TENGO MIEDO Y OTROS POEMAS
Por J. Andrés Herrera*
TENGO MIEDO
El mundo me asombra.
Conozco muy pocas cosas.
Estaba llorando con una duna entre los ojos
deshojándose desierto adentro.
Aunque soy una hormiga,
a veces me duele ser tan poca cosa.
En azul terminaba el nombre de m
y yo sólo aprendí a maldecir el agua.
Pensé en máquinas de letras
como refugios para la bestia,
pensé en humedad de liquen,
en selvas enanas, en pisos de moho,
en alfombras verdes. Desde este lugar,
donde se ve el punto más rojo del horizonte,
pensé en tu cuerpo de bosque
y mis manos serpenteando la hojarasca;
pensé en muros verdes y tu pubis
repleto de hojas y las hojas llenas de hormiguitas
y el corazón de las hormigas como un retoño de luz,
en capullos madurando,
en castañas sobre barro hirviente,
en el fuego que tañe sobre el bosque su tam-tam verde.
Estuve llorando con una luna entre los ojos
incendiándose bosque adentro.
PARA UN BLUES
Por perderte, dejarte sola y ciega
como estrella trabada
en refugios del cuerpo,
reventándose las almas pequeñas
en los cuartos milenarios,
las derrotas colgadas de estos ojos
como aretes, los labios
para siempre partidos,
embarrada la máscara de espasmos
que se secan como grietas;
por no hacer de ti más que una derrota
con el ruido mal hecho
la garganta rota, la
voz sin fuerza, quejándose el ansia
con el ritmo olvidado en
un mar seco de sales y comida.
Sigues siendo como un verso de Lope
piel adentro, una hernia,
voz abierta en tono azul,
raspadura que carcome
todo y quema/ canto que nunca cierra.
COMETA SODA STEREO VISTO UNA NOCHE DESDE CUERNAVACA TOMADOS DE LA MANO
Inventé una historia como si mezclara agua y cemento,
como si fundara un pueblo o una civilización.
Estábamos en alguna parte del mundo,
tú, yo y muchos otros
escuchando por primera vez a Soda Stereo,
o quizá no porque quizá Soda Stereo es un silencio
y no podemos evocarlo de otra forma, pues eso convertiría este texto en una nostalgia;
o quizá no era la primera vez y este texto sería la revelación de una mentira,
el juego de la tómbola;
al azar, un cisne y la posibilidad de ser un punto en el punto de sus plumas.
Un círculo
como
un desierto de blanco.
Subimos los decibeles, vislumbramos el aleph y quedamos ciegos.
Ahora me queda un fragmento del lugar entre la mano,
ese voseo, el perfume de una mina y la estela de un cometa
donde Soda Stereo brota, como un recuerdo, de la radio.
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* J. Andrés Herrera (Cuernavaca, 1990). Escritor morelense. Radica actualmente en la Ciudad de México. Estudia la licenciatura en Lengua y Literaturas Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Su obra aparece en diversas publicaciones impresas y digitales de Latinoamérica. Es miembro colaborador de la revista Ombligo de Ciudad Juárez y de la revista Tajo de Lima. 1er lugar en el XVI Premio Universitario de Poesía «Décima Muerte» (UNAM, 2013) con «Canción de Ananda». Eso que revienta (poesía, edición digital de autor, 2012), El morbo y las promesas (poesía, 2014, en imprenta, Mantra ediciones), ambas ediciones circulan libremente por la red. https://poesiamaconha.blogspot.com