La Bienal sigue garantizando la presencia de decenas de coleccionistas, estadounidenses incluso, quienes edición tras edición eluden al embargo para contactar con los aristas. No se vende, pero el negocio está garantizado. No es un proyecto «puramente filantrópico e idealista» (Camnitzer, 13). «[…] es mucho más que eso; la Bienal constituye uno de los principales espacios de negociación entre el arte cubano, las instituciones, el Estado, el mercado y el público» (Valdés, p. 423).
En este recorrido queda claro que sólo es después de casi 30 años por primera se realiza una curaduría de un proyecto completamente dedicado a la tecnología en el marco de las Bienales. ¿Por qué? Las posibles respuestas son múltiples y abarcan un amplio rango desde la dinámica misma de la cultura digital hasta las específicas de un evento como la Bienal de La Habana.
Debe reconocerse, que aún en el marco del arte contemporáneo, el reconocimiento al uso de la tecnología en el arte es relativamente reciente (mucho más en el Tercer Mundo); como refleja la dinámica de la Bienal, el arte contemporáneo sigue dominado por medios clásicos. Este carácter de independencia también tiende a fortalecerse al no lograr incorporarse de manera práctica aún en la dinámica de mercado del circuito del arte, que aleja al artista de las galerías y los compradores convencionales. América Latina46, es un espacio que aún no logra un sistema equiparable al que lograron los Expresionistas Abstractos de la década de los 50 o 60 en Estados Unidos, donde convergieron la creciente influencia de críticos especializados y una estructura nueva en el sistema de galerías que permitía representar y apoyar a los artistas al aumentar la inversión de coleccionistas en arte contemporáneo (Edwards, 2004).
Tampoco es posible obviar la potencia de la tecnología y su influencia, semi—consciente, en el marco de la cultura material de la sociedad que logra difundir «el espíritu libertario que floreció en los movimientos de la década de los sesenta» (Castells, 2002). La difusión de las nuevas tecnologías de la información y su adecuación en diferentes espacios y culturas, explotan infinidad de aplicaciones y usos, que retroalimentan la innovación tecnológica, acelerando y ampliando el alcance del cambio tecnológico, y diversificando sus fuentes. En el campo del arte, la preferencia por sistemas de código abierto, entre otros, es demostrativa de este aspecto que, plantea también el alejamiento institucional y la preferencia por el carácter independiente de este tipo de trabajos.
Las dificultades inherentes a la planificación de un evento de las dimensiones de la Bienal, agravado por las condiciones en que se ha desarrollado, no pueden ser pasadas por alto y demuestran más aciertos que desaciertos. El contexto atípico de comunicación en Cuba, es tan relevante como la propia Bienal. Procesos de apertura/censura se suceden impredeciblemente desde sus inicios marcados por la dinámica del poder. De evento heterodoxo, La Bienal, es ya un evento ortodoxo, estructurado en torno a reflexiones temáticas, en el marco del arte contemporáneo; hecho que, probablemente, justifique la ausencia de centralidad de curadurías en nuevos medios. Sin embargo parecen llegar los tiempos en que el mismo trabajo de los artistas impulsa que los eventos, aún de los más tradicionales, los tomen en cuenta en forma relevante.
La Bienal ya no es Tercermundista sino universal y no está sola. La globalización se ha encargado de nutrirle competencia. El desarrollo tecnológico intelectual en la Isla no tiene infraestructura que le soporte pero Open Score demuestra que se puede; reciclaje low-high erigido primer paso en lo que podría ser la consolidación de exposiciones de nuevos medios. La Crisis (en mayúsculas), lejos de remitir, se agudiza en todos los ámbitos pero la Bienal, el proyectil cultural-emprendimiento gubernamental, sobrevive y esperamos… por mucho tiempo.
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* Lino García Morales (Cuba, Madrid) es graduado en Ingeniería en Control Automático, 1985; Doctor en Telecomunicaciones por la Universidad Politécnica de Madrid, 2006; Doctor en Arte por la Universidad Europea de Madrid, 2011. Ha sido profesor en el Instituto Superior de Arte de la Habana, la Universidad Pontificia Comillas, la Universidad Menéndez Pelayo y la Universidad Europea de Madrid. Ha sido director del Máster Universitario en Acústica Arquitectónica y Medioambiental. Desde 2011 es profesor contratado doctor del Departamento de Ingeniería Audiovisual y Comunicaciones (DIAC) de la Universidad Politécnica de Madrid y Coordinador Académico del Magister en Conservación y Restauración de Arte Contemporáneo de la Universidad Complutense de Madrid y el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Entre sus libros publicados se encuentran: Cancelación de Ecos Multicanal. Un problema de acústica adaptativa. EAE, 2006; Islas, @becedario, 2008; Adaptive Filtering. Some Study Cases, InTech, 2012; Advanced Robotics. iConcept Press, 2012. Reconocimientos: Premio Metodología para la Evaluación y Desarrollo de Proyectos Transdisciplinares, V Jornadas de Innovación Universitaria, UEM, 2008; Diseño del Grado en Arte Electrónico y Digital, Universidad Europea de Madrid, UEM, 2009
Bienal de La Habana 2012 – Performance en el ISA de Herman Nitsch. Pulse para ver el video:
[youtube]https://www.youtube.com/watch?v=7YB0F_KowKY[/youtube]
** Lina María Cabrera (Colombia). Es economista. Máster en Estudios Latinoamericanos (Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales). Con amplio interés en economía de frontera, ha explorado intersecciones entre economía y cultura, desarrollo y conflicto en Colombia. Se ha desarrollado profesionalmente en el campo público y privado en el área de Economía Social. Cuenta con desarrollo de gestión de proyectos sociales y culturales. Algunos de sus libros publicados: Manual de Organizaciones Solidarias de Desarrollo (2007), Emprendimiento Solidario con Perspectiva de Género (2007). Distinciones: Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF). Oficina de Área para Colombia y Venezuela. Ganadora Internship Programme Área de Políticas Públicas en Colombia. Universidad Externado de Colombia, disertación académica «Consumo Cultural e Industrias Culturales» con máxima calificación.