SEMOS MALOS
en el país más violento de la faz de la tierra.
Por Nelson López Rojas*
«Amo a la Humanidad, lo que me revienta es la gente».
(Susanita, la amiga de Mafalda).
Todos se mueren en El Salvador, o soy de los que matan o de los que mueren, pero de algún lado tengo que estar. Las heridas que tengo siguen buscando cura y no se encuentra en esta aldea. Mi drama es el drama de millones de cuscatlecos desde la creación de nuestro país, sin mitos, sin leyendas, pues la veracidad es algo que nos hace falta. San Salarrué nos lo dijo hace 80 años y lo repito en estas líneas: semos malos, incluyéndome–nos–todos.
En el 2010 se rumoraba entre los guanacos que ni para eso éramos buenos, al saber que Honduras se agenciaba ese ostentable título. Ni las leyes de «mano dura» o «súper mano dura» pudieron parar la violencia que nosotros mismos generamos. Violencia que se combate con violencia, donde se les ordena a los agentes de seguridad que hay que dispararle hasta a las moscas… Pero si un sabio amigo me decía que hay que atrapar a las moscas con miel, no con vinagre, ¡mucho menos con balas! Al final, si se usan demasiadas balas para espantar a las moscas se termina disparándole al prójimo, al hermano sin poder encontrar el basurero que causan las moscas.
Semos un país donde cada día se arrastran los cinco siglos de opresión que la independencia no abolió. Por cinco siglos hemos dormido con un ojo abierto, esperando que algo caótico pase. Por cinco siglos no nos hemos arraigado en un solo lugar porque entendemos que nada es permanente, ni siquiera la muerte nos libra de tal inseguridad. Inexplicablemente, llevo esos cincos siglos a mi espalda.
Semos un país monocultural, monorreligioso, monosexual, monolingüe. Semos los inventores de la intolerancia hacia todo lo que no nos guste: los índios güiyos del monte, los negros feos, los protestantes y los terroristas musulmanes, los maricones y todos aquellos que hablan una lengua que no sea español o inglés.
Semos un país donde impera el caos, la anarquía, la corrupción y sobretodo, la mentira y la deshonestidad. Claro está que es una situación arraigada en años de represión no solo del rico sobre el pobre, más bien se debería generalizar como «opresión del que parece más poderoso sobre los más débiles» y viceversa. Los pobres no hemos sido ningunos santos, y al tener la oportunidad, descargamos todo nuestro conocimiento de Galeano y de Robin Hood para vengarnos y expropiar a esos cuyo dinero lo han de haber ganado de forma ilícita, lo hacemos. Simplemente hay que pasar por los monumentos a don Cristóbal Colón y a la Reina Isabel con la cara macheteada en pleno centro de San Salvador.
Los burgueses esclavizan y expropian al pobre de lo poco que les queda. Lejos están los años de los hacenderos que imprimían su propio dinero para pagarle al proletariado, y estos, sin saber mejor, tenían que usar ese dinero en las tiendas de los patrones. Lejos, parece. Todavía se usan tácticas similares, los empleadores pagan X más la comida, o X más el uniforme.
¿Por qué no nos enseñan a pensar, tanto en las escuelas públicas como en las privadas? ¿Por qué se nos enseña a obedecer y a seguir una doctrina a ciegas sin cuestionar nada? ¿Será que nos han estado dirigiendo como ovejas que hacen lo que el pastor les dice? Se nos enseña a memorizar los 14 departamentos, los próceres, los nombres científicos de las plantas y los elementos de la tabla periódica, pero nada práctico. Lo que aprendí me lo enseñó la calle. Y después me exportaron con el TLC.
Al niño se le enseña que robar es malo. Robar un banco, claro. Tomar un poquito de los que tienen mucho no es robar. Y es que semos pobres, y no precisamente por falta de recursos, sino más bien por tantos años de mentiras, de perpetuar ese sistema perverso donde los ricos se hacen más ricos y donde a los pobres o a los feos se les marginaliza hasta excluirlos de la sociedad.
Llegar a un puesto público es el anhelo de muchos para «llegar a la guayaba» a comer gratis, a robarle al pueblo sin importarle el bienestar del pueblo. La gente vota y sabe que los políticos van a robar, pues todos roban; la gente contrata a una doméstica o a un cobrador de buses con el entendimiento que van a robar. Hay que pagarle un 25% menos y esperar que lo robado no supere el 25% para que no haya déficit y todos estén contentos. La doméstica robará porque el patrón tiene demasiado, o lo que tiene no lo ocupa. Si son descuidados eso le da pauta a la ladrona para desfalcar al empleador. Inclusive, el pastor de una iglesia aconseja a los empleadores a contratar a los evangélicos porque estos roban menos que los de la calle.
Si a alguien se le cae una moneda y no se percata, no habrá una persona quien se detenga para notificarle al desafortunado de su pérdida; al contrario, se le acercará a la moneda y sigilosamente le pondrá el pie encima para que ningún ladrón se la robe.
Los bares de ensaladas o los famosos «all you can eat» estadounidenses no pueden establecerse en el país. Los hambrientos salvadoreños comerán hasta saciarse y enfermarse porque después de todo, ¿quién puede ser tan tonto de poner tanta comida a un precio tan bajo? De no haber tenido la humillante experiencia de haber sido descubierto por el agente de seguridad con la mochila llena de comida, hubiera sacado lo que se pudiera para llevarle a la familia. Y no es cuestión de ser pobre. El pobre no tiene dinero para ir a estos lugares. Es cuestión de querer tomar lo más posible pagando lo menos.
Cuando es día de pago, nadie piensa en ahorrar para pagar los gastos escolares de sus crías. Lo que se generó durante la guerra fue la inseguridad del mañana. No se podía ahorrar y dejar que otros se beneficiaran del dinero una vez muerto. Nadie vivía para el mañana, pues no se sabía si habría un mañana. Ya en la pos–guerra la situación continuó igual, sólo que ahora con la incursión de las multinacionales alimenticias, el ciudadano corriente tiene múltiples opciones para gastar y gastarlo lo más pronto que se pueda. La quincena se gana en quince días, pero se gasta en una noche. Una simple regla matemática me diría que falla la ecuación de ingreso–egreso.
Nuevamente, el pobre, el explotado, el desafortunado que se queja de no ganar lo suficiente y quien reniega porque los explotadores oligarcas ganan mucho más que él, se queda en la miseria mientras que esos ricos desgraciados se hacen más ricos con el dinero del pobre. El pobre no entiende que el rico se hace más rico porque los pobres lo alimentan. Si en lugar de ir a cenar a una pizzería cada día de pago, el padre o madre responsable del ingreso familiar cocinara una cena especial para la familia se ahorraría mucho dinero y, si comprara en el mercado y no en los súper, estaría ayudando a su misma especie. Aquí se aplica el principio de tapar el pozo después que el chico se ahogó, de trancar la puerta después que se escapó el gato y de amarrar al perro después que mordió al cartero.
Las remesas son el otro fracaso de la sociedad. Es evidente que los hondureños y nicaragüenses llegan a trabajar las tierras del oriente del país porque no hay locales que quieran trabajar. ¿Para qué querrán trabajar de sol a sol por 100 míseros dólares que pagan los terratenientes, si un familiar en el Norte les manda $100 para que vivan bien? Claro que es más fácil vivir sin sudar y tener dinero para gastar. ¿No sería mucho mejor si estos recipientes del sudor ajeno recibieran los $100 y trabajaran por $100? De tal forma tendrían el doble del dinero y un futuro más promisorio, pero uno de los males a erradicar de nuestra cultura es el cortoplacismo que nos corroe.
Jorge Lemus habla de promover la cultura y el idioma pipil, comenzando donde aún quedan rasgos indígenas en el país. Enhorabuena. El problema es que los salvadoreños no le verán beneficio alguno y se reirán del proyecto porque nadie quiere ser indio. Ya un periódico local en su malintencionado editorial dijo que sería mejor aprender chino o inglés y no volver a usar taparrabo, aunque nadie ha hablado de volver a la prehistoria.
Nadie en el país se siente nacionalista mientras el no tener país sea una válida excusa. Si hay juegos de fútbol o disputas territoriales entonces sí somos salvadoreños mientras nos dure la euforia. Nadie se identifica con ser mestizo. Nadie quiere tener raíces indígenas. Todos tienen un pariente conocido que vino de Andalucía, Madrid, Coimbra, Galicia, de donde sea, menos de Tajcuilulan, Masahuat o de uno de tantos cantones que nos rodean. Todos humillan al campesino por su acento o por su tufo a indio, pero viene el partido y allí sí cambia de nombre el país para nombrarlo Cuscatlán, la Selecta Cuscatleca. Ahí es cuando se nos sale el indio que tanto negamos.
Si llego tarde al trabajo no es porque me levanté tarde, o porque no calculé bien mi tiempo y perdí el autobús. No. Llegué tarde porque había una manifestación, porque al microbús se le pinchó una llanta, porque el carro se quedó sin gasolina, porque el semáforo no funcionaba, porque el embotellamiento no nos dejaba pasar. Todo es por causas externas y nunca aceptamos la culpa como nuestra. Mientras daba clases particulares de español, una alumna, que de hecho era la que mejor me pagaba, me dijo «si usted no puede estar aquí a las 7 de la mañana, entonces no podremos trabajar juntos. Yo tengo otras cosas que hacer a las 8. No porque usted viene a las 7:15 vamos a terminar a las 8:15». Y evidentemente me enseñó una lección para la vida.
Si nos preguntan a qué horas será el encuentro siempre decimos «entre» tales y tales horas para evitar que la gente llegue tarde con excusas ridículas. Y aún así la gente llega tarde por alguna razón fuera de su control. Y si no ha llegado y se les pregunta a qué hora vendrán siempre dicen que en 15 minutos máximo, cuando están a una hora de distancia. ¿Por qué no decir que están a una hora de distancia?
Pero mentir está sociológicamente arraigado a nuestra cultura, y como dijo Rafael Correa «la mentira ha destruido América Latina». Quizás porque mintiendo nos salimos de un problema momentáneamente, pues ya se sabe que no hay nada bajo el sol que no se llegue a conocer. Mi sobrinito tiró una pedrada y al preguntarle por qué lo había hecho me dijo que él no había sido aunque yo lo había visto. Otro niño en el mariposario atrapó y destripó una mariposa y me dijo «yo no fui» aún con la mariposa restregada con la mano en su camisa.
En fin, la mentira prevalece en todos los ámbitos. Que el mural se estaba cayendo, que los políticos necesitaban más dinero, que los mareros querían tregua, que los buses no son rentables… en fin. Y a nadie le importan los mensajes sociales de concienciación, o cederle el asiento a la señora en el bus, o apoyar una huelga, pero sí se identifican con movimientos gringos como el de «somos el 99%». Ser esnob y elitista es un ideal, una meta que alcanzar aunque no les alcance para pagar ni el mínimo de la tarjeta de crédito. La gente ya no quiere organizarse, «que lo hagan los otros»; y la falta de ese interés y las mentiras de los de arriba nos tienen donde estamos, sumidos en la mediocridad y esperando que un político venga a resolver los problemas que nos aquejan.
Semos un país que no valora la historia. Si uno no es quien escribe los libros de historia, otros la escriben por uno y nos borran a su antojo. La reinventan, nos satanizan, nos culpan por las cosas que no van bien en el país y nos hacen los malos del libro.
