EL FAVOR EXCEPCIONAL
Por Alberto Fabral*
6 de noviembre de 1946
Zipaquirá – Colombia
La luz entró de costado por la ventana que da al patio del internado. A esa hora y en medio del chirriar de los grillos que se empecinaban en derrotar el silencio, encontramos a José de la Concordia leyendo expectante, la narración de Benami Abalovich. Judío que lograra huir de la Alemania nazi, tras comprar documentación falsa. El hombre cercano a los cuarenta, al llegar al puerto de Barranquilla, con pocas maletas y tres hijos que se negaban a levantar la vista, se granjeó la amistad de los poderosos. A tal grado, que pudo dedicarse a narrar en breves entregas, las vicisitudes pasadas por su familia y otras más.
El jovencito de 19 años y a punto de graduarse de bachiller, levantó la mirada. Al observar cómo caían las hojas biliosas, imaginó que al llegar al suelo, levantarían vuelo en forma de mariposas. Desde ese instante y con la certeza del que sabe lo que quiere, tomó la decisión de rehusarse a ser otros.
* * *
París
En un café del Paseo St Michel
Año de 1967
El hombre con cejas de turco, entró al café y abordó la mesa que ocupara años atrás, cuando era un corresponsal desconocido. Al quedarse mirando a través del cristal, recordó las excusas que cada semana daba a la casera, para evitar ser desalojado.
El compañero de ayunos entró con su acostumbrada cadencia. Mirando a los contertulios, apagó el cigarrillo y sin dirigir palabra alguna, se acomodó junto a José de la Concordia. Hombre que empezaba a descollar en las letras.
—Plinio… ¿por mí harías algo excepcional?
—¿Más?
—Hombre, lo digo en serio.
— Si. Lo haré.
—En este sobre están las instrucciones. En caso de que muera antes que tú, ejecútalas… sobra decirte que no debes abrirlo hasta que suceda el desenlace.
El amigo con lentes «culo e’ botella», guardó el sobre y no dio mayor importancia a la petición, hasta que llegó el 19 de abril del año 2014.
Contenido de la misiva:
Querido amigo y compañero de antiguas vicisitudes. Nunca olvidaré que has sabido ser un hermano. Te metiste en mis zapatos, permitiéndome conservar las medias y entre coñac y libros viejos, me consolaste al pisar los cuarenta. Hubiera podido resignarme a ser un corresponsal más, pero bien sabías que debía dar vida a las historias narradas en casa. Muchas veces sentí la respiración de Mercedes en mi espalda, como si fuera a apuñalarme por haber dejado de ser el proveedor. Cada día asistía al parto de mi imaginación y soy conocedor de que no escribía porque estaba inspirado; escribía porque estaba amenazado por el intelecto. Y si hubiera dejado de escribir, lo más probable es que me hubiera ahogado en el abecedario.
Grande fue el temor, si llegaba a fracasar con la historia de los Buendía. Estoy seguro de que el abandono hubiera sido mi galardón. Por eso dejé que las palabras fluyeran y entre más escuchaba la vieja Remington, más me empecinaba en escribir.
Bueno, ahora sí; la petición:
Supongo que a estas alturas ya me habrán cremado. Por tanto, te pido de todo corazón, que te acerques a mi biblioteca y tomes un ejemplar de cada uno de los libros que escribí. Cuando los hayas agrupado, por favor busca el sitio adecuado y los quemas. Lo que quede de ellos, introdúcelo en la urna que contendrá mi escoria. Te preguntarás cuál es la razón de esta petición… querido Plinio, es sencillo. Deseo que me abriguen las cenizas de mis libros.
Un abrazo desde Macondo.
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* Alberto Fabral. Seudónimo de Alberto Alzate Garcés, nace en Sevilla, Colombia el 20 de marzo de 1964. Con estudios en Ciencias Sociales, se dedica desde muy joven a escribir relatos breves. Su narrativa está influenciada por el estilo Negro–Fantástico, como el mismo autor se encasilla. Ha publicado varios cuentos breves en gacetas y revistas tanto colombianas, como de Argentina, México y España. Asimismo, en dos libros de antologías de cuentos. Obras publicadas: La Tragedia del Circo (Editorial Pelícano, Miami, edición 2012), Café Hemingway (Editorial Enxebrebooks, Santiago de Compostela, 2013). Méritos Literarios: Premio de novela Caballero de las Letras, Madrid. Febrero del año 2012. Reconocimiento obtenido por su novela La tragedia del circo. I Premio Brevedad Tabernaria, Bruselas, Bélgica, con el relato titulado «Café Volga». I Premio La Pluma en el Tintero, París, convocado por la Cofradía de las Buenas letras, por la obra «Víctor Sérpigo». Premio Un Café con Literatos, por el relato «El deseo de Raskolnikov», Madrid, 2012. Mención de honor Instituto de cultura brasileño en Colombia IBRACO, por el relato «La sospecha», Bogotá, 2012. Finalista Concurso Nacional de Cuento RCN–MEN 2010, Colombia. Finalista de La Cesta de las Palabras 2011, Ourense (España). E-mail: albertofabral@hotmail.com