Literatura Cronopio

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Señores Peleados

LA MESA DE LOS SEÑORES PELADOS

Por Alejo Steimberg*

TIEMPO

Ya el ticket
como antes, a la izquierda.
Ahí hay café; no, en taza no.
Allá vasos de plástico.
Panadería ahí; ¿salado?
Sémola y blablá.
Perdón , no oí,
el señor hablaba.Con queso y con blablá.
Como un pan de polenta,
el queso blanco corrido para un lado
al interior
tal como en un tranvía
con gente temerosa
de quedarse a vivir al interior,
pegados a la puerta; el mundo
pertenece a los audaces
o a quienes se atreven
a alejarse unos metros sin temer
a bajarse en el Congo
en vez de en la Grand Place
(de todas formas
no hay tranvías en el centro).

Café en un vaso. Huele
humo que entra de afuera
o de quien fume oculto.
Azúcar uno,
la leche concentrada en las latitas.
Calor. Se ve la iglesia,
en ese panorama de veladas.
Hay bancos con señoras,
señores y el vacío
por olor persistente
que lo bautiza como
«el de los borrachos».
Volver. Ventana abierta.
Bien.
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CANA

El cabello suelto
que me caía sobre el ojo
era una cana rígida.

Y la sostengo con dos dedos, mirándola,
y es una púa de tocadiscos
un diapasón
un arco
con su cuerda invisible.

Pero ese primer verso me traiciona:
elegí que me entiendan en España
mientras que en Argentina
me dicen qué salame,
por qué no dice pelo.
Y es que si digo pelo no es cabello
para los españoles
y no sé quién me lee.
Y cabello es mas justo
más preciso
aunque le suene raro a los amigos
que me lean en casa.
Pero casa
queda en francés en serio
así que ahí tampoco
puedo decir que sea
donde más se me lee.

En el laboratorio que es mi lengua
soy el observador y el observado
y el único, si hay, beneficiario,
con excepción de aquel
que en un reflejo
se sienta reflejado.
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ÉL Y YO MORIREMOS

Para entonces,
roles intercambiables:
moribundo en la cama,
el otro que llegando dice
«Che,
qué falta de elegancia.
Morirse es de mamertos».
El otro se reirá.
La mujer del enfermo
saldrá para llorar
en otro cuarto.

Yo no sé
si llegado el momento
tendré la valentía.
Él seguro que sí:
hay que tener amigos,
solamente,
que sean mejores que uno.

NENES

Los argentinos con sus nenes son medio ayayayay.
Los nenes argentinos son medio ayayayay.
Los nenes argentinos dicen «zapas» en vez de «zapatillas».
Los nenes argentinos no van mucho a la escuela,
porque es corta.
Los nenes españoles
que van a escuela pública
deben aprenden menos que en la escuela privada,
o así decía el director
de aquella escuela pública española.
Los nenes belgas van mucho a la escuela
porque la escuela es larga.
Los nenes belgas van a la guardería
desde muy chiquititos.
La madre que vi el otro día en Bélgica
llamaba del tranvía a la puericultora
porque el niño se le portaba mal.
Los nenes alemanes van tan poco a la escuela
como los argentinos,
pero tienen un sótano con juegos de salón.
Los nenes de Inglaterra
ya no comen tan solo porquerías
en la cantina gracias a Jamie Oliver.
Hay otros nenes, parece,
en otras partes,
pero a mí no me consta.
____________
* Alejo Steimberg nació en Buenos Aires en 1974. Es Licenciado en Letras por la Universidad de Buenos Aires y está escribiendo su tesis doctoral en literatura fantástica (Universidad de Extremadura). Ha sido premiado en distintos concursos literarios y ha publicado en antologías y revistas en Argentina, Colombia y Bélgica. Ha leído en ciclos de poesía en Buenos Aires, Bélgica y Francia. En 2004 salió su libro, publicado por Ediciones Vox (Bahía Blanca, Argentina). En 2010 recibió la 1a mención de poesía en el VI Concurso Bonaventuriano de Poesía y Cuento, (Cali, Colombia) con el poemario breve «El poeta con mala fe». Administra el blog El teclado excéntrico, dedicado a la construcción de un mapa de la poesía expatriada actual en castellano. Vive en Bruselas. Su blog:  https://enanosenelefante.blogspot.com

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