Literatura Cronopio

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QUERIDA ELI

Por Maria Fernanda Tovar*

STOP THE RAIN – DAY6

Querida Eli,

¿Recuerdas la primera vez que fui a tu casa?

Habían pasado semanas desde nuestra confesión y me habías contado tu vida, empezábamos a conocernos y yo estaba feliz de ser tu confidente, me alegraba que confiaras lo suficiente en mí, me alegraba romper tus barreras.

Ese día caminábamos por las calles, tú bebías un café que compraste en una tienda de 24 horas, entrelazabas nuestras manos y me hablabas de lo grandiosa que era tu madre, el invierno llegaba a su fin.

Las tormentas remplazaron a las nevadas, y, como los árboles, nuestra relación florecía.

Mientras caminábamos, pequeñas gotas cayeron del cielo, nos escondimos debajo de un toldo y observamos como iniciaba la tormenta, la lluvia era tan fuerte que, a pesar de estar algo cubiertos, nos estábamos mojando.

Como tu casa era la más cercana, ambos corrimos en medio de la lluvia hasta llegar a una gran casa blanca, me llevaste a la parte trasera y entramos a la cochera, te quitaste la chaqueta empapada y me lanzaste una toalla.

Ya sabía que la cochera era tu habitación, un lugar en el cual no podían entrar los demás habitantes de la casa, pero no esperaba que la hubieras ocupado de tal manera.

La cochera era espaciosa y parecía un pequeño apartamento: la puerta corrediza que se observaba por fuera estaba cubierta con posters, había una estufa, una nevera, un microondas, una lavadora y un lavaplatos en una esquina, un pequeño cubículo en la otra esquina era el baño, con ducha y bañera incluidos, una gran cama matrimonial y junto a esta un perchero abarrotado con ropa, varias cajas debajo y un tocador con un gran espejo y luces navideñas sobre este, también había un televisor, un equipo de sonido y un sofá frente a una ventana.

 

Había una puerta con equis rojas pintadas y una barra que impedía su apertura, era la puerta que conducía a tu casa.

Encendiste el equipo de sonido que se encontraba a los lados del televisor y te balanceaste al ritmo de la música, tomaste mi mano y me obligaste a balancearme a tu lado, nos quedamos de esa manera un rato, escuchando la música por los altavoces, tu cabeza en mi hombro, susurrando cerca de mi oreja.

El frío y el dolor que me has traído desaparecerá algún día
Las lágrimas que fluyen con la lluvia
Van a desaparecer con todo tu color esta noche
Incluso si huyo con todo mi poder, no hay cambio incluso si lo rechazo
Lo sé ahora que eso va a caer sobre mí
¿Cómo puedo parar la lluvia?
Alguien cierre la puerta
Por favor enséñame para detener la lluvia
Haré lo que sea

Te separaste de mí, caminaste hasta tu tocador y pasaste un paño por tu rostro, debajo del maquillaje podía ver moretones, hematomas en tus mejillas, un corte en tu frente, en tus brazos marcas de dedos y en el cuello un collar de marcas moradas.

—Cuando cumpla dieciocho los voy a sacar a patadas de este lugar y haré que vayan a la cárcel, y me iré de aquí, lejos, muy lejos, a un país con un nombre tan extraño que sea difícil de pronunciar, donde no entiendan el español y a duras penas entiendan cuando les hable en inglés, donde tenga que hablar con señas y sea una completa extraña.

—Déjame ir a tu lado, déjame escapar junto a ti.

Yo logré escapar de mi padre, yo logré cumplir mis sueños, logré irme lejos, pero no estamos juntos en esta travesía, te fuiste a un lugar que no puedo alcanzar, un lugar impronunciable, un lugar, que sólo en las noches más tristes, frías y solitarias, deseo alcanzar.

Te ama:

Un chico que dejaste atrás.

GOODBYE WINTER – DAY6

Querida Eli,

Hoy se acaba el invierno y comienza la primavera, los árboles vuelven a tener hojas, las flores nacen, todo vuelve a tener vida, las personas salen, sonríen, se divierten bajo el cálido sol de la estación.