Ya Miguel Ríos nos decía que la noche y la carretera se hicieron para poder huir, y de alguna manera los salvadoreños huimos de nosotros mismos y hasta nos autoexiliamos. Semos malos, sí. Pero también es cierto que semos más buenos que malos, pero el ser bueno no quiere decir no ser malo, sino hacer algo para que los malos no sean tan malos… así como lo hacía Monseñor…
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* Nelson López Rojas, originario de San Salvador, obtuvo un doctorado en traducción de la universidad de Binghamton, en Nueva York. Actualmente se desempeña como profesor invitado de español en Marquette University y lector en temas latinoamericanos para la Universidad de Wisconsin-Milwaukee, así como profesor de literatura para la Universidad Don Bosco. Ha publicado poemas y ensayos en diversas revistas en papel y en línea; ha sido editor de la revista Agate de la universidad SUNY-Delhi; y ha traducido poemas del y al inglés, portugués y español. Fue invitado al Primer Festival de Poesía Latinoamericana en la ciudad de Nueva York en octubre de 2012. La publicación de su traducción del mayor libro de Salarrué, «Cuentos de Barro» al inglés ha sido la única edición completa de una obra del gran cuentista salvadoreño al inglés. Ha colaborado en antologías de Machado de Assis, revisión de libros de texto y es uno de los autores del libro «¡Salud! Español moderno para la interpretación médica». Actualmente trabaja en los detalles finales de su biomitografía «Semos malos»; en una traducción al español de un manuscrito de Salarrué escrito en Nueva York; y en la traducción del «Valle de las hamacas» de Manlio Argueta.
Es verdaderamente deprimente vivir en una sociedad en extrema decadencia y me refiero a sociedad porque si bien es cierto que en todos los países existe un grado de ignorancia, me atrevería a decir que en El Salvador hemos sobrepasado los límites. Si bien es cierto que los gobiernos quiere mantener a la población ignorante y despreocupada para sacar provecho de ello, tampoco nosotros como ciudadanos desarrollamos un pensamiento crítico que nos ayude a buscar caminos diferentes con perspectivas propias porque siempre estamos en busca de la aprobación del otro y con intenciones de pertenecer a un grupo ya sea por estatus o simple satisfacción.
Todo esto esto tiene una respuesta simple «los gobernantes» a ningún gobierno le conviene que su pueblo sea sabio y sepa mas de lo que se enseña, necesitan esclavos para prevalecer esta monotonía en la que vivimos y no solo hablo de El Salvador, ni no de todo el mundo porque incluso en países «desarrollados» se ve mucha ignorancia, tu vas y les preguntas de cultura y geografia y te dicen que su solo pais es todo un continente. Mientras estas elites que desconocemos sigan existiendo, el ser humano nunca avanzara siempre habra pobreza y esclavitud y no veo una salida a esto.
Hay muchos factores de los cuales muchas personas pueden atribuir el hecho de pertenecer a una pandilla y de la misma manera muchas razones por las cuales las personas tienden a tomar decisiones en su vida, sin embargo aun que muchas personas mencionen que la razón principal del por que los jóvenes decides tomar estos caminos, tienen justificaciones en mi opinión, la falta de trabajo, de estudio o simplemente el tiempo de oseo es el factor principal, debido a que si una persona tiene la mente ocupada o trabaja día a día, no tendría ni el tiempo ni las energías para pasar en la calle perdiendo el tiempo. Muchas personas tendrán diferentes opiniones acerca de esto sin embargo creo que refleja una de las razones principales en la que los jóvenes desperdician el tiempo en lugar de hacer algo productivo.
Creo que como seres humanos nuestra educacion empieza en casa, esa es la primera escuela que tenemos antes de enfrentarnos a la escuela, universidad o trabajo, pero veamoslo de este modo nos educan con los mejres valores que nuestros criadores o padres o con la persona que se crece nos pueden enseñar, pero cuand vamos a la escuela, trabajo, universidad etc que nos desemvovamos vamos aprendiendo cosas que van definiendonos como personas.
Hay muchas personas que crecen en zonas peligrosas, rodeados de maras, malas palabras etc, y deciden no ser como lo que ven o como se les muestra en esos lugares. Debemos ser concientes que vivimos en un pais que queremos todo a la perfeccion, pero nos quejamos de cosas que nos dejan de que hablar, muchas de las veces actuamos como que no fuimos educados y enseñados.
En mi opinión la sociedad y nosotros experimentamos muchos problemas que se siguen dando generación tras generación. Así como hay personas buenas hay otras que no y las pandillas son un ejemplo de ello, que les gusta mucho quitarle al que con mucho esfuerzo consigue salir adelante por sus hijos o familia en general. Yo he logrado evidenciar esto a pesar que no he sufrido ni padecido de carencias pero estoy consciente que aun si naci con comodidades, debo esforzarme y trabajar muy duro para aportar un granito de arena a la sociedad, apoyando lo local mientras pueda seguir en el país.
Luego de un largo y sangriento conflicto, nos heredaron odio, resentimiento, hubo un proceso de conciliación o acuerdos de paz en donde no fueron tomadas en cuenta las víctimas, después de muchos años nos hemos dado cuenta de que esos acuerdos solo han sido para beneficiar a unos pocos, las víctimas reales de la guerra nunca fueron tomadas en cuenta y quienes fueron favorecidos con tierras luego del conflicto, las vendieron al no saber cultivarlas y se fueron para el norte, lugar donde han creado una generación con mejores oportunidades de las que tuvieron ellos a tal grado que ni siquiera se dedican a trabajar. Son los países vecinos quienes aportan trabajadores para la agricultura, y no es malo que un padre se faje por darle mejor vida a sus hijos, pero si es malo que se sustituya la corrección de los padres por la de los abuelos quienes en muchos casos ya son de avanzada edad y no están para seguir criando adolescentes, abriéndose ahí una oportunidad para que la delincuencia se aproveche y los reclute, además es cierto que no somos nacionalistas, pero ¿cómo dejar de serlo si no hay mucho que produzcamos en el país?. Lastimosamente, se ha producido delincuencia, mucho talento se va de nuestro país y el talento que se queda, al no poder desarrollar sus habilidades en las escuelas o universidades, terminan trabajando para sobrevivir e irla pasando, pero lo cierto es que culpables somos todos, unos por no hacer otros que pudiendo hacer algo, miramos para otro lado y dejamos de hacer, otros que no hacen nada ni dejan a otros hacer algo.
Lastimosamente como personas, siempre estamos esperando que alguien más nos solucione la vida, siempre buscamos culpables. Y esa manera de pensar y actuar no nos deja avanzar, es por eso que debemos hacernos responsable de nuestras acciones, y cambiar nuestra manera de pensar, y de esa manera podremos alcanzar o lograr un «cambio» positivo. Y de esa manera inculcar a los que nos siguen, las nuevas generaciones, a que cambien su manera de pensar, y que con pequeñas acciones que se hagan podemos llegar a cambiar nuestro país, pero eso es compromiso de todos, y dejar de pensar que poniendo todo en manos de los políticos es la solución, porque sabemos muy bien que si «no trabajamos, no comemos» el cambio debe empezar en nosotros, para que de esa manera cambie la sociedad.
Estamos tan acostumbrados a la comodidad que solo queremos todo a la mano, nos pesa salir y buscar algo que nos llene de conocimiento y ponerlo en práctica en nuestra vida cotidiana y así poder ayudar al país para que cambiemos a bien, preferimos gastar el dinero que no tenemos en cosas innecesarias antes que invertirlo en algo que nos puede beneficiar en el futuro. Es una mala educación que nos dieron y no nos han enseñado a como ser responsable con nuestras decisiones.
La falta de atención y de una buena crianza en el hogar desencadena muchos problemas sociales que sin duda no solo perjudica al individuo sino también a su desenvolvimiento en la sociedad. A diario lo vivimos con las pandillas, los robos y con los actos de violencia en general, cada día es un reto vivir en El Salvador, salir a trabajar con la esperanza de regresar con bien y que nuestros seres queridos lo hagan también.
No podemos pretender cambiar al que está al lado, pero lo que si podemos hacer es mejorar como individuo, enfocándonos en nuestras acciones y como puede repercutir de forma negativa a los demás.
Yo entendì de este tema que es algo natural e imperfeccion de la vida los errores que estan ocurriendo entre los lideres politicos y tambien he entendido que tenemos que tener nuestra fe, nuestra esperanza y nuestro de apoyar muchas dificultades que el ser humano vive y tambien experimentar que hay personas de todo tipo en el ambiente, lo que indica que hay que ser precavidos, cuidadosos y no tener miedo porque vale la pena tener fe de que Dios nos cuida a todos lados que nosotros vayamos. Nos cuesta seguir adelante y tener prosperidad por muchos obstaculos que nosotros nos cruzamos, tambien se trata de algunos conflictos que pasan de la noche a la mañana, aunque la corrupcion tambien es parte de una equivocacion porque si alguien quiso ser malo, fue libre de optar pero ha optado por el camino pero los que si optamos lo bueno tenemos que tener fe que Dios nos sigue teniendo màs con vida y no nos faltara nada en comun, dando la razon es que ser vivo si es ser inteligente y ser salvadoreño es ser autentico de EL Salvador, el salvador necesita seguir haciendo campañas y hacer muchas cosas mas para que la violencia se vaya calmando poco a poco y que ya no ocurran tantas tragedias. Tenemos que enfocarnos en nuestro futuro y en ser competentes del pais, la vida continua y uno demuestra que puede seguir adelante.
Me parece muy acertado todo lo que escribe acerca de nuestro país y nuestra gente. A la mayoría se nos hace fácil señalar los errores y defectos de los demás. Y el no responsabilizarnos de lo que hacemos es algo que hasta en la Biblia aparece. Todo será mejor, todo será diferente, el día en que cada uno sea responsable de si mismo y trabaje por mejorarse a si mismo, por superarse a si mismo, de manera honesta y sin dañar a otros. Ni el gobierno, ni el vecino, ni mi jefe…nadie es mas responsable de mi que yo misma. Los tiempos nunca han sido buenos y quizá nunca cambien, porque quien necesita cambiar soy yo, somos nosotros.
Este articulo es muy interesante para mi, porque mi papa me hablo sobre mucho cosas sobre la sociedad salvadoreña y este se dice la verdad. Ahora que todo esta cambiando, podemos tener la oportunidad para avanzar. Ojalá que los demás tiene oportunidad para que puede levantar y hacer algo para mejorar la país. No me importa si la gobierno esta haciendo cosas bien o mal, no tengo interés en politicos. Tenemos que poner fe en los que son capaces para hacer cambios y también nosotros mismos , si podemos hacerlo el país se va mejorar con una futuro mejor.
Muy acertado el articulo sobre como es nuestra sociedad salvadoreña. Tambien me gustaria agregar que somos un pais donde le echamos la culpa de nuestra situación a otros y no queremos tomer parte de ello. No digo que en todos los casos sea asi, pues hay excepciones. Un ejemplo de lo que digo es cuando nos quejamos de nuestra mala situación economica, y solemos quejarnos diciendo es que la situación está mala, es que mis papás no me apoyaron o dieron estudio, pero pocos son aquellos que deciden cambiar esa realidad y buscan tener un mejor fututo. Somos un pais muy consumista, en donde vale mas tener el telefono ultimo modelo, que sacar un curso de ingles, cosmetologia, algo que pueda ayudar a futuro a nuestra formación.
