JUEGO DEMESA
Por Lourdes Vásquez*
El paisaje se torna oscuro y es tan poco
lo que puedo capturar con la vista.
El aire es el espíritu. Su carácter determina
el movimiento. Habrá que detenerse.
Habrá que nombrar la de baches y hormigueros.
La de hedores. Habrá que retroceder
y evitar transformarse en arma de canje.
Canje para obtener placer.
Placer y tormento. Marquesa de Sade evidenciada
y encerrada en una covacha sin luz,
sin agua que tomar, sin alimento para nutrirnos.
Patrimonio humano abusado. Malquerido.
Este juego es la yerba batiendo su perfil.
Hacia un lado. Hacia el otro.
Es el ganso danzarín asustando a todos a su paso
—su casilla sumergida en los lodos. Es el lidiar
con trechos de árboles tóxicos.
Es el sol vigilando los infiernos cercanos.
Es la torre atrapada por las enredaderas.
Disco de Phaistos protegido por gatos.
Quise decir astros.
Combato este duelo con las pocas armas
que me quedan: cruzando puentes de adoquines
que se estrechan y ensanchan de acuerdo a la confusión
que me condena. Dos piezas de marfil en el centro del tablero.
¡Quien dice dado dice azar!
El destino disponible. Disposable.
Adviértome entre objetos y personajes inservibles,
legiones del mismo negro. Mi conciencia desarticulada
y un pasillo que conduce a escenarios ajenos.
Toco fondo y me da con sacudir cerraduras
y dar puñetazos a las puertas. Desafortunada escapista
en su acto de magia. Ganso doméstico repartido en
sesenta y tres casillas, como aquellas maquilladoras
atrapadas en bazares moriscos. Maquilladoras tras bambalinas,
junto a los elefantes más tristes y los menos alegres,
entre edificios desvencijados y cordeles de ropa tiesa.
Entre besos y apretones.
Besos para los más salvajes que se atreven a sostener patentes de corso. Apretones para los más peligrosos que toman la siesta entre los follajes, como si una bala los hubiese consumido. S u s t r a í d o.
Porque y a veces no hay brisa y en muchas otras se cuela un frío tan intenso que recuerda que somos imprescindibles para pocos, descartables para muchos. No habrá que apurarse. Es solo un juego.
JUNO
De la herencia de aquellos bulbos cosechados hace quinientos años en las praderas
holandesas, es esta historia. De esa tierra grata de leches y quesos. Cada otoño Juno llega con sus manos rebosantes de bulbos para depositarlos en envases cerca de las ventanas que dan al río.
Por tanto, ya para la primavera, el espacio se convierte en un jardín de tulipanes flameantes, de la mano del tic tac del reloj, el ruido de papeles y computadoras, la cafetera portátil, las conversaciones telefónicas, la puerta que no cesa de abrir y cerrar, el roce de los libros, el cuchicheo por anaqueles y archivos y la luz perpetua del ventanal.
Mas frente al mar de colores de los tulipanes, Juno llena todo el espacio con sus caderas hasta oscurecer la luz del horizonte. Es así como contempla los tulipanes florecidos, acariciando sus pétalos y arrebatándonos cualquier apreciación de belleza.
Somos Dido. Maldecidas y hechizadas. Dime Juno: ¿qué hicimos para que nos negaras un poco de belleza? Mucho más: ¿Qué saña te impulsa?
LA PAZ DE LA VIDA
Ese hombre perdió a casi todos sus amigos en la guerra,
salvó de la cárcel a otros y a otros. Y a otros más.
En estos momentos habla de su mayor héroe —su hijo
que se le muere en un hospital—. Si pudiera cambiar
la vida de sus amigos —cualquiera de ellos— por la
vida de su hijo.
(Afuera colapsa un edificio
aplastando cientos de residentes).
Esta ciudad es un piso de aguas incrustadas
repleto de azulejos relatando historias absurdas.
Un piso con arenas blanquísimas y lagartos verdáceos
por donde asoman sus cabezas y sus largas colas. Poderosas por demás.
Arenas que se van deslizando desde Barlovento, por los horizontes de Sotavento, nutriéndose de las sales de otras arenas, de las brumas y gases de otros cielos. De aquella islacorazónabierto con sus gansos agitadísimos, con sus peces que se saltan del horizonte líquido, de calles que ceden por las aguas que se aproximan.
Con los ojos pegados a la palma,
al edificio que colapsa,
al féretro del hijo del hombre.
AÑO 2020
1.
Caigo en un estado fisiológico de alarma.
¿Cómo lo sé? Es que veo como se asoma una soga
en el centro del pecho para expandirse por la
garganta como un huevo gigante, y me
arrepiento cientos de veces por
permitir escucharte.
No se supone que nos abramos al mundo
de esta forma, cual Moisés acompañado de sus dioses
en aquella montaña —con sus efectos
pirotécnicos arrojando los miedos salvajes,
los jamás vistos—.
O la epidemia propia, la que nos sigue quitando
a los seres queridos de un zarpazo
y sin ceremonias. Dejando a las almas
conjeturando en el éter —el trauma de los vivos
frágiles y precarios
que somos todos—
vigilando con sospecha.
El pánico es un hueco, un pozo sin estrellas,
un vidrio rajado que permite la entrada
del mal agüero, porque se avienta la penosa
duplicidad de una mujer rota y encerrada
en un hormiguero, y aunque intento no dejarme
habitar por mitologías de desastres,
se me van todos los afectos, de la mano de las cadenas
largas en el cuello y las pulseras del color de la luna.
El otro día disfrutaba mi patio y me topé con
un buitre reposando en uno de los árboles.
¡Sobrenatural!
Un dios queriendo descansar en un pedazo de tierra
de este trópico. Es que la línea del tiempo lo descubre todo.
Trazo con mis dedos un emoji 🙂 de felicidad
para incrustar un futuro con infinitos claros.
Me dejo ir.
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*Lourdes Vázquez (P.R.). Poeta, narradora y ensayista; traductora y editora. Ha sido galardonada con el Juan Rulfo de Cuentos (Francia) por el cuento «La Estatuilla». Sus libros más recientes de cuentos son Orígenes de lo eterno y así las cosas (Madrid: Verbum, 2020) y Adagio con fugas y ciertos afectos (Madrid: Verbum, 2013). Su novela Not Myself Without You por Bilingual Review Press (Arizona State University, 2012) formó parte del listado anual ‘Top Ten «New» Latino Authors to Watch’‘ Ha recibido la Mención de Honor/Honorable Mention/2014 Paz Prize for Poetry (USA) por Un enigma esas muñecas (Madrid: Torremozas, 2015), Mención de Honor Premio Luis Lloréns Torres, Casa de los Poetas, 2014 (P.R.) y Mención de Honor por Bestiary: Selected Poems 1986-1997 por Foreword Reviews Book of the Year Award (USA). Una selección de su poesía ha sido publicada en italiano: Appunti dalla Terra Frammentata (Edibom, Edizione Letterarie, 2012); así como la crónica/ensayo The Tango Files (Edizione Arcoiris, 2016) y la plaquette: Cibeles que sueña=Cibele che sogna (Asiray: 2020). Miembro Panel de Literatura del New York Foundation for the Arts, Urban Artist Initiative; Jurado de BorderSenses Literary Prize in Fiction y Jurado del National Poetry Series and Miami Book Fair, Paz Poetry Award.