LOS COLONOS
Por Vicente Antonio Vásquez Bonilla*
Hoy 31 de Mayo de 2144, es un día de trascendencia para el planeta y para el futuro de la humanidad. Las autoridades de la Unión de Estados de la Tierra se encuentran reunidas en el Cosmódromo Interestelar: Valentina Tereshkova; llamado así, en honor de la primera mujer que surcó el espacio en los albores de la era espacial, en un ya lejano año del siglo veinte.
La primera nave interplanetaria con colonos, sale del mundo azul rumbo al planeta sTs, recién bautizado como Neoterra, que orbita alrededor de Próxima Centauri, ubicada más allá del Sistema Solar, en la constelación del Centauro a sólo 4.22 años luz. Esta estrella difiere de nuestro Sol en brillo y en otras características, pero las condiciones orbitales del planeta al cual se dirigen los inmigrantes, lo hacen similar a la Tierra. En él confluyen las cualidades idóneas para el sostenimiento de la raza humana.
La enorme y moderna Arca de Noé cuenta con todo lo necesario para la dilatada travesía. El viaje, de acuerdo con la tecnología actual, durará 300 años terrestres. Los viajeros que hoy parten, desde luego, no serán los que llegarán a tan lejano destino. Es más, durante el periplo se sucederán varias generaciones.
La Tierra se encuentra sobrepoblada, ha agotado sus recursos naturales, los mares están contaminados y a punto del colapso. El consenso de los Estados determinó que es imposible que la raza humana, como tal, sobreviva. No es posible que todos los habitantes del planeta emigren y se salven de la inminente catástrofe. Pero para que la especie subsista, se dispuso que un grupo de voluntarios parta hacia ese distante planeta y lo colonicen en nombre de la Unión. Los medios de comunicación vigentes son de alcance limitado y en poco tiempo se perderá el contacto con la nave y con mayor razón con el planeta a colonizar. Es un albur que hay que aceptar.
Los voluntarios llevan la consigna de permanecer fieles a la Unión y de transmitirles a sus descendientes las directrices a seguir, en pro de la supervivencia de la raza humana. Los científicos creen que con el tiempo se descubrirán métodos de comunicación que superen a los actuales en velocidad y alcance, así como la creación de medios de transporte que sobrepasen con creces las velocidades existentes y que la relación con la futura colonia, en todo sentido, será expedita y eficiente, siempre y cuando la raza humana aun subsista en la Tierra. Los que parten y los que se quedan lo hacen con esa esperanza y convicción.
Nueve años después de la fecha de partida del planeta Tierra, la nave llega a los límites del Sistema Solar y se interna en las profundidades del universo, rumbo al nuevo hogar del homo sapiens. Las comunicaciones, como se esperaba, se efectúan con retardo debido a la distancia y en breve se perderán.
Después de casi dos lustros, la naturaleza mantiene en vigencia sus normas y la mayoría de las 500 familias ya tienen hijos que han nacido a lo largo de ese lapso y que continúan adquiriendo la ciudadanía de la Unión porque su soberanía se extiende a ese medio de transporte.
La nave es el emulo de un pequeño país, en donde la vida se desarrolla con todos sus vaivenes. Han ocurrido, además de los nacimientos, matrimonios, divorcios y muertes. Los ritos fúnebres incluyen una ceremonia especial en donde los difuntos son lanzados al espacio en cápsulas herméticas que vagarán por el universo en un viaje infinito.
La interacción humana se da en todas las esferas. Los niños asisten a escuelas y reciben clases multidisciplinarias. La educación superior comprende el adiestramiento para la operación de la nave, la asistencia a sus moradores y desde luego, cubre la historia de la Tierra. Es ineludible que las nuevas generaciones estén enteradas de qué planeta provienen, qué se espera de ellas en el largo éxodo y a dónde llegarán sus descendientes. El civismo ocupa un renglón importante dentro del plan de estudios. Es necesario mantener en alto el orgullo de la especie y la fidelidad a la Unión.