Culpar y esperar que los demás hagan las cosas buenas por nosotros, nos tienen estancados. Dar la milla extra y trabajar por mejorar la realidad del país es algo muy difícil . La buena educación es la herramienta clave para un mejor futuro pero lastimosamente seguimos estancados en un método de aprendizaje que no favorece al cambio de pensamiento de nuestra realidad. «Nací pobre, me quedare pobre» . Si empezáramos el cambio por nosotros mismos y dejáramos de culpar a los demás el país seria un poco mejor.
Siempre me pareció curiosa la actitud de robar del otro cuando se tiene algo. Eso de la gente que puede ir a un restaurante pero negocia con las señoras del mercado para que le den todo barato. El de identificarse con esta tierra para pelearse con otros pero denigrando a los indígenas y su cultura que pueden usar de nuestro respeto y nuestra ayuda.
El hecho que me dijeron que en el país «no hay negros», que los homosexuales son degenerados… Lo bueno es examinarlo y ponerle nombre. Reconocer que nuestras actitudes no nos ayudan y que nunca disfrutaremos de los beneficios que los oligarcas y opresores tienen. Debemos querer ayudar a otros para ayudarnos a nosotros mismos. Y para eso se requiere realmente vernos en el espejo.
Como muchos dicen: «El peor enemigo de un salvadoreño es otro salvadoreño» la verdad tiene mucha razón, muchas veces nos enfocamos en lo malo del otro, juzgarlo y hacerlo caer sin antes ver como nosotros podemos cambiar, avanzar, mejorar. Muchas veces porque la otra persona llega tarde al trabajo nosotros nos sentimos con ese «respaldo» de también ser irresponsables, estamos con la mentalidad que si el otro lo hace también nosotros, cuando al contrario debemos ser agentes de cambios personales y poder cambiar de mente y no copiar actitudes.
Ojalá todos fueramos capaces de entender la gran oportunidad que tenemos de poder mejorar el país, algunas veces solo se requieren pequeñas acciones, ojalá nos dieramos cuenta que podemos instruir de una manera diferente a las nuevas generaciones, y enseñarles a no cometer los mismos errores que nosotros cometimos, los cambios no se pueden dar de la noche a la mañana, pero sí hay pequeñas acciones que pueden crear grandes cambios, ya que no podemos esperar que los politicos «mejoren» el país, por que no lo harán, ojalá nos dieramos cuenta que en nuestras manos esta el cambio.
Por muchos años la sociedad Salvadoreña ha culpado a los políticos, a los gobiernos, e incluso a la guerra de todas las desgracias y malas situaciones que el país ha atravesado. Incluso, el gobierno actual menciona y recalca cada vez que puede toda la mala gestión que se realizó en el pasado. Considero que no está mal encontrar las causas y razones de los problemas, pero lo realmente malo está en quedarse estancando en ese pasado y no darle vuelta a la página; lo ideal sería identificar el problema para luego proveer soluciones claras para que esos problemas ya no sucedan o al menos para hacer las cosas de la manera correcta.
Tal y como lo menciona el artículo, los Salvadoreños padecemos más de una pobreza mental que de pobreza física. Vivimos en la sociedad en la que el conductor que sobrepasa a los que están haciendo fila es el más astuto, y los demás son unos bobos que no se pusieron «buzos».
Yo creo que nuestra mentalidad debe estar enfocada en hacer las cosas bien, no importando si el gobierno lo hizo o lo sigue haciendo mal, o si los padres no dieron el mejor ejemplo. Cuando una persona se propone salir adelante lo puede lograr, y no solamente me refiero a estudiar profesionalmente o tener un buen trabajo, sino a pensar en grande y creer en nuestros sueños y objetivos. Si otro lo hizo mal, entonces es tiempo de hacerlo bien; si los demás mienten, digamos la verdad; si el pasado fue una desgracia, entonces pensemos y accionemos para que el futuro sea mejor. Nosotros somos y debemos ser los agentes de cambio de esta nación.
Hay algo lo cual mi papá nos dice muy seguido y es que el salvadoreño cree que ser «vivo» es sinónimo de inteligencia, cuando la verdad ese pensamiento es una de las razones , en mi opinión, por la que El Salvador está como está. No logramos avanzar ya que usualmente estamos estancado en los mismo patrones, diría que se nos hace muy fácil criticar al gobierno , pero la corrupción, la deshonestidad, la violencia, no son cosas que surgieron de la noche a la mañana, mucho menos cosas que se arreglaran de la noche a la mañana, el problema es que hemos llegado a poner nuestra fe y esperanza en los lideres Políticos, cuando deberíamos de poner esa esperanza en nosotros mismos, debemos arrancarnos ese pensamiento de ser el más vivo del lugar y enfocarnos en ser el más competentes del lugar.
Me llamo la atencion que en su articulo menciona que robar bancos no esta mal, que solo lo hacen los pobres para comer, ¿pero no hacemos lo mismo nosotros?
Robamos al que esta detras de nosotros tanto economicamente como en mentalidad, abusamos de personas que no tienen los mismos estudios o la capacidad de enteder de nosotros, algunos podrian catalogar esto como ‘Astucia’ pero creo que esta en el ADN de cada ser humano.
Criticas a los que estas en altos poderes pero toda tu vida persigues ese puesto soñado y dices cosas como: ¨Cuando este arriba no olvidare mis raices¨ Pero si lo logras eres igual que todos los que estan en la cima.
Quizas es hora de dejar de criticar a nuestros gobernantes y emepezar a educar bien a la nueva generacion para que no comentan el error de las pasadas generaciones.
A mi parecer, es un artículo que puede viralizarse pero por lo polémico que puede llegar a ser, ya que, a la población no nos gusta aceptar lo que somos y como somos y todo el artículo dice tal cual somos como población. y pues si, la forma de pensar viene desde nuestra educación desde que somos pequeños y así nosotros educamos a los que vienen y sucesivamente, por ejemplo, cuando menciona que «Al niño se le enseña que robar es malo. Robar un banco, claro. Tomar un poquito de los que tienen mucho no es robar» nos dicen eso para que cuando le quitemos sus pertenencias a los demás no nos sintamos tan mal ya que «les sobra y a nosotros nos falta», es un tema demasiado extenso de tocar pero es necesario para aceptar lo que somos
“Todos se mueren en El Salvador, o soy de los que matan o de los que mueren” Una de las realidades que durante muchos años nuestro país ha tenido que afrontar, claro no es de esperar menos cuando la cabeza del país (gobiernos) son los que han infundido esto, claro debemos aclarar que esta realidad “ O soy de los que matan o de los que muere” solo aplica para la gente pobre y humilde que puede saber manipulada por los de “Arriba” claro esta. Porque jamas he visto que en algún medio de comunicación, den la noticia que una persona adinerada de nuestro país a muerto a causa de las pandillas. Queremos vivir en un mejor país, pero desde que somos pequeños en nuestros hogares se nos enseña que “no debemos dejarnos de nadie, que si alguien nos pega, regresemos el golpe” no se puede combatir la violencia con más violencia, sino más bien con empatía, claro pero que sabemos nosotros de empatía si antes de pensar actuamos, nada va a cambiar hasta que logremos educarnos de la manera correcta (no me refiero a que tengamos mil títulos, cuando no practicamos ni un solo valor moral) me refiero a que nos eduquemos de manera que nuestros valores y empatía por el otro se sobrepongan ante cualquier situación.
En este articulo podemos ver una fotografía de la mal armada sociedad salvadoreña, en donde parece que la mugre que en ella vive carcome lo bonito y bendecido que tiene el país. Por que no se puede negar que somos privilegiados en tener en un pequeño territorio bellas playas, montañas muchos lugares pintorescos que visitar y gente muy laboriosa; pero como bien se plantea en el articulo, años de podredumbre no se pueden borrar con brochazos de pintura, y ha arrastrado a la sociedad salvadoreña a comenzar a ser una sociedad que evade, que se queja por todo pero no actuan, que saben que las cosas van mal pero nos hartamos de luchar y que ha caido en la burla y la inquisición publica como arma para derrotar, humillar y desvalorizar a personas y todo aquello que no nos gusta. Se puede cambiar pero no será pronto por que muchos se benefician de el caos colectivo y no les gusta ver al pais progresar.
Cronopios: según lo que investigué son «criaturas idealistas, sensibles e ingenuas» y eso es lo único que nos enseñan en los colegios. Llevo años, como estudiante, escuchando a los maestros decir una y otra vez que los examenes no miden el nivel intelectual de los estudiantes, sino su capacidad para memorizar; que les molesta que se pida permiso para todo, hasta para ir al baño pero aún en las famosas «reglas de la clase» se obliga a levantar la mano, a por favor otorgar el «sí, puede ir» para ir al sanitario. Pero nadie cambia, ni ellos, ni los estudiantes, ni yo.
Tan idealistas, que creemos todo lo que se bueno que se publica en Facebook de nuestro país y a la misma vez, tan sensibles que no vemos noticias porque solo muertos salen.
¿Coherente? no, ¿Retorcido? talvez.
Nos falta algo, algo que ni nosotros sabemos qué es, pero se anhela; a nadie le gusta vivir mal, estar triste, no comer. Pero ahí es donde la otra cara de la moneda se revela: hay que robar, hay que matar, hay que correr, porque aquí en El Salvador no estamos bien.
Ojalá que el orgullo salvadoreño, como dice el artículo, no solo estuviera cuando unas personas atléticas corren tras un balón; si no que desde pequeños sintieramos que pertenecemos a algo que vale la pena, se necesita que se enseñe y que se enseñe bien, pero que se enseñe sobre todo… y eso, lastimosamente, suena muy utópico ahora.
Semos malos pero también semos buenos. Sinceramente es un artículo difícil de digerir porque nadie gusta serseñalado de sus defectos. Muchos nos admiramos de costumbres extrañas de otras culturas como por ejemplo, las famosas «castas» de la India. Sin embargo,vivimos en una sociedad que te juzga por tu situación económica y te benificia por tu buena apariencia, sólo por señalar unas cuantas características tristemente negativas de vivir en El Salvador. Llama mi atención que se menciona que nadie está orgulloso de ser mestizo. Crecemos despreciándonos a nosotros mismos y conviviendo con este sentimiento de no ser suficientes porque no tenemos el pelo rubioy ojos colorados pero si tu piel es un tanto clara ya eres «chele» y las personas ya te tratan diferente. Puedo quejarme por ser salvadoreña pero no, hay cosas buenas también. Puedo hablar de los vecinos de mi colonia preocupándose por mi familia y trayéndonos frutas y verduras del huerto del parque, de mis compañeras y amigas de la universidad que me han apoyado de forma virtual. Y sí, nadie puede tapar el sol con un dedo pero si el sol me quema entonces me pongo bloqueador o una sombrilla y sigo adelante. Por eso tenemos que hacer la diferencia porque en este país hay personas buenas y malas, entonces esforcémonos por ser buenos. Devolvamos el vuelto, no le pitemos la vieja al otro conductor, recojamos la basura, digamos por favor y gracias a los trabajadores de la limpieza pues ellos no son nuestros sirvientes, evitemos ser parte de rumores, no podemos cambiar al mundo pero sí podemos cambiar nosotros.
