PRIVADA DE ALMAS
Por Carlos Santibáñez Andinegui*
A Héctor Carreto
Por mayoría de calles yo me quedé con la Privada de Almas.
El metro ahí, es un sueño.
Está por las nubes.
Ponen todo a su nombre.
Se va por el Paseo de las Culturas,
cada uno es su doble, su leyenda, su burla.
En el Jardín le siembran cinco vocales.
Lo corretea el viejito de la fruta,
la culpa en las edades
como me persiguió Panchita la portera,
horadando paredes, hasta que la reduje a una súplica.
No volveré, quién vuelve siempre es otro y no yo.
Hice mi propia calle y le llamé Privada
de almas. Odio el ambulantaje,
no volveré.
Y ya hablando de mí.
Por coincidencia con la calle de Artes donde nací
me lastimé con una navaja
que estaba ahí…
En la privada hay partes horribles de la historia.
Por ejemplo a mí me cargó el Loco.
Nuestras madres solían ir de rodillas
a san Gerardo a pedir que yo lograra nacer. Lo que no sé
es si logré morir.
No volveré jamás donde las cosas caen para abajo
hacia la tibia noche sin respuestas
y siguen con la foto de: ¡ya sucedió!
Cuando llegué no había pavimento.
Para mí que era apenas un lote baldío
y poco a poco fue la gran manzana.
Ahora son oficinas. Entre todas
la Iglesia: Oficina de Dios.
No volveré a pasar por la Privada de Almas.
Por la cerrada de la perversión.
Mejor quisiera conocer a Jaspers
Y preguntarle, ¿leíste toda la Biblia amigo?
Me vine a la colonia Irrigación.
A un personaje de televisión
le prometí un viaje a la luna
y por peleas de niños lo borré de mi lista.
La educadora dijo ¿por qué lloras?
Y él contestó, -Porque Carlitos siempre
no me lleva a la luna…
(Siguieron risas).
Al otro día hubo junta para aclarar
que en la Privada nadie ha ido a la Luna.
En una Navidad bajo el árbol
una esfera apreté
en que me estaba viendo
a mí mismo, y sangré.
Desde entonces me traigo en la palma de la mano.
No volveré.
Juego con un hermano que cambiaba de dientes
Tomo la decisión de jugar al cohete,
por el tiempo en que Rusia lanzaba sus primeros sputniks al espacio
Y United States, su Mickey Mouse.
Vivo dentro del cuento llamado El Viaje Interplanetario
del ratón Miguelito.
Aun está la ventana
por la que pude haber caído a la calle
Pero mi hermano me detuvo.
Tengo la brújula fosforescente
todavía hoy.
Ciertamente leí El Lápiz de Pepe
Canto con mi papá la Marcha de Zacatecas,
un Segundo Himno Nacional
tras dejar a mi hermano en el Jardín de Niños.
El maneja, y debo ser tan pequeño
que bien cabría parado en el asiento.
Del cinturón estoy orgulloso,
de mis zapatos negros boleados
y una antigua corbata de vaquero.
A mi padre le llega su hora de morir
en mi departamento
y recuerda todo esto.
Lo que lo ha separado de la familia,
es su mal genio,
por eso no comprendo lo que está recordando
hasta mucho después que muere asfixiado
al desprenderse el coágulo que lo dejó sin armas.
No volveré a pasar por la Privada de Almas.
Admito que jugábamos con tierra.
Que de noche cuando todos dormían
Las sombras para mí seguían vivas.
Que el puesto de carnitas de abajo era la historia misma:
Tacos de pierna.
Ahí está la tiendita donde mamá se fue a comprar y dijo:
“Es la primera vez que te quedas solo…
“Si tienes miedo trepa con cuidado al mueble,
Estoy al otro lado de la calle,
Veme por la ventana y dime adiós”
A esta Privada en la que vine a leer desde antes de Internet
un libro como de cuero o piel
no volveré,
he dejado pasar hasta la orina a través de los poemas
Las privadas de almas son así.
Las catedrales andan por ahí,
Notre Dame, ¡dame luz!
Hazme llorar si beso la cruz
Porque no volveré a pasar por aquí.
No me despido con un teorema
porque lo van a hacer mis hermanos
si el tiempo es claro y la luna llena,
cuando comience la Última Cena.
¡Es un segundo piso!, ¡Ya vamos!
Me despido sujeto a un pasamanos:
Me hace salir un poco de dudas
que esto va a repetirse,
¡Me desconcierta el rostro de Judas!
¡Debería arrepentirse…!
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*Carlos Santibáñez Andinegui es Abogado y Filólogo Hispánico de la UNAM. Co-fundador del grupo editorial Liberta Sumaria y Nautilium. Ha publicado: Para decir buen provecho (Liberta Sumaria, 1978), Llega el día, vuelven los brindis (Col. Libros del Fakir, Editorial Oasis, 1984), Fiestemas (Punto de Partida UNAM, 1986), Glorias del Eje Central (Nautilium, 1993), Con Luz en persona (Eds. Mixcóatl, 1999), Ofrezca un libro de piel (Eds. Coyoacán, 2005). Antologado en: Asamblea de Poetas por Gabriel Zaid (Siglo XXI Editores), Palabra Nueva por Sandro Cohen (Ed. Premiá), 500 años de poesía en el valle de México (Ed. Extemporáneos), Poesía Erótica Mexicana por Enrique Jaramillo Levi (Ed. Domés). Lo acogen también: La región menos transparente por Héctor Carreto (Ed. Colibrí), Puerto Norte y Sur por José Oxholm, (Michigan, U.S.A), Donde la piel canta por Arturo Trejo (Ed. Cofradía de Coyotes), Dondepalabra, por Rosina Conde, Desliz Ediciones) y el Diccionario Bio Bibliográfico de Escritores Mexicanos del INBA. Actualmente se desempeña como Maestro de Poesía en el Diplomado en Creación Literaria del Instituto Nacional de Bellas Artes. Ha sido Becario del Instituto Nacional de Bellas Artes en 1979 para la rama de poesía, y del FONCA en 1993. Asistente a diversos Encuentros de Poesía, como el Festival Internacional Cervantino 2010, y The World Festival of Poetry, Isla Mujeres, 2011.
Yo agradezco mucho a la Revista Cronopio, de que hayan seleccionado mi poema, curiosamente me apareció hoy 2 de noviembre, el día que oscila entre la vida y la muerte, cuando precisamente, trato de quedarme con la primera después de haber visitado a quienes tanto quiero pero que se hallan ya, en la segunda. ¡Abrazos Fuertes!
Esta manera tan personal de revisar la agenda de los días, este mirarse nacer y no saber si uno es un muerto, este escapar del «ambulantaje», para retirarse al propio yo, donde se mezclan las preguntas eternas, es para mí poesía de la buena. Acompañé cada uno de tus versos «hacia la tibia noche sin respuestas», y como tú me detuve, ya no en tu vida, sino en la mía. ¿Será que todos los poetas nos parecemos en el blanco del ojo o en la pupila del ritmo? Yo aplaudo y te sigo por las calles de Méjico o de Buenos Aires y tampoco sé si me sirve el clero o la caverna.
De Judas opino que no va a arrepentirse nunca porque hay muchos, hermano, hay muchos;son clones multitudinarios y uno no es más que eso , un ser humano que se atreve a proclamar:»Me despido sujeto a un pasamanos.» Aplausos de pie y con eco.