ENVEJECER CONTIGO
Por Abiud Alan Dávila*
Pensé envejecer contigo, amor mío, júbilo mío, pedazo de verdad y de razón, confesión en carne y alma, cariño hermoso, precioso anhelo, precioso amor que viajas por mis venas, como rojo el corazón que bombea mi sangre roja, tan rojo como el rojo de las rosas; amor difícil como la vida, tan sustancial como el aire, tan liviano como el viento y tan sencillo como mis presentimientos. Jamás pensé envejecer con nadie más que contigo, pero ya no estás. Ahora envejeceré yo, y tú seguirás tan joven y yo seguiré tan viejo.
QUIERO ESTAR CONTIGO
Cómo me gustaría estar contigo, cómo estaría allá en donde hay todo pero no hay nada, de donde nada se sabe, de donde muchos prometen, de donde está el mayor, el magnifico hombre que nos da sabiduría y vida. Solo le pido que tome mi destino, me de aliento para seguir en este camino de espinas, de fino polvo de vidrio que se encaja en las arrugas del tiempo y la pesadez de los años. Quiero estar contigo, y contigo también.
DESPIERTAS CONMIGO
Cada día que despiertas junto a mí en esa cama, son los días de mi aliento de mis penas que tú calmas, de las noches de sosiego que me ciegan con tu luz, la voz de un día en llamas, de una hora que me aclamas y un reloj sin su ataúd. Cuando las hojas caen del árbol anuncian la nueva vida, es lo viejo que se estanca, que nos guía, es la noche entre penumbras de algo que parece día.
CARPE DIEM
El mañana es incierto, no lo esperes venir, lucha hermano, lucha por el presente que es aliento, que es gota en la piedra y arena en el desierto, que es umbral, que es pasión, que es fuerza y que hace bien, que no importa el desconcierto, carpe diem.
El mañana es agonía del presente en existir, muy bien lo dijo Homero, carpe diem. No fijemos el pasado, que el pasado no está tan bien, puede haber muchos errores, carpe diem. Luchemos por el presente, el hoy y el amanecer, luchemos por nuestra vida, haz el bien.
Tu confianza es un tesoro, tu bondad se hace fe, aprovecha todo el día, carpe diem. Nuestro aliento es una fuerza, nuestro anhelo lo es también, no a las guerras, no a los odios, carpe diem. No hay mañana en este día, si el presente no lo vemos, ¡y brindemos!, por la dicha, carpe diem.
CLAVARÉ MI AMOR
Clavaré mis manos para que no te toquen,
Mentiré mil veces para hacerlo realidad,
Encerraré mis labios como un amor furtivo,
Barreré mi llanto, sin sentir tanta piedad.
Clavaré mis huesos para quedarme quieto
Lloraré un siglo, para llenar el mar
Buscaré alivio sin sentir remordimiento,
Borraré la luna, que me hace tanto mal.
Clavaré mi lengua para no decir «te amo»,
Clavaré mi corazón, para que no palpite más,
Clavaré mis sueños, que están ya apagados,
Clavaré el «te amo» y clavaré «el jamás.»
ADIÓS MI AMOR
Sentí que mi corazón se partía en dos, que la mitad se marchitaba al ritmo de mi esperanza que perdí al filo de la mañana. Amanecí pensando en ti, y tú en mí, estoy seguro. Recordaste los momentos que pasamos juntos, felices y amorosamente en unión. No sé que pasó, la vida se nos fue, tu vida se extinguió como llama en el desierto, no escuché tu adiós, pero escuché el crujir de un corazón que justificado en la unión de dos seres, se desprendía mi vida en algo que fue y que jamás será. Adiós mi amor, adiós pedazo de cielo, adiós para siempre lo que fue una vida en un segundo de mi existencia.
DOLOR A DULCE
Llegué, llegaste, llegamos a un lugar donde mis palabras serían tu conocimiento, en donde tu mirada cautivó mis más sensibles inquietudes e iluminó mis rincones más secretos del pensamiento. Saber cómo te llamas era un misterio, saber cómo es tu voz es toda una verdad oculta. En dónde estás, en dónde estamos, en dónde estarás el día que quiera morir en tus brazos y matarte con mis besos. Blanco es tu ropaje, claros tus luceros, amarillo tu corazón que con tu golpe sacudió mi corazón. Alma malvada, corazón escondido, sabor con alma, dolor a dulce, dolor, dolor, dolor.
EL TIEMPO DE MI TIEMPO
Por poco me olvidaba de escribir poesía, y no por falta de ganas, sino por escasez de tiempo, ese lapso de nada y de todo, esa simetría entre el pasado y el futuro, la forma más encarnada del presente, la voz viva, el amor reciente, ese tiempo, ese periodo que marca siglos, épocas, décadas, años, meses, días, horas, segundos… que marca mi vida.
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* Abiud Alan Dávila Cruz es historiador, escritor y periodista mexicano. Nació en el año de 1987 en la ciudad de San Fernando, Tamaulipas, en el noreste de México. Es hijo del decano periodista Antonio Dávila y la señora San Juana Cruz Ponce. Es Licenciado en Historia por la Unidad Académica Multidisciplinaria de Ciencias, Educación y Humanidades de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, Diplomado en Patrimonio y Gestión Cultural y Creación Literaria. Miembro de la Red de Historiadores de la Prensa y el Periodismo en Iberoamérica; Miembro de la Red Mundial de Escritores en Español; colaborador-escritor para la Red de Bibliotecas Virtuales con sede en Suiza; colaborador-escritor para la revista literaria Los Hijos del Alebrije en Pachuca de Soto, Hidalgo. Es columnista y Director Editorial de la revista regional Criterio. Además, creador del museo Independencia en el municipio de Méndez, Tamaulipas. Galardonado con el máximo reconocimiento juvenil del Gobierno del Estado de Tamaulipas, con el Premio Estatal de la Juventud 2010 en la categoría de Mérito Cívico. Abiud Alan Dávila es autor de 5 libros: Historias para soñar, 2009; Jiménez, una historia para compartir, 2010; Cruillas, una historia del Nuevo Santander, 2010; Una mirada al Méndez contemporáneo, 2010; y finalmente, La familia Vargas en el poder, 2012. Autor de 10 eBook en los géneros de poesía, cuento y novela corta, en los que destaca el poemario titulado Entre besos y esas cosas, 2012; los cuentos: Me robaron enero, 2012; La sombra del sombrero, 2012; El último suspiro, 2012 y la novela corta Otoño sin ti, 2012, todos estos bajo el sello editorial del autor. También tiene publicadas 20 audio-poesías. Sitio web oficial: www.abiudalandavila.com Correo-e: abiud.d@abiudalandavila.com