Esta es la realidad de El Salvador, realidad en la vivimos por años y de alguna manera, la aceptamos. No aceptamos esta realidad porque estamos de acuerdo, simplemente porque decimos no tener otra opción, porque nos criaron así y no tenemos el valor para cambiar. En mi opinión, todos de alguna manera somos culpables de la realidad en la vivimos: al no aceptar religiones diferentes, al “creer” cada mentira y luego mentir para nuestro bien, al no aceptar nuestros orígenes y no luchar por un cambio real.
Una vez alguien me dijo, «La corrupción comienza cuando justificas tus malos actos solo por lo que los demás también hacen». Desde ese momento comprendí que nada justifica una mala acción: robar está mal aun si el rico roba más y nadie lo condena. Hoy en día tendemos a creer en la vieja máxima de «ojo por ojo, diente por diente», no más me acerco a conversaciones en Facebook donde veo a la gente común como yo justificando algo ilegal, diciendo que está bien porque peores cosas hacen los ricos y nadie les dice nada.
Hasta nuestro presidente parece estar sacado de esta parodia salvadoreña que cree que puede hacer lo que se le de la gana porque los mismos de siempre eran los verdaderos villanos de la historia del país, y la gente, que dada a su ignorancia y resentimiento social, comienzan a seguirle creyendo que solo ARENA y el FMLN pueden ser corruptos. Y es que Nayib Bukele se ha convertido en una especie de Mesías y sus partidarios unos santos, pues se piensa que es imposible que estos hagan actos de corrupción. Y si alguien se atreve a decir que se debe ser imparcial y someter a juicio a aquellos de NI que tengan sospechas de andar en malos pasos, todo el pueblo te calla alegando que eres de un partido contrario cuando incluso tú has votado por Nayib en las presidenciales.
Sin duda que la voluntad humana y lo que pretende hacer de bueno terminan de hacer lo que es contrario, y eso pasa incluso cuando se quiere hacer el mayor bien a todos pues es difícil predecir que sucederá dentro de unos años a raíz de esa acción. Pareciera que lo que es humano termina torciéndose siempre y lo que uno hace lo terminan pagando todos. Decir que no debemos preocuparnos si no nos afecta es bien feo porque al final siempre terminara afectándonos de alguna forma u otra.
Siempre que leo articulos como este me llena de impotencia, y anciedad de cierta forma, por que yo quisiera que mi país fuese reconocido por belleza, por su gastronomia, por sus fiestas, yo soy de las que no sí se sienten nacionalistas aun cuando el pasado y el presente de mi país no es nada para presumir, quiero ver mi país diferente y ser yo el cambio la gente dice es mejor aprender ingles, o chino y dejar los dialectos de lado, yo pienso que deberiamos tomar ambos con la misma importancia; idiomas extrangeros para abrir nuevas oportunidades y dialectos para mantener nuestra identidad viva, este articulo refleja exactamente la realidad de nuestro pais y quiza la de muchos paises de Latino América y es por eso que aqui en El Salvador y en la mayoria de paises latinoamericanos vivimos en una sociedad malinchista que prefiere lo extrangero por que se dicen mejore cosas de paises de norte América o Europa, yo en lo personal quiero hacer algo por mi país y hacer un cambio asi sea pequeño, y poder demostrar que aqui en el país si no hay oportunidades, se crean y se puede hacer un mejor El Salvador.
En mi opinión este artículo está muy acertado a la realidad de todos los salvadoreños, un país donde «o te mueres o te matan» y debes de elegir en qué lado decides estar por el resto de tu vida, un país que la delincuencia lo hace más peligroso día a día y lo único que puedes hacer es cuidarte y tratar de cuidar a los tuyos; también es bastante difícil el hecho de que los ricos se hacen más ricos y la clase baja sigue siendo lo mismo sin poder superarse fácilmente, un país donde solo si tienes «cuello» o conoces a alguien que conoce a alguien y así sucesivamente existe muchísimas plazas fantasmas.
Al leer este articulo es imposible no sentir reflejada la realidad de nuestro pais en el, a estas alturas se ha comprobado que no ha habido nada que pueda cambiar esta realidad, ni ninguna regulación o ley. todas estas situaciones son cosas que pasan a nivel mundial pero que se relacionan mas a latino américa. Y para darle un fin es que cada quien trate de poner de su parte y no solo esperar que el gobierno o las leyes nos cambien la vida sino también cada uno de nosotros cambiar desde casa, con nuestra familia, amigos y la sociedad en general.
En mi opinión es algo muy acertado con la realidad de los salvadoreños
Algo que a mí siempre me ha llamado la atención es el hecho de ver casas de lámina o con gente que podríamos decir son de escasos recursos que tienen cable, telefonía e Internet entonces me pregunto si realmente serán pobres o vivirán de alguna remesa de un familiar y gastan el dinero en lo que no es pan, y no lo valoran ya que a ellos no les cuesta.
No nacemos siendo malos, solo que el pensamiento con el que nos educaron( de acuerdo a la sociedad) interfiere mucho en como actuemos, robar esta mal aunque sea a un millonario, llegar tarde esta mal, no hay que excusarse, mentir esta mal aunque sea una mentira piadosa…. Seamos malos… Y es que no es necesario decirlo y proponerlo, porque en realidad ya los somos aunque lo hagamos de manera inconsciente. Nunca he entiendo a la gente que se ofende cuando le dicen india, porque en realidad nosotros lo somos, son nuestras raíces, pero la sociedad nos ha hecho creer que es algo malo e incluso si tenemos los rasgos se ha vuelto motivo de descriminacion o burla, estamos mal y no nos hemos dado cuenta y tal vez nunca vamos a aceptar que somos los únicos responsables de lo que nos sucede.
El artículo refleja de forma clara y concreta la dura «realidad» de la sociedad de nuestro país. El Salvador, a lo largo de los años ha sido calificado como un país lleno de cualidades negativas, generalmente relacionado con violencia y corrupción, cuyos habitantes no son dignos de confiar y como un país estancado y sin posibilidad de llegar a desarrollarse. Lastimosamente, creo que dicho panorama es algo que más de la mitad de la población conoce perfectamente, y es ahí donde radica el problema: como con cualquier otro problema existente en el mundo, si hay alguien que está al tanto de él y no hace nada por cambiarlo, dicho problema seguirá existiendo y este panorama negativo nunca cambiará. Pero, ¿Realmente estamos dispuestos a hacer algo para provocar un cambio? o ¿seguiremos la corriente, ignoraremos el problema a pesar de estar conscientes de él y contribuiremos (directa o indirectamente) al ambiente actual de la sociedad salvadoreña? cosas en las que deberíamos pensar.
Mentir es una patología qué, aunque bien sabemos está mal, excusamos cuando es en beneficio propio, desde que vamos al kinder se nos dice, ¡mentir es malo, es un pecado, no debes mentir! pero, que pasa en casa, cuando llega una visita a quién nuestros padres no quieren recibir: «Decile que no estoy», entonces caemos en ese punto medio de saber que mentir es malo pero debemos hacerlo cuando nos convenga y es algo que adaptamos y hacemos tan propio al punto de convertirse en un estilo de vida.
Analizar todo el comportamiento de un salvadoreño promedio viviendo en las condiciones socio-económicas en que se vive es una tarea muy extensa. Nuestro comportamiento viene de décadas, siglos aunque el punto de partida más cercano de influencia y aprendizaje de cierto comportamiento proviene de nuestras familias, religión, estatus social, lugar dónde vivimos y sobre todo la educación académica que tengamos.
Aunque en nuestros colegios y escuelas no se nos enseñe de educación financiera, familias de una clase media-media o media-baja (generalizando) comentas temas de educación financiera, al menos podemos decir que todos conocemos el concepto de «ahorra» y «trabajar» lo nos da dinero y lo que no los quita, se nos inculca a superarnos y estudiar mientras que familias campesinas de clase baja, qué lastimosamente quizá sean analfabetas, no pudieron terminar su bachillerato y lo único que conocen son «la cuma» y la tierra, se enfrentan a un esfuerzo físico al trabajar horas y horas de sol a sol, comiendo no a saciarse sino más bien lo necesario quizá 1 o 2 veces al día, debido a la limitación de oportunidades. Toda este serie de situaciones de alguna u otra forma obligan a las personas a acomodarse a recibir una pequeña remesa y no querer seguir trabajando ya que no tienen la oportunidad de un trabajo con mejores condiciones y beneficios. No digo que es un excusa para acomodarse a vivir con 100 dólares mensuales sino más bien poder entender todos esos factores que nos lleva a ser conformistas.
Esta es la triste realidad de nuestro país, los pobres tampoco somo unos santos, tratamos de hacernos ver en la sociedad haciendo cosas malas y violando los derechos de los demás, pensamos que con robar, extorsionar o matar podremos salir adelante. Nuestra mentalidad consumista también influye, preferimos gastar todo lo que ganamos en la quincena en una bolsa de marca o zapatos de marca reconocida para aparentar que acomodarnos a lo que en realidad tenemos y ahorrar. Somos pobres porque no tenemos educación financiera, nuestro sistema educativo se ocupa de formar jóvenes para trabajar en maquilas y no en formar profesionales que puedan mejorar su condición económica, nos enseñan sociales, ciencias, «inglés», matemática pero no nos enseñan a cómo invertir, ahorrar ocrear nuestras propias empresas, ya que a los que tienen el poder no les conviene que eso pase.
Como en toda sociedad sabemos que la base fundamental para lograr estabilidad política, social y económica es la ecuación, sin embargo, esto es algo de lo que los salvadoreños carecemos en gran medida, ya que jamás se orientan suficientes recursos económicos para poder fortalecer el sistema educativo. Esto no es algo nuevo ha estado pasando por décadas, pero claro a ningún gobierno le interesa porque mientras más ignorantes somos más fácil nos manipulan.
Jamás se ha lanzado un plan que en realidad busque mejorar los sistemas obsoletos del país, planes que en realidad abarquen a toda la sociedad salvadoreña y no que solo favorezcan a una minoría “los de arriba” leyes donde nos midan a todos por igual sin importar nuestra posición social. Lejos de crear leyes que solo busquen la represión y que den como resultado más muerte y violencia, mejor leyes y programas de educación realmente precisas para obtener resultados positivos.
Como salvadoreños tenemos ese mal habito como muy bien ha sido detallado en el artículo, no nos gusta hacernos responsables de nuestros problemas siempre queremos que alguien más venga y los solucione por nosotros, el político mentiroso sabe muy bien eso y no titubea para sacar provecho y ahí vamos de nuevo como ovejas al matadero influenciados por palabras sin sentido solamente mentiras para seguir con el circulo vicioso que siempre nos aqueja, donde los de arriba tienen el control de todo. Hasta que cambiemos como sociedad nuestra manera de pensar vamos a podremos salir adelante y cambiar los papeles del juego donde los de arriba por tener un poco más de estudio siempre tengan el poder.
Veracidad y objetividad, un gran artículo
El artículo habla muy bien y describe perfectamente el día a día en el salvador. A mi me pone a pensar mucho cuando veo una familia que se puede catalogar como «pobre» que vive en una casa de lámina pero sobre el techo tienen antenas de cable y pagan Internet y tienen mejores televisores que los demás.
