Literatura Cronopio

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Dejaria y otros poemas

DEJARÍA Y OTROS POEMAS

Por Marcelo Posada*

Dejaría sea la tinta
quien descubra su camino
al saber que ya las musas
se muestran desveladas
tras sortear ese ritual
con que la luz en las sombras
va sembrando mis poemas
en la hoja descarnada.
Dejaría la verdad y la mentira,
la culpa de la carne,
la sangre que fue vino
y el perdón de los pecados
solo si sé que una rima
salvará lo que se pierde
por temor e incertidumbre
a la hora del naufragio.
Tal vez así sean mis versos
como la nieve en la cumbre,
la roca a merced viento
y el verde de los llanos,
o como el grano de arena
que conforma los desiertos
o acaso la gota de agua
del torrente desbocado.
Así entonces mis huesos
se marcharán de este mundo
sabiendo que me quedo
en aquello que escribí
pues a la hora de mi ocaso
los declararé en rebeldía
justo antes de alejarme
lo más posible de mí.

DESNUDO

No importa si cobarde
o valiente he sido,
si mi paso por la vida
dejó huellas
o habré pasado por ella
totalmente inadvertido.
No importa si mi voz
fue escuchada
o mis poemas jamás
leídos,
si la tinta de mi pluma
fue mi sangre
o una simple hoguera
todos mis escritos.
No importa si alguna vez
me quisieron
tanto como yo he querido,
si fui palabra certera,
abrazo a tiempo,
sombra, luz,
calor o frío.
Nada me llevo,
ni dejo señales
de todos los hombres
que he sido,
pues habré de marcharme
débil y desnudo
como cuando a este mundo
he venido.

CUANDO

Cuando no resucite
una mañana
en mi cuerpo ya liviano
de temor
y la memoria
sea sombra fresca
sin el amparo
de mi propia voz.
Cuando no me queden
más palabras
dispuestas a tatuarse
en el papel
y el tiempo transcurrido
sea un sueño
que ya he soñado
o que soñaré.
Voy a ser un manojo
de recuerdos
y solo de ti dependeré
pues si tus ojos
miran al pasado
serás el milagro
que me hará volver
o seré ceniza oscura,
seré ceniza leve,
o solo ceniza seré.

COMO QUIERAS

Yo te querré de la forma
que tú quieras que te quiera,
arribando a los umbrales
de tu cama o de la hierba,
o acaso en el verde oscuro
de los musgos en la piedra.
En las cumbres insaciables,
en tus valles y laderas
y hasta en el vértigo sinuoso
si el deseo te vulnera.
Te querré en cada latido
de la noche mientras duermas
o en el leve zigzagueo
que dibujen nuestras piernas.
Yo te querré de ese modo
por quererte sin fronteras,
aferrado como náufrago
al vaivén de tus caderas
o en la ola destinada
a dejar en tu boca la arena.
En mi sombra cuando arañe
los espejos que reflejan
tu desnudez en un cuarto
con las sabanas revueltas.
Te querré solo si quieres
sea la sangre de tus venas,
para así poder quererte
de la forma que tú quieras.

DERIVA

Había perdido la noción del tiempo que llevaba tratando de mantenerse a flote en esas aguas turbulentas. Tal era la percepción perdida que ya no recordaba lo que era navegar plácidamente entre un oleaje calmo y la visión de una orilla que otorgara cierta seguridad. La barca, con la que en un principio se desplazaba, ya no existía. Dudaba entre creer que se había hundido sin ella, que solo había sido un sueño o simplemente se había marchado sin tomar en cuenta su ausencia.

Era una sensación rara… nunca dudó de sus propias fuerzas, y sin embargo ahora, que tanto las necesitaba, no encontraba un solo rincón del cuerpo y el alma dónde hallarlas respondiendo a su pedido. Con el paso del tiempo los músculos comenzaron a perder vigor y a entumecerse. No quiso convencerse que la fatiga, el cansancio extremo y la incertidumbre comenzaban a acosar poco a poco, minando su razón e impidiéndole pensar y ver las cosas con cierta claridad.

Se preguntó una y mil veces si hacía una hora, un día o un año que estaba allí, a la deriva y sin playas a la vista. ¿Alguien sabrá de mi situación? ¿Vendrán a rescatarme y llegarán a tiempo? ¿Habrán notado que en esa barca ya no estoy? ¿O simplemente habrán seguido su camino sin mirar atrás? Esas preguntas daban vueltas en su interior, pero solo las preguntas, pues nadie en ese momento podía darle una respuesta definitiva.

Sintió que el oleaje se incrementaba, o en todo caso, que ella era quien se volvía cada vez más pequeña… no lo tenía muy claro, pero sí sabía perfectamente que la lucha era absolutamente desigual, desproporcionada, entre esas ondas gigantes de agua que la arrastraban y agitaban a su merced y su frágil humanidad perdida en tal inmensidad.

De pronto, como en una revelación, como un envío divino de la providencia o el destino vio cercano un madero… rustico, áspero, descolorido. Ella lo encontró artesanal, perfecto, casi un navío. Nada tuvo que esforzarse por alcanzarlo, pues el mismo movimiento en el que estaba envuelta la aproximó.

En ese instante no hubo lugar para las dudas. Se aferró a él como si fuese el propio Mesías. Lo abrazó con tanta fuerza como no recordaba haberlo hecho jamás al descubrirlo cálido, blando, contenedor, y sintiéndose como Lázaro frente a su segunda oportunidad lo bautizó en ese mismo momento como su Salvador.

Una vez aferrada a él quiso que las corrientes iniciaran la tarea de llevarla a una orilla segura. Pero empecinadamente el madero no se movía. No podía creer que ello sucediese. Si sería quien la rescatase, quien la mantuviese a salvo y a flote… ¿cómo demonios permanecía siempre en un mismo lugar?

Por enésima vez se sintió frágil e impotente frente a los límites que le imponía su propia humanidad, llena de dudas, temores y pérdida de noción de su propia realidad. Estaba allí, entrelazando sus manos para no desprenderse de un tirante, pero estática, inalterable e igual que en un principio.

Hasta que cayó en la cuenta que el movimiento, el oleaje y la turbia lucha por mantenerse a flote era igual para ambos. Entonces, tuvo que decidir si permanecer aferrada e inmóvil junto a aquel trozo de madera, empeñarse en luchar por arribar a una orilla o simplemente, aguardar que las olas hiciesen su trabajo.

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* Marcelo Posada es escritor, poeta y docente. Publicaciones: Revista literaria «Anuario Avatares Letras 2013». Poema «Nocturno» y «La señal de la sombra»; «Antología del V Concurso Internacional de Poesía Atiniense 2014». Poema «Siempre podrás»; Antologías «Letras del Face 3, 9 y 13» de Editorial Dunken; «Antología Diario del Amor 2015». Poemas varios. Antología «Versos desde el Corazón» Editorial Diversidad Literaria S.L. Antología «¿Por qué Poesía?» Editorial Dunken. Antología «Vínculos» Editorial Dunken. Antología «Cuentos de Fueguitos» Editorial Dunken. En preparación «Letras del Face 14» Editorial Dunken. Ha recibido varios reconocimientos en distintos certámenes de poesía en su país.

Sitios web: Blog: https://marcelodelacosta.blogspot.com
Canal de Youtube: https://www.youtube.com/c/MarceloPosada-Escritor
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