ECCEHOMO CETTINA: JAMÁS ME HAN GUSTADO LOS CÍRCULOS Y LOS GRUPÚSCULOS DE INTELECTUALES
Por Jorge Consuegra*
Supe de Eccehomo Cettina desde que estaba en la universidad y siempre llegaba el eco de lo que hacía, de los periódicos que hacía, de las conferencias que organizaba, de las entrevistas que llegaba a mostrarles a sus compañeros y todos se sorprendían de las mismas y hasta pensaban que eran artimañas de Eccehomo porque estaban tan bien escritas, que «los malosos» siempre pensaron que eran producto de su imaginación.
Ya luego me lo encontré en Radionet e hicimos buenas migas escribiendo textos de historia y de libros. Y el día que mataron a Jaime Garzón, lo vi completamente descompuesto, recluido en un rincón de la emisora, tratando de escribir cualquier nota, pero fue imposible.
Posteriormente se dedicó a escribir un libro sobre el grotesco espectáculo con una reina en Cartagena de Indias y contó, en más de 200 páginas, lo que era ese reinado entre bambalinas. Unos meses después publicó un libro sobre las guacas, unos bidones llenos de dólares que se encontraron unos soldados y al año siguiente puso en circulación otra investigación sobre el satanismo.
Pero como siempre le ha gustado la televisión, resolvió hacer parte de «Séptimo día» para terminar hoy en RCN Televisión haciendo informes especiales, aunque al mismo tiempo se dedicó a escribir unas alucinantes crónicas que la última semana de Agosto de 2011 aparecieron con el sello de Ediciones B.
Jorge Consuegra: ¿En qué época de tu vida decidiste ser periodista?
Eccehomo Cettina: Soy hijo de padres separados. Recuerdo que cuando llegué a la pubertad vivía con mi papá. Él era un hombre con hábitos que ahora juzgo despertaron en mí un gusto especial por el periodismo. Se levantaba muy temprano a oír emisoras cubanas, que eran para mi, el reloj despertador cada mañana; leía el periódico a sus anchas y me dejaba las migajas para que yo lo repasara, y veía los noticieros y programas periodísticos y de historia (como «El pasado en presente» con Ramón de Zubiría y compañía y otro programa de Historia Universal de Alberto Dangond Uribe). Creo que ahí comencé a interesarme por el periodismo. Pero decidí serlo gracias a dos profesores en el bachillerato Rafael Abadía y Alberto Martínez. Uno un gran lector de clásicos griegos y el otro un activista político, gran conversador y comunicador social que me enseñó a vivir con sentido político aquellos años. Luego vino la revista en mi colegio en donde publiqué mi primer artículo y, después, vino la hoja barrial que comencé a imprimir con las noticias del barrio.
J.C.: ¿Te gustaba más el mundo cultural o el periodístico?
E.C.: Nunca tuve un concepto elevado o ese concepto convencional de cultura referido a libros y literatura. Cultura para mi siempre fue la música y la danza que me permeó; el cine que vi, las obras del Teatro Libre, los cuenteros del Parque Nacional, las alboradas universitarias. Aunque era un lector habitual desde los doce años, nunca vi esa costumbre como un comportamiento de hombre cultural. Por eso jamás me han gustado los círculos y grupúsculos de intelectuales y eruditos que se colman de zalamerías mutuas. En cambio, los que sí me han gustado son los espacios de encuentro con periodistas, con quienes he aprendido del mundo y de los libros por igual. Allí he podido conocer y trabajar al lado de maestros del periodismo y la literatura. Mi formación ha sido en las salas de redacción, no en los círculos literarios.
J.C.: ¿En dónde fueron tus primeros pinitos periodísticos?
E.C.: En la hoja barrial de la que ya hablé, en aquella revista colegial mentada y, ya como graduado, en el periódico El Tiempo, cuando sus dueños eran solo los Santos. Pero creo que soy un periodista de televisión, por encima de otro medio.
J.C.: ¿Qué ha sido lo más complicado de hacer periodismo en Colombia?
E.C.: Sucumbir a la mediocridad y la inmediatez del día a día. Le pido a Dios que me ayude a madrugar todos los días para hacerlo mejor. Creo que esforzándome por ser buen periodista, también logro ser mejor ciudadano y eso sí es lo que necesita este país. Mejores ciudadanos.
J.C.: ¿Hacer periodismo durante el gobierno anterior fue un tanto difícil?
E.C.: La mayor dificultad para ejercer el periodismo en los ocho años inmerecidos del gobierno Uribe, fue luchar contra la unanimidad, en la que participaron casi todos los medios de comunicación. Por fortuna, no fue absoluta y poco a poco el velo y ese embrujo sobre este ex presidente ha cedido frente a los demostrados hechos de corrupción que se fueron gestando en esos ocho años de poder casi absoluto.
J.C.: ¿Cuáles han sido tus mayores satisfacciones en tu carrera?
E.C.: Mi carrera va de la mano del crecimiento personal. Por eso mi mayor logro siempre ha sido mi hija María Paula y lograr mantenerme en forma, en materia periodística y, por supuesto, escribiendo siempre, sin descanso en los últimos 16 años.
J.C.: ¿Cómo surge la idea de escribir este libro que ahora sale?
E.C.: Fui mal padre de algunas historias que realicé para diferentes medios (prensa, radio y televisión) en los últimos dieciséis años. El frenesí del día a día, cumplir con los cierres malograron muchas de estas historias periodísticas que un día decido inventariar y rescatar para volver a gestarlas desde la prosa, para convertirlas en este libro de crónicas.
J.C.: ¿Cuánto tiempo te demoraste en el proceso de la investigación?
E.C.: Si se mira bien, las doce historias que conforman el libro nacieron a lo largo de dieciséis años de ejercicio periodístico. Han sido mías todo ese tiempo y como hijas mías las conozco en todos sus detalles, pues las he tenido en mi cabeza desde que las descubrí en la vida real. Por eso escribirlas fue un deleite que me tomó el tiempo de gestación de un leopardo.
J.C.: ¿Es más difícil la redacción que la investigación?
E.C.: Investigar te da el material verídico necesario para que la imaginación no tenga ningún tropiezo. Para mi investigar es una actividad de fuerza y matemática y escribir una especie de viaje, de aventura. Si he investigado bien, con seguridad no voy a perderme.
J.C.: ¿Tu libro es un ejemplo de cómo hacer buena reportería periodística?
E.C.: Es un ejemplo de que el periodismo es puro cuento, si miramos bien la cosa.
J.C.: ¿Tienes entre manos otro libro?
E.C.: Si, pero no voy a decir nada, por ahora. Yo soy de los que toca muchas puertas para que me publiquen un libro. Con el que estoy escribiendo ahora, los editores tocarán la mía.
J.C.: ¿Te inclinas más por escribir libros periodísticos que literarios?
E.C.: Siempre escribo de los dos. Es más, a veces pienso que soy más literario cuando busco ser periodístico y más periodístico cuando intento ser más literario. Una locura.
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* Jorge Consuegra nació en Bucaramanga, Colombia en 1949. Periodista, agente literario, escritor, dedicado durante más de cuatro décadas a la gestión cultural. Dirige la Agencia de Noticias Culturales Libros & Letras. Ha sido finalista en varios concursos de cuento a nivel nacional y latinoamericano.