Muchas veces la pobreza viene de nuestra mente al no saber administrar muy bien el dinero y acomodarnos a que una quincena aunque sea fiando en el mercado se pasa y es triste cuando no se fomenta una cultura de ahorro, lo cual a mi paracer debería enseñarse en la escuela desde edades muy temprana y asi se podría tener una nueva generación mejor preparada y educada económicamente.
Este artículo refleja la realidad de nuestro país en distintas áreas, a pesar de que ya pasaron muchos años desde que se publicó. Si bien es cierto que se ha incrementado la seguridad, la violencia, las «maras» y la delincuencia aún siguen estando presentes; aún hay muchas personas desapareciendo a diario, y muchos no lo saben porque no se toman en cuenta en las cifras oficiales de desaparecidos. Pero tenemos que analizar bien la situación porque este problema no es completamente culpa del gobierno, también de la sociedad; esto tiene que ver con los valores que se les inculca a los niños tanto en la escuela como en la casa. El hecho de que alguien tenga más recursos o dinero que nosotros, no nos da el derecho de robarle. Tenemos que ser equitativos en cuanto a eso.
Por otro lado, estoy de acuerdo con el hecho de que las personas que reciben remesas no tienen que depender completamente de ellas; sería válido para una persona que realmente ya no pueda trabajar y depender de sí mismo, pero no para alguien que en sus capacidades esta el poder tener un empleo. En lugar de derrochar ese dinero que sus familiares han ganado con tanto esfuerzo, deberían utilizarlo para cosas que realmente necesiten o invertirlo en un negocio. De esa manera, no estaríamos creando una sociedad mediocre, sino una que piensa en el mañana, en invertir, en ahorrar, en buscar beneficios realmente duraderos y no solo para él mismo, sino también para su familia.
Con respecto a la mentira, si bien es cierto que muchas veces nos ayuda a salir de problemas (al menos por el momento), también nos puede ocasionar otros tan grandes o difíciles de los que puede que sea muy difícil salir. Así que, creo que deberíamos educar a la sociedad a siempre decir la verdad, aunque duela o nos cause algunos problemas; porque al final esos problemas se disuelven fácilmente, o al menos más fácil que los que provoca la mentira.
Siempre nos han enseñado que existen las mentiras blancas o piadosas y que las debemos usar cuando no queremos lastimar a la gente con la verdad. Lo que no nos dicen es que al fin y al cabo esa pequeña mentira puede lastimar más que haber dicho la verdad desde el principio, y al mentir obviamente perdemos la confianza que se nos tenía. Pero también es cierto que parece que a algunas personas les gusta que les mientan porque se enojan cuando se les dice la verdad.
La doble moral siempre ha existido en el ser humano en la situación que sea. Es muy difícil cambiar lo que se nos ha enseñado y como bien lo dice en este artículo, no se nos enseña a pensar más allá de lo que se nos dice o lo que se nos impone. Carecemos de pensamiento crítico. A veces creo que no existe la gente buena o mala simplemente existen diferentes circunstancias y/o perspectivas que nos hacen actual de cierta manera.
Yo opino que este artículo establece claramente el diario vivir de los salvadoreño, cada día luchamos tratando de sobrevivir en una sociedad que beneficia solamente a una minoría que tiene beneficios incluso desde su nacimiento o antes, y muchas veces en esa misma lucha nos llevamos a los nuestros de por medio, por el egoísmo que se nos ha infundado, ya que solo debemos velar por nuestro propio bien, porque igualmente harán los demás. Como bien explica en el artículo nuestra situación no se debe solo al mal actuar de los políticos, sino por nuestros pensamientos y actos de egoísmo, pero considero que el cambio no se obtiene de unos pocos tratando de hacerlo mientras el resto continua solo con quejas y culpando al gobierno de cada situación negativa que ocurre en sus vidas, se debe encontrar una forma de unir a la clase obrera, a los pobres o todos aquellos que carecemos de oportunidades para levantarse y lograr de alguna forma el equilibrio de poder y economía en nuestro país, aunque esa situación suene utópica incluso para mí tengo la esperanza que algún día ese escenario llegue a suceder.
Sin duda alguna, este artículo describe parte de la realidad salvadoreña, en lo personal, creo fielmente en que hay más cosas buenas que malas. Cada día es una historia diferente para marcar, un nuevo episodio en nuestra vida, y ocurren ciertos escenarios en los que debemos saber de qué manera actuar, pero sobretodo, el efecto que esto tendrá (en mí, en otros, en mi país, etc). Estamos muy acostumbrados a quejarnos, a «renegar» por todo. Hay muchos cambios que debemos hacer, enfocarnos en mejorar, y podemos empezar por nuestra actitud, la manera en que tratamos a los demás, la manera en que realizamos nuestro trabajo, y la lista continúa.
Respecto a la delincuencia, hay mucho que decir, que contar, que expresar, pero lo más simple de decir es que las personas que han sido responsables de robos, asesinatos, etc., no son más que personas que no supieron manejar una mala situación, por poner un ejemplo «la pobreza» o «el enojo», y en muchos casos «la desesperación». Si todas estas personas hubieran mantenido la calma y dejar de pensar de forma tan vacía (si se podría decir que en ese momento pensaban), hubieran encontrado una mejor solución a sus aflicciones, sin lastimar a nadie, sin poner a El Salvador como uno de los países con mayor delincuencia. El país podría resaltar por su belleza, por el buen corazón de los salvadoreños (en su mayoría, los que aún no se han dado por vencidos), por su gente esforzada, por su rica comida, sus hermosos paisajes.
ESTE ARTÍCULO DESCRIBE CLARAMENTE LA REALIDAD DE NUESTRO QUERIDO EL SALVADOR, LASTIMOSAMENTE A VECES QUEREMOS ADAPTAR CULTURAS Y COSAS QUE NO VAN CON NOSOTROS UN CLARO EJEMPLO ES EL ALL YOU CAN EAT, TAMBIÉN LAS REMESAS SI HA SIDO DE AYUDA PARA ALGUNAS FAMILIAS PERO POR OTRO LADO VUELVE A LA GENTE MAS ACOMODADA A QUERER SIEMPRE QUEDARSE CON ESA POBREZA MENTAL DE QUE AQUÍ NO SE PUEDE HACER NADA SOLO ES ESTADOS UNIDOS .
Como salvadoreños sabemos en la realidad que vivimos, pero que hacemos para cambiar esa situación? La respuesta es nada. Nos hemos acomodado a nuestra realidad, por que es el pan de cada día, ver a alguien sufrir de carencia ya no nos conmueve, no empatizamos con ellos, llegamos a criticar el por qué no tienen como mantenerse, pero no nos preguntamos el por qué los ricos crecen en cantidades exorbitantes de dinero, a costa del pobre, pero quien tiene la culpa en realidad? Somos nosotros quienes nos hemos dejado lavar la mente y la percepción de las cosas, nos duermen con un gorro y un calendario que regalan los políticos en sus campañas políticas, eso recibimos a cambio de un voto de confianza para poner a gente a cargo de nuestra nación, somos los culpables por que preferimos seguir con lo que ya conocemos que con algo nuevo, nos acomodamos al diario vivir en una miseria en la que se nos trata como inferiores a los que están a cargo del país, pero lo más gracioso es que los que permanecen en los cargos carecen e educación, y no digo que este mal el no tener educación, pero toman decisiones que afectan a el pueblo, que en su propia opinión se hacen sabios y creen tener tanto conocimiento de todo y de nada, apoyamos a aquellos que nos hicieron daño en el pasado, antes que dejar que alguien con ideas nuevas, diferentes nos gobiernen.
Nuestro país se ha dejado manipular por la emoción del momento, por que hasta la religión está inmiscuida en la política, mandando mensajes subliminales a las mentes de los salvadoreños, ellos son los que han causado el mayor daño, se nos ha instruido desde niños a respetar la opinión de los adultos aún cuando están en error, y acordar con ellos, aún teniendo una opinión forjada en fundamentos los ificientemente fuerte como para derrumbar la opinión de las personas.
Nos adecuamos y adaptamos a la situación y sólo a sentimos cuando discrepamos con otros para no crear conflictos, preferimos engrandar la chequera de los ricos, al comprar en tiendas de «calidad», gastando dinero innecesario pudiendo invertirlo en nuestro propio país con gente emprendedora, capaz y creativa, solo por lo que los demás opinan del como luces, por que donde compras y lo que compras, como luces habla de quien eres, nos hemos enfocado en las apariencias y no en las actitudes de las personas, el ver como se desenvuelven en su diario día, por lo que luchan para salir a flote, somos incapaces de ver por el otro, por uw primero somos nosotros y si estamos que importan los demás.
Una gran perspectiva de la sociedad salvadoreña. Por largo tiempo hemos sido un pueblo que le dicen »salte» y preguntamos »¿què tan alto?», consideramos a un mèdico foràneo como el héroe, pero no a un mèdico salvadoreño que pasa hasta turnos dobles tratando de salvar vidas.
Decimos creer en Dios, pero lo que menos hacemos es reflejar, creemos que el Evangelio es imposiciòn y cuando alguien nos hace algo: »hay un Dios justo», pero mientras »no sea yo» quien peque o me señalen el error…todo està bien.
Lecturas como esta deberían ser leídas con más frecuencia, porque »tocan la llaga». En lo personal, no me gusta llamarme »guanaca» porque por definiciòn significa: »tonto, necio o torpe», y lastimosamente por eso nos conocen.
Tendemos a ser un pueblo dormido por pan y circo, somos indisciplinados y todo lo queremos y si es dificil, nos hacemos los desentendidos y que lo haga otro.
Muy buena lectura
Saludos
Saludos.
Si bien la palabra «indígena» para la mayoría de salvadoreños resulta ofensiva, es la misma falta de interés por conocer quiénes somos y de donde venimos, todas las personas del mundo son indígenas de su país y región de origen, incluso las familias más poderosas del mundo son de una región en específico.
Como se menciona en el cuento «El Rey Burgués» de Rubén Darío: «Estos burgueses cuentan con dinero, pero no tienen el buen gusto y la cultura que tradicionalmente se le atribuye a la aristocracia.» En este cuento se da a conocer que no solo en El Salvador existe el amor por el desconocimiento ya que los burgueses se llenaban de tesoros y riquezas materiales para disfrazar su ignorancia del arte y la cultura, todo por la buscada impresión y prestigio ante la sociedad, dando a conocer así su egoísmo, y velando por sus propios intereses personales.
En mi opinión este artículo abarca muchos aspectos de la vida cotidiana de los salvadoreños he incluso la de muchas otras personas alrededor del mundo, decimos no ser malos por la razón del cómo nos han educado nuestras familias e incluso como vemos que la sociedad actúa, debemos darnos cuenta que no todo es lícito aunque parezca bueno; aunque en mi opinión todos tenemos una conciencia que nos indica lo correcto y lo incorrecto por hacer, y sin importar cual sea la cultura en la que nos desarrollamos, tendríamos que saber cambiar lo malo por lo bueno de ella.