En ese entonces me pediste reunirnos de día, algo extraño, porque rehuías de mí en la escuela y me ignorabas si nos encontrábamos en algún lugar, estaba tan ansioso por verte que hasta mi padre se dio cuenta que algo sucedía y me hostigó para que invitara a la chica que causaba mis sonrisas.

Nos encontramos en el parque de siempre, te veías preciosa, la primera vez que te vi usando un vestido; pero sin dejar de lado tu chaqueta y las botas, no usabas maquillaje y había otras heridas en tu rostro: un corte en la ceja, tus labios inflamados, un moretón en la barbilla, una raspadura en el pómulo y varios hematomas en tus piernas, por suerte tu cuello estaba libre de marcas.

Nos sentamos a la sombra de un árbol a almorzar, desde que fui a tu casa estábamos más en confianza y me contabas sobre las historias que leías, las series y películas que veías, noticias sobre bandas que escuchabas e infinidad de datos curiosos.

Me gustaba observar tu rostro sin maquillaje, tus ojos eran más bonitos sin el delineador, podía ver tus pecas y te veías mucho más joven, libre.

La razón para no usar maquillaje era porque era tu «día libre».

A tu madre siempre le gustó celebrar los cambios, cuando iniciaba otra estación, cuando alguno tenía un nuevo corte de pelo, cuando decidía reorganizar las cosas y llegaba a cambiarse de habitación por una temporada. Para ella esos eran sus «días libres», nunca usaba maquillaje y siempre vestía su ropa favorita: un vestido holgado de tonos pastel, una diadema con flores falsas y unas medias con gatitos sonrientes.

Otros «días libres» que celebraban eran los cumpleaños, los aniversarios de las cosas importantes y algunos «días libres porque sí» de vez en cuando, sin tener que cambiar nada de lugar o celebrar algo especial.

El vestido que usabas era ese que ella adoraba, incluso llevabas las medias de gatos y te peinaste del mismo modo, todo en honor a ella.

Otro «día libre» era el aniversario de tu primera palabra, el día en el que tu padre murió y su cumpleaños, el día en el que tu padre conoció a tu madre y su aniversario de bodas, que casualmente era el mismo día que el aniversario de su noviazgo.

Sinceramente no veía la necesidad de celebrar aniversarios de muerte o el final de las cosas, ¿Por qué recordar algo que es doloroso?, es como volver a abrir la herida, celebrar que alguien murió es como alegrarse de que no esté.

Pero ahora entiendo un poco el porqué celebrar el fin de esas etapas, es recordar las cosas buenas, y, cada año, darte cuenta que la pérdida dolía un poco menos, que estabas superando el dolor que trajo el fin de la etapa y asimilando todas las enseñanzas que dejó la experiencia.

Ese día le dijimos adiós al invierno, adiós a los pesados abrigos, adiós a las noches frías y los días en los cuales nos sentíamos perdidos y abandonados por todos. Dijimos adiós al hecho de ser completos desconocidos.

Dijimos hola a la primavera, hola a las flores y los árboles que renacían, hola a las mariposas que despertaban en nuestro ser, hola a los nuevos sentimientos que empezaban a florecer, hola a esta nueva etapa.

Ahora dijo adiós a mi padre, adiós a los días en los cuales temía enojarlo y recibir un castigo, adiós al odio que siento por ese hombre, adiós a mi yo del pasado y adiós a la Eli que conocí ese invierno.

De esa etapa aprendí a no sentir miedo, de esa experiencia aprendí a qué debo defenderme porque nadie más lo hará, aprendí que, aunque me sienta sólo y completamente perdido, siempre puedo escudarme tras un amuleto, como un libro o una canción, que me dará fortaleza para continuar.

Adiós
Desde ayer, yo…
Estaba congelado dentro de mí
Y como ahora
Nunca te dejé ir
Nunca te dejé ir, ah
¿Hasta cuándo?
Estabas siempre conmigo
Dentro de mí
Tengo que dejarte ir
Tengo que dejarte ir, ah.