Han transcurrido 200 años. En el navío espacial no queda nadie que haya conocido la Tierra; para los actuales viajantes, es sólo historia. Surgen los primeros gérmenes de rebeldía e inconformidad:
—¿Por qué tenemos que guardarle lealtad a personas que no conocemos y que ni siquiera habían nacido cuando nuestros antepasados iniciaron el viaje? —Ellos mismos, los actuales viajeros, no serán los que llegarán al final del itinerario.
Después de 280 años el viaje se aproxima a su fin. Aquellos gérmenes de inconformidad de hace 80 años han encontrado tierra fértil y se han transformado hasta convertirse en un movimiento popular de independencia que se extendió por toda la nave. ¿Para qué le iban a guardar fidelidad a unos seres que se encuentran tan distantes, a los que para rendirles informes y esperar su respuesta, tendrían que transcurrir, en el mejor de los casos, 600 años en un viaje redondo?
Ellos, la mayoría de ellos, pisarán el planeta que será su hogar y lo harán en nombre de una nueva nación, la propia. A estas alturas, quizás los habitantes de aquel mundo del que les habla la historia ya han sucumbido ante el cataclismo que les deparaba la sobrepoblación y el agotamiento de sus recursos. Además, ¿quién de los actuales viajeros estaría interesado en emprender un viaje de regreso?, si saben que su vida transcurriría en la nave y que el extremo de una nueva cadena de descendientes sería la que llegaría a ese planeta remoto, llamado Tierra y que quizás en ese momento sea un mundo yermo.
Veinte años se pasan volando. Es necesario desde ya, elegir al nuevo gobierno, promulgar las leyes que regirán a la incipiente nación y al país por fundar.
El viaje se aproxima a su final. Pronto entrarán en órbita, todo está listo en lo que a gobierno y a leyes se refieren. Es cierto que les espera un arduo trabajo, empezar desde cero, pero tienen la voluntad para hacerlo.
—Y si a aquellos terrícolas, de allende las estrellas no les parece, que vengan y nos lo digan. Ya somos más de 2000 familias, para ser exactos 2016, con un sentir casi unánime.
No se puede pretender que todos los viajeros piensen igual, pero como siempre, la mayoría se impone, y si algo hay que agradecer a los científicos que planearon ese viaje, es su previsión de espacio para el aumento de la población que se daría durante el traslado, los mecanismos necesarios para la conservación de los recursos para su manutención y la exactitud de los cálculos programados para arribar al planeta en el tiempo y en el punto justo para el descenso.
La nave aminora a velocidad segura, entra en la atmósfera y comienza el descenso automático, todo fue determinado al milímetro y responde a los requerimientos preestablecidos. La emoción embarga a esas 2016 familias, que están haciendo historia. Su propia historia. Por fin pisaran suelo firme, conocerán algo diferente al interior de la nave y serán dueños absolutos de su destino.
La expectación crece, los años de encierro parecen cortos ante los largos segundos que quedan para que se abran las compuertas y salgan a respirar aire puro, algo que varias generaciones no hicieron y que ellos serán los afortunados de disfrutar. De acuerdo con un improvisado protocolo, se ha acordado que por la compuerta principal salgan las autoridades que regirán la nueva nación y que por las otras desembarque el resto de habitantes del naciente país.
Las salidas se abren y la expectación no tiene límites. Sin que se pueda detener la avalancha humana, por todas las escotillas brotan los viajeros, deseosos de conocer su nuevo hogar.
Los aplausos, los vítores, la música marcial y las luces de las cámaras fotográficas, los dejan patidifusos.
Son recibidos con entusiasmo por los habitantes del planeta al que arribaron y que son los descendientes de los terrícolas que vinieron hace 150 años, gracias a los adelantos científicos que los dotaron de transportes más veloces, los que fueron desarrollados después de la partida de los viajeros de la antigua nave que acaba de aneoterrizar y la que de acuerdo con registros históricos, era esperada para esta fecha.
