Cronopio Sincrónico

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Indiana Jones

SOBRE INDIANA JONES Y EL DIAL DEL DESTINO: EL DILEMA DEL HÉROE CREPUSCULAR

Por Rafael Mauricio París Restrepo*

El cine fantástico de finales del siglo XX produjo trilogías y series cinematográficas que, por su creatividad e innovación tecnológica, se han convertido en referencia cultural y artística. Entre ellas destaca la serie de Indiana Jones, una saga de aventuras, tanto cinematográfica como televisiva, la cual fue creada por el director Steven Spielberg y el productor George Lucas. En ésta el personaje principal, Indiana Jones, es un arqueólogo y profesor universitario que se embarca en emocionantes expediciones alrededor del mundo en busca de tesoros históricos y antiguos artefactos, que detentan cualidades sobrenaturales.

La serie comenzó en 1981 con la película «Cazadores del Arca Perdida», ambientada en 1936. La trama sigue a Indiana Jones, interpretado por Harrison Ford, mientras intenta encontrar el Arca de la Alianza antes de que los nazis se apoderen de ella y utilicen su poder para conquistar el mundo. La segunda entrega de la serie, titulada «Indiana Jones y el Templo de la Perdición», fue lanzada en 1984. Esta vez, Indy se encuentra en la India en busca de una piedra sagrada robada y debe rescatar a un grupo de niños esclavizados por un culto siniestro. En 1989, se estrenó la tercera película, titulada «Indiana Jones y la Última Cruzada». En esta entrega, se une a su padre, interpretado por Sean Connery, en la búsqueda del Santo Grial. La película combina acción, humor y ofrece un comentario sobre las dinámicas de la relación entre padres e hijos. Entre 1992 y 1996 se emite la serie de televisión «Las Crónicas del Joven Indiana Jones». Esta consta de 44 episodios, en los que un Indy de 93 años, rememora sus aventuras iniciales, primero, las de cuando era niño, y luego las de su adolescencia. Tras un largo descanso, la serie regresó al cine en 2008 con «Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal». Ambientada en los años 50, aquí el protagonista (y su familia) se enfrentan a agentes soviéticos que buscan un artefacto extraterrestre de poderes misteriosos. A pesar de que cada aparte ha sido valorado de forma diferente por la crítica y el público, la serie como unidad, posee coherencia en sus mitos y un estilo propio que la distingue y la hace inmediatamente reconocible.

En 2023, se ha estrenado la quinta, y aparentemente última entrega, titulada «Indiana Jones y el Dial del Destino». Es la única película de la serie que no está dirigida por Steven Spielberg ni concebida por George Lucas, aunque ambos actúan como productores ejecutivos. También, es la única película de la serie no distribuida por Paramount Pictures luego de la adquisición de Lucasfilm por parte de Walt Disney Studios. Escrita y dirigida por James Mangold, la historia se desarrolla principalmente en 1969, y narra cómo Indiana Jones y su ahijada Helena Shaw tratan de localizar un dispositivo conocido como el Anticitera, antes de que Jürgen Voller, un nazi convertido en científico de la NASA, pueda tomarlo para sí mismo y cambiar el resultado de la Segunda Guerra Mundial.

MATIZANDO LAS PRUEBAS DE FUEGO

Las reliquias místicas han sido el motor de las historias de Indiana Jones y, por lo tanto, su elección para usarlas en un episodio, es determinante para construir la narrativa. En este sentido, románticamente hablando, estas aventuras descienden de las sagas de búsqueda espiritual, como la de los argonautas rescatando el Vellocino de Oro del rey de Cólquida, o la de los Caballeros de la Mesa Redonda, errando por el mundo para revelar el Santo Grial; aunque, en esta película, al igual que en la anterior, sea más una búsqueda científica, pues el Anticitera de Indiana no es un objeto mágico–religioso, sino uno de la ciencia–ficción. El artefacto de Anticitera, o Dial de Arquímedes, es un antiguo dispositivo mecánico descubierto en 1901 en un naufragio en la isla de Anticitera, Grecia. Fechado en el siglo II a.C. se cree que es un antiguo ordenador astronómico, utilizado para calcular posiciones planetarias y eclipses, y que, además, supuestamente, fue diseñado por el sabio de Siracusa. Aquí aparece, en una versión superlativa, como un mecanismo complejo de relojería, que permite detectar brechas en el tiempo, facultando el viaje temporal. Es interesante cómo ésta es la primera reliquia de la serie que realmente tiene que ver con el tiempo, no solo coincidiendo con los principios de la arqueología como ciencia del tiempo y la preservación del mismo, sino también, siendo un reflejo del estado de ánimo de un Indy, quien también padece las consecuencias del tiempo, convirtiéndose en un viejo melancólico y apagado. El Anticitera paga una deuda de la serie con la cultura griega, la cual ha inspirado héroes como Indiana Jones, y que en las cuatro historias anteriores no había sido citada suficientemente.