La población Salvadoreña, al menos en su mayoría, se ha estancado en pensamiento. Si bien es cierto, como lo menciona en su análisis, venimos cargando con siglos de opresión, se ha llegado a un punto en el que vemos todo con indiferencia, incluso, si se decide hacer alguna protesta pacifica, y los resultados no se obtienen durante el plazo de uno o dos días, las personas involucradas, aquellos luchando y exigiendo, se dan por vencidos. Tomando en cuenta que por diferentes factores, digamos frustración, enojo, decepción, se rompe la paz y armonía de la protesta sin necesidad de intervención externa, entre los mismos protestantes se originan empujones, palabras hirientes, y así hasta que escala de manera que intervenciones externas son necesarias, y no para parar las protestas, sino a aquellos protestando que no respetaron a su compañero de lucha. Pero, ¿por qué? Me atrevería a decir que es porque, a pesar de tener un objetivo en común, seguimos siendo egoístas, envidiosos, si a aquel se le ocurre una mejor frase para su cartel, yo tengo que encontrar una forma de sobresalir, aunque eso implique ridiculizar y ofender de la manera que sea al otro, olvidando que estamos ahí para apoyarnos y lograr un objetivo en común.
Hay cosas que nos hacen parar y pensar ¿debería intervenir? Sin embargo, decimos: «pero, ¿qué pasa, si al intervenir me veo perjudicado?» No estamos bien, pero tampoco mal, y pensamos que eso es suficiente, y no lo es, nos quedamos en un punto medio, un punto muerto, estancados. Nadie, a lo largo de la historia, ha logrado tener éxito en lo que sea en lo que éste se le ha acreditado, por quedarse sentado y no hacer nada, esperando, como solemos hacer, que alguie más de el siguiente paso solemos decir, hay sacrificios, y nos guste o no, se les debe hacer frente, pero no lo hacemos. Hay miedo, el temor es demasiado para salir y exponerse, e incluso cuando se quiere, puede que aún se viva con los padres y estos impidan que se salga a exigir una mejor calidad de vida, porque es riegosos, porque no vale la pena, pero justamente es eso último lo que me genera conflicto, ¿en serio podemos quejarnos de nuestra realidad, y cuando se presenta la oportunidad para hacer algo que la cambie automáticamente nuestro pensamiento cambia y decimos: «no vale la pena»?
Vivimos con la ilusión que nuestro país va a prosperar y se convertirá en aquel, o aquellos países que tanto admiramos, sin embargo, ¿qué hacemos para alcanzarlo? Sentarnos por horas viendo series de televisión, películas, leyendo libros que hablan de la vida fuera de El Salvador, revistas, etc. pero mi pregunta, como la amante de literatura que soy, es, ¿de qué sirve pintarse una linda película de como podrían ser las cosas basandose en la realidad de otros? En mi opinión, no sirve de mucho, principlamente porque dejamos de ser capaces de encontrar la diferencia entre querer y necesitar. Vemos en las redes sociales que x actor, o modelo se compró x celular, e inmediatamente pensamos que lo «necesitamos», vamos a la tienda y nos endeudamos, pasamos meses, años, pagando esa deuda adquirida, para que un par de meses después esa x persona famosa tenga otro dispositivo. A veces nos ponemos quisquillosos con el tipo de comida a ingerir, decimos que no importa que haya otra de mejor calidad, o que está me haya enfermado, porque simple y sencillamente es más barata y nos arriesgamos incluso con productos caducados, pero luego vamos y gastamos una cantidad de dinero grosera en artículos que no son necesarios, pero que creemos que si porque lo que realmente deseamos es «estar a la moda».
Criticamos a aquel que anda un celular demasiado defasado, sin embargo puede que esa persona decida invertir su dinero en educación, en un hogar permanente, lo cual no es malo, pensar en un futuro, es pensar en lo incierto, porque todo puede cambiar sin que lo esperemos de la noche a la mañana, sin embargo, que servirá más, ¿tener el último celular lanzado al mercado, o una casa en la cual refugiarse del frío de la noche? Muchas veces damos eso por sentado, muchas veces aquellos que presumen tener lo último en la moda, y presumen de su estatus social, no tienen un hogar fijo, viven con la incertidumbre de si la luz, el agua o el servicio de cable/internet será cortado por retrasos con el pago. Queremos tanto mostrarle a los demás que somos mejores que ellos, pero ahí está el fallo, jamás podremos hacer eso, porque por más que lo intentemos, siempre va a haber algo en lo que alguien nos supere, porque somos diferentes, nuestras habilidades y capacidades son diferentes, nos desarollamos bajo diferentes circunstancias, y nuestra forma de enfrentarnos al mundo es diferente, pero, siendo tan obvio que no hay dos iguales, ni siquiera aquellos quienes son gemelos, ¿por qué seguimos con está hambre de superar al otro en lugar de enfocarnos en superarnos a nosotros mismos?
La sociedad a lo largo del tiempo nos ha dicho que ser competitivo no es malo, y no lo es; cuando somos competitivos con nosotros mismos para superarnos, pero ¿qué pasa cuando lo llevamos muy lejos, como suele pasar con regularidad, y al superarnos y superar al otro terminamos perjudicando a esa persona, o personas?El muy conocido «daño colateral», al principio tenemos lo que conocemos como «cargo de consciencia» pero esto no dura mucho, porque si el otro decide hacer algo, puede que no tenga los argumentos o justificaciones necesarias, o su superior lo deja estar para no complicarse, o esa misma persona lo deja estar para no complicarse o simplemente se obtiene como respuesta esa frase tan famosa que amamos decir «no es mi problema». Sabemos que tenemos que valernos por nosotros mismos, sin embargo, aceptémoslo, hay muchas ocaciones en la vida en la que necesitaremos del otro, por eso también la famosa frase «nunca sabes de quién vas a necesitar», pero nos enfrascamos tanto en nosotros mismos y en nuestros problemas que dejamos de ser considerados, solidarios, y simplemente si tenemos que pasar sobre alguien para lograr x cosa, lo hacemos sin pensar mucho en las consecuencias. Hay hogares en los que los padres les inculcan a los hijos que deben pasar sobre quién haga falta si se interpone en su camino, en hacer hasta lo impensable para lograr lo que se desea, y esto a consecuencia que ellos al crecer pasaron por lo mismo, nos apegamos tanto a la mentalidad que se nos impone, que incluso podemos llegar a perder nuestra identidad, y no solo con los padres, también con amigos, compañeros de trabajo, parejas de vida. Se inculan tantas cosas que creemos necesarias para sobrevir, en lugar de darle prioridad a crear una identidad propia, a sobresalir por mérito propio, lo único que al final logra que se superen los obstáculos y se sobreviva e incluso se viva, porque esa es nuestra realidad, no vivimos, sobrevivimos.
Cuando nuestras tierras fueron conquistadas, nos despojaron de todo aquello que significó algo, nuestros antepasados se vieron obligados, de la manera más brutal y cruda a empezar de cero, y lo lograron, con sacrificio, por supuesto, y este sentimiento de rencor y odio hacia a aquellos que vinieron a arrebatarles todo lo que tenían, desde lo material, hasta lo espiritual se quedo en ellos, y hasta cierto punto es justificable, a nadie le gusta que le arrebaten algo que por tanto tiempo, con esfuerzo y dedicación se obtuvo. Y, a pesar de esto, de la dura historia de nuestro país, nos da pena decir que somos «indios» y la verdad es que no lo somos, no vivimos en la India, tenemos antepasados indígenas, y no lo podemos cambiar, vayamos a donde vayamos la historia seguirá siendo la misma, nuestros antepasados serán los mismos, y en lugar de respetar de donde venimos y lo que muchos tuvieron que luchar para poder sobrevivir, nos avergonzamos y utilizamos el famoso término «indio» para ofender.
Vemos las protestas en otros país para que los derechos de las personas de color se respeten, y compartimos cuantos posts podemos en nuestras redes sociales, pero, decirle a alguien indio por su tono de piel más oscuro o sus facciones, ¿no es lo mismo? hacemos aquello de lo que nos quejamos, queremos dejar en claro que respetamos la vida del otro, y las diferencias que tenemos, en pensamiento y en apariencia, pero solo cuando son aquellos que viven fuera del país, porque dentro de nuestro propio país vemos de menos a quiénes no consideramos que estén a nuestra altura, los ofendemos y menospreciamos, olvidando, que si somos parte de un país subdesarrollado es por lo mismo, porque los derechos de quiénes habitaban estas tierras antes que nosotros fueron violentados, porque sus voces no se escucharon o se tomaron en cuenta, porque se vio de menos la forma en la que vivían, por no compartir creencias.
Estamos exigiendo un mejor El Salvador, pero en lugar de mejorar, empeoramos, y no porque otros países vengan y nos menosprecien, que si lo hacen, pero eso es tema para otro día, sino porque entre nosotros mismo nos tiramos hacía abajo. La gran diferencia entre el antes y el ahora, es que antes fueron otros quiénes faltaron el respeto y robaron todo cuanto pudieron, incluidas vidas de inocentes, y ahora somos nosotros mismos quiénes hacemos esto.
Como bien lo dijo, nos negamos a admitir nuestros orígenes, a menos que tenga que ver con fútbol, hemos caído tan bajo, que si alguien en EE.UU se burla de nuestro país lo vemos como si no fuera la gran cosa, hasta nos reímos y si es posible lo compartimos a nuestras amistades, pero si algún compañero en la universidad, el trabajo o incluso un familiar nos hace una broma de mal gusto saltamos inmediatamente y atacamos.
Otros países han tenido éxito y se han superado porque si luchan, no lo hacen entre ellos, las mejores condiciones de vida son su prioridad, el estudio es de calidad, y muchas veces gratuito, su sitema de salud es para cada uno de sus habitantes, y no solo para aquellos que puedan pagarlo, pero acá, el sistema educativo es tan miserable, y aún así tienen el descaro, sabiendo la situación económica de nuestro país tan sobrepoblado, de cobrar cuotas que, probablemenete en otras sociedades no se consideren elevadas, pero en la nuestra si, porque el salario minimo con las justas alcanza para sustentar las necesidades básicas, y aún así con esfuerzo, los padres se esmeran por mandar a sus hijos a estudiar y no ponerlos a trabajar a una temprana edad como a muchos de ellos les tocó. Y si bien es cierto que aquellos en el poder que se dedican a robar tienen la culpa, no es correcto que asumamos aque porque aquel tiene mejor estabilidad económica que yo es porque robó, o cualquier otra idea que se nos cruce por la cebeza, muchas veces hay sacrificios de por medio, puede que tenga lo que tiene porque se esforzó para lograrlo, y tampoco es correcto que por eso lo encacillemos junto a aquellos que tienen lo que tienen por tomar lo que no les pertenecía. Puede que la vida sea más dura con ciertas personas, pero no por eso deben convertirse en «resentidos sociales», sino esforzarse por superarse y no descansar hasta lograrlo.
A veces damos por sentado que las cosas no pueden empeorar, pero claro que esto es posible, no aprovechamos las oportunidades que se nos dan porque no ponemos atención al sacrificio que hay detrás de esto. Los maestros siempre dicen: «ustedes no saben, no lo vivieron» y tienen razón, sin embargo hablan de ser puntuales y respetar el tiempo del otro y eso es algo que ellos no siempre hacen, «predicar con el ejemplo» se dice. Llegan tarde a impartir sus clases, no se toman el tiempo de preparar una buena clase, muchas veces llegan y en lugar de hablar de la temática, hablan de su vida y sus problemas, y es entendible, todos queremos ser escuchados, lo necesitamos, pero en el lugar y tiempo correcto, porque hay dinero de por medio, están en la institución porque reciben un salario, en las públicas por parte del gobierno y en las privadas gracias a los pagos de los alumnos, y así como ellos piden que se les respete su hora clase y el momento en el que están al frente impartiendo la clase, también deberían de respetar el dinero del estudiante, o de los padres de estos. Además de ser lo suficientemente responsables para llegar a tiempo, también deben darle importancia, hay casos en los que llegan tarde porque «se les olvidó que debían impartir la clase» o porque no recordaban que día debían darla, y esto es un grave problema, ya que sí, la educación empieza en la casa, pero también en las instituciones educativas, y no pueden esperar que uno se siente y no se repete su tiempo, para que esa persona salga y respete el tiempo de otros.