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* Vicente Antonio Vásquez Bonilla (Guatemala, 1939) ha publicado seis libros de cuentos y una novela, ha obtenido varios premios literarios a nivel nacional, participado en varias antologías a nivel internacional y publicado en revistas, entre las que se pueden mencionar: Revista Maga, Panamá; Revista Camagua, España; Revista La Ermita, Guatemala; y en periódicos, tales como: El Heraldo de Chiapas, México; Siglo XXI, Guatemala; Diario Noticias, Perú. Correo-e: chentevasquez@hotmail.com
Apreciado Chente: Deseo felicitarte por la imaginación con que escribiste este relato. Ojala seas parte de esa expedición para que a tu regreso nos cuentes mas detalladamente tu experiencia.
Muy bonito papi lo felicito
Estimados amigos. Gracias por su lectura y sus amables comentarios. Cordialmente. Chente.
Felicitaciones amigo Chente, gracias por hacernos viajar a tus constelaciones y saberte mas prendido para romper barreras o fronteras, ahora que a la magia de tu lapiz, le vive cada letra con tu estupenda narracion.-
Vicente que buen trabajo el tuyo, a ver si nos sorprendes con un minicuento de ciencia ficción para el taller de Ciudad Seva. Te saluda Jorge B.
Tio Abuelo Chente
Es un placer leer tu profusa e interesante obra, esta de los Colonos suena a profecia del futuro, ya que gran parte de la humanidad aùn camina inconsciente con respecto al uso y transformación de la naturaleza. deseo que todo mejore y se tome màs conciencia al leer los Colonos. Felicidades te admiro y respeto. Bendiciones
Felicitaciones, Vicente, como siempre, no importa el género que usted escriba, realista, costumbrista y ahora, hasta nos sale con ciencia ficción, sabe como arrancarnos una sonrisa y hasta la carcajada en medio del quehacer cotidiano. Melanie, de Panamá
Estimado Vicente: se trata de un buen cuento de ciencia ficción y realmente me sorprendiste. Puedo decirte que este tipo de prosa futurista te viene muy bien y te felicito.
Atte. Pablo Nicoli-Editor de la Revista Enigmas (Arequipa-Perú)
Felicitaciones Vicente, una historia que me atrapó de principio a fin, me ha gustado mucho. Te dejo un abrazo, Edith
Don Vicente o Chente es uno de los mejores escritores que he leìdo. en mi proyecto de lectura hemos bebido casi toda su obra.
Felicitaciones
Chente: Te felicito por este viaje al espacio futuro…
Muy bonito. Felicitaciones.
Querido amigo: Tu relato me ha producido escalofríos. Creo que su principal virtud es una magnífica planificación previa. Por otro lado, tu estilo narrativo se ajusta a las necesidades de la historia. Me llama la atención el hecho de que un relato sin personajes identificados y definidos, donde el protagonista es un colectivo abstracto de seres humanos, pueda despertar la adicción lectora que yo he sentido.
Mi enhorabuena por otro buen trabajo.
Un abrazote.
Apreciado Chente, leí con verdadero entusiasmo tu nítido trabajo literario! Permíteme felicitarte… fue un viaje fantástico a través de las vías siderales de la imaginación. Tu relato contiene el factor sorpresa al final, sin dejar atrás una gran tristeza porque pienso que en alguna forma podría suceder algo parecido. Que Dios bendiga nuestro hermoso y amado planeta Tierra!
Recibe mi saludo y un abrazo,
Tere Matthews
Vicente, la falta de límite de palabras te sienta bien. Una historia original, ocurrente, que me mantuvo espectante hasta el final. Felicitaciones. Un abrazo.
Ya se porque lo publicaron. Me pareció genial y por la forma que lo contaste verosimil. Te felicito.
Besos y exprimías,
Paul
excelente !!felicitaciones amigo , mab