Pero no puedo dejarte, no puedo olvidarte, no estoy listo para dejarte ir.

Esa tarde me dijiste que, si llegabas a irte, no querías ser recordada, no querías que nada de ti perdurara en el lugar que odias, ni una mínima parte de ti debía quedarse, tu nombre, tu voz, tu rostro, todo debía ser olvidado para siempre.

Perdón Eli, aunque yo también haya logrado escapar, no puedo dejarte ir, tu recuerdo me persigue y me es imposible abandonarlo, me es imposible abandonarte, porque prometí nunca dejarte ir.

Te ama:

Un chico que dice adiós al invierno.

SPRING DAY – BTS

Querida Eli,

¿Por qué te fuiste?

¿Por qué no puedo tenerte a mi lado?

¿Por qué no pude decirte adiós?

Te extraño tanto, te extraño demasiado, aunque hayan pasado meses, tu pérdida sigue doliendo como el primer día, aunque desearas ser olvidada, toda nuestra historia sigue repitiéndose en mi mente, por más que lo intente, no puedo dejarte ir.

El tiempo corre, un día le da paso al otro, pasan las semanas, pasan los meses, pasan las estaciones, pronto pasaran los años y temo que mi corazón testarudo se niegue a dejarte ir.

Seré viejo, pero tú perdurarás joven, libre y hermosa en mi memoria.

Perdón, pero hay días en los que te odio, odio como terminaron las cosas, te odio por no decir nada, te odio por dejarme de lado, te odio por romper tu promesa, te odio por abandonarme.

Pero más me odio a mí por no haber hecho nada, me odio por dejarte ir.

También hay días en los que deseo borrarte de mis recuerdos, deseo que tu presencia en mi vida sea recordada como una mancha imprecisa, una imagen donde algo pasó demasiado rápido y a duras penas se captan sus contornos, un recuerdo perdido, una fotografía mal revelada de la que se pueda sacar poca información.

No sé qué es más doloroso: si nuestros momentos juntos vivos en mi corazón, como una fotografía nítida en la que puedo aprender y recordar hermosos momentos, o un recuerdo difuso en la memoria, relegando tu paso por este mundo a una mancha borrosa.

Dime Eli, ¿Qué preferirías?

Odio este momento, este tiempo fluyendo
Nosotros cambiamos, ¿lo sabes?
Justo como todo el mundo que conoces
Sí, te odio
Tú me dejaste
Pero nunca dejé de pensar en ti
Ni un sólo día
Honestamente te extraño
Pero te borraré
Porque duele menos
Que odiarte.
Intento exhalarte en dolor
Como el humo, como humo blanco.
Digo que te borraré
Pero en realidad todavía no puedo dejarte ir.

Hoy es un día de primavera, todo despierta y renace, los árboles, los animales, las flores, los corazones.

El sol es cálido, las personas son cálidas, sonríen, son felices, despiertan del largo letargo invernal y resplandecen junto al sol, los amores nacen junto a las flores, los corazones palpitan buscando algún acompañante.

Pero el mío sigue congelado, sólo quiere palpitar junto a ti, sólo necesita de tus latidos para despertar.

Pero sé que no regresarás.

Te ama:

Un corazón dormido.

***

El presente texto hace parte de la nouvelle inédita «Querida Eli», finalista del XIV Concurso Literario Jordi Sierra i Fabra para Jóvenes Escritores 2019.

«Querida Eli» es una obra escrita de manera especial, a base de cartas, donde cada carta tiene una canción con la cual se relaciona. Dentro de la carta una parte de la letra de dicha canción se encuentra escrita en cursiva, la canción junto al autor se encuentra especificada al principio de la carta. Es decisión del lector escuchar o no las canciones, pero son parte de la ambientación de la historia.

___________

* Maria Fernanda Tovar es estudiante del colegio Gimnasio Bilingüe Campestre Marie Curie (Cundinamarca, Colombia), cursa grado undécimo.

 

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