Literatura Cronopio

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Visperas

VÍSPERAS

Por Gerardo Córdoba Ospina*

I

Parece un hueco, una hendidura más entre nosotros. Tal vez no tenga mesura alguna. Acaso sea el espacio justo con el cual coincide lo estriado de nuestros bordes, pero se abre, se expande a cada momento, dando lugar a otros, haciendo que nuestros bordes se rocen con los de aquellos que entran y sean como llave torcida en cerradura nueva. Sin embargo, allí nos refugiamos indefinidamente. Como entre grietas minúsculas, que nacen a cada momento (podrían ser la causa del ensanchamiento de este inconmensurable intersticio), nos encontramos, mas apenas podemos vislumbrar alguna seña de gesto. Se pensaría que la comunicación es casi imposible, por allí escasamente pasa la voz. Y cuando pasa se diría que es agua en cántaro roto, aunque ciertas veces ocurre que quedan rastros de lo que se ha dicho y con esas migajas se concreta algo.

Recuerdo que hace mucho algo así como un secreto atravesó cierta grieta, y de lo que quedó en ambos lados se produjo (tal vez porque fue lo poco que quedó de lo que prodigiosamente logró cruzar el resquebrajamiento, que en ese momento difícilmente era una fisura y ahora es todo un acantilado), se gestó una celebración. Aquello se ha desgastado demasiado, pero, aun así, hay una fuerza innegable en lo que todavía nos queda. No obstante, hace falta decir que ha tenido que cruzar múltiples veces por diversas fisuras, llegando hasta algunos y teniendo que ser pasada nuevamente; esto ha producido, ciertamente, algunas fracturas en la celebración misma. Así pues, lo que cada vez nos llega, y tendremos que hacer pasar por aquellos resquicios, se vuelve un tanto irreconocible, pero lo acompaña la voz, cuando logra pasar. Mas es una voz como gastada, de ahí que no sepamos cuándo ocurre aquello y tengamos que celebrar siempre las vísperas.

II

Se dice que todo ha corrido últimamente demasiado rápido, que hace tan poco terminó y ya está comenzando nuevamente, que parece como si estuviera a media vuelta de nuestro gasto, lo que ahora casi llega. Se dice además que se aceleran, que marchan cada vez más intensamente, por tratarse de años recorridos con frenesí tumultuoso. Se dice que marcas rojas han quedado y no habrá tiempo para que se borren, si llegan a difuminarse a través de las huellas ya es bastante. Se dice que pedir lentitud es medio comprensible, pero que no corresponde a lo de aquí, que es mejor dejarlo y prestar más atención, que toca dar la mano para no pasar por descortés. Que la víspera ya pasó, que sólo queda lo de aquí, que hay que hacer resonar las voces, que no hay que dejarse de lo oscuro, que tanto hacinamiento es sólo una prueba para poder seguir; se dice que seguir es cosa difícil.

AZOTE

Aquí, en el país donde la paradoja tiene su reino, donde las estaciones siguen su propio orden (no el del tiempo), en este país nos azotó un invierno días enteros durante un par de meses: del oscuro cielo nos cayó el peso del refrescante líquido. Luego, sin imaginarlo siquiera, nos azotó un sofocante verano.

VOZ

Aunque habían pasado demasiados años, lo reconoció por la voz. Una voz frágil, casi sin aliento. ¿Su voz no había cambiado? Sí. ¿Qué pasaba allí, entonces? Fue su espera por escuchar cierta voz. ¿Qué voz? Su voz, la de él. Un sonido que rebota en un espejo, como por descuido.

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* Gerardo Córdoba Ospina es Filósofo de la Universidad de Antioquia. Ha publicado traducciones de Geoges Bataille y Marguerite Duras con la editorial independiente PC, Medellín. Además ha publicado On-line traducciones de Ludovic Janvier, Georges Bataille, Maurice Blanchot, etc. También ha realizado traducciones de René Char, Françoise Dastur, Pierre Klosowski, entre otros. Ha realizado investigaciones como «Escultura pública en Medellín en la segunda mitad del siglo XX», «La ‘metáfora’ como dadora de muerte. Acerca de la última frase de El Proceso de Kafka», «Distracción y Pérdida. Sobre Clarice Lispector», «La presencia del ángel de Rilke en dos poemarios de Medellín: Cuaderno del ángel (Lucía Estrada) y Los invisibles pájaros del alma (Oreste Donadío)». Fue por la Secretaría de Cultura ciudadana de Medellín en 2014 en la modalidad de Becas para la elaboración de ensayos de crítica en artes. Ejerce como docente en la Facultad de Artes de la Universidad de Antioquia, Medellín, Colombia.

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