Literatura Cronopio

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Encantador

EL ENCANTADOR DE SERPIENTES

Por Pedro Gutiérrez Revuelta*

La primera vez que se acercó a nosotros lo hizo muy despacito, como perro chiguagua, y nos dio unos caramelos y empezó a decirnos muchas cosas muy rápido y a media voz mientras nosotros los pelábamos. Y, como si nada pasara, se dejó abrir la gabardina de donde salió otro caramelo (pirulí en esto caso) más grande y más cilíndrico que cónico que terminaba en una punta roja color frambuesa.

Los niños y niñas que estábamos allí nos quedamos mirando, entre risas y aspavientos, como paralizados entre las ganas de huir y la atracción por lo desconocido. El seguía hablando como si nada y esa voz melódica como música de encantador de serpientes —parecía que la suya nos miraba hipnotizándonos— hacía que nosotros siguiéramos saboreando los dulces y no pudiendo apartar nuestro ojos de la maniobra de sus manos. Con una mano nos seguía dando caramelos y con la otra amaestraba a la sierpe hasta que de repente vomitó y entonces ya nos quedamos todavía más maravillados. Se ajustaba la gabardina y muy sigilosamente, de la misma forma que había llegado, se iba asegurando que volvería. Así ocurrió no sé cuántas veces hasta que no sé cómo mi padre —que era franquista— se enteró. Sacó su bastón en el que se escondía un sable y fue a por el encantador de serpientes a quien agarró en una de sus encantaciones cuando ya casi había terminado su número mágico.

El encantador apenas puso resistencia y sólo se cubría con los brazos la cabeza de los golpes que con el sable–bastón enfundado le daba mi padre. Cuando mi padre vio que era un «pobre hombre» lo agarró y lo llevó a la comisaría más próxima. Volvió al poco rato y nos preguntó que si el «encantador» —él no lo llamó así— nos había tocado o nosotros habíamos tocado la serpiente mágica —que por supuesto tampoco llamo así—. Nos quedamos en silencio por un rato mirándonos medio avergonzados, pecadores sin saber qué decir hasta que alguien dijo que no. Que no había habido tocamiento —aunque tampoco lo dijera así exactamente—. Mi padre se volvió a la comisaría.

Regresó medio derrotado. El inspector de policía le había explicado que el quid de la cuestión era si había habido tocamiento de nosotros a él o de él a nosotros. Si no había habido tal cosa en unos días estaría en la calle «después de darle un buen susto, por supuesto» (como parece que recalcó el comisario). Mi padre indignado imaginaba que el encantador de serpientes volvería cualquier día sin que él, San Jordi Colonial, pudiera hacer nada para defender a sus hijos.

Lo que mi padre nunca supo —¡cuán confundidos suelen estar los padres y ahora que soy uno de ellos sé de lo que hablo!— es que los curas en el colegio a menudo hacían lo mismo (y mucho más). Pero estos no pasaban por la comisaría ni les daban «sustos» ni nada por el estilo. Desde entonces —al fin y al cabo niño bien— aprendí desde muy pequeño que las leyes no son las mismas para todo el mundo.

Del libro en preparación «La Colonia del Retiro: memorias cursis de un niñobien
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* Pedro Gutiérrez Revuelta es escritor y profesor de la Universidad de Houston, en Texas, Estados Unidos.

Publicaciones del autor:

–Filípicas: Cartas desde Las Batuecas. Madrid: Huerga y Fierro Editores, 2005.
–Pablo Neruda. Yo respondo con mi obra (conferencias, discursos, cartas, declaraciones) 1932-1958. Co-edited with Manuel Gutiérrez. Salamanca: University of Salamanca Press, 2004.
–La nariz de Nefertiti y otros poemas. Madrid: Huerga y Fierro Editores, 2000.
–Accidentes y otros recursos. Madrid: Ediciones Libertarias, 1990.
–Complejas perspectivas. Madrid: Editorial Orígenes, 1988.

Book Translated:
–Astonishing World. The Selected Poems of Angel González (1956-1986). Translated from Spanish by Steven Ford Brown and Gutiérrez Revuelta. Minneapolis: Milkweed Editions, 1993.

Play:
–The Blue Eustachian Tube (A Lorquian Farce in 1992 Scenes). A 90-minute play in two acts and seven scenes. Written and directed by Gutiérrez Revuelta. Premiere presented at DiverseWorks Artspace, Houston, Texas. November 5, 6, 7, 12, 13, 14, 1992. Funded by Texas Commission on the Arts and DiverseWorks.
See Reviews: 1. The Houston Post, Thursday, November 5, 1992. Houston Press, November 12, 1992.

Artículos:
–«Ortega, Antígona y el Niño de Vallecas en el exilio de María Zambrano». En Exilio y Universidad (1936-1955). Presencias y realidades. Tomo II. José Ángel Ascunce, Mónica Jato y María Luisa San Miguel (ed.). Donostia / San Sebastian: Editorial Saturraran, 2008: 911-925.
–«El galope verde de Neruda.» Nerudiana 1.1. (1995): 197-213.
–«Fernando Villalón, el amigo desconocido de Pablo Neruda.» Cuadernos hispanoamericanos 514-515 (abril-mayo-1993): 307-311.
–«Neruda en España: ‘La calle destruida’.» Ideologies and Literature 4.1 (1989): 299-316.
–«Género e ideología en The House on Mango Street » Crítica 1.3 (1986): 48-59.
–«El descubrimiento en la poesía de Neruda.» Revista de Crítica Literaria Latinoamericana 11.21-22 (1985): 67-100.
–«Encuentro de Neruda con la ‘metrópoli’.» Araucaria de Chile 29 (1984): 63-91.
–«Ejemplo de intertextualidad en un soneto de Blas de Otero.» Alba de América 3.4-5 (1985): 138-144.
–«Peregrinos y humillados en la épica de Miguel Méndez.» La palabra 3.1-2 (1981): 48-56.

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