Hay muchos factores implícitos, sin embargo, si como seres humanos empezaramos a pensar en que no hay nada positivo en arrastrar al otro para yo poder escalar, y en lugar de pelear entre nosotros, nos unieramos y pelearamos en conjunto para salir adelante, no tengo duda alguna de que lo lograríamos.
Gracias por su artículo, un aporte bastante necesario en mi opinión.
Nuestro país es un lindo país, con algunas buenas personas, pero con demasiadas malas personas – malas personas que solo existen, personas que no se organizan ni dejan que se organicen, que no aprecian ni aprenden sobre nuestra historia, y nuestra cultura – nuestro idioma. Es más on trend preocuparse por problemas en otros países que por supuesto son importantes, pero hay problemas aquí, también; nos agobian, están justo frente a nosotros, y decidimos ignorarlos. Un artículo publicado en Noticias UCA mencionaba que si el nawat se extingue, El Salvador se convertiría en el primer país monolingue de Centroamérica y uno de los primeros en América Latina. Al leerlo, sentí mucha pena, y es evidente que, como se menciona en este artículo, no trabajamos por esos $100 extra, en otras palabras, no trabajamos siquiera por algo que nos beneficiará. La frase «El pobre no tiene dinero para ir a estos lugares. Es cuestión de querer tomar lo más posible pagando lo menos.» resonó mucho conmigo. Es demasiado común que nos aprovechemos en este tipo de situaciones con el pretexto de «sacarle provecho a nuestro dinero». También pensé inmediatamente en las muestras gratis en los supermercados – nos quedamos hasta acabarlas y no haya más para los demás. Tenemos muchísimo que aprender, no solo de nosotros mismos, sino de la manera en que debemos comportarnos en diversas situaciones. Debemos cambiar nuestra «cultura», como se dice de forma popular, y esforzarnos por mejorar no solo nuestro entorno, sino nuestra forma de pensar.
Creo que todo termina en la manera en que se nos educa desde pequeños en nuestras familias, ya que los centros educativos nos muestran en general lo que el ser humano es, y lo que puede llegar a ser, sin embargo, por medio de una educación familiar mas profunda podemos entender hacerca de nuestros sentimientos, diferencia entre el bien y el mal y sobre todo el respeto ajeno y propio por la naturaleza y hacia nuestros familiares. Un problema puede tener muchas soluciones, pero si la otra parte no tiene la educación necesaria para comprender el error, es nuestro deber mostrarle, mas no obligarle que fue lo que se cometio para que todo saliera mal, como seres humanos somos responsables de los actos que cometemos, pero si de verdad somos humildes, juntos podemos sobrepasar cualquier cosa.
Me parece muy interesante la forma en cómo interpreta la situación y concuerdo con lo que ha planteado. Es muy lamentable ver cómo nuestra población cada vez se empobrece, pero no se empobrece económicamente hablando sino que cada vez el salvadoreño se empobrece de la mente, el salvadoreño ya no aspira a nada, ya no tiene metas ni sueños y se vuelve una persona egoísta que mientras nada le afecte entonces todo está bien y lo demás no importa porque así se nos ha enseñado, que en estos momentos ya no hay que creer que existe el prójimo o que habrán personas que estarán dispuestas a ayudarnos sino que hoy vamos aprendiendo en la calle, si en la calle porque como usted lo planteó no se nos enseñan estas cosas en la escuela, que cada quien que vele por su pellejo.
“Todo es por causas externas y nunca aceptamos la culpa como nuestra,” creo que la frase anterior describe un poco la raíz de todas las demás problemáticas. Nuestra cultura si es caracterizada por todos esos comportamientos y maneras de pensar en los que todos hemos fallado. Siempre es más fácil culpar al otro, creemos que justificar nuestra respuesta con excusas lograra hacernos ver bien, es mejor si podemos obtener dinero sin esforzarnos tanto, es mejor si gastamos el dinero porque no sabemos si ahorrarlo valdrá la pena, preferimos mentir que dar la cara. Las redes sociales nos han hecho sentir que somos parte de otra cultura que es mejor que la nuestra, con un mejor idioma, una mejor vestimenta, una mejor vida, con mejores ideas a las cuales apoyar. En lo personal, se que la raíz de todos los males no radica en la historia, en los errores del otro, en algo exterior; sino en el mal que todos tenemos por naturaleza y que solo un nuevo nacimiento es la solución.
Siempre he defendido la idea de que el cambio comienza por uno mismo; pues esta es la realidad que muchos vivimos en El Salvador. Pero también sé que para muchos otros es diferente, que hay muchos que van contra la corriente y hacen el cambio, que hay quienes hacen las cosas bien por su futuro y el de los suyos; el Salvadoreno también es trabajador, cálido, honesto, amable, luchador y sonador como muchos otros.
Somos responsables por nuestras decisiones y por las consecuencias de estas; sean buenas o malas, debemos aceptar nuestro presente y dejar las quejas de lado para ser uno más de los que van contra la corriente y ser el cambio que nosotros deseamos ver en otros.
Muy buen artículo, hace que nos pongamos a reflexionar y a pensar la realidad salvadoreña. Somos una sociedad que lamentablemente nunca vemos nuestra culpa, siempre decidimos culpar a terceros ya que es más fácil hacer eso, que aceptar nuestra culpa y aprender de nuestros errores. También, somos una sociedad que siempre tiene excusa para todo, que si no asistí a clases, fue porque mi perro se murió, por el tráfico, no pasaba el bus etc. Siempre tenemos una nueva excusa, en lugar de decir la verdad, eso de mentir y poner excusas para todo ya esta en nuestro día a día, que cuando no lo hacemos, se siente raro.
Al igual que, que somos en cierto punto hipócritas, ya que cuando otros nos critican a nosotros por ser salvadoreños, nos enojamos y salimos «orgullosos» a defendernos, pero cuando vemos a personas de San Miguel (por poner un ejemplo) , somos los primeros en burlarnos de su acento, somos los primeros en reírnos cuando dicen palabras que levan la «j», incluso en casos extremos, el hecho de ser de San Miguel, lo ocupan como insulto.
Me parece que la sociedad salvadoreña tal y como se describe, no ha cambiado en su actitud al paso de los años, Continuamos en el ciclo vicioso del más pobre y el más rico, lamentándose de lo que no tiene, en lugar de preguntarse qué puede hacer para salir de ahí, de ese lugar y cultura del «si yo tuviera». Estamos tan acostumbrados a este ciclo, que las personas que deciden salirse y hacer un cambio, se retiran del país por no tener las mismas oportunidades de crecer, pues el que tiene mayor «influencia» o «poder», muchas veces no da lugar a que le hagan competencia y bloquea el camino de todo aquel que considere amenaza su estatus.
Si es cierto que El Salvador se caracteriza por ser un país «malo» «con violencia» «con mareros» y que varios países del mundo han puesto una advertencia a su población por si quieren viajar a nuestro país. No es la primera vez ni la última que pasará esto. En lo personal siento que las personas que no son de El Salvador piensan que este país es como el de las fotos, con violencia, muerte, etc. Pero ellos no ven el otro lado de nuestra población, de nuestra cultura, ellos se dejan llevar por los medios, de lo que hablan acerca de el país. Aunque pasaran unos 10 años, los salvadoreños no van a cambiar lo que son, por más que les pongan «restricciones» no van a entender. Por eso es que El Salvador es un país tercermundista, si seguimos como estamos, lo seguiremos siendo de aquí hasta no sabemos cuántos años.
Vivimos en una sociedad que suele manipular las reglas y normas a su conveniencia, como menciona el articulo robar esta mal ¿Pero si se le roba alguien que tiene mucho estaría bien? sin embargo hacerlo a alguien que no tiene nada esta mal. De igual manera la sociedad suele ser egoísta, cada quien vela por su propio bien, y no le importa a quien debe destruir para poder cumplir su objetivo. Ve de menos a quien esta mal económicamente, pero exalta al individuo que cree que le puede ayudarle a salir de su situación.
Lastimosamente el ser humano siembre busca constantemente el egoísmo, el pesimismo y el beneficio propio de cualquier situación en la que el ego pueda ser elevado y aplaudido. Difícilmente, buscáremos ayudar a nuestro vecino sí no cortamos esa mentalidad que llevamos por años de ser el centro de la tierra.
Solo aprendiendo a negarnos nuestros deseos sin pasar por encima de los demás y a valorar el esfuerzo del otro nuestro entorno cambiará. Sí, nosotros volvemos a luchar no con metal ni con odio. La batalla se convertirá en una gran estrategia para esta sociedad, sí en vez de darle piedras al otro cuando nos pide pan y le damos de beber también nuestra sociedad cambiará.
La educación comienza en casa. Y cuando digo en casa no solo me refiero con los de mí familia, me refiero también a ser auto críticos y saber que es lo malo que estoy haciendo y como lo puedo tratar de cambiar. El mundo comienza a cambiar cuando accionamos. No solo cuando juzgamos y criticamos.
Aunque duela aceptarlo, hay muchisimas cosas en el articulo que son una verdad que no se tiene que cuestionar, tenemos tan mal arraigada la mala costumbre de mentir y con una «simple mentira» nos damos a conocer, y con una monedita que se la haya caido a alguien y le ponemos el pie inmediatamente… somos unos mas, de esos malos, de los cuales ya estamos aburridos! Gracias por tan buen aporte, asi que a ser agentes de cambio en la sociedad.
El ser humano es un ser por naturaleza diferente a los demás, todos tienen diferentes maneras de percibir el mundo. Semos malos es un articulo que describe la conducta del salvadoreño, habla de como los seres humanos tendemos a no hacernos responsables de nuestro actos, y también tratamos de responsabilizar a otras personas de nuestros errores. Creo, que ya de naturaleza el ser humano, es un ser conflictivo ya que desde la creación del hombre, desde Adán y Eva pudimos darnos cuenta como esta pareja desobedeció el mandato de Dios, de igual manera como Cain y Abel siendo hermanos de sangre estuvieron inmersos en conflictos y envidias. Es por eso, que desde la creación del mundo el ser humano, ha venido corrompiéndose poco a poco, afectado a todo ser viviente que se desenvuelve en su entorno. Se puede decir, que la desobediencia y el egoísmo del ser humano también ha afectado la convivencia del ser humano con los otros seres vivientes, si tan solo pudiéramos aceptar nuestros errores y actuar de una manera justa y humana, estaríamos así superando todo conflicto y violencia en el mundo.
Sin embargo, yo pienso que el ser humano no es malo del todo, únicamente el entorno en el que este se desenvuelve lo ha hecho actuar injustamente con otros, pero si creo que el ser humano puede cambiar para mejorar, para ofrecer una mano solidaria a los que lo necesitan, el ser humano puede cambiar su actitud y ser un agente de cambio en el ambiente en el que se desenvuelve.
