LA VIDA, SIN EMBARGO
Por Miguel Falquez-Certain*
―Inventa la excusa que quieras ―me dijo el rabino, ―pero ni de fundas te presentes mañana al trabajo.
Pensé no hacerle caso, aunque le conociera desde siempre. Sus consejos me habían ayudado en los peores momentos y ahora no tenía ninguna justificación para no escucharle. Pero ese día cumplíamos Pier Ferdinando y yo un año de habernos conocido. En la calle Rector había un pequeño restaurante italiano que nos encantaba y pensamos celebrar allí nuestro encuentro después del trabajo.
―Lo tengo de fuente fidedigna. Nadie quiere escuchar, pero tú sí que lo harás. Se lo prometí a tu madre.
―Tranquilo, rabino, que yo sé lo que hago.
―Prométemelo.
―Prometido.
Al día siguiente salí de mi casa más temprano que nunca. El otoño no había llegado todavía y aunque la mañana estaba fresca y el cielo despejado, era una brisa que despedía la canícula del verano con un olor de jacintos y malvas que se enroscaba en los abedules.
Tomé el metro sin recordar su advertencia y me enfrasqué en «El arte de la guerra». Al salir en Fulton, ya eran las ocho y el sol besaba la piel con un escozor de amor recién descubierto.
Decidí comprarle un abrigo a Pier Ferdinando y sorprenderle con el regalo. Tenía todo el tiempo del mundo y el aire de la mañana me hacía sentir en la lengua la pulpa del anón de los años de la infancia.
Al cruzar Church sentí que de pronto se ensombrecía la calle. Mi celular timbró.
―¿Isaac?
―Con él, rabino.
―¿Dónde estás?
El estruendo ahogó su voz.
Al frente un avión se estrellaba contra la torre y la gente corría horrorizada.
Entonces comenzó a caer un polvo blanco como el maná del desierto.
LITERATURA Y REVOLUCIÓN
Entrarás sin titubeos y mirarás al guardia en los ojos. Ya lo has hecho tantas veces, fingiendo interesarte en la biblioteca del líder. Nadie lo sospecha; piensan que eres un intelectual interesado en las teorías del arte y te has hecho amigo de la bibliotecaria a quien has deslumbrado con tus conocimientos de la literatura rusa.
Recuerdas tu infancia en el país de tu madre, tu adolescencia, la guerra civil, tus estudios en Moscú.
Todo ha sido planeado minuciosamente: Jótov, David y los camaradas te lo han repetido hasta la saciedad. Has recorrido tus pasos una y otra vez hasta cincelarlos en la cotidianidad.
Ahora dices buenos días y preguntas por él, sabiendo que a esas horas comienza su día escribiendo notas en su diario sobre su vida de revolucionario.
El guarda se sonríe contigo aunque insiste en inspeccionarte el cuerpo, buscando, acaso, tus armas secretas.
―Nunca se sabe, compañero.
―Es tu deber. Lo entiendo.
El sol golpea los almendros de un jardín encantado donde tu madre Caridad juega con tus rizos dorados.
La mañana está fresca con olor a azalea y tu locuacidad insólita convence a la bibliotecaria que debe tomar un descanso mientras tú te encargas de organizar los libros.
―Gracias, Ramón ―te dice, disponiéndose a salir al patio.
―No te preocupes, Silvia, yo le subo el café.
Extraes el piolet del armario y sigilosamente subes las escaleras.
León se vuelve cuando siente tus pasos; sin titubear un segundo, le hundes en la cabeza el pico con violencia.
Nunca te abandonarán sus gritos.
__________________________
* Miguel Falquez-Certain es poeta, ensayista, cuentista, dramaturgo, traductor y crítico de cine baranquillero. Es autor de seis poemarios, seis piezas de teatro, una noveleta y un libro de narrativa corta, Triacas, por los cuales ha recibido varios galardones. Tradujo al español los dos guiones de Peter Buchman para las películas del Che dirigidas por Steven Soderbergh (The Argentine y Guerrilla). Reside en Nueva York desde hace tres decenios.
Los cuentos cortos de Miguel Fálquez, cual las más finas esencias del oriente, vienen en finos y casi diminutos frascos de cristal.
cOMO SIEMPRE SUS NARRACIONES SON MAGNIFICAS!!!!
Como siempre, la prosa deslumbrante de MFC nos sacude con fuerza. Gracias, Migue por compartir con nosotros tu obra. Muchos exitos!
Breves, claros, íntegros y fatales.
Qué bien Miguel…Qué bien…son impulsos para seguir escribiendo. gracias por compartir este link. Miguel sencilla sorpresa y fatalidad en ellos !!!
«[…] Y, sin embargo, sé que te quejas […]».
Como decía Baltasar Gracián Y Morales: «Lo bueno, si breve, dos veces bueno». Los cuentos de Fálquez son originales y breves, pero de un contenido inmenso.
Felicitaciones al escritor Falquez. Este cuento: La vida sin embargo, tiene una gran belleza que reside (tal vez) en los silencios de su trama. Al llegar a su final sentí el mismo temblor que se me despertó cuando vi: Descansando del mundo, el bello cortometraje de Sean Penn sobre el 11 de septiembre. Veanlo en Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=sMugCRKYg2o
Muy bien, por ahí avanzamos: Donde la ficción, toca la historia.
Estos cuentos cortos son dos razones mas para seguir conociendo y explorando el mundo maravilloso del escritor colombiano Miguel Falquez-Certain.