PRELUDIO PARA TRES ESTACIONES
Por Rosaura Mestizo*
SENTIR
Creí que mi cuerpo era una coraza
de líneas y curvas inmutables
Una brújula cruzó el espacio
llenó mi fondo en el artificio dulce de una gota,
mi adentro abrió sus puertas.
Con el tiempo te sentí
en la velocidad alterna de la vida,
navegando en mi mar que era tu dominio.
Sentí que mi vientre era una casa
sin muebles, sin patio, sin jardín,
donde alguien era balancín y pasos.
Las líneas y curvas se crecieron,
eras tú quien la habitaba.
Allá en mí adentro fue creciendo a tu ritmo
la ternura en cada una de mis celdas,
olvidé mis líneas y mis curvas.
OIR
Oí primero el grito de protesta de mí adentro,
—Cual dolor—
si la vida te brotaba, y
el dulce río de tus huellas escapaba segregado
en un omnímodo grito de demandas.
VER
Te vi
como un bosque hecho de retoños,
móvil, erguido, agudo;
hasta la ternura vino tras de ti
para llenar tu entorno.
Primero fuimos dos que te miramos,
fuimos tres, fuimos cuatro.
TOCAR
Mis manos aletearon hacia ti
para envolver la enérgica melodía de tu llanto,
para ajustar día a día la presencia de tu gracia.
Toqué
tu frente, conté tus dedos,
besé tu pecho conectando tu corazón a mi firmeza,
lloré como una fuente agradecida confesándome,
que mi cuerpo
no era una coraza,
que mi cuerpo era tu reserva.
Tu respiración siguió la mía
Tu mirada incierta se fugó en la mía
Y reíamos,
tú, en tu estilo inconsciente, yo con la brisa del orgullo.
Desde siempre tus manos se tocaron con las mías.
EL AMANTE LA NOCHE
Veo un niño encandilado
seducido sin miedos
ante el paso de la noche
Desde su ventana, rebelde, curioso
desnuda la noche
Veo estrellas incautas
vaciando el desarraigo a una
lonchera ausente,
y sigue el niño
amando la noche.
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*Rosaura Mestizo Mayorga, nació en Suesca (Cundinamarca, Colombia). Es abogada administradora especializada en Gestión Pública. Su vida pública ha estado enraizada al trabajo de la educación y en la motivación constante para el rescate de la dignidad humana a través de programas para la Rehabilitación Social. De ahí, el estilo de sus versos con la mirada retrospectiva para mejorar el presente. Participante de talleres de poesía (Casa de poesía José Asunción Silva-Bogotá), colaboradora en algunos festivales internacionales de poesía. Ha realizado algunos intercambios con poetas escandinavos de quienes ha aprendido la dimensión estética del verso corto. La casa del vino (colectivo) 2005. Semiótica del silencio (2007). Qué nos hereda el tiempo (en desarrollo). Herencias del tiempoemets.blogspot.com y eligiendocaminos.blogspot.com