La otra reliquia presente es la Lanza de Longinos, también conocida como la Lanza del Destino o la Lanza Sagrada, la cual es un objeto que según la tradición cristiana habría sido utilizada para perforar el costado de Jesucristo durante su crucifixión. Según la leyenda, Longinos, un centurión romano, fue quien empleó la lanza. Se cree que la lanza tenía propiedades divinas y otorgaba poderes especiales a aquellos que la poseyeran. Su presencia alude al Santo Grial de la tercera película, ya que, según la tradición, esta lanza crea el Grial al derramar la sangre de Cristo sobre el cáliz de la Última Cena. Incluso en obras como «Parsifal» de Richard Wagner, ambas reliquias, el Grial y la Lanza, aparecen unidos como parte del rito de la comunión. Igualmente, hay una conexión con el título, puesto que, los términos «Lanza del Destino» y «Dial del Destino» sugieren que las dos reliquias están relacionadas con la construcción de un futuro utópico.

«Indiana Jones y el Dial del Destino» es curiosamente una película melancólica, y la primera de la serie que, más o menos, abraza las convenciones del drama psicológico, dejando en segundo plano el humor, sin olvidar la acción y la aventura. Desde la tercera película hay una intención de humanizar a Indiana Jones, quien era en las dos primeras entregas un héroe casi indestructible. Se comenzó este proceso al otorgarle un padre, luego, en la cuarta, él mismo se convierte en padre y cabeza de familia, para que, en esta quinta, su hijo fallezca y se le exponga a los límites más atroces de la experiencia humana. Al principio encontramos a un Indiana que ya no es Indiana, sino un anciano amargado y susceptible. Con la llegada de Helena y esta nueva misión, esta situación va cambiando paulatinamente, tanto que al final Marion, su esposa, que lo había abandonado, se reencuentra con él diciéndole: «Alguien me dijo que habías vuelto», y de eso se trata esta entrega, de volver de las tinieblas, de cómo lidiar con lo impensable, como puede serlo la muerte de un hijo. De cómo Voller e Indiana están pensando en usar el Dial para lo que no se puede, Voller para intentar deshacer la derrota histórica de los nazis, e Indiana para ocultarse en el pasado de un presente insoportable. Tal vez esta sea la película de Indiana Jones que más propicia una buena actuación de Ford. Su rango expresivo siempre ha sido notable, pero aquí la carga emocional del personaje, implícita en su relación con Helena Shaw su hija simbólica, evidencia sutilmente la desesperación de un hombre que desea recuperar el control del tiempo, y por ende el control de su vida. Mangold simplemente podría haber fabricado otro pastiche para las masas, pero lo que ha entregado, es un cuento que valientemente corre el riesgo de presentar otra arista de un mito conocido, nunca antes tan humano. Probablemente, esta sea una coda más adecuada para la serie que la entretenida, pero circense «Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal», porque nada puede ser más desafiante para un héroe que encontrarse con la cruda realidad.

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Cronopio Sincrónico es un espacio para exponer distintos temas: artículos, ensayos, poemas, dibujos, cuentos. Aquí todo tiene cabida ante los giros inesperados del destino.

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* Rafael Mauricio París Restrepo es publicista de la Universidad Pontificia Bolivariana, magíster en estética de la Universidad Nacional de Colombia y doctor en artes de la Universidad de Antioquia. Ha trabajado como docente en la Institución Universitaria Pascual Bravo, la Universidad Pontificia Bolivariana, la Universidad Católica Luis Amigó y Atec-Corporación Academia Tecnológica de Colombia. Igualmente hizo parte de la Corporación Madera Salvaje para la realización de video narrativo y experimental, y fue curador de la sala de cine del Museo de Arte Moderno de Medellín.

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