Malabares Cronopio

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PUERTORRICURAS DE UN DESV(AR)ÍO ANTICOLONIAL

Por Dinorah Cortés-Vélez*

«No soy porque pienso;
soy porque duelo…»
(Gamaliel Churata, Pez de oro).

pluriconstruir hibridaciones en el mosaico volátil de la imaginación desobediente puertorricuras de un desv(ar)ío anticolonial el servicio al prójimo empieza con la descolonización del pensamiento descolonizar es sanar la herida colonial insidiosa herida del ninguneo abrazar la incomodidad como pauta de cotidianidad santo y seña que hace ver lo propio y lo ajeno desde ese margen variopinto de exclusión al que relega la mancha de plátano esa que no sale con ná en toda su resplendente terquedad y belleza especie anfibia somos tenemos que aprender a respirar afuera del agua y también debajo de ella esa ambivalencia respiratoria es parte de nuestro dilema existencial entre lo que se avista como mismidad y un ser-menos o un no-ser que impone nuestra subyugación colonial pero malabaristas nos las inventamos en el aire la cuerda floja es nuestro elemento nos bandeamos entre contradicciones una de cal y la otra también de cal vidas descon(chifladas) nos han echado encima el embeleco colonial nos desangra el vampiro neoliberal que nos quiere hacer la camita de isla resort el archipiélago se nos vacía el vacío se nos archipielaga (repitan todos) la guagua aérea está a punto de reventar muchos éramos y llegó María huracanada con sus aires de diva vengativa barriendo certezas desnudando follajes destechando falsas ilusiones dejando a su paso vagones y más vagones de tristes cadáveres llegó a rompe y raja llevándoselo todo hasta el sucio de las esquinas menos el del desgobierno insular tremendo limber de gas la brega siempre la brega llantofiesta del no hay más ná esa es la que hay el pueblo toda una gente metiéndole caña al día a día con toda la carga de nuestro pasado de plantaciones a un devenir de a lo que venga incertidumbre en la ruta del huracán sin nada tener que envidiarle a un Séneca moribundo de estoicos venenos nuestro cadáver colonial sigue muriendo desviviendo y resurgiendo nuestros muertos avisan de su soledad nuestra geografía se nos desdibuja salir o no salir y en todo caso desvivir esa es la cuestión tajeados de los dos lados diaspóricos si boga y si no boga desolados sociales revueltos por un mismo humano anhelo pero poco revolucionados  hasta un día que llega la revolución con rubor primaveral y enfundada en traje de verano 2019 es el año llega campechana y brava zurciendo guirnaldas de jóvenes y con aires de Fuenteovejuna saca al comendador de su fortaleza de desvergüenza y hasta se atreve a soñar con un 2020 de perfecta visión que es muy pronto obsedido por un enjambre sísmico de perfecta incerteza es Gaya que grita grietas pero ante la debacle madruga tenacidad de un pueblo huérfano de gobierno y a todo escape va allegándose a un sur transido de pánico temblor campamento isla desvelo que quiere dormir pero no puede por si tiembla tampoco logra curarse del espanto ante el hurto criminal de suministros de sobrevivencia languidecientes y expirados en almacenes del desgobierno posmariano; echa abajo candados encabritada rabia pueblo y reparte amor a diestra y siniestra bajo un solo reclamo, somos porque sangramos pluriconstruidos puertodesvariados ricodesbandados coloafirmados ninguneavispados y misminombrados nuestra herida tiene nombre somos más y no tenemos miedo.

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Malabares Cronopio (columna): Hacer malabares y equilibrios, asediando el asombro de estar vivos y coleando en el circo de la vida, es la tenacidad del juego: lanzar las palabras y atraparlas, mientras se hace el cálculo de la sobrevivencia en ese juego de dolor y belleza que es la escritura.

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*Dinorah Cortés Vélez (1971) es de Isabela, Puerto Rico. Obtuvo su Ph.D. en literatura colonial latinoamericana en la Universidad de Wisconsin-Madison. Es Catedrática Asociada en Marquette University, Milwaukee, WI, U.S.A. Ha publicado tres libros de ficción con Isla Negra Editores (San Juan, Puerto Rico): El arca de la memoria: una biomitografía (2011), Cuarentena y otras pejigueras menstruales (2013) y Fugas de duermevela. Prosas heridas (2018). También tiene publicado un poemario, Poemas de la soledad en Wisconsin (San Sebastián, Puerto Rico, Indómita Editores, 2015). Ha publicado diversos artículos de prensa cultural (Claridad, El Post Antillano y Revista Cronopio). Es la creadora y organizadora de la conferencia bienal de estudios caribeños, Calibanías y caribeñidades, que se celebra en Marquette University. Tiene terminado el manuscrito de su primer libro académico sobre Sor Juana Inés de la Cruz. Actualmente trabaja en una obra de teatro y en dos poemarios.

 

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