Pareciera que le podemos quitar el nombre al país, insertar otro y el resultado sería el mismo.
Para empezar, quiero felicitar al autor, ha hecho un buen trabajo al escribir sobre la realidad que vive nuestro pais El Salvador, que evidentemente, aún las parsonas que no viven aquí, se dan cuenta de la triste realidad que nos toca vivir cada día. Es lamentable saber la verdad y no poder hacer nada para salocionar cada problema que estamos viviendo. La mentira viene desde arriba, los gobernantes son los primero en engañar a su pueblo, a su gente, gente que confió en ellos a la hora de votar por ellos. Ahora bien hablando sobre la violencia que vive nuestro pais, lo que puedo decir es que es lamentable que nada ni nadie pueda parar toda esta terrible violencia a la que nos enfrentamos cada día. Se dice que estamos en un país libre, pero ya no se si eso es real porque cada día que voy a salir de mi casa me siento muy estrezadaiada que en cualquier momento me puede pasar algo malo, sinceramente solo me encomiendo a Dios y que Él cuide de mí. Es lamentable saber, que las personas que se dedican a robar precisamente le tienen que robar lo poquito que han logrado ganar en sus trabajos, me pregunto ¿Por qué no le roban a las personas de arriba, las que en verdad tiene hasta para desperdiciar? gunta que constantemente me hago, pero algo inexplicable. Por esto y muchas cosas más hay muchas personas que mejor deciden dejar el país e irse en busca de tranquilidad, donde trabajar y ganar y poder ayudar a sus familiares. Ahora bien, hablando de soluciones, en mi opinión, los mismos políticos saben donde estan las asesinos, ladrones y todo ese tipo de personas, ellos saben cual es la solución a el problema pero sin embargo no hacen nada para cambiar las cosas, mientras no se han ellos los afectado no actuaran. Para terminar quiero decir que comparto muchas de las ideas que el autor ha plasmado en este escrito y estoy muy de acuerdo con él. La mentira, la violencia empiezan en casa donde se nos inculca nuestra primera educación; depende como nos crien asi seremos, depende lo que veamos en nuestros hogares asi acturemos. Si vemos violencia, seremos violentos con los demás; si vemos amor, honradez, responsabilidad y respeto, seremos respetuosos, amorosos, responsables y honestos. Y si vivimos cosas malas en nuestro hogar está en nuestras manos cambiar eso y tratar de ser buenas personas, es cuestión de cada persona hacer la diferencia.
Considero que este articulo es muy interesante ya que nos muestra la realidad en que vivimos como Salvadoreños. Este articulo nos hace reflexionar, ya que contiene los problemas que destruyen nuestro orgullo de ser Salvadoreños, probblemas como: las mentiras, la pobreza, la corrupcion, la delincuencia, entre otros que nos hacen ser, como dice el titulo de este articulo, «el país más violento sobre la faz de la tierra». Comparto la idea de que la unica forma como podriamos afrontar estos problemas sería siendo malos, no en el sentido de convertirnos en uno más de los muchos que destruyen nuestro país dia a dia, sino «hacer algo para que los malos no sean tan malos», es decir siendo malos para desechar lo que nos hace fracasar como sociedad y como pais. Por ejemplo, podriamos ser un mejor país si tan solo nuestro govierno pensara en todos por igual, si cumpliera todas esas «promesas» que hacen cuando estan en campañas, si muchos policias no fueran los mismos corruptos que generan más violencia y corrupción… En fin, si cada persona hiciera conciencia de todo lo que contiene este articulo, que no es ningun invento de lo que actualmente se vive, El Salvador podría ser un mejor país en todos los sentidos.
hola a todos! pues me a gustado el articulo que en este tema se nos impartio con mucha realidad y con mucha transparencia a lo que hoy en dia estas viviendo en nuestro pais. vemos de una manera muy clara y con mucha razon como el pais a tenido un gran impacto y el cual no nos permite desarrollarnos es cual es la viloencia. como muchas personas piensa que con violencia todo se hace mucho mas facil y como podemos tener el poder de otros. Es asi como la situacion social empeora y en ves de ir para delante nos vamos retrosediendo, hablando de esta por ejemplo los ladrones para ellos ganarse la vida o e pan de cada dia es mucho mas facil que tener una responsabilidad de un trabajo en el cual habra aguien que le estara exigiendo hacer algo para ser remunerado. el articulo mencionaba tambien como los extranjeros hacian que las personas se volvieran mas comodas y nada mas estar esperanzadas a que sus familiares les mandaras sus dolares y asi no tener que buscar trabaja y hasta no llegar a estudiar.
En el salvador nunca se ha visto un cambio en el cual nunca nos desarrollamos como personas mediadoras de un cambio ya que los ricos de nuestro pais se vuelven mas ricos y los pobres nos volvemos mas pobres. muy interasante este documento y con mucha realidad en el.
Considero que el articulo describe la situación actual de El Salvador, ya que nuestro país esta estancado política, económica y social mente.
La política de nuestro país esta devaluada totalmente, los salvadoreños no creen en los políticos ya que ellos en lo ultimo a lo que se dedican es a mejorar la situación del país y ademas son conocidos por sus sueldos que son los mas altos del país, sobrepasando por mucho al salario mínimo de la mayoría de los salvadoreños.
Por otra parte, nuestra economía es de las mas bajas ya que como bien se presenta en el articulo anterior muchas personas no son económicamente productivas ya que prefieren vivir de las remesas que reciben de sus familiares en otros países.
En el área social hemos llegado a un punto en el cual no somos tolerantes ni tratamos de ayudar al prójimo como el autor dijo «Si a alguien se le cae una moneda y no se percata, no habrá una persona quien se detenga para notificarle al desafortunado de su pérdida» esto es un ejemplo que no nos interesa el bienestar de los demás, ni hacemos un esfuerzo por tener una sociedad mas unida.
«Ya que amarnos los unos a los otros no resulta, ¿Por qué no probamos amarnos los otros a los unos?» Mafalda.
Para poder determinar cuál ha sido la causa de las desgracias de nuestro país, sí, ese país que mucho lo conocen como el pulgarcito de América, chiquito, pero “bravo”, se debe determinar por la historia, sus hechos y sus tiempos de apogeo de las riquezas económicas y de la riqueza campesina y sus revoluciones de hombres y mujeres de maíz, de pies descalzos, armados con machetes para derivar árboles y murallas hechas para cerco (de propiedad privada).
Digo riquezas económicas; por que ya se sabe desde cuando se ha venido dando estos problemas sociales, los cuales se puede resumir fácilmente, los mas apoderados tienen los sitios altos, los cuales arrastran todo y llegan hasta donde están los de abajo. Así, de literalmente quiso explicar alguien que fue militar (soldado) para la guerra civil pasada de nuestro país, a su hija de 12 años, lo que había pasado cuando el anduvo luchando por esa “patria”.
Pero la hija aun no le entendía lo que el papá le quería decir, y éste le explica mejor, hija- dice- en un gallinero quien “unta” a quien? La gallina que está en medio a la de abajo o la gallina que está arriba a la de en medio?… pues dice la hija; la gallina que está abajo es untada por las dos. La de arriba le manda a la de en medio y la de en medio a la de abajo, pero la de abajo es la que recibe más; porque las dos que están arriba poniendo el huevo o esperando que nazca el nuevo gallo o gallina que tenga el valor de cambiar y hacer cambios llena a la de abajo.
La verdad la historia y nuestra culturo es de mucho interés para aquellos que no viven acá en el ambiente del día a día. Cambiar y hacer cambiar, es estar loco dicen muchos, pero nadie lo intenta, o en el camino mueren, por querer cambiar la realidad de locos. Muchos dicen que lo que el país produce es gente, y los exporta a otros lugares para que vendan sus manos y su trabajo por humillaciones que van desde el simple hecho de no hablar un solo idioma.
Esto quiere que: Querer cambiar la violencia por la paz sin antes tener violencia? como se puede determinar que la paz esta después de la violencia? Y que donde hay paz no hay odio ni opresiones?
Pues la tarea es de todos los que estamos arañando el suelo acá, sin nada que comer y de los que se van para tener un “futuro mejor”, pero aprenden mañas que traen en las deportaciones y son enseñadas a los adolescentes que no tienen una dignidad y ni una moral que los distinga de las raíces familiares. Pues desde que hay maldad en el corazón del hombre siempre habrá maldad en un país. Porque no se ve que se detenga a curar las heridas echas en el pasado y que están en el presente como si fuera ayer.
Aportar con nuevas ideas y tener ese compromiso social, es el reto de todos y todas los queremos este país, los profesionales debemos de crear y hacer funcionar esas ideas que vayan y alcancen el bien común. A los profesionales nos toca pensar por los que no tienen “educación”.
Ciertamente, aquí en E Salvador se vive todo eso, todas las personas negamos nuestras raíces y llegamos al punto de odiar nuestro pasado, y pues si aquí por cualquier cosa se pelean creo que es parte de nuestro ser, no toleramos nuevas ideas ni mucho menos actitudes.
La mentira es algo que nos caracteriza y nos marca ya que no somos capaces de enfrentar nuestros errores y por ello recurrimos a la mentira, otro de los aspectos más notables de los Salvadoreños es que siempre llegamos tarde a los compromisos del día con día nuestro trabajo, diligencias personales e incluso ir a almorzar o cenar a casa y una mentira lleva a otra, otra y otra hasta formar una telaraña en la cual quedamos enredados y luego no sabemos cómo salir de ello.
Las remesas han llegado a nuestro país a convertirnos más haraganes de lo que podemos llegar a ser, muchas familias están esperanzados semana a semana a dicho dinero mientras hacen que el país baya en retroceso hacia el progreso, permitimos que otras personas se lleven el dinero que puede quedar en nuestro país para que crezcamos y es por las remesas. Al igual que somos un país muy consumista aceptamos cualquier tendencia que venga de otros países y hacemos que el rico se más rico y debería ser todo lo contrario comprar y producir lo nuestro seria lo ideal.
hola a todos. me gusto mucho este articulo pues es muy completo respecto a la realidad de el salvador, y comparto el pensamiento del autor (Nelson Lopez) cuando hace mención que los pobres no hemos sido ningunos santos; sin embargo, yo creo que la pobreza esta en la mente, y como bien se menciona en este articulo; nuestro país carece de una disciplina y educación que pueda forjar a los niños desde pequeños para que como dice la biblia: endereza al niño en su camino y cuando fuere viejo no se apartara de el. Invertir en mejoras a la educación seria lo primordial para El Salvador, sin embargo, todos sabemos que para eso se necesita dinero, el cual parece que en el salvador se utiliza mas para construir carreteras u otras edificaciones que en nada contribuyen al crecimiento cultural y educacional de los niños y jóvenes que pronto se convierten en delincuentes. Al final todos somos partes de este país, y en la medida que se nos es posible debemos de cooperar por lograr un mundo mejor para todos en el que no solo busquemos nuestro bienestar sino el de nuestros vecinos y hermanos salvadoreños.
Lo que hablas se puede aplicar aquí donde vivo, es una fotografía latinoamericana y mundial. Es la inmundicia a la que nos lleva el neoliberalismo, en la cual participamos todos, como decimos en nuestro pais, como marranos.