, la rodilla cojeando
la respiración como un fuego de antaño
¡agarra con firmeza esta mano, hijo de las estrellas!
¡agárrate fuerte niño del más allá!
balancéate fuera del tiempo
en confianza y en verdad, esta es la mano que nunca antes comprendiste
ahora, aférrate al amor
* * *
La presente columna «Cronopio Errante» muestra traducciones al español de autores asiáticos y de todo el mundo, realizadas por María Del Castillo Sucerquia, así como críticas y opiniones de esta traductora.
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* María Del Castillo Sucerquia es poeta, correctora, narradora y traductora baranquillera (1997). Es una poeta bilingüe, escritora, tutora, médica oriental (Neijing, España) y traductora (francés, Inglés, italiano, portugués, español y alemán). Con experiencia en radio y actuación (teatro y cine). Ha participado en numerosos festivales de poesía, recitales, foros, conferencias y encuentros culturales. Sus poemas han sido traducidos en diversas antologías (Encuentro internacional de mujeres poetas Cereté, Relatos para adolescentes, Poesía Colombiana y Ecuatoriana, entre otras), revistas, periódicos y sitios web nacionales e internacionales (Filogicus, Libresta, María Mulata, Bharatha Vision, Azahar, Atunis Poetry, El Heraldo, Muelle Caribe, Crisol, Uttor Kota, Sol y Luna, entre otros). Sus poemas han sido traducidos al canarés, árabe, urdu, bangla e inglés. También colabora con las revistas Vive Afro (Medellín), Altazor (Chile), Cardenal (México), Golem (México).