Invitado Cronopio

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Amar a un moustro

AMAR A UN MONSTRUO

Por José Simón Escalona*

Amar siempre resulta exigente, agotador, poco saludable. Pero hay una clase de amor que tiene su atractivo justamente en lo pernicioso y la perversa demanda de atrocidad carnal y pre conocimiento de un terrible despecho. Es el inevitable amor por los monstruos.

Sé que son tiempos de convivir entre ellos. Lo sabe Lady Gaga, que ama a un chico que le muerde el corazón, tal como Prometeo perdía cada día el hígado en el pico del águila que era el monstruoso Zeus. Lo sabe Bella, la protagonista de «Luna Nueva», que no le basta amar a un vampiro, sino que se permite un divino escarceo con un hombre lobo. Lo sé yo, embelesado con la voz de Philippe Jaroussky, muy fácil de amar al verlo sobre el escenario, su impresionante belleza masculina en contraste con una prodigiosa voz de mujer. Un monstruo. Pero hay en mi lista de quienes solo se sacian comiéndonos el corazón un largo y amplio catálogo.

Por eso huí a París en estas navidades. Harto del tormento de dejarme arrancar el corazón, como si fuera fruta madura para saciar el hambre de monstruos y renacer, herido, llagado, sangrante y exponerme aún sin restablecimiento a otro mordisco. Pero París está plagado de monstruos. Diría que hay en París un congreso de ellos. Tal vez sean atraídos por la extraña temporada. Quizá una epidemia. Uno va por las avenidas, amplias y decoradas de navidad, y tropieza a cada instante con uno de las distintas sectas. Los locales nocturnos son perfectos laboratorios de ensayo para dejarse chupar la sangre, romper los labios, escollar la piel entre abrazos y frufrús.

El Hotel Costes parece siempre nocturno, inmerso en la oscuridad y la tenue insania de las sombras. Es invierno y el sol parece avergonzado o cómplice de la monstruosa belleza de los habitantes atacados por este virus renacido, tan de moda.

En el Museo Louvre, un experto en monstruos y belleza invita a una conferencia, es Umberto Eco, con el cuello oculto para no dejar ver las marcas de los bandidos. Es la nieve, que viene a juntarse con los caminantes sin mayores abrigos, descubriéndolos en la eterna madrugada. Son los clubes, que se animan en los sótanos, bajo las bóvedas y los arcos de piedra, fríos y a la vez ardientes por el roce de los cuerpos, por las garras, los dientes; la voluptuosidad de las fieras atroces, diversas y enlutadas.

Nadie busca otro acomodo que no sea el alivio a su padecimiento. Hay una sola atención, buscar al que ofrece mayor circo, a la bestia más brillante, la que se ducha detrás de la pared de cristal, la que canta sobre un falso piano, la bestia que baila sobre una mesa que parece una boya en medio del mar de animales feroces, el que se oculta detrás del cabello dorado y bucles barrocos, el que se cristaliza en el sudor de su desnudez, el que sirve el champagne fosforescente y burbujeante, tan rojo como la sangre fresca. Los monstruos excitados, temidos, ansiosos, ansiados, odiados, amados.

No hay que resistirse a la fiebre de los monstruos. La moda es para disfrutarla, dejarse llevar, sacrificarse si es necesario. No hay modo de evitar la monstruo manía si quieres vivir. Es un arte, es el arte de los detalles, como nos recuerda Sándor Márai, un monstruo de la literatura.

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* José Simón Escalona inicia su actividad artística como actor en 1.967 y funda el Grupo Theja en 1.973, nombrado en 1999 Patrimonio Cultural de Caracas. También ha integrado la directiva de la Fundación Teatro «Teresa Carreño». Fue miembro principal del Consejo Nacional de Teatro y Presidente fundador de la «Compañía Regional de Teatro de Guayana», por decreto gubernamental.
Como escritor ha publicado cuentos y varias obras de teatro. Ha recibido reconocimientos nacionales e internacionales, entre los cuales cabe destacar los Premios Municipales como escritor, director y productor con las obras: «Señoras», «Padre e Hijo», «Ángeles y Arcángeles», «Salomé, otra pasión sin futuro». Premio Gobernación de Caracas como personalidad 1990. Orden «Mérito al Trabajo 1992», Orden «Andrés Bello 1993», en su Primera Clase. Orden «Buen Ciudadano» del Concejo Municipal de Caracas 1997. «Medalla Centenaria de la Prefectura de Caracas» 1998. «Mérito al Trabajo en su Primera Clase» 1999. Premio Asociación de Cronistas del Espectáculo (distinción extraordinaria por ejemplar trayectoria artística, New York 1999). Varios premios  «Nacional del Artista». También presentó su obra Jav & Jos» en el Eugene O’neill Theater Center de los Estados Unidos, convirtiéndose en el primer autor de habla hispana representado en tan prestigiosa institución cultural. Ha representado a Venezuela en el Festival Teatro del Mundo en  Alemania, U.S.A., Bogotá, Brasil, España, Egipto, Portugal, entre otros países. Libros publicados: «Cuatro Esquinas». Teatro. 1990. AVEPROTE. Venezuela. «Señoras / Padre e Hijo». Teatro. 1991. Editorial FUNDARTE. Venezuela. «El Teatro de Escalona». Teatro. 1992. Editorial POMAIRE. Venezuela. «Todo Corazón». Teatro. (1995). Editorial POMAIRE. Venezuela. «Amargo de Angostura». Novela. 1999. Editorial PANAPO. Venezuela. «Trilogía José Simón Escalona». Teatro. 2010. THEJA. Ediciones Venezuela. Ha sido actor, director o guionista en las películas: 1972. Cuando quiero llorar no lloro, de Mauricio Walerstein. Figurante. 1978. El Rebaño de Los Ángeles, de Román Chalbaud. Actor. 1978. Juan Topocho, de César Bolívar. Asistente de Producción. 1979. Bodas de Papel, de Román Chalbaud. Actor. 1982. Menudo La película, de Alfredo Anzola. Guión. 1984. Homicidio Culposo, de César Bolívar. Actor. 2013. El Hijo de mi Marido, de su propia autoría. Dirección, guión y producción

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